CONTRIBUCION
A LA LUCHA CONTRA LA CARCEL
Constantino Cavalleri [12 NOV 2001]
INTRODUCCION
Hemos decidido editar, como el comienzo de una
serie de ediciones destinadas a actualizar un debate serio y alejado
de las polémicas, rumores, "malos rollos", etc.
alrededor siempre de las luchas antirepresivas.
El texto del compañero Constantino creemos
que, leído con el esmero que es preciso, aporta claridad
al "agujero negro" en el que ha caído la estrategia
de lucha contra las prisiones desde que fue lanzada en Octubre
del año 1999.
Un "agujero negro" que es sinónimo
de dejadez a la hora de incidir en ciertos aspectos de las luchas,
mas allá de la también necesaria acción destructiva:
la SOLIDARIDAD entendida como un recíproco compromiso de
seriedad y constancia para con l@s compañer@s que están
amenazad@s o en las garras de la represión; o, por ejemplo,
la toma de los medios por los cuales la acción destructiva
pase a tener una eficacia, una contundencia, que haga que la presión
en pro de alcanzar los objetivos marcados suba muchos puntos de
intensidad.
Hoy, echando la vista hacia atrás, hemos reflexionado mucho
sobre nuestras propias carencias, límites y aciertos, que
también han sido realidad.
Hemos constatado la inutilidad de ciertos planteamientos basados
en la "espontaneidad" y en la aparente esquizofrénica
carrera en pro de la legitimidad del discurso mas genuinamente
subversivo; hemos sufrido, y no es exagerada la expresión,
la carencia de un proyecto a medio plazo, proyecto este que nos
hubiera hecho sobrepasar los límites de la supervivencia
frente a la "vorágine" represiva, esto es, el
diario combate para evitar ser cazad@s como alimañas por
las "fuerzas del orden". Y como no, y entre los aciertos,
el habernos encontrado a nosotr@s mism@s como firme realidad en
profunda subversión con esta mierda de existente, y el
"gozo" de "vivir" la "vida" como
nos dicta nuestro corazón y no como dictan los imperativos
del Estado-Capital Europeo y multinacional.
Este ha sido el inicio de un periodo de reflexión y acción
encaminado a, entre otras cosas, no volver a caer en la estupidez
infantil del pasado, en lo que a las relaciones entre l@s compañer@s
se refiere, y en este sentido, instigamos a ciert@s "compañer@s"
(por escribirlo de alguna manera) a que abandonen la estrategia
de "acoso y derribo" contra otr@s compañer@s
que, además, están sufriendo en primera persona
las realidades mas duras en torno a la represión del Estado.
Cipriano Mera, en su momento, y como tantos otros, por el único
motivo de discrepar de la Santa Iglesia de la Acracia, también
fue excomulgado y enviado al ergástolo...hoy la historia
se repite, tanto da que sea en el sector radical de la Santa Inquisición,
como en su sector moderado: las prácticas estalinistas
del rumor, la calumnia, y las acusaciones falsas, perviven...que
la historia no se repita una y otra vez.
En las próximas ediciones, ya en avanzado estado de preparación,
profundizaremos mediante escritos propios y traducciones diversas
en la crítica y en la acción que estamos desarrollando
contra el Poder y la Autoridad en todas sus formas.
Hasta que la represión nos cace.
AGOSTO DEL 2001
GRUPO "GRANADOS Y DELGADO".
CONTRIBUCION A LA LUCHA CONTRA LA CARCEL
Este escrito ha sido elaborado después de
la circulación en el seno del movimiento, del documento
"CONTRIBUCION AL DEBATE I.A.I. Y ALGUNAS ACLARACIONES PARA
LXS COMPAÑERXS", con la intención de seguir
con el debate abierto por aquel documento y revitalizar la lucha
que se está llevando a cabo y abrir posibilidades concretas
de su extensión a fin de reforzarla.
