A más de un año de okupación de El Laboratorio queremos rescatar de la memoria las muchas ideas, proyectos y caminos que hemos imaginado y puesto en marcha. Nuestra apuesta por abrir un espacio de enfrentamiento radical con el Estado en un momento de gran represión contra el movimiento de okupación, nuestras ganas de trazar alianzas en el barrio, nuestras discusiones sobre el diálogo con las instituciones, los pasos que hemos dado para evitar el desalojo y entrar al debate con otras gentes de la okupación y de otros movimientos. Que si el área telemática, que si el comedor, viviendas y conciertos, segundos encuentros y miles de visitas, de mezclas explosivas... Todo problemas, todo conflictos, diferencias, idas y venidas creativas y llenas de matices, peleas sobre cómo vivir un centro social tan tocho. Nunca se pierde el tiempo.

Y ahora decimos otra cosa. Llevamos ya meses entre la mierda... hay muchos tipos de mierda. La peor es la que nos hace perder el tiempo, las ganas y la potencia, la que nos aleja de todas esas cosas por las que okupamos este lugar. Esa es la mierda que anida a la vuelta de la esquina, que convierte un presunto espacio liberado en algo igual o peor que lo que hay fuera, que nos obliga a defendernos de gentes que están entre estas paredes y que supuestamente aportan algo constructivo al centro social: PROYECTO RUIDO Y ACOLIT@S. No tenemos ningún interés ahora en valorar este proyecto, en realidad poco sabemos de él lo cual ya dice bastante.

En otras circunstancias, es muy posible que este proyecto hubiese molado y que, de alguna manera, hubiese comunicado un montón de cosas interesantes. HOY ESTO YA NO CABE. El Proyecto Ruido está destruyendo el centro social; nuestras relaciones con el vecindario, nuestra posibilidad de diálogo interno y de llegar a acuerdos fuertes y colectivos por vía asamblearia, asumidos por toda la peña, nuestra capacidad de crear un espacio seguro y sobre el que quepa la autogestión y nuestra oportunidad para relacionarnos con otros centros sociales. Hay que recuperar como sea el poder de decisión de la asamblea, ahora convertida en un organismo inerte en el que casi nadie confía.

En lugar de concentrar las fuerzas en el desalojo o, mejor, en evitarlo y en conseguir apoyos en el barrio tenemos que estar perdiendo el tiempo y las ganas con una gente que se ha ido saltando una a una, y con el consentimiento de muchas, las decisiones que hemos ido tomando. Decisiones que tienen que ver con el respeto, tanto a la peña que vivimos aquí, como a otra gente activa en el centro y a l@s vecin@s. Los que integran este proyecto se han comprometido en varias ocasiones a no poner música después de las doce, sin embargo parece que sus fiestas espontáneas y privadas a costa de la infraestructura y el equipo de música del movimiento son más importantes que el curro del resto de la gente. No tienen ningún problema en insultar a l@s vecin@s, incluyendo a l@s del propio Laboratorio. Han dado sobradas muestras de chulería y prepotencia. Ya es hora de dejar de acercarnos a decirles cosas a título individual y tomar una decisión colectiva y tajante que no es otra que la de echarlos, que se larguen, nos ignoren, nos olviden... Estamos list@s para los enfrentamientos que merezcan la pena, no para aguantar a gente con la que ahora casi nadie querría embarcarse en un proyecto de okupación.

¿Seguimos creyendo en un espacio en el que podemos conjugar las ideas por las que okupamos sin quemarnos en un cotidiano tan imbécil, tan esteril? ¿Creemos que es posible rescatar de la memoria la energía que pusimos en marcha? No es que pensemos que todo lo que no nos gusta del centro se deba al proyecto ruido, lo que si tenemos claro es que CON ESTA PEÑA NO PODEMOS, NO QUEREMOS SEGUIR ADELANTE. Tenemos claro que queremos vivir con las diferencias que se compongan, que se dejen contagiar y comuniquen fuerza y ganas de seguir luchando por este centro, no con las que lo matan día a día y hacen, como está ocurriendo de hecho, que haya gente que se pira porque no aguanta más. Sabemos que tenemos responsabilidad sobre lo que suceda con este espacio, no podemos simplemente ignorarlo o mirar para otro lado.

Asamblea del CSOA el Laboratorio
6 de julio 1998