EL PAIS DIGITAL. Sábado 21 de Marzo 1998
Una manifestación 'pro-okupa' en Madrid
acaba en batalla campal
B. AGUIRRE / J. M. AHRENS, Madrid .
Malasaña, un concurrido barrio del centro de Madrid durante los fines de
semana, vivió ayer una noche violenta. Una manifestación pro okupa, en la
que participaron 300 jóvenes encapuchados, acabó en fuertes disturbios.
La protesta, que carecía de autorización, se inició en la plaza del Dos de
Mayo (el corazón del barrio de Malasaña) a las 21.00 horas.
Los manifestantes, la mayoría
entre los 16 y los 18 años, entre
los cuales no se veían caras
habituales de las movilizaciones
okupas, tras una corta marcha,
empezaron a lanzar piedras,
quemar basura de contenedores
y cruzar dos coches en la calle
de Colón. Estos hechos fueron
respondidos con una carga
policial y una persecución que
llegó a la Gran Vía.
Los disturbios prosiguieron hasta más allá de la medianoche, con continuos
enfrentamientos entre los agentes, que llegaron a emplear pelotas de goma, y
manifestantes encapuchados. El resultado fue un barrio tomado policialmente, un
total de 53 detenidos (cinco de ellos menores de 16 años), cinco manifestantes
heridos (por fracturas) y siete policías lesionados de manera leve. Por la noche,
los detenidos permanecieron en los calabozos policiales, coreando consignas
como «menos policía y más jarana«. Hoy pasarán a disposición judicial.
El delegado del Gobierno en Madrid, Pedro Núñez Morgades, del Partido
Popular, consideró lamentables los hechos, manifestó su apoyo a la policía y
criticó que algunos okupas se dejen influenciar por "los violentos".
Golpes de los agentes
Durante los disturbios, numerosos viandantes se vieron envueltos en la trifulca y
recibieron golpes de los agentes. Asimismo, una vez dispersada la cabecera de la
manifestación, grupos de cuatro a seis jóvenes convirtieron las calles de Malasaña
en territorio de sus escaramuzas. Continuamente perseguidos por la policía, se
escondían, tiraban cubos de basura, los incendiaban, gritaban y, ante la carga
policial (hubo cerca de un centenar de antidisturbios), volvían a huir hasta otra
calle donde se reiniciaban los incidentes.
Esta algarada era contemplada por miles de jóvenes que habían acudido como
cada fin de semana al céntrico barrio a tomarse unas copas. Algunos apoyaban a
los manifestantes encapuchados, otros preferían divertirse en los locales de
diversión que proliferan desde hace dos décadas por esta céntrica zona.
La policía señaló que durante la protesta 12 coches resultaron dañados y que se
requisaron varias bombas incendiarias, cadenas, piedras y aerosoles de
autodefensa.
Los incidentes de ayer tuvieron aviso días atrás. Algunas pintadas efectuadas en
las paredes de los inmuebles de Malasaña anunciaban: «Desalojos son disturbios».
Se referían con esta leyenda a un reciente intento fallido de expulsión de un grupo
de okupas de un inmueble de la zona.
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EL PAIS DIGITAL. Domingo 22 de Marzo 1998
La policía atribuye a un núcleo violento de
'okupas' los disturbios de Madrid
La policía atribuye los disturbios del pasado viernes por la noche en el
barrio madrileño de Malasaña, que acabaron con 57 detenidos (cinco de
ellos menores de edad penal), a un núcleo violento y organizado del
movimiento okupa. Este grupo, algunos de cuyos cabecillas se sospecha
que figuran entre los arrestados, llevaron supuestamente la iniciativa en la
citada manifestación, convocada sin autorización gubernativa para
protestar por el intento de desalojo del centro okupa de Maravillas.
Los disturbios se iniciaron cuando unos 300 encapuchados cruzaron coches,
incendiaron contenedores de basura y lanzaron piedras y botellas contra la policía.
Estos incidentes, que desataron numerosas cargas policiales, sumieron desde las
nueve de la noche hasta primera hora de la madrugada en la confusión el
concurrido barrio de Malasaña, una zona de copas que cada fin de semana es
frecuentada por miles de jóvenes.
Entre los detenidos (todos con domicilio en la región, muchos en
Rivas-Vaciamadrid y Getafe, según la Delegación del Gobierno) figuran cuatro
que han sido arrestados en otras manifestaciones del mismo signo y que cuentan
con antecedentes policiales por incendio intencionado o atentado a la propiedad
(uno está fichado por robos con intimidación).
Excepto los cinco menores, que fueron puestos en libertad, el resto de arrestados
permaneció anoche en el Registro Central de Detenidos. Dos solicitaron al juez de
guardia el hábeas corpus (procedimiento que permite al detenido ser escuchado
por la autoridad judicial), que les fue denegado. Hoy por la mañana, los
arrestados pasarán a disposición judicial. Este hecho ha llevado a los integrantes
del movimiento okupa convocar una concentración ante los juzgados de la plaza
de Castilla.
Ninguno de los 12 heridos durante los enfrentamientos (cinco okupas y siete
policías) sufrió heridas graves. Los daños al mobiliario urbano ocasionados
durante la batalla campal, sin embargo, fueron amplios. El parte elaborado por la
Policía Municipal registra doce coches dañados, seis establecimientos y dos
cajeros automáticos con roturas en cristales, una docena de bancos arrancados
para formar barricadas, numerosas papeleras y contenedores de basura
desgajados e incendiados, bolardos destrozados y un cartel luminoso destruido.
Asimismo, una vez finalizados los disturbios, tres lunas de sucursales bancarias de
la plaza de Lavapiés fueron apedreadas.
A la sombra del movimiento
A la par que prosperaba la hipótesis policial del núcleo violento, el delegado del
Gobierno en Madrid, Pedro Núñez Morgades, insistió en que a la «sombra del
movimiento okupa , que tantas simpatías suscita en ciertos sectores, se han
situado elementos violentos que no tienen cabida en la sociedad madrileña». Para
Núñez Morgades este grupo organizado utiliza y manipula el nombre y parte de la
estructura del movimiento okupa. «Pido a este movimiento que reflexione sobre lo
ocurrido y que recuerde que la simpatía que despierta en algunos sectores
procede de su actitud pacífica», añadió.
La organización que demostraron los manifestantes encapuchados es objeto de
investigación por la policía. Aunque se descarta que la conexión con Jarrai, la
juventudes de HB, fuentes policiales recordaron que en otras manifestaciones
similares a la del viernes (como la registrada el 13 de diciembre de 1996 también
en Malasaña) se emplearon tácticas depuradas de lucha callejera.
Este fue el caso de la protesta registrada el 13 de diciembre de 1996, justamente
en Malasaña. En aquella ocasión, 16 jóvenes fueron arrestados tras una
manifestación convocada por la Coordinadora de Organizaciones Antifascistas.
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