Pues resulta que allá por Noviembre del 98, cuando mas a tope estábamos con este tema de Etxegarate, se nos ocurrió realizar una acción un poco espectacular, para denunciar el tema de la Autovía de Etxegarate y el desarrollismo en general. Y como veréis, la cosa se quedó un poco en agua de borrajas.
El asunto es que en el trayecto de la carretera N-1 a su paso por Altsasu, en una gran curva además, existían cerca de la carretera 4 vallas de esas de poner grandes anuncios publicitarios. Para colmo en estas vallas habían puesto anuncios de unos camiones. Nosotr@s suponíamos que esas vallas tenían que ser ilegales, porque hay una ley que viene a decir que a "nosecuantos" metros de la calzada no se pueden poner anuncios, a no ser que sea suelo urbano. Y evidentemente, ese lugar no es suelo urbano. Finalmente, el ayuntamiento tomó cartas en el asunto y varios meses después de nuestra acción mando quitar de allí las vallas.
Así que, arropados por el convencimiento de que no hacíamos nada ilegal, porque las vallas ya lo eran de por si, nos decidimos a tapar una de ellas con un gran cartel manufacturado. La idea, de una artista local, era decir que en el futuro, y si todo sigue así, ya solo nos quedarán los paisajes que están pintados en los cuadros; o si no habrá que pintarlos en grandes vallas, como aquellas para amenizar el viaje en las autopistas. Por ello, el dibujo, que podéis apreciar en las fotos que hemos puesto por aquí, era el de un paisaje anaranjado, con un cielo amarillo y unos arboles azules y sin hojas, y con una leyenda que decía "Nuestro futuro: ¿paisajes pintaus?" Aquí podeis verla ampliada.
Pero estas cosas no suelen salir siempre como un@ quiere. En principio, al medir las vallas ya cometimos alguna equivocación, porque cortamos las tiras de papel demasiado largas. Después pintarlas ya fue también una pequeña odisea, porque eran grandísimas y tenían que casar unas con otras cuando las colocásemos. En fin, que ya empezamos bien.
Pero el colocarlas fue lo mas difícil. Porque la valla estaba altísima y uno de nuestros compañeros tuvo que subirse hasta arriba (sin arnés, ni cuerdas ni nada) para descolgar los rollos de papel. Ademas, como no estaba medido bien, las tiras nos quedaron demasiado largas y colgaban una parte por debajo de la valla. Por último, el cubo de la cola se nos volcó y no se nos ocurrió mejor cosa que echar mas agua para que volviera a haber cola suficiente para toda la valla.
Conclusión, que nuestra valla no duró apenas un día, y justo tuvimos tiempo de sacarle las fotos que aquí aparecen a la mañana siguiente.
