Territorios

 

 

El territorio en el que nos movemos es un espacio organizado y vuelto a reorganizar que nada tiene que ver con los mapas imaginarios espacio- geográficos. No tiene que ver con los mapas porque los territorios, los que nos marcan y los que marcamos, no son espacios neutros; no están constituidos por líneas ingenuas de delimitación de calles, plazas, edificios, fábricas, comercios, vallas publicitarias, mega center comerciales del reality schow de la sociedad espectacular, mercados, vías, travesías, carreteras, planos, campo, ciudad, metrópoli...Hablar de territorios, es hablar de cómo se constituye el espacio urbano. Es prestar especial atención a todas las marcas, marcas y elementos de reordenación del propio espacio con el que interactuamos cotidianamente. Es estar atentas a todos los elementos de nuestro entorno que como decimos no son neutros, sino que son significantes, expresiones de toda una serie de políticas, de manifestaciones históricas, de combates sociales, de enfrentamientos de fuerzas, de dominios y demonios masculinos, de luchas y victorias, de derrotas... el espacio urbano es el producto deliberado de las políticas concretas de momentos concretos.

Nosotras okupamos. Okupamos y hablamos de territorios. Nos situamos como en un nodo atravesado por miles de circuitos. Circuitos y corrientes aceleradas. Estamos en la boca del propio monstruo. Recorremos, decidimos y hablamos de política. Nos situamos y desenmascaramos nuestros propios cuerpos, nuestras propias vidas, nuestro propio habitar esta ciudad, este barrio, este centro social. Mientras la corriente vertiginosa del capitalismo global impregna todos los recovecos de nuestra existencia: la somete al escaparate virtual del mundo- mercado; al estado de guerra global permanente; a la precarización total de nuestras vidas; a la tecnocracia abismal del aparato burocrático; a la privatización de los servicios y bienes públicos y sociales; al aislamiento y la incomunicación; a las políticas partidistas o el megaguay politiqueo alternativo tipo ong; al aburrimiento y al ocio espectacular; a la reapropiación de nuestros saberes y al copyright;  a la heterosexualidad compulsiva, eufórica y aberrada...

 

Pero cortocircuitamos, trasladamos las corrientes a nuestros propios cuerpos: nos hemos situado. Igual que nos situamos en el territorio urbano. Nos situamos y empezamos a hablar de las precarias, de las descocadas, de las peligrosas, de las amas de casa, de las agitadoras, de las frígidas, de las lesbianas, de las transexuales, de las casadas, de las solteras, de las que vienen y van, de las putas y las mariconas, de las feministas, asaltando el mercado- escaparate mundial en plena revuelta subversiva de los modos de vida normalizados. Nos situamos porque lo personal es político. Porque queremos lanzarnos a la plena insurrección de nuestras vidas. Por ello, los centros sociales y los espacios públicos son indispensables para la expresión y la experimentación constante de una nueva forma de hacer ciudad que no está contemplada en la agenda diplomática del capital escénico. Porque somos parte de estos territorios luchamos diariamente para construirlos y reorganizarlos. Diseños plásticos del mundo que queremos. Expansión brutal de los deseos constreñidos.  Reapropiación legítima de nuestro propio espacio de vida, de nuestros cuerpos, de nuestro entorno, de nuestros barrios, de  nuestra ciudad, de nuestro mundo...

 

Por eso okupamos, por eso los centros sociales...

 

HAGAMOS DE NUESTRA SEXUALIDAD, DE NUESTROS DESEOS, DE NUESTROS AFECTOS UN DESORDEN GLOBAL..........

 

La Eskalera Karakola

6 febrero 2003

 

 

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