LA
VOZ INTERIOR
¿Cómo
tomárselo cuando se escuchan voces?
PAUL
BAKER
Título
original: The Voice Inside
©
The Voice Inside.
Paul BAKER 1999.
E-Mail:
P.cbaker@ctv.es
PRESENTACIÓN
-¿
A qué se parece? -¿Por qué se
produce? -Investigaciones recientes
-Lo que no hay que hacer -Lo
que es necesario hacer -Cómo
entrar en la red
Hablemos
Es completamente cierto que para los escuchadores de voces, el simple
hecho de hablar al respecto de sus voces puede ser de gran ayuda. Para permitir
a cualquiera entablar un diálogo con las personas que escuchan voces, os
proponemos pasar revista a sus aspectos más importantes.
1.
La discusión está abierta
Las personas que
escuchan voces tienen a menudo la impresión de estar confrontadas a otro mundo,
un mundo que las desborda y que acapara toda su atención. Su capacidad de
razonar puede estar temporalmente ofuscada, por lo menos al principio, y serles
imposible la tarea de encargarse normalmente de sus ocupaciones de la vida
corriente, puesto que están trastornadas por esta experiencia, al mismo tiempo
conturbadora y perturbadora.
Cuando se intentan controlar estas experiencias, el mejor medio para
poner orden es hablar abiertamente con otras personas. Es sobretodo la
comunicación la que ayuda a las personas implicadas a aceptar el fenómeno de
las voces; con ella retoman la confianza, se sienten menos aisladas y reanudan
la conexión con el mundo que las rodea. El intercambio comunicativo entre
escuchadores de voces ofrece la posibilidad de compartir experiencias, hablar un
mismo lenguaje y aprender los unos de los otros.
2.
Reconociendo patrones. Descubrir una trama
Para las personas que escuchan voces, es muy importante el que puedan
tener la ocasión de discutirlas, de la misma forma que se discute
corrientemente sobre las malas relaciones con la familia. Con el tiempo, se hace
posible entonces discernir sus malas pasadas tanto como sus lados simpáticos, e
identificar las tramas características de sus intervenciones en situaciones
dadas. En los casos en que se conoce que las voces se manifiestan en presencia
de ciertas situaciones similares, tal conocimiento de causa es positivo para
prepararse para una respuesta adecuada.
3.
Calmar la angustia
La mayoría de las personas que escuchan voces se imaginan, al inicio,
que tal cosa sólo les ocurre a ellas. La experiencia es angustiante y
desagradable y les inspira sentimientos de vergüenza o miedo a volverse locas.
Bajo el golpe de la angustia, tienen tendencia a evitar las situaciones que
puedan favorecer la percepción de voces y este rechazo bloquea seriamente su
apertura al mundo. Ciertos escuchadores de voces, por ejemplo, son incapaces de
entrar en un mercado o participar en fiestas. Tal vulnerabilidad restringe, como
un pesado fardo para la persona, su libertad de movimientos y frecuentemente las
tentativas sistemáticas de esquivarla no hacen más que agravar el problema.
4.
A la búsqueda de una aproximación teórica
Tanto los escuchadores de voces como los profesionales de la salud,
desearían encontrar un modelo teórico que permitiera explicar el fenómeno de
las voces. Una representación personal o cuadro de referencia particular podría
ayudar a los escuchadores de voces a ver más claro entre las numerosas y múltiples
explicaciones propuestas, ya sean psico-dinámicas, místicas, para-psicológicas
o médicas. Sea cual sea la aproximación elegida, es indispensable recurrir a
un inicio de explicación teórica para poner en pie un método personal eficaz,
que permita llevarse bien con las voces. En tanto no se está en situación de
poder revestirlas de una significación, es muy difícil establecer relaciones
con las voces y reducir la ansiedad que provocan. Se puede afirmar que las
tentativas destinadas a persuadir a la persona para que deje de intentar dominar
el fenómeno, producen generalmente efectos negativos. Así es en el caso de las
explicaciones que interpretan las voces como una manifestación de influencias
electrónicas, por no citar más que un ejemplo. La explicación puramente biológica
defendida por cierta psiquiatría, puede ser también decepcionante para los que
desearían hacer frente al problema, dado que hace salir al fenómeno del cuadro
de posibilidad de dominio, es decir, de un control personal.
5.
Hacía la aceptación
Cuando se ha
decidido formarse, poco a poco, la propia opinión al respecto de este tema,
después de sostenerse con firmeza hay un primer paso a franquear: Aceptar las
voces como una parte integrante de uno mismo. Esta etapa no permite ningún
rodeo y es también la más difícil de atravesar.
6.
Darle un sentido a estas experiencias
Las voces pueden expresar cosas sobre las que el escuchador se resiente o
piensa en el fondo de sí mismo: Puede tratarse de la agresividad, o bien del
miedo frente a un acontecimiento o ante un contacto con otra persona. Cuando las
voces se hacen sentir de tal modo, vehiculizando las emociones y los
sentimientos de cólera o miedo, más que preocuparse de su presencia es mejor
pasar a tener una franca discusión alrededor del contenido de sus mensajes.
7.
Los aspectos positivos
Cuando se escuchan
voces malévolas -aquellas que ridiculizan o rebajan a los otros, o engañan a
los escuchadores de voces hasta el punto de conducirlos a hacerse daño- será
sin duda difícil persuadirse de que la experiencia de las voces puede tener
también lados positivos y ser una aportación de ayuda. En contacto con otros
escuchadores de voces se descubrirá, con sorpresa, que existen también voces
positivas, constatando que éstas se manifiestan o son percibidas en la medida
en que el escuchador acepta sus propias facetas negativas.
8.
Estructurar los contactos
El hecho de darle un encuadre preciso a las relaciones que se tienen con
las voces puede reducir el sentimiento de impotencia que se padece al
escucharlas. Para los escuchadores de voces, darse cuenta de que pueden oponerse
a una intrusión excesiva de las voces, fijándoles límites, es una experiencia
enriquecedora
9.
Hacer un mejor uso de los medicamentos
En el intercambio de experiencias con otros escuchadores de voces, existe
la posibilidad de aprender sobre los medicamentos a los que han recurrido, qué
beneficios les han reportado y cuáles pueden ser los efectos secundarios. Es
pues de gran importancia, aprender de los otros si tal o cual medicamento
permitió reducir la manifestación de las voces o apaciguar la angustia y la
nerviosidad ligada a su escucha.