Antepongo también que nuestra contribución será
socializada en el primer encuentro de la Internacional Antiautoritaria
Insurreccionalista (IAI) para evaluar la posibilidad concreta
de un interés común entre las realidades que participarán,
respecto a una intervención sintonizada entre grupos e
individualidades por extender la lucha y radicalizarla.
Es mejor que lxs compañerxs sepan que las consideraciones
y propuestas adelantadas, no son fruto de elaboraciones abstractas
o de descripciones lógicas de recorridos imaginados en
el cerebro de alguien; en realidad detrás de ellas hay
una experiencia de muchos años, de participación
activa en el seno de del "Comité de solidaridad con
el proletariado preso sardo deportado" entidad que fue de
las primeras que puso a la luz de manera sistemática los
montajes político-judiciales que luego desembocarían
en detenciones y sucesivos juicios requeridos por los PM (Ministerios
Públicos) Marini y Ionta.
LA LUCHA CONTRA EL F.I.E.S.
Desde la perspectiva de las pasadas luchas de los
FIES y por una mayor incisividad, son necesarias algunas consideraciones
que ilustren y fundamenten la lucha en el nivel actual donde se
encuentra el movimiento en su complejidad (hay que tener en cuenta
por su claridad las críticas y valoraciones expresadas
por dos compañeros presos, en cartas que han circulado
en el movimiento y que yo he tenido la ocasión de leer).
Doy por supuesto que lxs compañerxs conocen el desarrollo
de la lucha que surgió el pasado año en las cárceles
del Estado español, llevadas adelante dentro y fuera de
las prisiones y que se ha correspondido en el plano internacional
y ha logrado al menos sensibilizar a la opinión pública
sobre la cárcel especial y los
momentos inhumanos y torquemadescos que la caracterizan.
A pesar de esto, nos hemos dado cuenta, porqué esconderlo,
que la lucha presenta límites propios y que además
manifiesta algunas no-coincidencias entre la voluntad de lxs presxs
decididxs a ir adelante hasta la huelga de hambre indefinida,
y el movimiento externo a las cárceles, que parece haber
afectado a la fuerza creativa y la energía necesaria para
poder unir aquella relación de fuerzas que obligue al estado
en los objetivos que se proponen.
Si mis actuales conocimientos y consideraciones reflejan en realidad
por lo menos alguno de los elementos que caracterizan la lucha
y la condición del movimiento en este instante, lejos de
cada tipo de veleidad, creo que hay suficientes razones y perspectivas
concretas para ir adelante más fuertes y preparadxs que
antes. A condición, obviamente, de que todxs lxs compañerxs
realmente interesadxs en la lucha concreticen voluntad y seriedad,
que creo absolutamente indispensables.
También es necesario, respecto a esta contribución,
añadir otros aspectos. A menudo se dan por supuestos, pero
no lo son, ya que dan lugar a equivocaciones, incomprensiones,
interpretaciones falsas y quién sabe qué otra cosa.
Por esto es importante ser precisxs al menos en este contexto
para aclarar lo expuesto y las propuestas que nacen.
Pido por lo tanto, un poco de paciencia y de atención a
lxs compañerxs, disculpándome por repeticiones,
precisiones, explicaciones largas y cosas que pueden parecer superfluas.
La intención no es de aburrir, sino de evitar incomprensiones
y frivolidades, además de animar a profundizar en el análisis.
LA SOLIDARIDAD
La solidaridad en el ámbito revolucionario
es el momento en que, además de las diferencias existentes,
las entidades revolucionarias -individuales y colectivas- se manifiestan
y se refuerzan entre ellas reconociendo recíprocamente
la validez de cada una.
Tal manifestación de solidaridad puede ser expresada de
mil maneras: desde la contribución económica para
financiar las actividades llevadas adelante, a la correspondencia
con quienes son golpeadxs por la represión, desde los actos
esporádicos de sabotaje, a la intervención en las
plazas públicas. Y las mil maneras de hacer sentir la solidaridad
con la lucha de lxs presxs que se han llevado a cabo, algunas
con éxito, a pesar de las carencias y de los límites
que han surgido. Sin embargo, la manifestación de solidaridad
más efectiva es la de hacer propia la lucha en su complejidad,
extendiéndola en lo social y en los territorios, a fin
de agrandar los frentes de la lucha misma, dentro y fuera de las
cárceles, sin por ello, impedir o forzar a quienes creen
que deben actuar según sus métodos y sensibilidad.
