Rebelión
del Hambre en Uruguay
En este último tiempo pasaron muchas cosas en Uruguay. Bancos fundidos,
banqueros buscados internacionalmente... Mientras desde el gobierno y sus políticos y la
prensa a su servicio aseguraban que se estaba pasando por una «situación difícil»,
pero que de ella se iba a salir..., desde la oposición se hablaba y hablaba, y tal vez la
imagen más clara de hasta donde pensaba llegar la oposición política parlamentaria fue
cuando al final de la interpelación al ministro de Economía, interpelante e interpelado
terminaron abrasándose...
Luego vino el cambio de ministro de Economía, feriado bancario, el dólar se disparó y
el peso uruguayo se achicaba cada vez más, al tiempo que los productos de la canasta
familiar se fueron a las nubes...
Y mientras esto sucedía se estaba a la espera de préstamos internacionales para salvar
bancos fundidos. Y el parlamento tenía que sacar rápidamente una ley que ni el ministro
de economía sabía muy bien el articulado pues eran las condiciones que venían desde
EE.UU. Y finalmente la ley salió. Congelación de depósitos en la banca nacional,
cierres de bancos, reestructura bancaria en definitiva, pero esto no es «corralito», ya
que «corralito» existe solo en Argentina...
Mentiras arriba, divulgadas por todos los medios masivos de comunicación, y desconfianza
abajo. Optimismo arriba y abajo todo el mundo sabiendo que lo que se estaba viviendo y lo
que se venía era muy duro para la gente.
Desde el seno de la izquierda frenteamplista y del movimiento popular organizado, desde
las cúpulas sindicales se cuestionaba la política del régimen... y para enfrentarla se
llamaba al diálogo y la concertación.
Mientras todo esto pasaba en el barrio Conciliación los vecinos denunciaban que los
gurises comían pasto y el hospital de Clínicas cerraba sus puertas..., el dólar subía
al tiempo que el peso uruguayo no valía nada y los precios de la canasta familiar se iban
a las nubes...
Y la gente de los barrios más pobres explotó en una rebelión popular espontánea que se
extendió por todas la zona suburbana. Se concentraron frente a los supermercados a
reclamar alimentos y lo único que consiguieron fue represión y entonces se produjeron
saqueos, cortes de calles, enfrentamientos con la represión...
Miles de policías desplegados en Montevideo, helicópteros sobrevolando las barriadas.
Heridos, apaleados, comisarías llenas de presos y decenas de procesados por una justicia
que se ensaña con ese pueblo que fue a los supermercados a reclamar el alimento que el
régimen le niega.
Los pobres han sido calumniados y criminalizados. Son «bandas de delincuentes
organizados» ha dicho el Ministro del Interior. Que se ha presentado ante los medios
masivos con un mapa donde señalaba las ollas y merenderos populares y cerca de cada punto
señalado un saqueo. Para el régimen y su ministro del Interior no estamos ante un
problema social sino simplemente ante delincuentes. «Desestabilizadores de la
democracia», y en TV pudimos ver a toda esa gurisada «desestabilizadora»,
reclamando comida. Llegó al ridículo cuando el viernes 2 de agosto habló de
«terrorismo telefónico»...
De todas maneras el gobierno y su ministro del Interior insiste en resolver problemas
sociales a fuerza de represión. Y por supuesto, para ellos, se ha enfrentado a una
«organización delictiva» de concepción anarquista. Para el vicepresidente Luis Hierro,
también serían responsables dirigentes de la Corriente de Izquierda. Han allanado radios
comunitarias y están citando a declarar a los juzgados a militantes populares por
«incitación a la violencia»... Desde la prensa a su servicio se lanzan ataques contra
dirigentes sindicales e incluso Indymedia Uruguay no queda al margen de esta caza de
brujas con la que quieren esconder una realidad de hambre y miseria que explotó en
Uruguay.
Mientras tanto la izquierda le echa la culpa de lo sucedido a la derecha. Y se ha llegado
al colmo de que la cúpula sindical no solo se lava las manos de una lucha que tendría
que estar encabezando, sino que afirma que detrás de la rebelión del hambre estarían
grupos «ultraderechistas» para desatar una represión que impediría la movilización
del movimiento popular organizado. Una movilización necesaria que por supuesto nunca
estuvo en la cabeza de todos estos dirigentes convocarla y realizarla, para ellos hay que
seguir dialogando y concertando cuando el país se ha venido barranca abajo.
En estos días los delincuentes aparentemente más buscados -los Peirano y cía, ladrones
de guantes blancos, banqueros expertos en fundir bancos- se han "presentado ante la
justicia". Han sido procesados. Van a "prisión" por un tiempito. No irán
al infierno del COMCAR, ni de "Libertad", estos campos de concentración son
reservados para los Presos del Hambre. Estos señores que integran una verdadera
asociación para delinquir y que desde las altas esferas han saquedo al país, van a
Cárcel Central, a cárcel de lujo, ya que según el Ministro del Interior sus vidas
correrían peligro en otras cárceles. El escrúpulo que hoy se tiene con estos ladrones
de traje y corbata no se ha tenido para con los 18 presos que han muerto en lo que va del
año.
Hoy parece que lo más «sensato» es quedarse callado, conceder una vez más que los
pobres no existen, que son simples estadísticas y que cuando se rebelan son simples
delincuentes. Por nuestra parte creemos que es tiempo de hablar claro. Y no podemos
lavarnos las manos y mirar para otro lado cuando los pobres y su lucha desesperada,
espontánea intenta ser criminalizada.
Por eso convocamos a todos los compañeros, a toda la gente que en el mundo entero
entiende que no es justo que los niños tengan que comer pasto como en el barrio
Conciliación..., a todos los que entiendan que los derechos humanos deben ser respetados
-el de la alimentación que va de la mano con la vida es, sin lugar a dudas el más
elemental de todos-, a todos los que entiendan, además, que nadie puede ser encerrado
tras las rejas por decir lo que piensa o publicarlo en la prensa: a protestar, a exigir
que sean liberados los presos del Hambre y que se termine esta caza de brujas que se está
ambientando desde las cúpulas del poder en Uruguay.
Que se exprese la solidaridad internacional para que de una vez por todas se respeten los
derechos de la gente hoy pisoteados por los que mandan en este país.
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