18 de abril del 2000 Publicado en La Jornada Ana Colchero muestra indignación por la presencia dela PFP Señora directora: Podemos pensar realmente que los estudiantes antiparistas y simplemente no paristas puedan creer que ahora su protector y amigo será la PFP. Los maestros y científicos ya están grandecitos y no se puede pensar más en actos de ingenuidad, muchos de ellos ya definieron quienes son, al menos en el ámbito universitario al firmar el desplegado que pide la entrada de la PFP a la UNAM. Después de la burda trampa, una más, con la que rectoría pidió al CGH sentarse a dialogar, sabiendo de antemano que mientras haya presos esto sería imposible, para "justificar" la entrada nuevamente de la PFP. Concienzudamente premeditado por las fechas, pues tiene toda esta Semana Santa para bombardear con técnicas de información y convencimiento a los universitarios. ¡Cómo se parece todo esto al método empleado en Chiapas contra los zapatistas! "¡Qué intransigencia de estos zapatistas de no querer dialogar!" Se les olvida decir que nadie puede dialogar en posición de igualdad, cuando el Ejército y la policía los tiene cercados. Eso no es diálogo, es una afrenta y una humillación. Pero yo me sigo preguntando ¿los estudiantes no partidarios del CGH van a defender la entrada de la PFP? ¿Los mexicanos podemos creer que la PFP es nuestra protectora y amiga? ¿Los estudiantes no paristas defenderán a las fuerzas represivas del estado como sus aliados contra los molestos geacheros? Esto lo sabremos hasta después de esta tan oportuna semana sin clases. Y los partidos políticos de oposición, ¿se van aquedar callados hoy que son mayoría en la Cámara de Diputados? Esta es una provocación que dará resultado, pues difícilmente el CGH se quedará callado. Tendrán el resultado que quieren y muy probablemente las cárceles e volverán a llenar de estudiantes, las expulsiones serán el pan nuestro de cada día y el descrédito seguirá su marcha. Posiblemente lograrán su objetivo principal: privatizar la UNAM y así excluir por fin a todos los que no tienen recursos económicos. Sólo que quizá no se han puesto a pensar que estos excluidos se quedarían entonces sin nada que perder, pues sin la posibilidad de cursar una licenciatura en la UNAM, ya no tienen más futuro que la exclusión definitiva, que es la madre de todos los movimientos sociales. O quizá sí lo han pensado, pero están tranquilos pues saben que la PFP y sus similares seguir encargándose de liquidar todo el que se oponga a ser sometido a la marginación. Pero, quizá los mexicanos algún día despertemos o simplemente seamos tantos los excluidos que será imposible callarnos. Ana Colchero http://www.jornada.unam.mx/2000/abr00/000418/correo.html