"ACS"

Autor: KÁ -Kontrainformativo Autónom@-

E-mail: kurruche@sindominio.net

Título artículo: Ecuador: Crítica al levantamiento de febrero - Segunda parte

Mensaje/Artículo:

El Estado de Emergencia y el cerco policial de la UPS

Las limitaciones de esta "revuelta constitucional" eran evidentes desde que la Constitución incluye la contradicción del descontento y la estabilidad del orden
establecido, en un solo cuerpo. Con el decreto de Estado de Emergencia se ratificó este argumento, pues en pos del mantenimiento del orden establecido resulta
tan constitucional la posibilidad de ampararse en el habeas corpus como la imposibilidad de recibir respaldo judicial si el Estado considera peligroso el quehacer del
rebelde. Prepotente y ofensiva decisión (por tratarse de su decisión sobre nuestro quehacer en "democracia") que tomó (supuestamente) aquel tipejo que subió al
poder ejecutivo por la debilidad del movimiento de enero del año pasado y que ha venido pretendiendo conquistar plenos poderes.

Con el decreto de Estado de Emergencia, la noche del viernes 2 se respiró un ligero aire de inquietud que, por falta de reflexión acerca de la significación de, además
de todo, perder los derechos a la inviolabilidad del domicilio, al secreto e inviolabilidad de la correspondencia, a la posibilidad de transitar libremente y a la libertad
de reunión o asociación además de que, "mientras durase la emergencia", todo ecuatoriano y extranjero residente, sin distinción de sexo o condición, comprendido
entre los 18 y 60 años de edad, estaría obligado a prestar sus servicios individuales para los fines de movilización militar, no emanaba sino de las reacciones
habituales a lo desconocido. El fin de semana el estudiantado se dio vacaciones, excepto los administradores de los traseros de los bebés indiecitos, la voz
periodística del estudiantado y algunos mentecatos que aplaudían junto con los indios de las bases a los shows artísticos, los encuentros deportivos y demás
entretenimientos a la espera de la Gran Revolución: "Luego de una primera ronda de diálogos celebrada en la tarde y noche del domingo 4, entre el Vicepresidente
de la República y los respectivos vicepresidentes de las organizaciones indígenas, se dio a conocer que los indígenas habían flexibilizado su posición al aceptar
negociar la revisión de las medidas y no su derogatoria total. La acción indígena se dirige particularmente contra el alza de precios del gas doméstico, de la gasolina y
del transporte" (Alai-amlatina).

Todo se mantuvo en calma hasta el lunes 5, cuando la dirigencia indígena decidió romper el diálogo con el gobierno, según dijeron, por el asesinato de 4 personas,
incluyendo un muchacho de 14 años, en Puerto Napo; ante ese anuncio, las bases y colaboradores extranjeros al movimiento aplaudieron en la UPS y vitorearon
apaciblemente a los jefes, esperando nuevos comunicados y ordenes superiores. Esa noche, escuadrones de la policía especial (Grupo de Intervención Rápida, GIR
y Grupo de Operaciones Especiales, GOE) cercaron el predio sin resistencia ciudadana (a menos que los coros de "¡asesinos!" o "¡la policía tiene dos caminos,
luchar junto al pueblo o ser su asesino!", se consideren resistencia), impidiendo el ingreso a todos a excepción de los periodistas debidamente acreditados. En la
puerta principal de la Universidad, con el fin de "evitar una carnicería" se plantó una vigilia de solidaridad que duró hasta las 12 de la noche, hora en que los
luchadores indigenistas se cansaron de no hacer nada, después de haber gritado consignas, haber sido atropellados por los caballos de la policía montada y haber
tragado gases lacrimógenos. Y como si esa ridiculez fuera poca, la estrecha puerta principal (custodiada por un contingente del GOE) era, en realidad, el único
espacio en que jamás ocurriría nada, una de las amplias puertas laterales fue alambrada mostrando el único camino posible del desalojo, la otra, pero ambas se
mantuvieron sin custodia revolucionaria. Y así, entre la gritería de frases huecas y los juramentos de entrega incondicional al movimiento indígena, se presenció otra
arbitrariedad afrentosa que no fue comentada más que en forma de efímeros bramidos fanáticos.

