Presos y Reforma Penitenciaria.
A los 20 años de un debate ya realizado
(Textos* y reflexiones sobre
la COPEL)
Mientras los diputados aclaman por unanimidad la
ley en su bonito hemiciclo, a 600km de distancia, en la prisión
provincial de El Dueso alza su crítica voz contra la reforma
uno de tantos miembros de la COPEL "Sr. García Valdés
pienso que está cometiendo muchas equivocaciones. COPEL
confía en la necesidad de llevar a cabo la reforma penitenciaria,
pues ello supone una evolución de las condiciones de existencia
en las prisiones, pero no olvide que también venimos luchando
desde hace 2 años por la concesión legítima
de otras reivindicaciones más importantes: indulto general,
reforma del código penal, y abolición de peligrosidad
y condenados por bandidaje y terrorismo. Vd. no ha comprendido
que en justicia primero debería reformarse el código
penal antes de llevar a cabo la reforma penitencia. Vd. tampoco
ha comprendido que al hacerse cargo de la dirección general,
de inmediato se hacía cargo de un gran pasado de represión
física y psicológica que partía de una población
reclusa cruelmente castigada por la sistematizada represión
y embrutecimiento con sus secuelas: gran número de presos
psicópatas, chivatos, promiscuidad, etc. que entre el personal
penitenciario se encuentra un gran número de funcionarios
y demás altos cargos penitenciarios con una mentalidad
irracionalmente autoritaria. Tampoco ha llegado a comprender que
la obligación de los presos es fugarnos. Lo hacen los animales,
como no lo vamos hacer los humanos, pero la de los funcionarios
es evitarlas. Las recientes fugas habidas en las pasadas semanas
no pueden achacarse a la COPEL sino a la falta de vigilancia en
algunos casos provocada conscientemente de determinados funcionarios".
Al igual que otros presos/as, durante los primeros años
de la Transición se luchó por la reforma de las
cárceles, por la regulación de los derechos básicos
de los presos (educación, sanidad, permisos), por la Amnistía,
por la Reforma del Código Penal, etc.
Las cárceles salían cada día
a las calles y los/as presos/as y sus familiares tuvieron en la
prensa o la radio un lugar donde expresarse y denunciar. Los carceleros,
de formación exquisitamente demócrata, aplicaron
lo que en Europa se llamó "Modelo de Transición
a la española": torturas y represión. Hemos
de reconocer que no se les podía pedir más, solo
la lucha desde las prisiones (lucha que no solo se concretó
en motines y cortes masivos de venas) y la denuncia continua de
su situación obligó a pensar que en este país
había hombres y mujeres presos que, sin ser antifranquistas,
ni demócratas de toda la vida, tenían derechos.
Algunos incluso humanos.
Los miembros de la COPEL o no (recordemos que no
tenían carnet ni cargos sus portavoces) en multitud de
cartas, comunicados, denuncias recogen con años de anticipación
reivindicaciones aún ahora no cumplidas:
Carabanchel, 15 de enero de 1977
COMUNICADO DE LA COPEL
La Asociación de Reclusos del centro de
detención de hombres de Madrid, nace como consecuencia,
de la toma de conciencia, ante el estado general de las prisiones
de España, y por la situación como personal del
recluso, ante:
1. La Administración de Justicia: Somos
juzgados por un Código Penal totalmente desfasado, cuyo
único propósito es castigar y reprimir, en ningún
caso rehabilitar.
2. La Reglamentación penitenciaria es completamente
opresiva y represiva, como resultado de una inhumana e injusta
Administración de Justicia.
Como consecuencia de la actual ley Penal Penitenciaria,
los reclusos de toda la Nación, queremos dar a conocer
las derivaciones más importantes que emana de ambos textos
legales mencionados.
a) Profunda marginación social, tanto del
preso como del expreso.
b) Un continuo estado de abandono y indefensión. El recluso
viene padeciendo un trato inhumano, con menosprecio de sus más
elementales derechos.
c) Incumplimiento consciente tanto por parte de la Administración
Penitenciaria como del Gobierno español, de la Declaración
de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, ratificada por el
Gobierno.
En vista de lo expuesto, los reclusos españoles,
han creado una coordinadora de presos COPEL (Coordinadora de Presos
Españoles en Lucha). La mencionada coordinadora ha elaborado
un Manifiesto reivindicativo, que con ayuda de todos los medios
de difusión que se hagan eco y sientan nuestros problemas,
espera dar a conocer al país. Dado que las prisiones es
un tema que concierne y preocupa a la sociedad española,
tenemos plena confianza en ser escuchados y atendidos.
1. ¿Que es la COPEL? Es una coordinadora
a nivel de prisiones del Estado que quiere organizar a todos los
presos conscientes de la infrahumana situación que vivimos
en las prisiones y de la profunda marginación social que
sufrimos. La COPEL ha surgido tras la toma de conciencia de varios
presos de diferentes prisiones y penales del Estado.
2. La COPEL persigue la supresión de la
legislación penitenciaria existente por otra más
humana, la reforma profunda de la legislación penal al
servicio de la oligarquía y alta burguesía, desaparición
de jurisdicciones especiales, la sensibilización social
de nuestra problemática como marginados, etc.
3. La COPEL la forman todos los presos del Estado,
independientemente de su mentalidad, creencias, etc., y los presos
por supuesto que se identifican con la COPEL, ya que en ella encuentran
el resorte que acoja su problemática y como resolverlo.
4. La COPEL actualmente funciona democráticamente,
aunque por estar en período de consolidación se
encuentra un poco secreta, ya que aspira a ser la fuerza dinámica
que haga moverse a las futuras asociaciones de presos de todas
las prisiones del Estado (pensamos forzar a la Dirección
General de Prisiones para que legalicen las Asociaciones de Presos).
