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A vueltas con la conectividad gratuita

"el movimiento del software libre es aún reducido y joven. Pero el ejemplo de las cadenas de radio mantenidas por los oyentes de este país (EE.UU.) muestra que es posible mantener una gran actividad sin forzar a que cada usuario pague."
Richard M. STALLMAN


La decisión de las operadoras de ofrecer conexiones gratuitas al público ha levantado un cierto revuelo -especialmente entre quienes centraban su actividad en dar ese acceso-, con opiniones que oscilan entre diversos grados de temor y desconfianza. Hay quien piensa que esta medida no es más que una guerra entre lobos por disputarse el mercado a base de ofertas; otros ven una maniobra de Timofónica por hundir a los pequeños proveedores de acceso a Internet, y algunos más lo resumen como un zarpazo más del neoliberalismo dominante. Hasta ahora, no hemos oído voces que nos recuerden que el "acceso para tod@s" y la conectividad gratuita es una antigua premisa hacker, un prerrequisito sin el cual la construcción del ciberespacio pierde su dimensión social, se convierte en algo elitista y sólo al alcance de l@s afortunad@s que disponen de conexión.

Es indudable que esta medida va a afectar negativamente a las empresas que hasta ahora se dedicaban a cobrar por el acceso a la red de redes. Estas empresas -conocidas como CPI o proveedores de acceso- contrataban el cable a las operadoras y luego ofrecían conectividad a los usuarios finales. Es decir, Telefónica compartía un trozo del pastel con los CPI y a cambio les cobraba una barbaridad por ello y les derivaba el trabajo sucio -implantación técnica de la red, formación de un parque de usuarios, atención al cliente...-; los CPI, por su parte, cobraban por un servicio -la conexión a la red- que en otros países o bien se ofrece gratis o bien facturan directamente las operadoras telefónicas. Esto generó una extraordinaria proliferación de CPI -estaba al alcance de cualquier iniciativa, empresarial o sin ánimo de lucro, contratar una frame-relay y dedicarse a dar conectividad-, hasta el punto de que en el Estado español operan más del 10% (alrededor de 800) del total mundial! de CPI, cuando hace sólo cinco años -antes de la aparición de Infovía- no llegaban a diez los proveedores en todo el Estado español.

Aquell@s que desconfían del paso que han dado las operadoras telefónicas sí llevan razón al preguntarse cómo es posible tanta generosidad precisamente en unas corporaciones cuyo rasgo característico ha venido siendo la extorsión en régimen de monopolio, cuando no el robo puro y duro al ciudadano de a pie (*). Es más que probable que este tipo de medidas formen parte de una tendencia global para facilitar al máximo el acceso a la ciudadanía, ya que con ello confían en mercantilizar definitivamente Internet. Maniobra neoliberal y capitalista, cierto, pero al precio de la socialización gratuita del acceso al ciberespacio. No es poca cosa. Como decíamos más arriba, el "acceso para tod@s" probablemente es el principal requisito para el crecimiento de un movimiento social en el ciberespacio y para cualquier proceso de inteligencia colectiva.

Es obvio que el desarrollo de las telecomunicaciones está estrechamente vinculado a los intereses de los Estados más poderosos y de las grandes corporaciones transnacionales, públicas y privadas. Pero también es demostrable que la mayor parte de las transformaciones técnicas de estos últimos años no ha sido decidida por esos entes. El mejor ejemplo de esto es el éxito de la World Wide Web, cuya invención y desarrollo en los años noventa nada ha tenido que ver con los grandes actores mediáticos (ni Micro$oft, ni IBM, ni la OTAN ni AT&T ni mucho menos Timofónica o el grupo PRI$A han decidido nada de esto) y sí con el movimiento social del ciberespacio que lo ha desarrollado y difundido a su bola y de acuerdo a sus necesidades y a su estilo imprevisible y distribuido.