Al día siguiente, a las dos de la tarde, se firmaba el "Acuerdo entre el Gobierno Nacional y las Organizaciones Indígenas, Campesinas y Sociales del Ecuador" que
cedieron al punto de no lograr ninguna de sus exigencias iniciales. La CONAIE dirá "La sangre india salpicada al rostro del presidente Noboa, ha logrado un nivel de
sensibilidad. Confiamos que estas manchas en el rostro del Presidente no se las quite nunca, para que los políticos y próximos gobernantes se acuerden que tienen
que gobernar para todos los ecuatorianos. Este miércoles 7 de febrero, se firmó un acuerdo entre la Dirigencia de las Organizaciones Indígenas CONAIE, FEINE,
FENOCIN, FEI, FENACLE, CONFEUNASE, ECUARUNARI, CONFENIAE y el Gobierno". Según el acuerdo, el precio de los combustibles no se disminuye,
pero se congela por un año (cosa que el gobierno había ofrecido antes de que se planificara siquiera el levantamiento); el Banco Nacional de Fomento se
reestructurará y capitalizará para hacer cómodos préstamos, con capacitación y asistencia técnica incluidas, a "nuestros ancestros" para convertirlos en
microempresarios, además de incrementar el presupuesto para organismos indígenas; el gas de uso domestico (¡eh!) bajó de 2 dólares a 1 con 60 centavos, hasta
que (oh...) comience el expendio de pequeñas bombonas para pobres, momento en que el precio volverá a subir para el resto de la población; el precio de los
pasajes urbanos e interparroquiales y provinciales se mantiene (oh...) aunque se revisará el mes entrante en mesas de negociación entre dirigentes gubernamentales y
populares (¡eh!); los familiares de los mártires y heridos (oh...) recibirán una indemnización económica (¡eh!); y otras minucias. A Peñafiel (y muchos otros), el
banquero que desde el 13 de febrero es sujeto de amparo humanitario en España, le dará gracia saber que el gobierno se comprometió a "recuperar, a través de la
vía coactiva, los recursos entregados a la banca, empresas vinculadas y demás deudores de ésta, y respaldar los procesos de extradición solicitados por el Gobierno
Nacional". Y a los productores de las últimas noticias sobre la incursión guerrillera y paramilitar en nuestro territorio además de a quienes conocen los objetivos
explícitos antinarcóticos de la base norteamericana en Manta, les desilusionará saber que el gobierno se comprometió a " no admitir la regionalización del Plan
Colombia, ni involucrar al país en un conflicto ajeno". Todo es un juego de trilladas palabras vacías. Después de antiimperialismos postizos del corte de "nos
preguntamos si estas ordenes de represión violentas fueron impartidas por las misiones del Comando Sur del Ejercito de los Estados Unidos. Con el Plan Colombia
se quiere regionalizar las guerras, el genocidio y etnocidio mas feroz que el ejecutado en el tiempo de las dictaduras militares en América Latina y en otras regiones
del planeta." proferido por Vargas el 29 de enero, se les encontró a los dirigentes firmando ese convenio y declarándose triunfadores, a ojos vista flexibles (sumisos)
por ignorancia y falta de consecuencia con posturas auténticas, en su uso del poder, aunque eso nadie lo vio.

Así, Vargas que había iniciado la jornada desprestigiado entre las bases, que en un principio le habían tomado la delantera en la movilización, daba por terminado el
conflicto con un acuerdo entre presidentes ("al más alto nivel", como los indios exigían), tras haberse catapultado a la cabeza del movimiento con la oportuna
prisión de pocos días que, como él mismo dijo entre bromas sobre la incapacidad del juzgado para procesar su caso en su idioma natal, nunca hubiera sufrido "un
gobiernista".

