Correspondencia sobre la edición española de

La sociedad del espectáculo

Champ Libre - Catellote Editor

Correspondencia entre las editoriales Champ Libre y Castellote Editor a propósito de la edición española de La sociedad del espectáculo, publicada en Editions Champ Libre: Correspondance, vol. 1., Champ Libre, Paris, 1978, extraida de la reimpresión publicada en Ivrea, Paris, 1996.


Champ Libre a Editorial Castellote (telegrama)

Editorial Castellote a Champ Libre (05.12.77)

Champ Libre a Editorial Castellote (05.01.78)

Editorial Castellote a Champ Libre (20.01.78)

Champ Libre a Editorial Castellote (telegrama)

Después de múltiples reclamaciones recibimos nuevos ejemplares de vuestra edición de La sociedad del espectáculo STOP Copiamos con turbación la nota mentirosa que has incluido y que dice como sigue: "Esta edición de La sociedad del espectáculo es la única autorizada por el autor en lengua castellana, habiendo desautorizado expresamente cualquier otra edición, especialmente la realizada por Editorial La Flor, ya que la misma contiene graves desviaciones respecto a la versión francesa original y al pensamiento del autor" [en castellano en el original] STOP Falta que el autor apruebe vuestra traducción que comporta casi tantos contrasentidos como la de Ediciones de La Flor STOP Vuestro proceder de gángster legalista os descalifica para siempre STOP No tendréis en ningún caso los derechos de ningún libro de Champ Libre STOP Ediciones Champ Libre

Editorial Castellote a Champ Libre [original en castellano]

Madrid, 5 de diciembre de 1977

Muy señores nuestros:

Con gran sorpresa recibimos su telegrama, en el que se pone de manifiesto una falta de honestidad profesional por parte de Vdes. con la que por primera vez, en nuestra larga tarea profesional, hemos tropezado. Su telegrama muy cómodo para que Vdes. queden libres de toda responsabilidad en una situación equívoca de la que los únicos responsables, y muy gravemente responsables, son Vdes., está lleno de inexactitudes y de falsas verdades a medias, de las que Vdes. parecen hacer una costumbre. Por ello creemos oportuno hacerle las siguientes puntualizaciones:

1. Cuando solicitamos y contratamos con Vdes. la edición de La sociedad del espectáculo, Vdes. jamás mencionaron, como era su grave obligación hacerlo, la existencia de otra edición de (en castellano) La sociedad del espectáculo. Si hubiéramos conocido esta situación, no nos habríamos lanzado a editar la obra.

2. Puestos al corriente por nuestro traductor del libro, y persona que ha tratado con Vdes. directamente, del espíritu quisquilloso del autor, decidimos que la traducción fuese realizada únicamente por dicho traductor que según sus propias manifestaciones, contaba en principio con el visto bueno del Sr. Debord y de Vdes. para verificar la traducción en condiciones que merecieran su beneplácito.

Verificada la traducción, pagada la misma, así como los derechos por Vdes. exigidos, nos encontramos con la desagradable sorpresa de que ya existía una traducción en castellano de la obra. Puestos al habla con nuestro traductor Fernando Casado, éste nos manifestó que dicha edición, era una edición no autorizada por el autor, y que Vdes. aseguraban ser los únicos depositarios válidos de los derechos.

3. Ante el hecho de que la edición realizada por Editorial La Flor, y no mencionada por Vdes. en ninguna ocasión, se estaba difundiendo rápidamente por todas las librerías de España, decidimos acelerar los trámites para poner a la venta el libro, confiando en todo caso en las características idóneas de la persona elegida para realizar la traducción.

4. Con gran sorpresa nuestra cuando el libro se puso a la venta, sin ninguna nota previa, nos encontramos con la desagradable situación de que los distribuidores en España de la Flor, divulgaban por las librerías, que la única edición que contaba con verdaderos derechos, era la suya, y que la nuestra era una edición pirata, pues Champ Libre no podía ceder unos derechos que no poseía. Ante esta situación, consultamos nuevamente, y con toda urgencia, dado los graves perjuicios económicos que este asunto nos estaba produciendo, con nuestro traductor y repetimos persona relacionada con Vdes., quien nos aseguró que se podía hacer constar que nuestra edición era la autorizada. Llegados a este punto, hemos de reconocer que pecamos no de gangsterismo como, con tan escaso sentido de la responsabilidad, Vdes. nos acusan, sino que pecamos de ingenuidad, confiando en que Vdes. actuaban de buena fe. Si no hubiésemos actuado ingenuamente lo procedente ante el sospechoso silencio inicial por parte de Vdes. en cuanto a la edición de la Flor, hubiese sido requerirles a Vdes. Para la devolución del anticipo de 2000 francos por Vdes. Recibidos, así como una indemnización por los gastos de traducción, estérilmente realizada.