10.
La actitud comprensiva de la familia
El hecho de hablar
de las alucinaciones verbales con los miembros de la familia y los amigos puede
aportar una ayuda inestimable. Si estas personas aceptan la situación y no se
sienten desbordadas, su apoyo activo reconfortará al interesado. Junto a ellos
le será más fácil volver a encontrar la confianza en sí mismo, en tanto
afronta las diferentes situaciones de la vida en sociedad.
11.
La maduración de la personalidad
Todas las personas que han aprendido a tener buenas relaciones con sus
alucinaciones verbales, constatan a posteriori que esta actitud ha contribuido
positivamente a su desarrollo personal. La maduración de la personalidad se
puede definir como un proceso que conduce al individuo a identificar sus
verdaderas necesidades, de tal forma que pueda llevar una vida plena y saber cómo
encarar los objetivos que se fija; también puede describirse como un proceso de
emancipación.
12.
Advertencia
Hablar de las voces con otras personas presenta también inconvenientes,
puesto que cuando se “desvelan” frente a los otros, uno puede sentirse muy
vulnerable. Siendo así que muchos escuchadores oponen una gran resistencia a
hablar abiertamente de sus alucinaciones verbales, estando en cambio dispuestos
a hacerlo con otras personas que experimentan este fenómeno. En particular, los
escuchadores de voces que no han recurrido nunca a un psiquiatra, precisan de
mucho coraje frente a un cerco que los tratará corrientemente de locos si
hablan de esta faceta sombría de su vida. Para éstos, no es siempre evidente
el comprender en qué puede serles útil hablar de ello. A menudo, lo hacen con
el sólo motivo de ayudar a los que no saben como afrontar sus propias voces. En
ciertos casos, la reticencia a hablar proviene delhecho de que las voces se
convierten en más irritantes. De todos modos, pensando en todo, el hecho de
compartir esta experiencia con otros presenta más ventajas que inconvenientes.
Finalmente hay que guardarse de los consejeros que no llenan su espíritu
más que con sus convicciones personales y que no admiten ninguna otra
interpretación del fenómeno que no sea la suya propia. Es muy importante darse
cuenta de la remarcable diversidad de las situaciones y circunstancias
individuales. El menos malo de los consejos es sin duda, el que permite a las
personas implicadas conseguir un mejor control sobre las voces, frente al que
refuerza su sentimiento de impotencia.
Libertad
de elección y conocimiento de sí mismo,
son palabras claves.
PREFACIO
¿Por
qué hemos escrito este texto?
Este texto ha sido escrito por la red de Escuchadores de Voces
para permitir la posibilidad de considerar, desde otra faceta que la
tradicional, las alucinaciones verbales. Laescucha de voces puede ser muy
irritante, tanto para quien la experimenta como para las personas de su entorno.
Hasta hoy, muy poco se ha escrito sobre este fenómeno y sus
consecuencias, siendo considerado generalmente como un síntoma de enfermedad
mental y de lo que no se habla por tratarse de una experiencia mal aceptada
socialmente.
En este texto abordamos algunas cuestiones fundamentales: ¿De qué se
trata cuando se escuchan voces? ¿Por qué se producen? ¿Cómo se puede vivir
mejor con esta experiencia? Las informaciones que aquí se recogen, provienen de
las investigaciones llevadas a cabo durante el curso de los últimos diez años
en los Países Bajos y en el Reino Unido, así como de trabajos prácticos. Por
primera vez provienen de aquellos que están directamente implicados y que son
los más competentes en la materia: los propios escuchadores de voces.
¿A
quién va destinado el texto?
El texto se dirige a los escuchadores de voces, a sus familias, a sus
amigos, pero también a los profesionales de la salud implicados en este
problema.
Esperamos que su lectura os permita conocer más y mejor este fenómeno.
Si tal es el caso, podéis poneros en contacto con nosotros y apoyar nuestro
trabajo. Las dirección de la oficina central de la red puede encontrarse al
final de esta obra.
Agradecimientos
Este texto ha sido escrito sobre la base del informe Hearing Voices
(Escuchadores de Voces) de Sarah Bell del Grupo de Escuchadores de Voces de
Oxford. Recoge también informaciones que provienen del libro Accepting
Voices (1993)- Aceptando las Voces- publicado por el profesor Marius Romme y
por Sandra Escher en ediciones MIND Publications.
Nuestro
particular agradecimiento a todos los miembros de la red de Escuchadores de
Voces sin los cuales este texto no habría salido a la luz.
1.
INTRODUCCIÓN
Pequeño
informe histórico...
En el Reino Unido, el primer grupo de Escuchadores de Voces se fundó en
1988. Se trató de un pequeño grupo piloto creado en la ciudad de Manchester, a
raíz de los trabajos pioneros de Marius Romme, profesor de psiquiatría social
en la universidad de Limbourg, en Maastricht (Países Bajos), y alrededor de los
trabajos del grupo de ayuda mutua holandés la Foundation Resonance- Fundación
Resonancia. Varias veces, los miembros del grupo inglés fueron a Maastricht
para asistir a las conferencias organizadas por la fundación y a la vuelta
recibieron la visita de los holandeses. En 1989, el grupo de Manchester organizó
una serie de conferencias por el norte de Inglaterra, con Marius Romme, Sandra
Escher ( periodista científica) y Anse Stiefland (escuchadora de voces sin
pasado psiquiátrico y presidenta de la Fundación Resonancia). Estas
conferencias tuvieron muy buena aceptación por parte de un público compuesto
por escuchadores de voces, simpatizantes y profesionales. Por lo que la serie de
conferencias fue repetida cada año siguiente. Los resultados de estos trabajos
se han difundido gracias a la publicación de artículos en la prensa
especializada, en revistas y en los “mass media”. Fueron recopilados, en
1993, en la ya nombrada obra de M. Romme con el título Accepting Voices
-Aceptando las Voces. Después de nueve años de frecuentes contactos, se
organizó una primera conferencia internacional en Maastricht en agosto de 1995.