Este acuerdo mereció el aplauso tibio del estudiantado que se enteró de que no se logró ni derogar las medidas económicas, ni "el enjuiciamiento penal al Presidente
de la República, Ministro de Gobierno, Ministro de Defensa Nacional y más responsables civiles y militares por la brutal represión contra el Pueblo" (anunciado en el
comunicado que hiciera la CONAIE el 27 de enero), ni mucho menos destituir a los mismos administradores de la represión (Manrique y Unda) como exigían los
indios para reanudar el diálogo después de la masacre de Puerto Napo. Con todo, acompañaron la "Marcha del Triunfo" con el concierto de que el camino es largo
y aunque no lo conocen en absoluto, cosa que no les preocupa, ¡lo van a andar de la mano de nuestros ancestros! (al menos hasta la media noche, como el lunes).
¡Imagínese las reuniones estudiantiles de valoración posmortem del tumulto indígena!.

Había que ver la cara de los gobernantes la mañana del miércoles 8 en las entrevistas matutinas de los noticieros de televisión: rozagantes triunfadores que hablaban
de la felicidad común y explicaban los detalles del superlascivo convenio. Y había que ver las caras de mente en blanco de los dirigentes indígenas a quienes, al
menos por boca de Murillo, el convenio no les gustó nada, obligados a pregonar diplomáticamente el triunfo. Y había que ver la cara de confusión del estudiantado
que desde ese día, en su mayoría, se enfrentaba a los exámenes semestrales.

Al interior del país

La ofensiva del gobierno fue el eco de la alarma general que hubo entre los mercaderes guayaquileños que exigían "mano dura" y de otros comerciantes, muy
especialmente los floricultores que, aterrorizados, veían en peligro el amoroso día de San Valentín. También hubo alarma general por el perjuicio que se le hacía al
turismo.

Estrictamente en apoyo a las negociaciones en la capital, se cerraron carreteras en Azuay, Imbabura, Chimborazo, Cotopaxi, Tungurahua, Carchi y Loja; se
realizaron marchas de protesta en Esmeraldas, Cuenca, Santo Domingo de los Colorados, Cañar, Otavalo, Ibarra, Portoviejo, Guayaquil, Latacunga, Puyo, Lago
Agrio, Tena, Tulcán, Ambato, Quito, Cayambe, Loja y Zamora, de indígenas, estudiantes, militantes de la izquierda tradicional, pequeños comerciantes, mujeres,
ecologistas, asalariados de los Derechos Humanos y sus aprendices y funcionarios de algunos municipios; se requisaron camiones de alimentos y se saquearon y
cerraron mercados en Chimborazo y Tungurahua; se solicitó de renuncia de los gobernadores en Pastaza, Cotopaxi, Bolívar y Chimborazo; se tomaron las
gobernaciones de Guaranda y los Municipios de Latacunga y Cuenca; se secuestró por unos minutos al gobernador de Imbabura; se tomaron gasolineras en
Cotopaxi y plantas de tratamiento de agua en Ambato; se tomaron antenas de telecomunicaciones en Cacha y Pilisurco y las agencias de noticias de ANSA y CNN
en Quito; se tomaron las catedrales de Cuenca y Riobamba; en Cotopaxi fue apresado un militar "quien sería liberado cuando se cumplan las peticiones de este
sector" y que enseguida fue canjeado por 7 indios apresados el miércoles 24; se tomaron pozos petroleros el Orellana y una estación de bombeo en Napo; una
oficina adscrita al Ministerio de Relaciones exteriores fue tomada en Esmeraldas; en Napo se intentó volar un puente y se destruyó el pequeño aeropuerto de Tena
(para evitar el arribo de refuerzos represivos); algunas casas rurales fueron allanadas por la "fuerza armada por la sociedad civil" (Unda). (CONAIE, Rebelión,
Alai-amlatina, El Comercio y Hoy, del 21 de enero al 8 de febrero del 2001). Cotopaxi fue la provincia donde las fuerzas armadas tuvieron más trabajo, después de
duros enfrentamientos fue el indigenado de esta provincia el que decidió "de manera soberana dirigirse directamente a Quito, para buscar de manera pacífica una
respuesta a las demandas nacionales y provinciales" (Comunicado de la CONAIE, 27 de enero del 2001).

