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Sobre la red
Intervenciones en el seminario de la red autónoma
de la autoorganización social

Trataré, en lo posible, de sintetizar las intervenciones anteriores para luego volver a lanzar la discusión. Uno de los puntos discutidos hasta ahora es: ¿cuál es la situación? La situación es, con toda seguridad, pésima: se está dando una transformación epocale y antes decíamos sobre qué cosas está actuando tal transformación. Hemos comprendido casi todo sobre cómo han logrado reestructurar, subsumir, transformar la ciudad-fábrica en fábrica social, pero nos detuvimos en torno al problema de la composición social de los sujetos en condiciones de expresar procesos de liberación y antagonismo de forma masiva, y no en forma de experimentación o ejemplar. Este es un problema que no sólo tenemos nosotros, sino que se lo plantea todo el mundo, incluidos los estudiosos que debaten dentro de "Il Manifesto" (Rossanda, etc.); hemos llegado a concebir la globalización, el posfordismo. En lo sucesivo, toda una serie de cosas que parecían abstractas- los nuevos paradigmas, el nuevo modelo productivo, etc- hoy se ven asumidas (en algunos casos, desgraciadamente, como moda) un poco por todo el mundo, mientras que hasta hace unos años aún se discutía sobre si la clase obrera era central o no, sobre si la forma de organización en red era algo por experimentar o en realidad seguíamos aferrados a un concepto de fuerza política. Es decir, seguíamos discutiendo si era legítimo o no asumir la resistencia como elemento estratégico de autoorganización social. Hemos experimentado convenciones, coordinadoras, reuniones en las que compañeros trataban de encontrar soluciones... ¡pero en realidad no hay soluciones lineales! Porque, como hemos dicho, el problema es que los nudos son nudos contradictorios, son nudos que se insertan en un concepto de tiempo y de espacio no-lineales y no deterministas. ¡Esto no es una gilipollez! Cuando asumimos la teoría del caos también sobre la dinámica social en términos de nuevos paradigmas, en realidad, ¡todo cambia! Hemos intentado decirlo por adelantado: no se ha entendido, y en parte se ha entendido poco. Ahora noto que ya no hay veleidades para construir formas de resistencia, formas de coordinación, de convenciones, de fuerzas políticas. Preveo que habrá un período en el que se pasará de la exaltación de la continuidad de la memoria histórica, de la resistencia de los viejos paradigmas- comunismo, ideología comunista- a lo contrario: tendremos una exaltación del "ya no hay nada que hacer, la fragmentación es un dato absoluto"... ya hemos pasado al discurso "no hace falta apuntar a la práctica, lo importante es apuntar a la teoría"... lo he leído en un documento de convocatoria de una asamblea en Bolonia... ¡es absurdo! Y son las mismas componentes que polemizaban cuando se decía ya no era posible tan sólo hacer las cosas sino que hacía falta ponerse a comprender que el mundo se transformaba, a comprender los procesos de reestructuración que estaban en marcha, los nuevos paradigmas, etc... Hemos sufrido el cierre de la comunicación porque queríamos discutir la continuidad histórica, la memoria histórica, la "continuidad de la Autonomía", el primado de las luchas y de la resistencia, el primado de la clase obrera, el primado del comunismo como ideología, mientras que nosotros proponíamos: "¿por qué no decimos que queremos construir un movimiento que transforma el estado presente de las cosas y luego vemos cómo se define y qué tipo de síntesis tiene?". Que no basta con definirnos comunistas/autónomos, porque ya no es suficiente, porque en realidad en el término "comunismo" hay de todo... ¡mierda y datos heroicos y míticos, utopías y mierda, tragedias y cosas gloriosas! Cuando tenemos que adjetivar el término "comunismo"- porque siempre tenemos que decir "comunismo crítico, libertario" o hablar de "verdaderos comunistas contra falsos comunistas"- eso quiere decir que algo no funciona. Pero hay algo nuevo: la consciencia de que algo