Cuáles
son las creencias tradicionales sobre la escucha de voces
La psiquiatría clínica tradicional tiene la costumbre de calificar la
percepción subjetiva de voces como alucinación auditiva y la considera un síntoma
de desordenes mentales, tales como la esquizofrenia, el trastorno maníaco-depresivo
y la psicosis. El tratamiento habitual con neurolépticos, tiene por objetivo
reducir las ideas delirantes así como las alucinaciones. Pero es conveniente señalar
que este tratamiento no funciona para todas las personas. Por otra parte -hecho
conocido hace poco tiempo- existen numerosas personas, en el Reino Unido y otros
lugares, que escuchan voces sin por ello recurrir a un psiquiatra. Esta es la
razón por la cual nos planteamos si no sería más conveniente abordar este fenómeno
de las voces escuchadas por ciertas personas, recurriendo a una aproximación
diferente.
Escuchar
voces - una nueva aproximación
El profesor Marius Romme recapitula los resultados a los que han
conducido los trabajos por él dirigidos (durante nueve años, en los Países
Bajos y Gran Bretaña, en colaboración con la red inglesa de escuchadores de
voces, National Hearing Voices Network- Red Nacional de Escuchadores de
Voces- ) de la siguiente forma:
“Nuestras
investigaciones muestran que las voces son una realidad que no debe ser negada.
Debemos hacernos a la idea de cambiar. No se curan, no más que el ser zurdo
manual u ocular. La variabilidad de los comportamientos humanos no está sujeta
a curación -sólo se puede intentar responder de manera apropiada. Si queremos
ayudara las personas a afrontarlo, no debemos proponerles terapias que no
funcionan. En caso de duda, deberemos dejarles decidir a ellas mismas que es lo
que puede ayudarlas y lo que no. Hace falta un cierto tiempo antes de que
comprendan que el hecho de escuchar voces es algo que forma parte de ellas
mismas.”
2.
¿DE QUÉ SE TRATA?
¿Qué
se siente cuando se escuchan voces?
Duro
de explicar
Es difícil explicar qué es lo que ocurre cuando alguien escucha voces,
sobretodo si uno nunca las ha escuchado. La palabra vocación ( del latín vox:
voz), por ejemplo, significa llamada interior, dicho de otra forma:
Escuchar una voz y extraer las consecuencias. Esta es la raíz, en el origen, de
esta palabra, aunque ahora la gente que la utiliza le da otro significado. En
efecto, numerosos personajes históricos afirman haber escuchado una voz como
base de su inspiración: Sócrates, Moisés, Jesús, Juana de Arco, Teresa de Ávila,
Emmanuel de Swedenborg, Karl Gustav Jung, Ghandi,...
Para algunos escuchadores de voces estas últimas pueden manifestarse
durante toda la jornada y empujarlos a dedicarse sólo a ciertas actividades en
su vida cotidiana. Las voces pueden también tratar a la persona ásperamente si
no se siguen sus inducciones. Escuchar voces es considerado peligroso, puesto
que ciertas voces ordenan a las personas que cometan homicidios o se hieran a
ellas mismas, casos célebres lo atestiguan. Parecería pues que las voces
producen o santos o locos, pero: ¿es esto así siempre?
En
pocas palabras
Cuando se intenta
explicar el fenómeno, uno se enfrenta a los prejuicios y a numerosas
dificultades. De todos modos, el hecho de escuchar voces es una experiencia
menos extraña de lo que se piensa generalmente. En primer lugar, la alucinación
puede ser identificada como una voz que se escucha normalmente por las orejas,
es decir, una voz que no parece de origen psíquico. De la misma forma que
existe una gran diversidad en las voces escuchadas con las orejas, también la
experiencia a la que nos referimos presenta particularidades. Por ejemplo, uno
sale una tarde bajo la inducción de voces, pero no quiere hablar de eso y se
siente taciturno y aislado de los demás. ¿Pensáis que esto no os ha pasado
nunca? ¿Estáis seguros? -ver al final de este capítulo el apartado titulado: Más
datos. He aquí otro ejemplo: es posible que hayáis oído que alguien os
llamaba por vuestro nombre, y os habéis dado la vuelta para daros cuenta de que
no había nadie. En efecto, las investigaciones han demostrado que no es raro
escuchar la voz de una persona fallecida, durante el período del duelo. Pero éstas
no son las únicas formas del fenómeno. Lo mismo que algunas personas escuchan
las voces como si lo hicieran desde las orejas, ciertas personas escuchan las
voces como pensamientos que les parecen provenir del exterior penetrando en su
espíritu. No se trata de la misma experiencia que vivimos cuando una idea nos
llega súbitamente al espíritu y la reconocemos como proviniendo de nosotros
mismos. A diferencia de esto último, se trataría en cambio de pensamientos que
parecen venir del exterior de la propia conciencia, similar a mensajes telepáticos.
He aquí un buen ejemplo: Todos conocemos la experiencia de recitar un
ritmo o una melodía, de estarla canturreando involuntariamente con sorpresa
para nosotros mismos, como respiramos involuntariamente, y de que trote sin
cesar por nuestra cabeza, tarareándola aunque no hayamos decidido empezar a
hacerlo conscientemente, pasando todas las penas del mundo para deshacernos de
ella. La diferencia entre una melodía y una voz-pensamiento con
palabras, radica en que se manifiestan en nuestro espíritu de forma diferente,
pudiendo la última tener un discurso coherente y pudiendo a su vez entablar una
conversación con nosotros. No sintiéndonos responsables de ello y sin ninguna
idea de lo que la voz dirá
dentro de un instante.
Pensamientos
sin palabras. Visiones, olores, gustos, sueños...
Hay numerosas formas de escuchar voces: Se escuchan en la cabeza, fuera
de la cabeza e incluso dentro del cuerpo. Puede tratarse de una sola voz o de
varias. La voz puede hablar dirigiéndose a ti o puede hablar de ti. Y hay aun más
formas de escuchar voces. Se ha hecho aparecer el término escuchar voces como
una torpe tentativa de descripción del fenómeno; puede ser que estemos
obligados a algún día encontrar uno mejor- aunque no se tratará nunca de la
misma cosa para todo el mundo. Ciertas personas, por ejemplo, tienen
pensamientos no verbales, ven imágenes, o visiones, perciben sensaciones
gustativas, olfativas, táctiles. Ninguna de estas percepciones tiene una causa
material y la persona no ha querido provocarlas.