De todas formas, y como prueba de nuestra buena fe a la que esperamos que Vdes. Correspondan con la suya, les proponemos la siguiente solución:

Primero: Dado que nuestra edición ha podido ser escasamente difundida en las librerías, por entrar en competencia con la edición ya existente, les proponemos enviarles a Vdes. la práctica totalidad de dicha edición a precio de costo, para que las inquietudes intelectuales del sr. Debord, queden plenamente satisfechas mediante la destrucción de los ejemplares por Vdes. condenados.

Segundo: Aparte del pago por parte de Vdes. Del costo de dicha edición, les sugerimos la oportuna conveniencia de devolvernos los 2000 francos. Creemos que esta sería la solución más honesta para ambas partes, pues no queremos sospechar que entre en sus propósitos ceder por tercera vez los derechos, para que en vez de dos, sean tres las editoriales perjudicadas.

En espera de sus siempre sorprendentes noticias, reciban un saludo de:

Jesús Castellote

P.D.: Por supuesto que no ignoramos que una interpretación legalista y rigorista de su contrato (artículo 5), nos obligaba, pero en condiciones normales, y no con otra edición castellana a la venta a enviarles la traducción antes de componerla, sin embargo, pensamos, que dadas las circunstancias descritas más arriba, y que Vdes. En buena ley no pueden ignorar, unida a la idoneidad de la persona elegida para la traducción con el consentimiento verbal de Vdes., dicha cláusula del contrato, no iba a ser invocada por Vdes. De forma tan poco realista y tan desconsiderada.

Guy Debord y Gerard Lebovici a Editorial Castellote

5 de enero de 1978

¡Castellote!

Tienes que ser verdaderamente una basura para atreverte a respondernos algo tan estúpido como tu carta del 5 de diciembre, después de los justos reproches que te hemos hecho.

Si es la primera vez en tu "larga carrera profesional" que te sucede esta desgracia, es preciso que esta "larga carrera profesional" se haya desarrollado bajo el franquismo. Se acabó. No queremos saber si eres tú más mentiroso que tu traductor, o a la inversa: no es ciertamente por azar que trabajáis juntos.

Las contradicciones de tu carta - que nosotros publicaremos - bastarían para juzgarte, incluso a los ojos de un niño pequeño bajo el franquismo.

Tú sabías perfectamente, basura, que los argentinos habían traducido La sociedad del espectáculo, puesto que se mencionaba en la edición de 1974 de Champ Libre, y que tu contrato con Champ Libre data del 5 de julio de 1976. Estos argentinos eran editores piratas, sin prevalerse, como tú, de un derecho exclusivo que no tenían; tu no eres entonces mejor que ellos, sino peor, puesto que no has hecho una traducción más exacta que la suya: una tercera edición mejor será autorizada en España.

Y puesto que sabías que otros piratas habían publicado este libro, y puesto que al mismo tiempo lo ignoras, pretendes entonces estar libre de la obligación "legalista y rigorista" de verificar la traducción con el autor.

¡Humo!

Se te reenvían tus dos mil francos. Tu madre.

Guy Debord, Gerard Lebovici

Editorial Castellote a Guy Debord

Madrid, 20 de enero de 1978

¡Debord!

Es necesario, para escribir una carta tan incongruente y tan llena de disparates, como la tuya del 5 de enero de 1978, que seas un cretino integral o un demente. No me interesa demasiado aclarar cuál de los dos es tu problema. ¿No ves, pedazo de acémila, que en ningún punto de tu carta recuerdas habernos expuesto con anterioridad y de una manera explícita la necesidad de competir con otra edición en castellano?, no es suficiente que lo hubieseis mencionado, no al hacer el contrato como es lo correcto, sino en una tirada vuestra (y pues nosotros no podíamos saber por esa sola mención que el mercado en habla castellana se encontraba inundado por otra edición). Pero se ve que para ti, pequeño burgués criado a la sombra del gaullismo, el dejar abandonada a una Editorial con una edición colgada como has hecho con nosotros, es cosa de poca monta ante la importancia que concedes a tu refinado divismo.

Tu sabes muy bien, gran cerdo, que lo único grave en este asunto es tu tremenda desconsideración y tu histérico comportamiento de intelectualillo de tres al cuarto. Te agarras a un clavo ardiendo para justificar lo injustificable. No contestas razonablemente al argumento sincero y fundamental de mi carta. Así que no te molestes en contestar de nuevo coceando, como un asno que en sus tiempos tuvo orejas, pues tu carta irá sin abrir al retrete, que es el sitio que le corresponde.

¡Publica también esta carta y tus florituras, me parece muy bien que la gente conozca lo que das de sí!

Muérete, cociéndote en tu propia salsa de elucubraciones pseudointelectuales.

Jesús Castellote

 

 

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