En fin, una buena bocanada de oxígeno para la sociedad previa al retorno a la penosa supervivencia.

Voces autorizadas

Mucho se publicó y se publicará como justificación y explicación de este movimiento, pero nada, absolutamente nada, ha salido ni saldrá de las bases que han sido
obligadas amablemente, por dirigentes y progresistas de todo nivel, a comprender y explicar su acción en términos "antiimperialistas", a favor de una estructura (tal cual en Perú ,Bolivia o Argentina )
revolucionaria pre-establecida que ellos no conocen fuera de la adoctrinación en que se les especifica que el gobierno cedió parte del territorio al monstruo del norte
o que participa feliz y contento en el genocidio colombiano. Los protagonistas no tuvieron espacios de comunicación reales con el exterior ni consigo mismos porque
aceptaron la sucedánea posibilidad de admirar su docilidad transformada en heroísmo en el espejo mediático de los medios de comunicación masiva. Otra vez
aceptaron tomar sus reivindicaciones (igual que hacemos nosotros) del Desarrollo Económico ideal para todos y no de su violentada convivencia comunitaria, que
queremos creer que aún tiene más contenido que el consumo de fideos y arroz cocinados a gas, que va más allá de las exhibiciones folklóricas y que puede
comunicarse sin la intervención de las occidentales voces mediáticas.

Todo ocurrió y seguirá ocurriendo dentro de las explicaciones inmóviles de la izquierda tradicional que en su expresión más penosa, el Partido Comunista, espera
aún el Momento Histórico para dotar de armas al proletariado (en la actualidad inexistente en su forma tradicional y en el campo ecuatoriano jamás existente) que
tomará irresistiblemente el poder Estatal bajo su tutela, y que en su expresión más moderna (más desinflada de utopías) se apoya en las ONG e instancias de
Derechos Humanos y reivindicaciones económicas, para mejorar la calidad de vida de los pobres.

En esta época de poca reflexión propia es tan real como nociva la "sinceridad" subjetiva de estos mediáticos - es decir, el hecho de que, en calidad de nuevo
personal trepando en la profesión, los haya formado una época más avanzada en el disimulo, la autoilusión y el fanatismo del consenso - [que] ha dado a
la operación un carácter auténticamente moderno, consistiendo en la desposesión de la gente del sentido de su acción no solamente calumniándola sino
magnificándola. En este país no ha sucedido nada más allá de la sensación de respiro de los oprimidos que una vez desahogados, relajados, esperanzados,
triunfantes, vuelven a su penoso día a día.
Lo único que verdaderamente ha venido ocurriendo es que el indigenado publica y empieza a reconocer su casi irresistible fuerza como actor social, aún
cuando actúa como ganado de una occidentalizada dirigencia indígena (la única admitida por las bases). Y la voraz aculturación amable, perseguida por esa
dirigencia que por su formación universitaria no puede imaginar algo más allá del trance con el gobierno mestizo, en forma de proyectos microempresariales, de
edificación de escuelas, de capacitación en técnicas agrícolas modernas (que cercena el desarrollo consciente y autónomo de quienes se alimentaron de la tierra
silenciosamente durante 500 años) y en canalizar las millonarias sumas que llegan de la Comunidad Europea, del Banco Mundial y otras nodrizas, las becas y demás
armas de sometimiento por homogeneización, que disminuyen su peligrosidad al hacerlos dependientes de las exigencias de la vida moderna, sin que eso
signifique la pérdida del atuendo y los espectáculos de autoctonía tan apreciados por el turista.

Si puedes y si respetas nuestra palabra tanto como la de cualquier otro, ayúdanos a difundir este escrito enviándoselo a quienes consideres
que pueden interesarse y sobre todo discutiendo sobre su contenido.

Movimiento Indio-Ecuador


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