LA LUCHA COMO ATAQUE
Por lo que a mi refiere, entiendo la lucha en todos
sus aspectos como ataque al dominio.
En el caso de la lucha contra las cárceles, la entiendo
como ataque al poder del Estado-Capital para imponerle la abolición
del régimen de encarcelación especial (aislamiento),
el fin de la dispersión de lxs presxs, la excarcelacion
de lxs presxs con enfermedades incurables.
El contenido de la lucha específica contra la cárcel,
obviamente no impide el objetivo que nos empuja a la lucha: la
destrucción de las prisiones. Pero esta perspectiva que
anima a todxs lxs anarquistas y antiautoritarixs, no es la perspectiva
en la que creen todxs lxs presxs, ni todxs sus familiares, ni
todxs lxs que por una motivación cualquiera puedan simpatizar
y participar en esta lucha.
Por lo tanto, con todo esto es posible viajar juntos, si como
mínimo, hay algunos elementos de la lucha misma, que metodologicamente
la caracterizan como espacio de nuestro interés, y sobre
lo cual estamos dispuestxs a dar nuestras energías. Uno
de estos elementos es precisamente entender la lucha como ataque.
El concepto de ataque como, creo, estará claro para todxs,
no expresa exclusivamente aquella práctica que en el inmediato
produce destrucción o daños materiales visibles,
acciones "espectaculares" aunque éstas sean esporádicas.
Por ataque entiendo cualquier manifestación concreta de
rechazo a compromisos y mediaciones con el poder que se combate.
Dentro de una óptica de lucha esto es muy importante, porque
pone en evidencia que una actuación en perspectiva conecta
toda una serie de prácticas, de acciones, de manifestaciones
en que la lógica del ataque es evidente en el conjunto
de la intervención; también si sus aspectos particulares
podrían a menudo no resultar en lo inmediato como ataque.
UNA LUCHA ESPECIFICA
La lucha contra el FIES es una lucha que quiere
alcanzar objetivos específicos, parciales. Aunque nuestra
perspectiva es y será la destrucción de las prisiones
junto a la sociedad que la engendra. De este modo logra catalizar
interés y participación de grupos más o menos
amplios de presxs y de población , porque concuerdan con
los objetivos que se proponen.
También este elemento es muy importante y hay que tenerlo
siempre en cuenta a fin de evitar -en lo posible- más rupturas
de quienes estamos en la lucha, por motivos ideológicos.
RUPTURAS, DIFERENCIAS, DISGREGACION
Uno de los aparentes puntos de debilidad del movimiento
anarquista y antiautoritario en general, que se manifiesta también
en la lucha específica contra el FIES, es debido a la disgregación
existente entre diferentes realidades -ya sean individuales o
colectivas-, desde las rupturas en el plano de las relaciones
personales, hasta las diferencias de sensibilidad y las diferentes
maneras de lucha.
Creo que estas diferencias, cuando no sean una competición,
para establecer, en una dañina e inútil graduación,
quién es más anarquista, no solamente son superables,
sinó que son extremadamente positivas.
Para no caer en una simple petición de principio, la positividad
de la diferencia tiene que manifestarse como riqueza real del
movimiento: y la única manera que puedo concebir, es la
de crear una metodología de relación que en la lucha
y por la lucha produzca ataque concéntrico y sintonizado
de todas las fuerza en juego. No afirmo ni la necesidad de "recomponer"
rupturas pasadas, ni la necesidad de colaborar codo a codo entre
quienes no existe afinidad. Esta lógica pacificadora de
"abracémonos todxs" no me interesa para nada.