Ciertas voces pueden ser como sueños. Todos soñamos, y en nuestros sueños
percibimos palabras, imágenes, sensaciones. Cuando nos aburrimos en alguna
circunstancia podemos desconectar de esta y deslizarnos por un sueño en
vigilia, lo que se llama soñar despiertos. Soñamos entonces cosas extrañas
que podrían pasarnos, pero no nos dejamos engañar y no creemos que nos pasan
realmente: La alucinación verbal puede tener también la apariencia de un sueño
en vigilia, con la diferencia de vivenciarlo como una realidad.
Más
datos
Escuchar voces no es una experiencia excepcional.
Numerosas personas escuchan voces sin haber consultado nunca a un
psiquiatra. Se ha sabido después de mucho tiempo, pero no se le ha querido
prestar atención. Es conocido que una parte importante de la población
-sobretodo en situaciones de duelo, divorcio o separación- ha tenido la
experiencia, ocasionalmente y durante un breve período. También las personas
expuestas a condiciones extremas han vivido el fenómeno: por ejemplo el 80% de
las víctimas de torturas han alucinado durante las mismas ( Amnistía
Internacional). Este mismo fenómeno, alucinar, se observa en el caso de los
navegantes solitarios (Bennett, 1972). En estos casos no se trata de enfermedad
mental, sino más bien de lo contrario.
Un estudio epidemiológico reciente, llevado a cabo con 15.000 personas
en Baltimore -USA-, mostró que entre el 10% y el 15% de las personas
encuestadas habían escuchado voces durante un largo período; sólo un tercio
de los sujetos dijo haber constatado efectos negativos (Y. Tien).
Otras investigaciones llevadas a cabo en 1991, revelan que muchos casos
de personas que oyen voces, no satisfacen los criterios para un diagnóstico
psiquiátrico (Eaton). Otro reciente estudio ha sido llevado a cabo con dos
grupos de sujetos que escuchaban voces, uno formado por personas que estaban en
tratamiento psiquiátrico y lo habían solicitado y el otro grupo formado por
personas que no estaban en tratamiento psiquiátrico y que no lo habían
solicitado. El profesor Romme ha mostrado, que no hay diferencias significativas
entre los dos grupos en lo que concierne a la percepción de voces positivas y
voces negativas. Los dos grupos se diferencian sobretodo con relación a su
forma de reaccionar ante las voces: Las personas que no solicitaron tratamiento
psiquiátrico no estaban asustadas y se sentían, a su vez, menos indispuestas
por sus voces que aquellas que sí habían solicitado tratamiento psiquiátrico.
3.
LO QUE DICEN LAS VOCES - Y LAS FASES POR LAS QUE PASAN LAS PERSONAS QUE LAS
ESCUCHAN.
Qué
dicen las voces y qué se puede hacer
Voces
muy variadas
¿Qué dicen las voces? ¿Qué mensajes aportan? Raramente se escucha una
sola voz repitiendo sin cesar lo mismo. Pueden escucharse cierto número de
voces muy diferentes las unas de las otras. Una voz, tal vez, dirá cosas
agradables, afirmando estar de vuestro lado, mientras que otra voz hará todo lo
contrario. En ocasiones la voz queda fijada a una personalidad y aquél o aquélla
a quien le habla la reconoce al instante como la de alguien muerto, o vivo, como
la de un espíritu, o como la de Dios o la del diablo. Otras veces no presentan
un carácter bien definido: Quien las escucha no puede atribuirlas a una persona
en particular. Escuchar voces es, a veces, como escuchar las “migajas” de
una conversación.
Las
peores noticias
Algunas voces son más agradables que otras.
Las que son desagradables pueden burlarse de la persona que las escucha,
decirle que es un malvado, un inútil con mala fe, una bestia, un cobarde...,
repitiéndolo muchas veces en un tono embotado. Las voces son también capaces
de dar ordenes a las personas, que las reciben creyendo tener que prestarles
obediencia pues sienten que las voces las controlan. Las voces pueden a su vez
producir que aparezca una enfermedad o provocar dolores.
No
buenas del todo
Otras voces intervienen, ocasional o permanentemente, con frases hechas,
tales como: “Esto no funcionará”. “Esta idea es mala”. “Esto se
parece a lo otro”... y de este modo de una forma continuada.
Puede llegar un momento en que numerosas voces se lancen a una discusión,
con aparente omnisciencia y sagacidad, como si estuvieran bien informadas, pero
la persona se dará cuenta después, de repente, de que todo era falso. Por
ejemplo, las voces dicen que si le escribes a tal o cual persona para pedirle
algo, esa persona hará aquello que deseas. Más tarde, cuando la previsión no
se realiza, aparece una gran desilusión.
Buenas
noticias
Pero, por otra parte, algunas veces puede ser muy agradable escuchar
voces. En ocasiones la sabiduría de sus dichos se confirma, las voces ( o
ciertas de entre ellas) dan entonces la impresión de ser razonables. Las
personas que las escuchan informan de que las voces les han dicho cosas que
ignoraban o que no habrían encontrado por sí solas, y que las han ayudado
realmente. Algunas personas consideran una tal experiencia como un don y como
una intuición valiosa, vivir la experiencia de escuchar voces como una percepción
extra-sensorial (PES) les inspira confianza.
Las voces pueden pues, ser
inteligentes, graciosas, llenas de humor o practicar una ironía mordaz.
Lo que dicen las voces está relacionado con el efecto que las
circunstancias sociales y emocionales ejercen sobre el escuchador. A menudo, las
voces comentan la forma en que el escuchador vivencia el mundo que le rodea,
convirtiéndose en servidoras de mecanismos de defensa contra los sentimientos
que desbordan o que se han prohibido. A menudo, también, las voces se refieren
directamente a acontecimientos de la vida del escuchador, tales como
traumatismos recientes, o se remontan a la infancia y expresan nuestros
sentimientos de injusticia frente a lo que hemos sufrido.
Las
fases por las que pasan las personas que escuchan voces
Las
personas que escuchan voces pasan por tres fases:
La
fase del miedo
La mayoría de los escuchadores de voces al inicio de la experiencia la
viven como súbita, pavorosa y angustiante, recordando perfectamente el momento
en que escucharon una voz por primera vez.
