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"Las prisiones son una parte más de la esencia represiva de todo Estado, no hay que olvidar la parte que nos toca a lxs que aún seguimos en la calle.

No podemos ver las cárceles como algo aje-no a nuestras vidas, cuando desde temprana edad hemos sido cond-icionadxs a no romper las normas, a seguir una normalidad impuesta; el castigo siempre está presente para lxs que no quieren pasar por el aro.

En el trabajo, en la escuela... domesticando y creando piezas para la gran máquina, piezas que no se atrevan a cuestionar o que no tengan tiempo para hacerlo.

Hemos sido obligadxs a crecer en un medio hostil donde es dificíl desarrollar nuestros propios deseos.

La rebeldía brota de algunxs, otrxs simple-mente se acomodan en la mierda, tapando sus frustraciones con lo que le dan quienes antes les despojaron de todo. O viendo sus problemas como algo aislado, único y personal.

Para lxs que no tragan o no se adaptan al gran engaño ahí tienen sus cárceles, reformatori-os, psiquiatrícos ... creados por los que no quieren ver peligrar las bases de su falsa paz.

No podemos ignorar la lucha de lxs compañe-rxs presxs.

Su lucha es nuestra lucha."

[comunicación directa]


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DESDE EL FIES DE PICASSENT CON DOLOR
[ 9/06/01]

Carlos Gómez García, interno en Picassent (Valencia), en fecha 9 de Junio del 2001, se amputa un dedo del pie con el objetivo de denunciar la situación a la que el sistema penitenciario de este país le lleva sometiendo durante más de 21 años. Carlos, con 41 años de edad, lleva en prisión desde los 20 años a causa de delitos menores y, tanto él, como su familia y sus amig@s nos preguntamos porqué Carlos no está ya en la calle junto a nosotr@s. La ley establece en el Art. 76 del Código Penal un límite máximo de 20 años de cumplimiento, pero en este caso, y en muchos otros, los mismos jueces ignoran sus propias leyes. Por eso les hacemos responsables de las cadenas perpetuas camufladas que se están haciendo cumplir, en la actualidad, a aquell@s pres@s que no disponen de los suficientes recursos económicos para hacer frente a tal injusticia ante los tribunales.Carlos ha tenido que recurrir en otras dos ocasiones a esta forma de protesta siempre con la esperanza de lograr sacar a la luz pública la realidad existente en los centros de exterminio llamados cárceles. El sistema "democrático" que nos gobierna intenta hacernos creer que el objetivo prioritario de esos centros es el de la rehabilitación y reinserción. Esta afirmación no tiene nada que ver con la realidad. En las cárceles se encierra a las personas sometiéndolas a todo tipo de malos tratos (psíquicos y físicos), vejaciones y humillaciones. Se recurre de forma sistemática al suministro de metadona y otras drogas (legales e ilegales) con el objetivo de tener a las personas presas adormecidas, controladas y en estado de dependencia. Se oculta que en las cárceles, más del 80 % de las personas sufren algún tipo de enfermedad (y si no es así no tardarán en contagiarse). Sin embargo, el trato médico y las condiciones higiénicas en las cárceles son vergonzosas. Personas con enfermedades y padecimientos incurables siguen encerradas hasta sus últimos días. Muchas personas son encerradas en centros muy lejanos a su localidad y a su residencia familiar, y si se tiene en cuenta que las familias de l@s intern@s suelen tener pocos recursos económicos, se comprende que lo que intenta la administración es dificultar las relaciones humanas y afectivas para fomentar el olvido. Much@s compañer@s pres@s están siendo víctimas de unos sistemas de aislamiento totalmente inhumanos y crueles (FIES, DERT...). Y todo esto no debería permitirse.Carlos, ahora, está AUTOresocializado (gracias a su afición a los libros). Está estudiando derecho en la U.N.E.D. (Universidad Nacional de Educación a Distancia), pero a medida que aprende más, se da cuenta de cómo pisotean sus derechos y los de muchos otros que se hallan en su misma situación. Ante esto, desde hace años, ha decidido no quedarse de brazos cruzados, y por eso participa activamente, de forma individual y de forma colectiva, en esta labor de sensibilización y concienciación. L@s demás tampoco podemos cerrar los ojos ante la realidad que se oculta tras los muros, y no nos podemos dejar engañar. La cárcel, por mucho que se quiera maquillar, cumple una función exterminadora de la voluntad y de la persona. Y Carlos, con su acción, pretende contribuir a esclarecer la verdad sobre el sistema penitenciario. Por eso, pedimos que difundas lo máximo posible este texto, con la situación y las reivindicaciones del compañero. Hagamos saber a Carlos y a l@s que, cómo él, plantan cara al sistema que no están sol@s en esta lucha.

NI F.I.E.S., NI DISPERSIÓN, NI ENFERMOS EN PRISIÓN.
POR LA VIDA Y LA LIBERTAD: ABAJO LOS MUROS DE LAS PRISIONES.