Sí afirmo que es posible, en medio de rupturas, fracturas
y diferencias -obviamente dentro de la práctica del ataque
entendida como la he explicado antes; es decir en el desorden
de la lucha- dar cuerpo a un ataque conjunto que represente un
frente unitario que rodee al Capital-Estado por todas partes provocando
la energía y la potencia necesaria, por lo menos, para
imponer los objetivos prefijados de las luchas que se están
llevando a cabo.
Obviamente, todo esto depende en gran medida de la seriedad de
todxs nosotrxs, a parte claro, del método.
LA EXTENSION DE LA LUCHA
Si el punto de partida de la lucha son objetivos
específicos (fin del FIES, de la dispersión de lxs
presxs, excarcelación de lxs presxs con enfermedades incurables)
no es cierto que el enemigo al que se golpea se encarne en las
estructuras-instituciones específicas aplicadas a las prisiones.
Las instituciones carcelarias son sólo una parte, un aspecto
de la manifestación real del Estado-capital, cuya constitución
depende de la interrelación entre cada una de sus partes:
desde las instituciones político-militares-judiciales,
a las del control y manipulación de las informaciones;
los centros productivos y distributivos de la mercancía
así como las sedes del capital financiero.
Esta complejidad de interrelaciones y estructuras es el enemigo
real, por tanto nuestra lucha no puede limitarse a golpear un
sector, un aspecto, un momento particular.
Del mismo modo, los tres objetivos que nos hemos puesto en la
lucha contra el FIES, son objetivos válidos en otras situaciones
diferentes que superan las fronteras del Estado español.
En Francia, por ejemplo, en Cerdeña, en Alemania, en Italia,
etc...aquellos mismos objetivos podrían catalizar e interesar
además de a lxs presxs, a partes de la población
sensibles al problema. La lucha por lo tanto no puede referirse
sólo a lxs presxs y al movimiento existente en el territorio
español; además de que el estado español
no es más responsable que otros estados y que el capital
con quien se interrelaciona y de quien representan tan sólo
aspectos específicos cuyo deber es controlar un territorio
determinado para que la explotación y la ganancia puedan
actuar con la garantía necesaria para la estabilidad social.
Si a esto añadimos el hecho -espero aceptado por todxs-
que la solidaridad más productiva respecto a lxs presxs
y a la lucha que se está llevando a cabo, es la de hacer
propia la lucha, extendiendo la misma donde vivimos, se puede
concluir que la extensión de la lucha, sea en el plano
territorial o en la individualización del enemigo, es un
momento imprescindible que nos implica a todxs directamente.
Se trata solamente de dar a la lucha ( o por lo menos intentar)
continuidad y sintonización para que sea más incisiva.
LUCHA Y REPRESION
La represión no es un momento concreto,
sinó que comparte la existencia del poder en cada uno de
sus momentos. Represión que se manifiesta de mil maneras,
con mil caras y que en nuestro momento actual no excluye ninguno
de los aspectos de la existencia. Represión que puede actuar
casi sin perturbar, porque el Estado-capital se perpetúa
en una situación social de consentimiento generalizado.
El régimen democrático presente, esencialmente creado
y sostenido, directamente o indirectamente, por el consentimiento
generalizado o por la ausencia de movimientos de masa claramente
disidentes y radicales, no admite situaciones de choque generalizado
porque esto significaría reconocer la inexistencia real
de los cimientos sobre los cuales se sostiene y reproduce.
Desde aquí, la particular atención reservada hacia
aquellos movimientos que, saliendo del propio control y de las
vías esterilizantes de la protesta ordenada y manipulada
de los organismos "correctos", se arriesga a representar
en el contexto social los referentes sobre quienes se podrían
catalizar atenciones y movimientos más o menos amplios
de parte de población excluida de los modelos vigentes
de existencia. Y de aquí el intento de criminalización
de compañerxs, grupos revolucionarios y rebeldes sociales,
a fin de hacerles pararrayos virtuales y negar la existencia de
manifestaciones de disentimiento por parte de estratos sociales.