tenía que cambiar... roto de una vez por todas, para volver a empezar a reflexionar con la propia cabeza tratando de comprender nuevas trayectorias. ¡Ahora hemos llegado al punto en el que todo el mundo está convencido de que es así! Pero, aun estando convencidos, luego corren el riesgo de estarlo de manera equivocada, porque como siempre absolutizan el otro dato... Ahora leo que sólo hay que estudiar, analizar, que no sirve el primado de la práctica, que por el momento hay que reunirse para comprender cómo logramos construir... ¿qué? ¿Los procesos de liberación? ¿Nos arrimamos a la mesilla y comprendemos cómo se construye una sociedad multiétnica, cómo se construye dentro de la demolición de los estados-nación una dinámica de comunidades solidarias? ¡Estamos en algo absurdo! Espero que haya buen sentido... ¡la inteligencia para comprender! En realidad, más allá de estas dificultades, podemos decir que- y esto vale para nosotr@s que ya desde hace cuatro años llevamos discutiendo de cosas que otr@s discuten ahora- nos vemos frente al hecho de que debemos superar lo que ya hemos discutido, en el sentido de que lo que hemos afirmado (posfordismo, globalización, la ausencia de centralidad, la presencia de una dinámica de fragmentación) es algo a superar porque no ha resuelto, para nosotr@s, el nudo del problema: lograr comprender sobre qué y de qué modo pueden darse nuevos procesos antagonistas masivos, que tengan el concepto de transición no como ideología sino como utopía concreta. Este es otro problema gordo porque, como siempre, las dinámicas del conflicto se mueven dentro de la dinámica no sólo de un conflicto que satisface las propias necesidades, sino dentro también de un horizonte de transformación general. Antes se llamaba comunismo, luego la transición al comunismo.. en todo caso había siempre un concepto de transformación y de transición hacia una sociedad diversa, en la que se insertaba el conflicto contra la explotación, contra el trabajo ilegal, contra el patrón. Está claro que hay que redescubrir también este tipo de dinámica; hoy este tipo de problemas está abierto y debemos estar en condiciones, de modo laico, de reafirmarlo y volver a afrontarlo. Sabemos lo que se ha transformado, cómo la economía-mundo crea miseria, hambre, explotación; sabemos cómo el trabajo puede desprenderse, paradójicamente, de la propia contradicción principal que es la fuerza de trabajo como elemento dialéctico. Esta es una dinámica epocale nueva para nostr@s, pero también para los patrones. En este sentido hay que interpretar también la dinámica de la crisis. Estábamos acostumbrad@s a ver la crisis como crisis de superproducción, luego como crisis de mando. Ahora bien, este tipo de dinámica salta, porque los paradigmas citados, antes incluso del punto de vista capitalista de una nueva valorización, es decir, sobre el hecho de que a través de las máquinas se puede valorizar sin tener un enganche dialéctico con la fuerza de trabajo en términos conocidos, en realidad transforman procesos y dinámicas. Este tipo de problemas son todos elementos abiertos que debemos lograr aferrar en esta transformación. Dentro de esto, sabemos también lo que no nos interesa hacer: no creemos posible reafirmar la ideología comunista o la ideología de cualquier otra cosa como elemento motor de procesos políticos sociales significativos, porque la ideología se ha hundido. Finalmente, para nosotros que la hemos combatido durante años, la ideología socialista se ha hundido. Cualquier intento de reposicionar un terreno de transformación en torno al concepto de ideología lleva las de perder, es incluso reaccionario y tenemos muchos ejemplos en un plano general de lo que pueden producir las ideologías acarreadas como elemento de transformación. Entonces nosotr@s decimos que sabemos que algunas cosas no sirven y otras son erróneas y no nos pertenecen como dinámica política y ética, que, por contra, hoy hay que reconquistar. Nos interesa redeterminar el antagonismo, la subversión. Nos interesa jorobar porque este mundo nos