La edad de aparición de la primera manifestación de las voces es muy
variable, al igual que la intensidad del miedo, éste último adquiere un punto
culminante durante la adolescencia. Parece ser que la confusión es menor cuando
las voces son escuchadas antes de la adolescencia o cuando hacen su aparición
durante la edad adulta. Según una encuesta, el 6% de los casos escucharon voces
antes de la edad de los seis años, el 10% entre los diez y veinte años y el
74% después de los veinte años- el 10% restante no se tabuló.
Las voces aparecen frecuentemente a raíz de acontecimientos traumáticos
o emocionales tales como: Accidentes, divorcios o separaciones, duelo,
enfermedad o sesiones de psicoterapia.
En cuanto a sus efectos las voces pueden dividirse en dos categorías:
- Ciertas personas perciben a las voces como útiles y les evocan un
sentimiento de reconocimiento. Estas personas no dudan en afirmar que las voces
les fortalecen y refuerzan su auto-estima. Las voces son percibidas, entonces,
como un aspecto positivo e inteligible de sí-mismo.
- Otros escuchadores vivencian las voces como agresivas y negativas. Para
ellos las voces son hostiles y no las aceptan como una parte de sí-mismos. Las
voces negativas les hacen sufrir y pueden precipitar a su espíritu hacia el
caos, acaparándolos hasta tal punto que la comunicación con su entorno deviene
extremadamente penosa.
La
fase de organización. Cómo vivir con las voces
Los escuchadores frecuentemente perturbados por sus voces buscan huir de
ellas. Algunos se resienten de tal molestia durante poco tiempo (semanas o
meses), otros las sufren durante años. Si se desea, de una forma u otra,
acomodarse a las voces, o si se desea integrarlas verdaderamente en la propia
vida como otros sucesos de ésta, se está obligado a acordar voluntariamente un
mínimo de aceptación del fenómeno. Negar simplemente a las voces no conduce a
nada. En esta fase sabemos que los escuchadores recurren -y ello es
comprensible- a diversos medios para intentar acceder a un control sobre las
voces y para plantarles cara, por ejemplo:
·Ignorarlas,
desviando la atención.
·Prestarles
atención pero de forma selectiva.
·Dialogar
voluntariamente con ellas.
·Citandose
decididamente con ellas.
Las tentativas que tienen el objetivo de ignorar la existencia de las
voces, o las maniobras de distracción, raramente consiguen ser coronadas con éxito.
Parece ser que numerosos escuchadores de voces que adoptan tales estrategias sólo
consiguen tener serios problemas en sus vidas cotidianas.
No es sorprendente constatar que los sentimientos de pánico y de
impotencia, al inicio de experimentar el fenómeno, ceden paso después a una
fase de cólera hacia las voces, pero uno se da cuenta rápidamente de que la cólera
no es una reacción eficaz. Si creemos a los escuchadores que han vivido la
experiencia, la mejor forma de reaccionar consiste en seleccionar las voces
percibidas como positivas, tratar de entenderlas y hablar sólo con ellas. Con
respecto a la organización de relaciones exitosas con las voces es esencial
aceptarlas deliberadamente. Parecería que ello está en función de nuestro
propio proceso de maduración, que implica sentirse responsable de las propias
decisiones. Debemos aprender a tener una opinión positiva de nosotros mismos,
de las voces en general y de nuestros problemas personales.
Se puede también circunscribir y estructurar el contacto con las voces,
por medio de acompañarlas de rituales y actos repetitivos.
La
fase de estabilización
Es posible entablar con las voces una relación positiva y encontrar el
equilibrio psíquico. Cuando se llega a este estado de armonía, se considera a
las voces como formando parte de uno mismo y de la propia vida y se reconocerá
que pueden tener una influencia positiva. En esta fase se esta en situación de
decidir si se quiere o no seguir sus consejos - libre albedrío- y puede decirse
: Yo escucho voces y me alegro.
Los
efectos producidos por las voces
Así pues, según el caso, las voces aparecen como un fenómeno patológico
e indeseable o, al contrario, como una predisposición o don.
Son muchos, incluso las personas incomodadas por sus voces, los que no
querrían renunciar a esta experiencia. Es cierto que las voces pueden causar
sufrimiento psíquico, pero pueden también cumplir una función útil psíquicamente.
PD: Todas las informaciones aquí recogidas son el resultado de encuestas
llevadas a cabo, en los últimos diez años, con escuchadores de voces, con la
ayuda de cuestionarios y entrevistas. Ver el libro “Accepting Voices” de M.
Romme.
4.
COMO NEUTRALIZAR A LAS VOCES
¿Se
puede desconectar?
Cómo
descartar a las voces que no se quieren escuchar
¿Cómo reaccionar frente a las voces que se muestran no amistosas, que
denigran, insultan, que se infiltran en nuestros pensamientos, dándonos
consejos malévolos o incitándonos a actos estúpidos?
Es necesario, en primer
lugar, persuadirse de que no se está obligado a obedecerlas ciegamente, incluso
si acaparan nuestro campo de conciencia. ¿Acaso os lanzaríais corriendo a
cometer un homicidio, únicamente porque alguien os dijera que lo hicierais?
Seguro que no. Los escuchadores de voces tienen, como todo el mundo, derecho al
libre albedrío, he ahí la única respuesta correcta que conviene dar a las
voces. Si ciertas voces son gentiles y amistosas, que quede claro que es con
ellas con quien charlaréis, ignorando los mensajes de las otras. Decidles a las
voces indeseables que no las encontráis ni gentiles, ni útiles, y que no las
toleraréis en tanto no cambien.
¿Cómo hay que reaccionar pues, haciéndoles frente, a las voces malévolas,
que pueden causar sufrimiento psíquico agudo y dar ordenes nocivas, como por
ejemplo, no salir de casa y aislarse de los demás? Lo primero es evitar, en
tanto sea posible, las situaciones estresantes, dado que bajo los efectos del
estrés las voces se multiplican, y simultáneamente también profieren mayor número
de cosas desagradables. Ciertamente no hay que ignorar la existencia de las
voces que se hacen cada vez más agresivas, pero no hay que permitirles que
regenten nuestra vida.