Si la criminalización de compañerxs y rebeldes tiene
esta función y sucede de esta manera, es evidente que la
lucha que llevamos adelante no se puede desligar del contexto
social, de esos estratos de población reclusa o no, que
participando de esta lucha crean preocupación al poder
en tanto que abren perspectivas reales insurreccionales radicadas
en las necesidades de las clases excluidas. Esto significa que
la lucha no es tan solo NUESTRA, sino que es una lucha de todxs
las que participen en ella, de quienes la hacen propia.
Cuanto más tiende a extenderse la lucha en lo social, tanto
más dura será la represión y las tentativas
de represión, además de las manipulaciones directas
para hacer añicos y separar la aportación de lxs
componentes radicales de los estratos de población que
la llevan adelante.Sería un grave error ayudar al Estado-capital,
en su fundamental acción de defensa, no preocupándonos
de actuar y dar estímulos concretos y metodológicos
para que la lucha pudiera progresar en los términos debidos
del ataque también sin nuestra presencia, y no obstante
las operaciones represivas que de vez en cuando nos golpean. Es
indispensable explicitar los juegos y las finalidades del poder
y poner en evidencia cómo el objetivo del Estado-capital
no es la detención en si de lxs revolucionarixs y rebeldes
sociales, sino el de poner fin o erradicar la lucha misma.
La detención de la compañera y del compañero
de Madrid, además de la orden de detención del otro
compañero, las excarcelaciones y la posterior detención
de uno de ellos, con todo lo que ha implicado en términos
de manipulación mediática, tiene su raíz
exactamente en esta estrategia propia del poder constituido. No
es casualidad que el contenido de los mensajes mediáticos
se concentre exclusivamente sobre la transposición de la
lucha desde sus términos reales hasta aquellos criminalizantes
y por esto, en el fondo tiene como objetivo separar la manera
de actuar de lxs compañerxs y rebeldes sociales de aquellos
estratos populares que se han solidarizado y han participado personalmente
en la lucha.
Una parte por lo menos de nuestra futura actividad tiene que ser
la de mantener y extender en lo social, en la calle, en las manifestaciones
de cada lugar, en las asambleas públicas y en nuestros
instrumentos editoriales, aquellas aportaciones y connivencias
con los estratos sociales interesados y que participan en la lucha
y que contribuyen de este modo a poner en peligro la estabilidad
del sistema.
La extensión de la lucha entendida así, nos da una
perspectiva bien diferente de la actual. Para estimular la lucha
no son ya tan solo los compañerxs y rebeldes sociales del
suelo ibérico, sinó también todxs nosotrxs,
cada unx en su tierra. Y hacer frente a los problemas relativos
y emergentes de la lucha -el estancamiento que se manifiesta,
los límites que ya conocemos...-, ya no es tan solo cosa
exclusiva del movimiento ibérico, de comportarnos como
simples "observadores".
Es desde esta perspectiva, en la que nos vemos todxs directamente
implicadxs, que aparece otro elemento importante: o sea que de
la extensión de la lucha resultarán reforzadas las
situaciones específicas, también las organizativamente
más débiles (porque sean numericamente inconsistentes
o porque atraviesen condiciones de particular carencia organizativa,
o de cansancio,etc...)
Desde la extensión a diferentes realidades territoriales
y diferentes movimientos, la lucha puede lograr una continuidad
en el tiempo y proyectarse en la práctica como indefinida.
LA CUESTION ORGANIZATIVA
Si la perspectiva de la extensión de la
lucha resuelve algunas problemáticas y responsabiliza en
primera persona todas las situaciones del movimiento, por otro
lado abre la cuestión organizativa.
Es evidente que la cuestión se plantea tan solo para aquellxs
que ven en la organización un instrumento, un medio válido
para reforzar la lucha. En este sentido el problema es exclusivamente
de método, en cuanto concierne al modo de relacionarse
entre compañerxs y cosas necesarias para la lucha, salvaguardando
y si es posible, enriqueciendo la autonomía de todxs y
dotándoles de medios para ampliar su posibilidad de acción.
