Follón,
follón
Aunque
desde el principio hubo algun mal viaje con algun material gráfico:
alguien tuvo la puntería de encolar un cartel de dinero
gratis en el coche de la mismísima concejala de centro,
el dia antes de la entrevista que el director del museo y el comisario-torero
iban a tener con ella para explicarle el proyecto. Fue divertido
aunque completamente casual, de veras.
Se
le explicó al museo que si hacíamos diezmil carteles
era dificilillo controlar, y además no nos interesaba hacerlo,
lo que hacía la gente con ellos. El director lo entendió.
Pero
otra cosa fueron las primeras noticias que ya en primavera empezaron
a aparecer en los periodicos, según las cuales el Macba
organizaba y financiaba en sus instalaciones "talleres de desobediencia
civil" con el movimiento antiglobalización con el brumoso
fin de hacer frente a la policia con dignidad y diseñar
no se sabe bien que trajes o escudos que ayudaran en la tarea.
En
la foto salia un insumiso grandullón, a modo de madero,
zurrando con un palo de escoba a un voluntario de la agencia de
moda y complementos.
La
dirección del museo pudo, aparentemente, capear este temporal
pero sin duda ya le habíamos tocado el ojete a la señora
Valdecasas, por entonces delegada del gobierno en Cataluña.
Todo
lo que siguió no pudo sino empeorar el tema: los esforzados
investigadores policiales descubrieron que los "artistas" no sólo
se reunían casi a diario con los temidos, hay que ver como
cambian los tiempos, militantes del movimiento antiglobalización,
sino que compartían el local-cuartelillo del museo con
ellos, que trabajaban para y con ellos y que cada vez era más
dificil distinguirlos. El Enric se montó el despacho en
la entrada del cuartelillo y los carteles, las postales, los trajes,
los escudos, el autobus, la "reclaim" y las veintemil asambleas
parecían apoyar esa hipótesis...
Cuando
todo este material empezó a aparecer en la prensa, cuando
el director del museo se quedó atrapado en el atasco provocado
por la Reclaim, cuando la policía cargó en la Plaça
Catalunya y luego se vinó a destrozar el bar del museo,
sede de la Agencia Espacial, cuando el ShowBus se utilizó
para volver a retomar la Pl. Catalunya frente a las narices de
los maderos, transmitir información sobre las personas
detenidas en la Verneda y finalmente ir para allá, donde
desde hacía horas se montaba guardia esperando que los
libertaran, cuando con los compas de los invisibles, los escudos,
algunos trajes y la banda de samba llegada de Londres y que, oh,
dormía en el cuartelillo (usando los escudos de colchón)
se fue hasta la Bolsa, que ya la policia se había encargado
de bloquear por completo y la foto de portada de los periodicos
mostraba, creo que por primera vez, una "obra" del Museo....entonces
pareció que la suerte del proyecto debía estar echada.
Efectivamente,
tras algunas sesiones de mediación en las que Marcelo corrió,
sin despeinarse por lo que se ve, desde el bar del CCCB (el nuestro
aun estaba lleno de vidrios) donde se refugiaba la dirección
del museo hasta las gradas de la plaza donde tomábamos
el sol algunos supervivientes, se "acordó" darnos un descanso
veraniego, mientras por lo demás nos ibamos a Tarifa a
colaborar en el Border Camp aquel donde los franceses dieron tanto
la vara.
Durante
el verano, nos volvimos a reunir con el mediador que trajó
una aséptica propuesta del museo de seguir trabajando juntos
pero por "proyectos" que, obviamente, el museo aceptaría
o rechazaría. Eso suponía perder nuestra autonomía
y así se lo tuvimos que explicar a nuestro interlocutor,
que lo entendió la mar de bien.
Ese
fue el fin, a la vuelta del verano y aunque el proyecto oficialmente
iba a durar hasta Octubre, nos empazaron a poner todo tipo de
problemas: no se podría trabajar "de noche" (se ve que
los estupas le salen más caros a la policía por
la noche con el plus de nocturnidad y la pomada para el reuma),
sólo una o dos personas podrían tener acceso a la
llave del local, o incluso resultaba que un vigilante privado
vendría cada vez a abrir y cerrar la puerta... gilipolleces
que obviamente iban encaminadas a conseguir que nos largaramos,
como de hecho hicimos, llevándonos todo el material informático
y nuestros archivos.
ANTES-DESPUÉS
La
gente que hasta entonces vivíamos en Madrid y que habíamos
estado en el proceso desde el principio: nos volvimos a Lavapiés
tan a gusto. Del gran grupo que trabajaba en el cuartelillo algunas
personas tuvieron que volver a trabajar (alguien tiene que hacerlo),
otros se fueron desgajando, pero aun así quedó una
selección muy maja de una docena de personas que tenían
interés en conservar la denominación de origen "agencias"
(contra los criterios que preferían disolvernos en Indymedia
o algo así de saleroso). En consecuencia las agencias siguieron
trabajando, fundamentalmente en Barcelona, ahora en un local alquilado
y sin un puto duro prácticamente y sacando campañas
tan inspiradoras y discutibles como siempre, como algunos de los
carteles de la cumbre contra la UE o los New Kids in the Black
Block. Seguimos trabajando coordinados los supervivientes de Madrid
y los de Barna durante una buena temporada, nos fuimos de viajes
a las Americas un par de veces...
Finalmente,
hacia el verano pasado desavenencias sobre los modos de seguir
llevando el trabajo adelante, sobre el modo de encarar campañas
como el YOMANGO, y sobre todo, intensas discusiones sobre la conveniencia
o no de cortarle el bigote al padrecito, acabaron de escindir
el grupo de supervivientes de Barcelona del grupo de Madrid. La
gente de Barcelona siguieron con Las Agencias y los de Madrid
nos fuimos de cañas
que es lo nuestro.
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