Desde hace varias décadas, al menos, se da por sentado que no se puede hablar de arte o de experiencia estética limitándose sólo a la "obra" en sí, con independencia del contexto en que ésta es recibida e incorporada a su vida cotidiana por los "espectadores" , los consumidores de arte.

Parece no obstante que con el "arte público", el arte que en forma de estatuas, monumentos, etc...está distribuido por las calles se pueda hacer una excepción y considerarlo al margen de toda inserción en las cotidianeidades de la gente que son sus dueños y supuestos originadores.

La Fiambrera se planteó intervenir sobre un monumento "público" de Alfafar, llamando la atención de la población sobre la presencia y funciones de uno de dichos elementos urbanísticos y artísticos en su entorno.

Habíamos pensado que era un buen punto de partida táctico el enunciar que el monumento estaba "en huelga" y aprovechar esa salida para plantear unas cuantas cuestiones.

Elegimos una serie de líneas de incisión, que quedaron reflejadas en las frases que cubrían el monumento durante el tiempo que duró la intervención.

Estas líneas abarcan tanto el espacio de decisiones que debería dar origen al arte en los espacios públicos como la problematicidad de nuestro trabajo mismo en su planteamiento de estos interrogantes.

Hay quien ha querido ver en el "monumento en huelga" una metáfora sobre las aporías de la democracia radical y la otra, pero son vanos rumores: consultados los miembros de la fiambrera al respecto manifestaron no tener la más lejana idea de lo que fuera "una metáfora" para no hablar de lo que podía ser "una aporía", ni idea de veras, ¿aporía dice?

El amigo flobert en su diccionario para fiambreras hubiera certificado "Aporía: enfermedad de transmisión sexual, no mencionar delante de señoritas". Respecto de metáfora tuvo a bien decir: "siempre hay demasiadas en el estilo."

¿Qué estilo?