Se trata entonces de poner en pie posibilidades organizativas,
donde todxs las que participan en la lucha tengan ocasión
de intercambiar experiencias, de socializar proyectos y perspectivas,
de conocer situaciones y entablar relaciones que después
cada unx continuará por su cuenta.
La informalidad que muchxs de nosotrxs ya practicamos a ''pequeña
escala" y que la propuesta de la IAI estimula a practicar
a gran escala, cuya posibilidad es subrayada en la "Contribución
al debate IAI y algunas aclaraciones para lxs compañerxs"
se presenta en lo global aunque hace especial referencia a la
lucha contra el FIES. De hecho, la continuidad de la lucha, sea
en un plano territorial o sea en un plano temporal, engendra continuidad
de relaciones, de informaciones, de intercambio de experiencias
entre todas las realidades participantes en la lucha. Esta continuidad
está parcialmente obtenida con el contacto directo entre
situaciones de movimientos: aquellxs que ya tienen relaciones
y conocimientos y que ya han madurado un cierto grado de afinidad
o confianza. ¿Y las otras realidades?¿ aquellxs
nuevxs que se acercan a la lucha, aquellas que también,
conociendo las respectivas existencias no tienen relaciones por
mil motivos, aquellas que por dificultades financieras no pueden
contactar con las demás en la inmediatez de las necesidades
impuestas de la lucha?
No podemos olvidar que las cartas de dos compañerxs presxs
FIES hechas circular en el seno del movimiento, hacen referencia
exactamente a las carencias que se han manifestado en la lucha,
en buena parte por motivaciones organizativas y metodológicas:
no debemos creer que las problemáticas relativas al "mal
rollo" entre individualidades y grupos, a fracturas entre
diferentes realidades, se resuelvan por si mismas y sin influencias
nefastas para la lucha. Por esto tenemos que encontrar soluciones
posibles ahora mismo.
Yo creo que es positivo intentar superar el "impasse"
organizativo en la informalidad misma de las relaciones, y la
única manera que puedo concebir es la de dar vida a encuentros
periódicos del todo informales respecto a su desarrollo,
en los cuales la asamblea de lxs participantes no sea deliberativa
para nada, sino que sea exclusivamente un momento de socialización
de las experiencias, de informaciones, de proyectualidades, de
tensiones, de intercambio de maneras de ver, de debate, de conocimiento
de la lucha específica.
Estas ocasiones de encuentros generales, podrán ser a su
vez, lugares aptos para extender conocimiento, relaciones, afinidades,
además de ser lugares de posibles intercambios de medios,
instrumentos, metodologías, capacidades y también
de naturaleza económica y financiera.
Otro aspecto importante, es que estos momentos de encuentros generales,
excluyen funciones intermediarias, o sea, aquellas tareas a menudo
atribuidas a grupos y compañerxs que tienen contactos directos
con aquellas realidades con quienes no queremos relacionarnos.
Las socializaciones que se crean en el ámbito de la asamblea
general de estos encuentros, hacen referencia a todxs lxs presentes,
y cada unx al final hará sus elecciones más apropiadas.
No se trata de solucionar las rupturas que se han dado sinó
de reducir sus consecuencias negativas.
LA CUESTION REPRESIVA
Se ha evidenciado, desde muchas partes, que estos
encuentros generalizados, también con el evidente beneficio
que crean, en general y para las luchas específicas, sirven
de "monitoraje" en ocasiones donde las fuerzas y estructuras
de poder pueden de manera sistemática "fichar"
a la vez a todxs lxs participantes, en su tarea de represión.
Esta observación la considero seria y admito que no la
había tenido en cuenta, quizás porque di por descontado
algunas cosas.
Nosotrxs no somos la vanguardia de nadie, sino de nosotrxs mismxs.
Todo lo contrario la metodología que explicamos, estimular
en todos los sentidos a negar validez a cualquier forma de vanguardismo,
delegación y representatividad. Nuestra participación
en las luchas sociales, desde esta manera de ver las cosas, es
estímulo directo, concreto, a la acción directa,
a la autogestión de las luchas, a la autonomía total
de todxs lxs que hacen suya la lucha. El hecho de que seamos insurreccionalistas
aclara además nuestra manera de actuar, el estímulo
que damos a partir de las luchas específicas sociales en
función de la insurrección generalizada.