5. La COPEL actualmente esta creando la sensibilización
de los demás presos para sacarles del letargo en que la
mayoría se encuentra. Asimismo está iniciando una
serie de reivindicaciones por vía legal (instancias, escritos,
etc.) para consolidarse entre todos los presos.
6. Los presos sociales hemos conseguido pequeñas
reivindicaciones hasta ahora, (programa de TV de fin de año,
vino en las mesas, cubierto completo en las mesas, comunicaciones,
denuncias de celdas bajas "de castigo", malos tratos
a menores del Reformatorio, y lo más importante la consolidación
entre los demás compañeros). Somos conscientes de
que nuestra lucha es enorme, por eso necesitamos apoyo por todos
los medios posibles. (...)
9. Estatutos como COPEL sí tenemos, así
como manifiesto reivindicativo que próximamente daremos
a conocer a la opinión pública. Hay que comprender
que nuestro más inmediato deseo es conseguir que la DGP
legalice las Asociaciones de Presos, y entonces elaboraremos los
estatutos.
10. Creemos que nuestro objetivo final puede llegar
hasta donde nos hemos propuesto: Legalización de la Asociación
de Presos. Constituir una fuerza de presión para la reforma
penal y penitenciaria. (...)"
La LOGP debía nacer, inexcusablemente, de
un nuevo Código Penal. Tardó casi otros 20 años
en materializarse y es motivo de polémicas desde el primer
día de su aplicación. Los presos de la COPEL se
anticiparon más de 20 años a la propia sociedad,
quizás por ello fueron exterminados como movimiento y silenciada
su voz.
Las cárceles son un absoluto fracaso de
la sociedad como modelo teórico de reinserción/rehabilitación
y la LOGP es el mal parche que en su día se hizo hoy obsoleto,
anacrónico y superado en todos sus contenidos. En 1978
una carta abierta dirigida al Ministro de Justicia, por un preso
italiano desde la Prisión Provincial de Jerez de la Frontera,
ya preconiza con absoluta claridad lo que será esta Ley:
"Esperar que las cárceles adquieran serenidad, después
de la reforma penitenciaria es una bella ilusión que durará
el espacio de una mañana, porque se ha hecho todo excepto
comprender la esencia del descontento que desembocó en
la destrucción sistemática de las instituciones
penitenciarias. Es como querer vencer una enfermedad curando sus
efectos y alimentando sus causas. Es indudablemente apreciable
el trabajo teórico hasta ahora desarrollado con sacrificio
y abnegación pero tengo motivos para dudar de los resultados
prácticos.
En primer lugar no veo como puede ser realizable la reeducación
o la reinserción con funcionarios más inclinados
al apaleamiento (Carabanchel) que al diálogo con los detenidos
y que en todo caso no tienen la más mínima preparación
para desarrollar la función social en que se inspira la
reforma. No dudo en cambio de la buena realización arquitectónica
de las nuevas prisiones ni del mejoramiento ambiental de las existentes,
por más que esto no pueda, evidentemente, dar resultados
substanciales en la recuperación de los presos. En segundo
lugar no comprendo el gasto público contemplado para la
reestructuración de las instalaciones penitenciarias cuando
la causa que determina su destrucción permanece inalterada
que es la insoportabilidad del código penal vigente".
20 años después las prisiones son
solo modelos represivos y desestructuradores de la persona. La
restricción de los Derechos Humanos más elementales
sigue siendo pasto todos los años, de los informes del
Defensor de Pueblo, de Amnistía Internacional o de investigación
por parte de las Fiscalía General del Estado, por decir
algo. El SIDA, la tuberculosis, el suicidio persigue al preso/a
como una condena abstracta añadida, que el Sr. Juez se
olvida siempre de especificar, a más condena más
posibilidades de salir con traje de madera.
Veamos algunas de las "venas" que se
abrieron hace 20 años y que ni la LOGP, ni la sociedad
no han sabido cerrar:
* La cárcel sigue siendo un modelo autoritario
y represivo, donde el preso es el último elemento de una
correa de transmisión. La asociación de los presos
es ilegal.
* El mantenimiento de las jurisdicciones especiales sigue siendo
la normalidad (FIES). 20 años después de reivindicar
su abolición, no se sabe que hacer con determinados presos,
eso sí: se los aísla o destruye.
* La rehabilitación es un mito que finaliza en la seguridad
del carcelero y su horario de trabajo.
* La sanidad es de una carencia tan brutal que estamos a la cabeza
de Europa en enfermedades infecciosas (SIDA, Tuberculosis, Hepatitis).
La prisión española conlleva una pena añadida
no escrita: La muerte por contagio. A mayor estancia más
posibilidades de morir.
* La población reclusa es o tiene mayoritariamente problemas
de drogadicción, se les suministra el "soma"
para que estén tranquilos y se infecten en paz. El intercambio
de jeringuillas es ilegal.
* La desigualdad en el tratamiento es clamorosa. No es lo mismo
ser preso e industrial en Catalunya que ladrón en Córdoba.
La aplicación de beneficios penitenciarios es diametralmente
opuesta a tu lugar en el escalafón social. Cuanto más
arriba y más dinero, mejor lo tienes.
Barcelona, 8 de diciembre de 1999
* Los textos en cursiva son transcripción y extractos de
dos cartas y un comunicado enviados por presos de la COPEL y que
forman parte de un más amplio depósito de documentación
que sobre esta organización y período tiene en su
haber él "Centre de Documentació ARRAN"
de Sants.
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