¿Por
qué se deberían seguir nuestros consejos?
¿Por qué seguir nuestros consejos si la mayor parte de los psiquiatras
no comporten nuestro punto de vista?
Hay dos buenas razones: La primera porque son el fruto de diez años de
investigaciones conducidas también por algunos psiquiatras y psicólogos en
Gran Bretaña y los Países Bajos. La segunda -y es importante- porque son un
legado de las personas implicadas directamente, escuchadores de voces.
5.
EL MOVIMIENTO DE ESCUCHADORES DE VOCES
El
profesor Romme tuvo una inspiración: Fundó un movimiento
Una
paciente insólita
Esta nueva forma de abordar la alucinación verbal se inició a partir de
las sugerencias de una paciente del profesor Romme, Patsy Haagan. Ella le planteó
al psiquiatra: Usted cree en un Dios que nadie puede ver. ¿Por qué no
quiere creer en la existencia de voces que yo afirmo escuchar claramente y que,
para mí, son reales?. Patsy extrajo sus ideas sobre las voces de las teorías
del psicólogo americano Julian Jaynes, recogidas en su obra: The origins of
consciousness and the breakdown of the bicameral mind, (Los orígenes de la
conciencia y el fin del psiquismo bicameral).
Las
voces y los antiguos griegos
En la Ilíada, Homero cuenta la guerra de Troya. Helena, la mujer más
bella del mundo, dejó Esparta y a su marido, Menelao, para seguir a Paris hasta
Troya. Su esposo se lanzó a perseguirla con todos los ejércitos de Grecia,
comandados por su hermano Agamenón, poniendo sitio a Troya hasta conseguir la
victoria. En su relato, Homero describe como frecuentemente se producía la
aparición, en medio de la batalla, de una diosa aconsejándole a uno de los héroes
lo que debía hacer. A este respecto en el antes nombrado libro de Julian Jaynes,
éste plantea de forma convincente la hipótesis de que no se trata de una metáfora,
sino de una experiencia realmente vivida.
El héroe, en efecto, habría visto a la diosa y escuchado sus palabras.
Jaynes cree que hasta la aparición de la escritura, alrededor del 1300 a C.,
todos los humanos escuchaban corrientemente voces, y plantea que esta
experiencia fue suplantada por lo que llamamos conciencia. Las personas que, en
nuestros días, escuchan voces, serían, según esta hipótesis, portadoras de
una reliquia de la evolución.
Patsy
hace escuela
El profesor Romme aceptó las voces de su paciente Patsy Haagan, e invitó
a otras personas en tratamiento psiquiátrico a hablar de sus experiencias.
Constató que aunque estos pacientes eran capaces de hablar del fenómeno no podían
sin embargo ayudarse mutuamente. Tras ello el profesor Marius Romme y Patsy
Hagaan participaron en una emisión de la televisión holandesa, donde hablaron
de las alucinaciones verbales pidiendo, a los televidentes que hubieran vivido
la experiencia de escuchar voces, que los llamaran por teléfono. Recibieron 450
llamadas y de estas, 150 personas afirmaron que se desenvolvían muy bien sin
asistencia psiquiátrica, y algunas dijeron estar contentas por el hecho de
escuchar voces. Estos resultados fueron realmente sorprendentes y produjeron que
se empezase a plantear la pregunta de si las técnicas empleadas porestos
escuchadores de voces que no habían pasado por la psiquiatría, no podrían ser
beneficiosas para todas las demás personas que están sufriendo la experiencia.
Fue entonces cuando el profesor Romme se lanzó a un estudio sistemático del
fenómeno, estudio que continua hasta hoy.
Por otra parte, el profesor Romme no se encajonó en su rol académico,
participando en la creación de una asociación de Escuchadores de Voces y
organizando una conferencia con el objetivo de promover una discusión de largo
alcance, y buscando que la opinión pública se situara en una mejor comprensión
del fenómeno e intentando a su vez un cambio de actitud por parte del cuerpo médico,
especialmente de sus colegas psiquiatras.
6.
¿QUÉ APORTA UN ESTUDIO CIENTÍFICO DEL FENÓMENO?
Sus
repercusiones sobre la práctica terapéutica de la psiquiatría..., una
esperanza para los pacientes
El
punto de vista de la medicina oficial
Los psiquiatras,
personal sanitario y demás profesionales implicados, se han situado en la
consideración de la percepción subjetiva de voces, en tanto que alucinación
auditiva formando parte de la sintomatología de enfermedades mentales, tales
como la esquizofrenia. Las personas incomodadas por sus voces son tratadas con
medicamentos como los neurolépticos, que en algunos casos atenúan la ansiedad
producida por las voces, pero que tienen el inconveniente de situar a estos
pacientes en la apatía o la agitación y con efectos secundarios de daños
cerebrales duraderos, y cronificados e irreversibles en ocasiones, si los
medicamentos son consumidos en altas dosis durante un largo período. La
psiquiatría recurre a numerosas teorías para intentar explicar el fenómeno de
las voces, y multitud de estas teorías clasifican la escucha de voces como síntoma
psicótico y en muchos casos como producto de deficiencias de origen genético.
Se admite en general, que los pacientes no pueden hacer gran cosa por sí
mismos frente a las alucinaciones verbales. En efecto, mayoritariamente los
profesionales de la salud han aprendido a no entrar en materia al respecto del
contenido de lo que las voces dicen, con el fin de no situar al paciente sobre
el terreno de lo que consideran sus divagaciones, ya que, según ellos, esto no
le reportaría ninguna ayuda. Lo más frecuente es que intenten desviar la
atención del paciente de sus alucinaciones pero, como ya dijimos anteriormente,
este procedimiento no suele servir de ayuda. Plantear que las voces no son más
que un síntoma de una enfermedad, a pesar de que para uno sean tan reales como
no importa que otra cosa del mundo psíquico, es extremadamente desalentador.
He aquí un ejemplo: Georges escucha voces de forma permanente. A veces
son gentiles, pero a menudo profieren cosas desagradables, o bien lo interrumpen
en un momento en el que él preferiría mantener toda su atención en lo que
ocurre a su alrededor, por ejemplo un encuentro con alguien interesante. Georges
ha intentado frecuentemente hablar de ello con los médicos. Querría contarles
lo que las voces le dicen, pedirles ayuda para interpretarlas, pero los médicos
le responden que se trata de un síntoma de su enfermedad y que debe ignorarlas.
