LC.O.P.E.L.
La marginación encerrada
El largo y cálido verano de los presidios
españoles se ha adelantadoa la meteorología. El año
pasado, también en primavera, y después al terminar
la cnícula, fueron ocupadas las terrazas de varios centros
penitenciarios desde donde los presos clamaban a voz en grito su
protesta.
Lo que no fue más que una explsión de rabia e ira,
por la amnistía discriminante entre detenidos políticos
y comunes (o sociales, como prefieren llamarse ellos), terminó
con la organización espontánea, semanas después,
de la coordina dora de Presos en Lucha (COPEL).
La irresistible ascensión de COPEL, facilitada por los contraproducentes
métodos de la administración de justicia, que ha dispersado
la semilla por todos los presidios, se debe a su escueto y contundente
programa reivindicativo: Amnistía general como paso previo
a la reforma democrática del Código Penal, supresión
de las jurisdicciones especiales, supresión de la ley de
Peligrosidad Social y Salud Pública, supresión del
reciente reglamento de prisiones y mayor apoyo y comprensión
social para la situación de los presos y sus familias.
"Esto es ya una lucha hasta el final" se ha podido leer
en los periódicos con motivo de la última huelga,
que, a la hora de escribir estas lineas, mediado el mes de junio,
no tiene visos de extinguirse. "La solución no está
en que nosotros salgamos de la cárcel si no en que cambie
el sistema penitenciario". Esta declaración, de alcances
mucho mas inmediatos, parece reducir las reivindicaciones de COPEL
a una sola, de un realismo atroz. Como en la conversación
que sigue, podremos comprovar, COPEL es consciente de que mientras
no se arreglen las cosas en el país, los delicuentes seguirán
siendo el resultado lógico de la postración de las
clases más débiles. La reforma penitenciaria es el
paso primero, imprescindible, para poder vivir...en la cárcel.
¡sólo vivir!
inquietud politica
-No, no; si quereis escribir algo sobre los presos
comunes, deberiais hablar antes de la situación de las cárceles.
Desde las acciones de Carabanchel de febrero pasado, hay varios
compañeros al borde de la muerte por falta de asistencia
médica.
Nos lo cuenta un miembro de la Coordinadora de Presos en Lucha (COPEL),
que se encuentra en libertad desde hace unas semanas.
-Además eso de que han soltao a mil y pico presos comunes
en aplicación del indulto, es una exageración. Si
vais a la puerta Carabanchel veréis que no para de salir
gente, todos los días sale alguien. Pero de ellos son pocos
los que salen por el indulto. La mayoría sale en libertad
condicional, porque se les acaba la condena...pero muy pocos por
el indulto. A lo más, puede ser que gente a la que le quedaba
poco para cumplir, vea acelerada su salida, pero...
Tiene treinta y tantos años, o al menos lo aparenta, se llama
José María. No tiene miedo ni verguenza de manifestar
su condición de excarcelario. La inquietud política
que se cuela por todos los poros de nuestra nación llega
con una intensidad sorprendente a los propios presos comunes que
hablan de "desenmascarar la legalidad burguesa" de "combatir
a fondo la hipocresía". Aunque su recelo hacia los partidos
políticos, que hasta ahora poblaban de militantes las cárceles
españolas, es grande.
-Los presos comunes siempre hemos considerad a los políticos
como unos privilegiados. Además, hasta que no hemos sido
nosotros mismos los que nos hemos propuesto luchar contra la injusticia
carcelaria, no se han acordado de nosotros.
deficiente asisténcia médica
Este movimiento de los presos comunes empezó
realmente en septiembre del año pasado, a raiz del motín
de Carabanchel, que tuvo un eco nacional extraordinario, y provocó
acciones de solidaridad en otras prisiones y penales.
Un nutrido grupo de familiares y ex presos, se recluyeron en una
iglesia del popular barrio madrileño de Moratalaz, y pusieron
los cimientos de la Asociación de Familiares y Amigos de
Ex presos comunes.
La enorme represión que se desató sobre los presos,
fue más o menos reducida al llegar la fiesta de la Merced,
a finales de septiembre. Pero las sucesivas ampliaciones de la amnistía
y el indulto, que beneficiaba principalmente a los políticos,
incidió en el animo caldeado de los comunes.
El 20 de Enero se producen actos de coacción sobre varios
presos con motivo de la desaparición de una pistola. La respuesta
de los comunes es una huelga de hambre. La COPEL se fortalece en
esta acción, y durante un mes se producen en las galerías
de Carabanchel asambleas que sorprenden a los elementos más
avanzados por la solidaridad demostrada por unos hombres acostumbrados
al individualismo más fatalista.