da asco y por ello tratamos de razonar sobre cuál puede ser un posible horizonte de ruptura, conscientes del concepto de pesimismo... relativo pero fundamental, ¡de lo contrario volveremos a hablar "en nombre del proletariado"! Y además, ¿qué es el proletariado? ¿Es algo indistinto? Hay una mitología en la que todo está unido a traiciones... He visto "Tierra y libertad"... será una buena película, pero a mí no me ha gustado porque no cuenta los mecanismos estructurales que se daban, no habla de la tragedia de la humanidad que no se libera... hay un nudo fundamental entre liberación y lo existente que se determina desde siempre. El mito del determinismo, del progreso ha servido durante años para decir: "dentro de 10 años...", siempre en demora y nunca se veía... se veían algunas mejoras pero... este concepto lineal del tiempo y de la historia ha permitido sufrir y morir a generaciones esperando que "el sol del porvenir" llegara en 50, 100 años... todavía hay grupos, tipo Lotta Comunista, que analizan científicamente que en el 2003 se dará la coyuntura favorable para la revolución... El concepto de pesimismo relativo sirve para evitar decir imbecilidades, para evitar ese lenguaje, ese modo de ser y de pensar hecho de luchas políticas al viejo estilo, el concepto de que la lucha de clases está hecha de traiciones, de que nunca se puede relativizar nada. ¡La gente que ahora es más fundamentalista es la que años antes no hacía nada! ¡Es gente que se apropia de las luchas que han hecho otr@s, y ahora reivindican la continuidad! Yo nunca he visto a ninguno de los que hoy hablan de los años 70. Muchos compañeros que han vivido los años 70 están callados y en muchas ocasiones están hartor de hablar del tema. Paradójicamente, los que han vivido los años 70 en esos términos ya no quieren hablar de ellos, los que por contra no los han vivido siguen hablando hoy de los años 70 transformándolos en ideología, no en una discusión sobre la utopía de un "asalto al cielo" que ha fracasado no sólo por las "traiciones" sino por las condiciones de transformación de las que hemos hablado antes, no sólo capitalista sino también de la humanidad, de nosotr@s mism@s... ese "hombre nuevo" que no hemos visto nunca. En este sentido el pensamiento negativo y la Escuela de Frankfurt pueden recuperarse porque de ese modo, en el umbral de la propia existencia, uno se pregunta: "¿es posible que el ser humano no se una frente a las catástrofes y quiera un nuevo mundo?"... ¡esta es una problemática de tipo existencial, filosófica, política e histórica aún sin resolver! ¡Y creo que nunca se resolverá en toda nuestra existencia!" Debemos resignarnos a esto, de lo contrario corremos el riesgo de pasar de formas de exaltación en las que se carga de significado el proyecto político... para luego chocarse con las miserias y las dificultades y pasar a la desconfianza total... Partiendo de un concepto de autoorganización social, veamos si es posible localizar, potencial y realmente, la posibilidad de aferrar el aspecto de la autoorganización como dirección no sólo de lucha sino constitutivo de otra sociedad. Ya es algo: éticamente es mucho más útil y digno que otras direcciones que por contra tienen características reaccionarias. En el sentido de que es una utopía realizable dentro de trayectos posibles. El concepto de las redes de los contrapoderes... Hemos dicho: el contrapoder con "C" mayúscula, figura única que se remite al mecanismo del poder y que creó las "bases rojas" en los años 70, en realidad es otro mito. Nosotr@s decimos que hoy es posible apoyarnos en el concepto de redes de contrapoderes. En este punto, podría preguntarse por qué no llamarlas "redes de antagonismo". El motivo es que queremos desde el primer momento poner de manifiesto el concepto de que la autoorganización no es sólo una expresión de iniciativa de lucha genèrica o radical, sino que expresa de todos modos una dinámica de tensión hacia un terreno de transición. Este es el nudo de la cuestión: no sera omnicomprensivo pero con certeza es un intento de