A pesar de ello, las voces le hablan de cosas extremadamente importantes que
tienen para él una significación, ¿cómo puede creer que no son más que síntomas
de una enfermedad, al mismo nivel que un dolor de garganta? ¡En un contexto
donde la rutina médica consiste en desalentar sobre cualquier posibilidad de
una discusión concerniente a las voces, se le pide a Georges que acepte la idea
de que su vivencia personal de las voces no presenta ningún interés!
Lo
que dice el profesor Romme
Sobre la base de sus investigaciones, el profesor Romme ha llegado a
conclusiones muy diferentes a las aportadas por la psiquiatría tradicional,
dado que su comprensión del fenómeno de la escucha de voces reposa sobre las
entrevistas que ha mantenido con los escuchadores de voces mismos, así como en
encuestas realizadas a éstos. Cuando comenzó sus investigaciones les planteó
varias preguntas muy sencillas: ¿Cuándo empezó la experiencia?, ¿cuántas
voces escucha?, ¿cuándo las escucha?, ¿a qué intervalos?, ¿qué dicen las
voces?, ¿qué significan para usted?, ¿qué cree que podría hacerse para
ayudarle?... Es sorprendente que tales preguntas no hubieran sido jamás
planteadas anteriormente de una forma sistemática y que la experiencia
inmediata y subjetiva de los escuchadores de voces haya sido simplemente
ignorada.
Romme llegó a la conclusión de que no es tan solo inútil, sino que es
a su vez perjudicial para el paciente, el considerar la percepción de voces
como un síntoma de enfermedad mental, así como no tener en cuenta el contenido
de los mensajes escuchados, puesto que cuando no se le presta interés al
contenido de los mensajes y aunque se trate a la persona, durante un largo período,
con ayuda de medicamentos psicotropos, las molestias que provocan las voces no
hacen más que empeorar. Con ello se desvía la atención del verdadero
problema, puesto que hay personas que escuchan voces y son capaces de salirse
del apuro para vivir con ellas sin necesidad de atención psiquiátrica. Marius
Romme subraya que el problema no reside en el hecho de escuchar voces, lo que
cuenta es la forma en que la persona implicada afronta la experiencia. Por
otra parte, los trastornos psiquiátricos están siempre ligados a la historia
personal de cada cual.
Algunos
hechos sobre la percepción de voces interiores. Consecuencias para los
profesionales de la salud mental.
Ciertamente valdría la pena que los especialistas de la salud mental
pusieran en cuestión sus actuales referencias teóricas y prácticas en lo que
concierne al cuidado de los pacientes que escuchan voces. Con ello estarían en
condiciones de ayudarlos mejor en sus tentativas de vivir con sus alucinaciones.
He aquí las principales etapas a seguir en esa vía:
-Aceptemos la experiencia de los escuchadores de voces; muy
frecuentemente las voces son percibidas y vividas como más intensas y reales
que las percepciones auditivas normales.
-Intentemos comprender las diversas modalidades que los escuchadores de
voces utilizan para describir e informar sobre su experiencia, y también los
modos de expresión de las voces mismas. Frecuentemente se trata de un mundo de
símbolos y sentimientos: una voz puede, por ejemplo, emplear la metáfora
claro/oscuro para hablar de amor/odio.
-Impliquémonos en la ayuda a aportar a la persona que se debate en un diálogo
con las voces. Esto puede conducir a divergencias entre el terapeuta y el
paciente, en cuanto a la distinción entre voces buenas y malas y precisar de la
aceptación por parte del terapeuta de las reacciones contrarias del paciente.
Pero tal actitud terapéutica de aceptación del paciente puede, también,
favorecer considerablemente la auto-estima del mismo.
-Alentemos a los escuchadores de voces a que tengan contactos con otras
personas que viven experiencias similares y a que se documenten sobre el fenómeno,
puesto que ello les permitirá escapar al aislamiento y superar los tabúes.
Tales etapas exigen de los profesionales de la salud mental una apertura
considerable con respecto a su horizonte terapéutico, y la revisión de las
bases teóricas que hoy por hoy centran su profesión.
7.
LA RED DE ESCUCHADORES DE VOCES
La
puesta en pie de una red de soporte e información
La
ayuda que aporta la red para hacer frente a las voces
La red se ha establecido con el objetivo de ofrecer la posibilidad a los
escuchadores de voces de gestionar ellos mismos el problema, mostrándoles que:
- Las alucinaciones auditivas y verbales pueden tener diversas
explicaciones; tomar conciencia puede alentarlos y permitirles vivir esta
experiencia de forma positiva.
-Existen personas capaces de vivir con sus voces sin tomar medicamentos,
personas que han encontrado, fuera del circuito de la psiquiatría oficial,
explicaciones inéditas del fenómeno de las voces y que, de hecho, han podido
aportar su ayuda a otros escuchadores de voces. La experiencia y los
conocimientos que han adquirido merecen ser tomados en cuenta, junto a las otras
aportaciones existentes, para el beneficio de cada cual.
-Las personas que escuchan voces y que querrían aprender más y
prepararse mejor, pueden encontrar sostén en los grupos de ayuda mutua. Éstos
son el cuadro ideal para compartir sus experiencias con otras personas, para
encontrar explicaciones recientes sobre las causas del fenómeno y sobre las
actitudes a adoptar y es una forma de ayudarse mutuamente.
Lo
que puede cambiar
Es de interés para los escuchadores de voces, pero también para sus
familiares y amigos, desdramatizar el fenómeno de las alucinaciones verbales,
puesto que ello conducirá a una creciente tolerancia y comprensión del mismo.
Una actitud resueltamente positiva creará un clima propicio, en el cual los
escuchadores puedan, sin temor, formarse su propia idea del problema. De ello
resultará una toma de conciencia y una actitud más comprensiva por parte del
resto de la población.
Los
objetivos de la red
La red se plantea:
1: Aportar ayuda a las personas que escuchan voces y promover una mejor
comprensión del fenómeno por parte de los profesionales de la salud, los
miembros de las familias y los amigos, traspasando permanentemente informaciones
útiles para ayudar a las personas a tener una buena relación con sus voces.
