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Título artículo: MÁS PODER A LA POLICÍA: LA AVANZADA REPRESIVA HACIA EL ESTADO POLICIAL CON CONSENSO Y LEGITIMIDAD / 30 de mayo de 2001
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MÁS PODER A LA POLICÍA: LA AVANZADA REPRESIVA HACIA EL ESTADO POLICIAL CON CONSENSO Y LEGITIMIDAD
El aumento de facultades policiales forma parte de la única respuesta del
sistema a la exclusión y la marginación social, replicando la miseria con mayor
aparato penal y policial. Entre las medidas represivas que los diputados
seguramente aprobarán se destaca la ampliación de facultades policiales. Debería
decirse "legalización", porque el único efecto real de la reforma será que la
Federal, que siempre hizo lo que quiso con la población más desprotegida, ahora
pueda seguir haciéndolo con el Código Procesal dando validez legal a sus actos.
Todos quedaremos a merced del conocido "olfato" policial, salvo los sectores
dominantes. Los autores y votantes de esta reforma serán responsables de la
proliferación de privaciones ilegales de libertad, vejaciones, abusos de
autoridad y gatillo fácil. Las denuncias por este tipo de hechos se han
duplicado en la provincia de Buenos Aires desde que la legislatura provincial
diera similares facultades a la bonaerense el año pasado.
Es ingenua la explicación de que sólo pueden ser extraídas esas informaciones en
el lugar del hecho o en sus inmediaciones. La posibilidad de "recoger del
presunto imputado indicaciones e informaciones útiles a los fines de la
investigación" es la institucionalización de la tolerancia a la tortura.
"Interrogar" significa preguntar, y siendo el interrogador policía, también
quiere decir presionar. Centenares de causas son declaradas nulas por la
justicia debido a las irregularidades de los procedimientos, y esto cuando
directamente no se trata del "armado" de causas inexistentes por la policía para
mejorar su imagen y "hacer estadística" a costa de los más desprotegidos.
La misma reflexión vale para el inefable "instinto policial" que permitiría,
según sus defensores, distinguir "hombres de bien" (y de bienes) de criminales
actuales o potenciales. La subjetividad plena del concepto de "actitud
sospechosa" o de "indicios vehementes de criminalidad" impide que ese sea el
rasero por el cual se decide a quién se requisa y a quién no. Los atildados
señores disfrazados de empleados telefónicos que torturaron el 25 de mayo a la
hija de Hebe de Bonafini en su propia casa no despertaron sospecha alguna en los
policías de la comisaría a sólo 3 cuadras del lugar, mientras que la mayoría de
los estudiantes de la Universidad de las Madres seguramente responde al
imaginario policial de "sospechoso".
CORREPI (Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional), 30 de mayo
de 2001.