Documentos de la lucha de l@s trabajador@s temporales del Cirque du Soleil (Madrid, 1999-2000)

octavilla redactada por el sindicato clandestino y repartida entre el público del circo por un grupo de apoyo. Tuvo buena acogida entre los asistentes al espectáculo y muy buena entre l@s trabajador@s temporales, pues por primera vez se expresaba públicamente algo que, aunque estaba en la mente de la mayoría, poc@s se habían atrevido a explicitar, y menos en voz alta.

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Bienvenidos a Cirque du Soleil:

Cirque du Soleil vuelve a Madrid con un nuevo espectáculo, una puesta en escena revolucionaria que tal y como afirman sus artífices intenta conectar al público con su "lado más humano"

El Cirque du Soleil se presenta ante la opinión pública como un circo alternativo, solidario y orgulloso de sus orígenes callejeros y nómadas. Bajo esta imagen, sin embargo, se oculta una multinacional del espectáculo que en 1998 ingresó 204 millones de dólares y que en el 2000 prevé doblar esta cantidad; una aguda mentalidad empresarial que sabe sacar el máximo beneficio del trabajo de sus empleados y de los bolsillos de los espectadores.

A través de Manpower, una de las mayores empresas de trabajo temporal del mundo, Cirque du Soleil contrata a la mayoría del personal temporal de su gira europea. Taquilleros, limpiadores, camareros, acomodadores... están a su entera disposición por un sueldo de 640 ptas. la hora, con el que no podrían comprar ni dos de los envases de palomitas que se venden en el recinto. Alta disponibilidad, conocimiento de idiomas, buena presencia son algunas de las exigencias que las empresas de trabajo temporal imponen a sus empleados. Por no mencionar que indirectamente se quedan con el 50% de su sueldo.

"En este país la gente es encantadora y el clima agradable", dicen los responsables de Quidam. No sólo el clima es agradable: tiene un mercado laboral tan flexible que en poco tiempo se puede conseguir un grupo de jóvenes trabajadores a un precio mucho más bajo que el que pagan en Holanda o Alemania. El Cirque du Soleil no maltrata animales, sólo personas, ese ejército de trabajadores precarios que oscilan entre el paro y la temporalidad.

Quidam, el transeúnte sin nombre al que se dedica el espectáculo, la figura solitaria que se apoya en la esquina de una calle y vive perdida en medio de la multitud, podría ser cualquiera de los 150 trabajadores temporales de los que nadie repara en su existencia.

El Cirque du Soleil ofrece un espectáculo para todos los públicos pero no para todo el público. El 90% de las entradas oscila entre 6900 y las 7900 ptas. mientras que las restantes, las más baratas, lo hacen entre las 3900 y 5400 ptas. Este público debe poder acceder a los precios desorbitados de la barra y de los artículos de recuerdo que se venden. Además en España, y sólo aquí, se pueden adquirir entradas a 15.000 ptas a cambio del privilegio de ser llamado VIP y de sentarse en una zona acordonada a comer un canapé de tortilla y una gamba.

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