Shmobs, performances, improvisaciones, irrupciones, interrupciones... La cuestión no es la de preguntarse si este campo pretendidamente nuevo de experimentación creativa es o no es arte, sino si es o no es revolución o acaso contribución efectiva a una superación real del sistema capitalista. El artivismo quizá no ha hecho sino explicitar una concepción de la acción polÃtica no como generadora de procesos y estructuras, sino como una antologÃa de estallidos creativos, una especie de suite coreográfica o aun una comedia de situación, a la manera de las sitcoms televisivas. La modesta «agitación y propaganda» se ha visto substituida por un nuevo estilo de arte polÃtico que se presenta con la pretensión de rasgar la realidad cotidiana cuando solo estarÃa elevando la ocurrencia, la fiesta sorpresa y la broma al rango simultáneo de forma de lucha y género artÃstico, no se sabe bien si como homenaje o parodia de la insolencia irónica del surrealismo, dadá o el movimiento situacionista.
Manuel Delgado