A finales del mes de Febrero se estaba preparando una huelga de
talleres, en respuesta por los bajisimos sueldos recibidos. La dirección
de la cárcel actúa, y en la madrugada del 19 numerosos
funcionarios y policías entran en las celdas de los elementos
más significados de COPEL, con la intención de trasladarlos
a otros presidios. Los comunes han bautizado estos días como
"las noches del terror". Grupos de presos se resisten
cortandose las venas y tragando mangos de cuchara y trozos de cuchillas
de afeitar. Otros suben a las azoteas del centro para exteriorizar
el conflicto.
Hoy en día son todavía numerosos los presos que tienen
en sus estomagos objetos tragados. El caso de Julián Bustillo
Raña, trasladado al penal de Cartagena con un mango de cuchara
en el estomago, el cuerpo inflamado y sinasistencia médica,
es el que más preocupa a los presos y ex presos. En su situación,
pero no tan graves, se hallan Carlos Giménez Mateo, Gregorio
Peña jiménez, Alfonso Utrilla Requena y Fernando de
la Barrera González, todos en Carabanchel.
Los miembros de la asociación reclaman la asistencia médica
de estos hombres y de otros cuyas filiaciones se desconocen por
encontrarse en celdas de castigo.
-La asistencia médica en los centros penitenciarios españoles
es horrorosa -dice nuestro comunicante-. Fruto de nuestro trabajo
ha sido la creación de comités de barrio en las zonas
más populares de Madrid (de donde salen muchos presos, por
las condiciones sociales), que reclaman la amnistía total,
la reinserción social del ex preso, la reforma de las instituciones
penitenciarias, el levantamiento de las sanciones y la derogación
de la ley de Peligrosidad Social, según la cual cualquier
ex preso puede ser detenido por sus antecedentes si no justifica
un trtabajo y una residencia. Y ya me dirá como se encuentra
un trabajo en este país siendo encima ex preso.
reinserción
Hace poco se celebró en Madrid una semana
de solidaridad con los presos comunes, organizada por una Asociación
Para el Estudio de los Problemas de Presos y Ex-presos. Decenas
de intelectuales la avalaban.
Con todo, uno de los problemas más graves que tienen los
ex-presos es el de su vuelta a la sociedad. No es extraño
que al poco de dejar la penitenciaria vuelvan a ella. El hambre
y la desesperación les obligan a volver a delinquir, si es
que robar en una pasteleria o en una tienda de comestibles puede
llamarse delito.
Los casos de robos de productos alimenticios están creciendo
de un modo muy significativo en los ultimos meses en todas las capitales
españolas. Y las penas son lo suficientemente duras para
convertir al delincuente ocasional en delincuente habitual.
La Asociación de Familiares y Amigos y Ex-presos está
intentando montar un taller en San Blas, uno de los barrios más
populares de Madrid, para dar trabajo sobretodo a los jovenes ex-presos,
que en otro caso no tienen más salida que la delincuencia.
la COPEL
-La COPEL, como sabéis, quiere ser el organismo
que intenta aglutinar a todos los presos sociales. Y al reivindicar
la amnistía, no nos quedamos ahí, sino que acompañamos
esta reivindicación de otras que la completan y dan un sentido.
Al reclamar, pues, la amnistía para todos, políticos,
sociales, represaliados por motivos laborales, se trata de hacer
ver que la dictadura es una de las causas fundamentales que ha fomentado
la delincuencia y todas las injusticias. La dictadura ha sido la
responsable, con sus leyes especiales, como la de Peligrosidad Social,
de que se encierre en la cárcel a multitud de persnas inocentes,
sólo por la sospecha de que podían volver a delinquir.
Del mismo modo, la dictadura, al agudizar las diferencias de clase,
ha creado las condiciones para que aparezcan los marginados sociales.
Por ello, la reivindicación de amnistía es una forma
de pedir que se haga tabla rasa con el franquismo, con sus leyes,
con su moralidad.
-Esto quiere decir que vosotros vais más allá de la
reforma Suárez, ¿no?
-Por supuesto. Para nosotros la reforma Suárez deja de lado
los intereses populares, y desde luego las aspiraciones de los presos
sociales y de los marginados. En este sentido, la reforma que nosotros
queremos, reclamamos, del aparato judicial y penitenciario se veria
minimamente afectada por la reforma Suárez, que nosotros
sepamos (y todavía no sabemos del cierto si las nuevas Cortes
van a ser Constituyentes), la reforma de estos aparatos no está
prevista. Por ello lo que intenta la COPEL es que el movimiento
popular, dirigido por sus partidos verdaderamente populares, comprenda
nuestras reivindicaciones, relativas a las leyes represivas del
franquismo, al Código Penal y a las instituciones penitenciarias,
y las haga también suyas. Para nosotros es claro que todo
lo que nosotros reclamamos son meramente reivindicaciones democráticas.