Como ha ocurrido otras veces, una consigna izquierdista -"acceso para tod@s"- es recuperada y acaba convirtiéndose en piedra angular de estrategias mercantiles. Pasó antes con los ordenadores personales que, no lo olvidemos, fueron ideados y creados por los hackers de los años setenta como forma de arrebatar la potencia de la informática al control estatal-militar y de las megacorporaciones privadas. En fin, este movimiento social cooperativo y generoso -las "comunidades virtuales", el movimiento social del ciberespacio- está acostumbrado a este tipo de maniobras, y sabe que ha puesto las bases del negocio multimediático. Pero eso no quita que, a la inversa, y a la vez que lo recupera, el mercado acabe consolidando y haciendo irreversibles los objetivos de las comunidades virtuales - En este caso, el del acceso gratuito para tod@s-, que hasta ahora han sabido dar respuesta siempre a cada intento de privatizar y/o censurar la red.

Creemos que hay que dejar de una vez los clásicos lamentos "progres" (por cierto, cada vez más conservadores) y ser rápid@s, usar y reapropiarse de esos recursos, promover que la gente abra conexiones gratuitas y las use al máximo, que todo el mundo disponga de un buzón de correo -una dirección de mail es lo que garantiza la visibilidad individual y la participación activa en el ciberespacio-, que todo colectivo o centro social tenga una página web. Promover también la conectividad desde espacios públicos autogestionados -locales de colectivos, centros sociales, casas okupadas, "ciberkafetas" en los baretos de la peña...-, y reapropiarse también de los accesos institucionales gratuitos -desde institutos, universidades, curros, bibliotecas, centros culturales o cívicos, "puntos de información"...

La infraestructura física, antes como ahora, va a seguir en manos de las telefónicas. Muy posiblemente, llevan razón quienes acusan a Telefónica de dumping y de competencia desleal, pero no dejan de ser conceptos de quien se mueve en términos de mercado. Si alguien todavía piensa que lo importante es quién te da el acceso a la red -pequeños CPI o grandes operadoras-, nadie le va a impedir que alquile una línea, un router y siga dando conectividad a los usuarios. Esa es la lógica del mercado, no tiene sentido pedirle al monstruo -Timofónica- que sea menos monstruo. Hay que abrir líneas de fuga, tirar para otro lado.

Pensamos más bien que el problema hay que enmarcarlo en otro modelo que no sea el que manda el mercado. Para ello son necesarias apuestas que desborden esa lógica. Mas ese cambio de perspectiva -cambio político al fin y al cabo- no se puede improvisar de la noche a la mañana. Hay proyectos políticos telemáticos -como bastantes de los que forman la APC-, cuya apuesta telemática ha consistido básicamente en dar conectividad a l@s colectivos y organizacione sociales; otros, sin embargo -la ECN sin ir más lejos-, renunciaron a la conectividad desde el primer momento y se centraron en generar cooperación y trabajo en red. A nosotros nos gustaría seguir explorando esta última vía: cualquiera que se mueva con criterios antagonistas por el ciberespacio sabe que lo que hace fuerte e ingobernable a Internet es es su estructura descentralizada, horizontal y flexible: lo contrario a la concentración o a los portales poderosos.

Nosotr@s no vamos a lamentar ni un segundo la gratuidad del acceso, todo lo contrario, y nos da igual si es fruto de una guerra de lobos entre compañías o viene impuesto por la propia lógica del mercado: no hay que olvidar que lo que se da gratis es el acceso pero que sigue pendiente la reivindicación de la tarifa plana -el pago de un precio fijo y asequible, independientemente del tiempo de conexión-, cosa que tarde o temprano llegará como ha llegado la gratuidad del acceso pero, sobre todo, sigue pendiente la gratuidad en el uso de la línea, al menos para usos no comerciales.

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Nota

(*) En efecto, Timofónica pertenece a esa leonina clase de empresas -cuyo paradigma es Micro$oft- que ya están por encima del bien y del mal, o sea, fuera de las leyes del mercado y de las leyes a secas, lo que le permite incluso obtener beneficios enormes de sus propios errores (por ejemplo, las llamadas fallidas) y defectos funcionales (por ejemplo la exasperante lentitud de los accesos a través de Infobirria Puzz).

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