Greenpeace entra como accionista en Shell para forzar inversiones 'verdes'
La organización ecologista Greenpeace anunció recientemente la adquisición de una participación en el accionariado de la compañía petrolera Shell, por valor de 41 millones de pesetas, con vistas a presionar a la empresa para que aumente sus inversiones en energía solar. Greenpeace ha comprado la cantidad mínima exigida para tener derecho a intervenir en la junta de accionistas que se celebrará el próximo día 9 de mayo, según ha declarado su portavoz, Sander van Egmond: "Queremos decir al resto de los accionistas que Shell debe invertir más en energía solar y que es posible obtener beneficios de ella".
"En ambos casos, el planteamiento que se hace es exigir desde la junta de accionistas que las inversiones para los programas no se limiten a proyectos petrolíferos y se apueste por la energía solar; en concreto, por desarrollar una fábrica de paneles solares que tenga una envergadura suficiente para que el coste de la energía generada sea similar a la de la convencional y sea competitiva".
Un portavoz de la compañía petrolera holandesa, que en noviembre inauguró en Alemania la planta de producción de paneles solares más grande de Europa, ha declarado que la empresa se felicita del movimiento de Greenpeace y confían en que se inicien conversaciones en el futuro sobre la división de renovables de Shell.
Greenpeace ocupa una planta petrolífera en Escocia
La zona constituye un hábitat muy importante para las ballenas
Los ecologistas se acercaron el domingo pasado en un barco y ocuparon la planta denominada Jack Bates, tras escalar por los postes que mantienen en pie a la torre principal. La organización ecológica sostiene que la zona constituye un hábitat muy importante para especies como las ballenas y los arrecifes de coral y sirve de despensa a 21 tipos de cetáceos.
«Las perforaciones suponen un doble peligro para el medio ambiente. Perjudican a la vida animal cuando el petróleo es extraído y es nocivo para nosotros cuando se quema el crudo», comentó un portavoz ecologista.
Varios colectivos no ven con buenos ojos el Plan del Arga
Consideran que destruye aspectos naturales e históricos del río
Las asociaciones ecologistas y de defensa del medio ambiente son las más críticas, tanto con las obras realizadas hasta la fecha dentro de la primera fase del Plan del Arga, como con las actuaciones previstas para esta segunda fase. Eguzki Ekologistak, por ejemplo, considera que las iniciativas promovidas por el Ayuntamiento iruindarra «tienen un envoltorio pseudoecologista» para obtener subvenciones «destinadas a actividades que no entran dentro de la defensa del medio ambiente, como la construcción de escolleras o la destrucción de riberas», denuncia Andoni Ropero.
En parecidos términos, el representante de Gurelur, Antonio Munilla, considera que «detrás de la destrucción del eco- sistema del río, hay intereses comerciales». Este grupo conservacionista tiene previsto presentar ante la Unión Europea una queja «para evitar que lleguen fondos económicos desde este organismo» con el fin de financiar las dos fases del Plan.
Por su parte, Ekologistak Martxan-Iruñea consideran que este proyecto ha obviado la filosofía de recuperación del río «para dedicarse a urbanizarlo», de ahí que «mostremos nuestra preocupación por las actuaciones drásticas que se están realizando», asegura su portavoz Alfredo Rueda.
Por último, también los propietarios de las huertas limítrofes al río Arga en la zona de la Magdalena y Aranzadi, y las asociaciones de vecinos de los barrios de Txantrea, Errotxapea y Sanduzelai han mostrado en diversas ocasiones sus dudas sobre la idoneidad de este proyecto de Plan del Arga.
El tráfico en Navarra ha crecido casi un 50% durante los últimos diez años
La circulación volvió a aumentar en 1999, especialmente en las carreteras principales
El tráfico en Navarra ha crecido casi un 50% desde 1990: donde hace diez años circulaban dos coches, ahora hay tres. El Plan de aforos de las carreteras de Navarra de 1999, elaborado por el Departamento de Obras Públicas, confirma que en los últimos dos años la circulación en la Comunidad foral ha crecido de una manera desenfrenada. Hasta 1997 el tráfico se incrementó cada año en poco más de un 3%. en 1998 el aumento ya fue del 8% y el año pasado, del 6,5%. Resultado: si en 1997 transitaban por cada carretera cinco coches cada dos minutos el año pasado ya eran seis.
El documento del Gobierno de Navarra desvela que el crecimiento del tráfico no es uniforme. El número de vehículos aumentó mucho más en las carreteras nacionales de la Comunidad foral, con un 7,3% de incremento. Por el contrario, la circulación creció menos (un 5,2%) en las carreteras comarcales de mayor importancia, y se mantuvo casi igual en las carreteras locales.
Por lo que hace referencia a Sakana, la circulación por la Autovía del Norte pasó en 1999 de 12.200 a 13.500 vehículos diarios. El crecimiento fue por tanto del 11%. en la autovía de la Sakana la circulación subió más de un 11%. Mientras que en el tramo navarro de la N-1 el aumento fue de un 10% más que el año pasado.
Por lo que se refiere a las velocidades alcanzadas en carreteras, se circula a cien kilómetros por hora en las carreteras nacionales y a casi 120 en las autovías. El Gobierno de Navarra midió la velocidad de coches y camiones en las principales carreteras de la Comunidad foral y resultó que donde más se corre es en la Autovía de Sakana. Los turismos circulan a 119 kilómetros por hora. En la Autovía del Norte la velocidad es menor: 111 km/h.