2: Poner en pie grupos de ayuda mutua para los escuchadores de voces, en
los que puedan intercambiar sus experiencias y discutir los métodos que han
probado para hacer frente a las alucinaciones verbales.
3: Mostrar como el problema real es menos el hecho de escuchar voces que
la incapacidad de vivir con ellas, y que puede educarse al resto de la población
para que el fenómeno de las voces no les inspire miedo, pasando a tener con los
escuchadores de voces relaciones normales.
4: Poner en evidencia la gran diversidad de experiencias, formas, causas
y eventuales soluciones. Elaborar una serie de aproximaciones no médicas para
ayudar a las personas a gestionar sus voces.
5: Reunir a los escuchadores de voces que no han recurrido a la psiquiatría
con las personas que están viviendo la experiencia con apuros.
Cómo
funciona la red
En 1988, decidimos establecer una red que comprendiera a los escuchadores
de voces y a otras personas implicadas. De 1989 a 1995, la red se desarrolló y
se dotó de una oficina central en Manchester.
Los
miembros
En abril de 1995 la red se componía de 650 miembros, comprendiendo a
escuchadores de voces, parientes y amigos, así como a profesionales y
simpatizantes.
El
boletín de información
Los miembros reciben regularmente el boletín, editado en inglés, Hearing
Voices Newsletter (Boletín de Escuchadores de Voces). El boletín fue
editado por primera vez en 1990 y es gratuito para los miembros de la red.
Contiene informaciones sobre las actividades de la red; informa a su vez de las
publicaciones que pueden interesar a las
personas
implicadas y recoge testimonios.
El
programa de información
Junto al boletín, editamos folletos de información con reseñas de
nuestras conferencias anuales, comentarios críticos sobre las investigaciones
realizadas en los Países Bajos, así como informes sobre el trabajo con
escuchadores de voces allí.
Un cierto número de revistas populares y otras especializadas, han
retomado nuestras informaciones sobre el tema; en 1995 la B.B.C. ( la televisión
y radio pública de Inglaterra) programó un documental televisivo al respecto.
Grupos
de ayuda mutua
Durante este tiempo
han surgido grupos de ayuda mutua en Inglaterra, País de Gales y Escocia,
sobretodo en las grandes ciudades, como Oxford, Londres, Fife y Newcastle.
Conferencias
y seminarios
Durante los últimos cinco años, hemos organizado conferencias y
seminarios para los escuchadores de voces, así como encuentros donde se han
reunido estos últimos, sus parientes y profesionales de la terapia. También
hemos enviado delegaciones a conferencias y reuniones en toda la Gran Bretaña
Oficina
de la red:
-
c/o Community Integrated Care
2
Old Market Court, Minners Way
WIDNES
Cheshire WA8 7SP -UK
Tlf::
+ 44 151 420 3637
Fax:
+ 44 151 495 3146
BIBLIOGRAFÍA
-
Accepting Voices. Marius Romme & Sandra Escher. MIND London,
1993, 258 p.
-
Stimmenhören akzeptieren. Romme
& Escher. Psychiatrie Verla. Bonn, 1997, 264 p.
-
Coping with Hearing Voices. An Emancipatory Approach. Marius Romme
& all. In British J. of Psychiatry, (161), 1992, pp 99-103.
-
Hearing Voices. M. Romme, S. Escher. In Schizophrénia Bull. Vol
15, (2), 1989, pp 209-16.
-
Hearing and Accepting Voices- and Life is not a Problem that has to be Solved
but a Mystery that has to be Lived. M. Romme & S. Escher. In
National Hearing Voices Network, 1992.
-
Understanding Voices, coping with auditory hallucinations and confusing
realites. Marius Romme. Handsell publications, Gloucester, GLI 4UT,
UK, 1998 (1996), 68 p.
-
The Origins of Consciousness and the Breakdown of the Bicameral Mind. Julian
Jaynes. Boston: Houghton, Mifflin, 1976.
-
Distribution of hallucinations in the population. A.Y. Tien. In:
Social Psychiatry and Psychiatric Epidemiology, 1991, 26, pp 287-92.
-
Inner Voices Experiences: an exploratory study of thirthy cases. M.W.
Heery J. Of Transpersonnal Psychology, 1989, Vol 21, (11), pp 73- 82.
-
Recovery an alien concept. Ron Coleman. Handsell publications,
Gloucester, GLI 4UT, UK 1999, 116 p.
-
Recovery: A Holistic Approach. Alison Reeves. Handsell
publications, Gloucester, GLI 4UT, UK, 36 p.
-
Hearing Voices: A different perspective. Paul Baker. National
Hearing Voices Network, 1992.
-
Hearing Voices. Paul Baker. OPENMIND, 1989, N.40, pp 16-17.
-
Can You Hear Me? Paul Baker. Handsell publications, Gloucester,
GLI 4UT, UK.
-
I hear voices and I´am glad to! Paul Baker. In: Critical Public
Health, (4), 1990, pp 21-7.
-
Working with Self-Harm. Mike Smith. Handsell publications
Gloucester, GLI 4UT, UK, 1998, 80 p.
-
Working with Voices. Ron Coleman & Mike Smith. Handsell
publications, Gloucester, GLI 4UT, UK, 1997.
-
Stimmen hören. Botschaften aus der inneren Welt. Irene Stratenwerth,
Thomas Bock.
Piper Verlag-Gmb
H. München 1999, 224 p.
-
Stimmenreich. Thomas Bock & all. Pschyatrie Verlag, 1992, Bonn.
-
Wahn & Sinn- Verrückte lebenswege von Frauen. Irene Stratenwerth.
Klein Verlag, 1997, 163 p.
-
Lichtjahre-Psychosen ohne Psychiatrie. Thomas
Bock. Psychiatrie Verlag, Bonn, 1997, 376 p.
-
Bevor die Stimmen wiederkommen. Vorsorge und Selbsthilfe bei psychotischen
Krisen. Andreas Knuf, Anke Gartelmman. Psychiatrie Verlag,
Bonn, 1997, 226 p.
-
Hören Sie Stimmen? Neue Untersuchungen eines alten Phänomens. NDR 3,
1996, Video, 45´