Si hubiéramos tenido la fuerza de concretizar una insurrección
que tan solo potencialmente hubiera tenido posibilidad de destruir
el actual contexto social, no estaríamos aquí discutiendo
sino que nos hubiéramos dedicado a otras cosas. Si tuviéramos
esta fuerza y no la hubiéramos concretizado en insurrección
seríamos imbéciles. Y como no creo que seamos imbéciles,
y no me parece que estemos en un contexto insureccional, es evidente
que esa fuerza no la poseemos.
Esto significa que tenemos que actuar, con la metodología
insurreccionalista, así como actuamos por empujar diariamente
las luchas sociales donde participamos. Nuestra actividad en cuanto
a las luchas sociales es evidente. La manifestamos en plazas,
calles y en todas esas ocasiones donde la población o parte
de la misma la expresa en disidencia y lucha. Es cierto que los
estímulos que damos no son de naturaleza legal, pero es
obvio que si conduzco un coche y no tengo carnet intentaré
que no me pillen los maderos, que enseguida me detendrán.
En un contexto social basado en el consenso generalizado, real
o virtual no tiene importancia, nuestra forma de actuar pública
para incidir en lo social (de forma limpia, sin engaños)
da un miedo horrible al poder precisamente porque nuestros estímulos
no son de naturaleza vanguardista ni tampoco desatados o lejos
del sentido común y de sus posibilidades de comprensión.
Es por eso que la represión del Estado-capital tiene como
objetivo separar y separarnos de los contextos de luchas sociales,
criminalizándonos a nosotrxs y a nuestras acciones o dejando
entender que algunas acciones son justas (si están esterilizadas
dentro de mecanismos de demandas lícitas, pero legales)
o injustas (si rechazamos la práctica burócrata-legal
de los anestesistas sociales e institucionales, pero legales)
Es por esta razón, yo creo, que el reto al poder actual
del Estado-capital tiene que ser principalmente en el plano social,
con nuestra manifiesta participación en las luchas, en
las protestas, en los ataques espontáneos.
En este contexto tiene razón de ser la metodología
de la organización informal, tanto a un nivel amplio como
a uno específico, a pesar de que el Estado-capital nos
empuja a la clandestinidad insistimos en la necesidad de permanecer
juntos en las luchas sociales. Suponiendo que el poder constituido
y la red telemática de información todavía
no ha finalizado o que existen fallos en la centralización
de los datos a nivel europeo o más (no lo sabemos, pero
lo imaginamos) el monitoraje y el fichaje que las fuerzas policiales
pueden hacer de estos encuentros generales, no modifica sustancialmente
nada respecto a nuestra manera de hacer frente a la lucha, y esto
que conste.
Obviamente esto no excluye que lxs compañerxs estén
atentos y que pongan todas las condiciones para evitar descuidos
de cualquier clase.
Esto por supuesto no excluye posibles intentos criminalizantes
de construir montajes para perjudicarnos (como ya ha pasado) justamente
porque son montajes que pretenden separar nuestra lucha de lo
social, de separar la insurrección de los movimientos sociales
reales, nuestra reacción no puede ser la de radicalizarnos
todavía más en estos movimientos, sino amplificar
aún mas nuestros estímulos en sintonía con
lo que piden las luchas.
De otro modo, teniendo ellos la fuerza material de hacernos desaparecer
a todxs, de un modo o de otro; un poder que se rige por el consenso
generalizado debe tener también el poder de gestionar esta
desaparición frente al consenso en el que se rige, fuerza
que evidentemente no tiene, por ahora, puesto que ha optado por
la estrategia de alejarnos a nosotrxs y a nuestras acciones de
los contextos reales de la naturaleza social, que se manifiestan
como rupturas respecto a la estabilidad del sistema.
constantino
cavalleri
Guasila-Sardegna, noviembre
2000
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