Nosotros no pedimos pues, que se abran las puertas de las cárceles,
sino que esto se vea acompañado de otras medidas que terminen
con las condiciones que permiten la delincuencia.
6 años por robar 6 camisas
-en vuestros manifiestos se habla con frecuencia
de la sociedad socialista como objetivo...
-Efectivamente, en uno de nuestros manifiestos más recientes,
laCOPEL dijo que sólo en una sociedad socialista donde fuera
abolida la propiedad privada y la explotación, desaparecerían
las causas de la delincuencia. No obstante, somos conscientes de
las limitaciones y creemos que las reivindicaciones que propugnamos
habrían de ser satisfechas en una democrácia. De este
modo, pedimos un puesto de trabajo para todos los ex-presos, un
seguro de desempleo para los ex-presos que han trabajado en talleres,
la desaparición de antecedentes a la hora de encontrar un
puesto de trabajo. Esto son reivindicaciones democráticas.
Sino la petición de amnistía queda coja: la gente
sale de las cárceles, se encuentra igual que antes, y a los
pocos meses todos han vuelto a las prisiones.
Ahora bien, hay que analizar bien este problema en las sociedades
socialistas actuales. Para nosotros ninguna sociedad se puede llamar
socialista mientras sean perseguidas conductas que en la sociedad
burguesa son marginales, como el homosexualismo, por ejemplo. El
socialismo, además de socializar los modios de producción,
debe proponerse la transformación de las costumbres y del
derecho burgués. Y en lo que respecta a la delincuencia,
que es lo que a nosotros nos interesa ahora, en una sociedad socialista
no existiría, no tendría por que existir. Aunque como
está claro que esto requiere un proceso, en una sociedad
socialista donde todavia se delinquiera, nosotros abogamos por una
jurisprudencia y unas instituciones penitenciárias no represivas,
sino reformadoras de la personalidad. En definitiva se trata de
diferenciar dos conceptos de la justicia, el de justicia burguesa
y justicia popular. Es decir, que la justicia es un concepto de
clase, y la que ahora nos reprime es una justicia burguesa, y no
solo en España, claro. El ejemplo más claro y más
reciente, es el del juicio de un chaval al que por el robo de seis
camisas se le condenó a seis años de cárcel.
Esto, en unas condiciones como las actuales, de degradación
del nivel de vida, de paro creciente y de disminución de
los salarios, es tremendo. Y hay que pensar que si las condiciones
siguen empeorando, habrá más robos, claro; habrá
más gente que robe camisas, más señoras que
roben en los supermercados... y lo que tememos es que la justicia
se ponga todavía más dura.
Después de la cárcel,
¿que?
-¿Qué es lo que hace un hombre que
sale de la cárcel, con la firme determinación de no
delinquir, y se encuentra si trabajo?
-En estos momentos, lo que puede hacer un joven o un hombre maduro
que ha pasado unos años en prisión, es sencillamente
nada. Puede que encuentre trabajo durante una temporada (aunque
en el 99% de los casos se le va a negar por los antecedentes), pero
en cuanto se enteren que es ex presidiario lo ponen en la calle.
A parte de eso, la formación profesional que se le proporciona
en la cárcel es prácticamente nula. Se le hace trabajar
en talleres alienantes, se le deja en la calle después sin
ningún tipo de seguro de desempleo, ni nada. Pero, en definitiva,
lo peor es que, aunque tenga una calificación para trabajar,
le va a ser negado cualquier empleo por sus antecedentes. Por nuestra
parte, lo que estamos intentando es organizar a los presos que salen
a la calle, y crear asociaciones que exijan el cumplimiento de estos
derechos: es decir, para que exijan el derecho a volver a integrarse
en la sociedad.
Por ello es importante hablar del concepto que nosotros tenemos
de rehabilitación. Nosotros entendemos que la Dirección
General de Prisiones no pretende la verdadera rehabilitación
del ex-preso. En primer lugar no se proporciona a los presos una
formación profesional. Los cursos del PPO que se imparten
no sirven más que para cubrir el expediente. Por el contrario,
a los presos se les mantiene en talleres donde el trabajo es monótono
y enajenante, y se les paga una miseria. Para nosotros, la rehabilitación
por el trabajo exige, primero, una formación profesional
exahustiva, sobre todo a los jóvenes; segundo, unos talleres
en relación con esa tarea; tercero, salarios comparables
a los de la calle, con seguridad social incluida. En realidad, el
preso normal que hay en las prisiones, el delicuente contra la propiedad
privada, no tiene nada de rahabilitable, no es un malvado. Si han
hecho algo punible ha sido por necesidad, por esa circunstancia
de que todo delito tiene un contexto social. Por ello, para nosotros
la única rehabilitación consiste en sacar al preso
de su conciencia individual, escéptica y pesimista, y dotarle
de una conciencia reivindicativa social.
Martí Llorens - Ozono