mantener en pie el nexo entre las luchas y la transición, entre luchas y prefiguración; porque sabemos que si falta esto, la teoría del caos se convierte en una teoría de la confusión total, en el sentido de que no se entiende hacia dónde tratamos de ir. ¿Por qué nos unimos si falta un terreno de transición hacia algo que sea solidario, igualitario, diferente de este mundo existente? ¡Cada uno podría hacer lo que quisiera y luego la comunicación nos ligaría de manera abstracta o virtual! Creemos que este nudo entre conflicto y transición será también el terreno del 2000, y es fundamental hoy también para dar un sentido a la propia militancia, al propio actuar social antes que político... ¡al propio ser! ¿Puedo tener ideales, utopías en positivo- que no sean ideológicas- que den un sentido a mi existencia? Hay que afrontar ese argumento en este tipo de problemática, que es una problemática inacabada: es decir, esta relación no está acabada, pero nosotros afirmamos con fuerza que es el único elemento en el que subjetivamente podemos tener un sentido utópico en positivo y además logramos determinar una dinámica de iniciativa con sentido. Cuando decimos contrapoderes, en realidad hoy podremos decir sólo antagonismo, pero decimos contrapoderes para localizar la posibilidad que no es sólo remota, sino que la verificamos desde el primer momento. ¡El problema del nexo entre conflicto y constitución diversa intentamos plantearlo en la cotidianiada aquí y ahora! Por esa razón creemos que la problemática de las redes de contrapoderes, en los términos citados antes, y de constitución diversa son un nudo no sÇlo de utopía en la que apoyarse, sino también un terreno de práctica política inmediata que constituye nuestra acción política. Antes se ponían ejemplos: ¡Radio Sherwood no es "la radio del partido", es otra cosa! La ADL (Asociación de Defensa de los Trabajadores) no es un sindicato, ni la correa de transmisión de otro: es un trayecto de iniciativas de lucha en los lugares de trabajo que sin embargo posee una dinámica constitutiva propia por la cual, en realidad, habla de otras cosas; tiene una dinámica asociativa de agregación en positivo de por sí, por la que produce elementos, en la medida de lo posible, de cambio de las relaciones entre personas. Los trabajadores no son sólo elemento de apoyo o de delegación por nuestra parte o por la suya, sino que en realidad con este tipo de vida asociativa intentamos cambiar también su modo de pensar. No nos basta con que uno diga: "sono contro il paròn, vojo i schei!". Porque intentamos, en torno a estas iniciativas de conflicto, posiblemente radical, expresar y construir una dinámica asociativa encaminada a que el cambio y el constituirse diverso por sí mismo sean, en realidad, un elemento fundacional. Está claro que podemos lograrlo o no. La problemática que hay que volver a afrontar son lo nudos prácticos que este terreno produce. También sobre los Centros Sociales, por ejemplo, en el sentido de que siempre hay que aferrar ese aspecto del razonamiento... cuando haces el Coffee Shop, poco después hay que preguntarse qué ha producido todo ello... lo mismo puede pasar con la música, con el rédito... la pregunta siempre es en torno a estos dos nudos... qué me ha determinado en términos de conflicto y de lucha, también con los demás, y qué se ha logrado constituir como dinámica "social diversa" sin recaer en un concepto absoluto de comunidad cerrada o de exaltación de dinámicas de ghetto. Este nudo está abierto. El término contrapoder, además de esto, expresa el hecho de que afirmamos, hoy más que nunca, la dinámica "con cualquier medio necasario". El metro de juicio se da respecto a la autoorganización, pero ésta desde el primer moemnto se funda con cualquier medio necesario. El elemento global es el elemento fundacional de la práctica social de la autoorganización entendida como dinámica de red autónoma. Creo que éste no es un elemento opcional, sino una dinámica constitutiva, porque el conflicto es la capacidad de construir redes de contrapoderes, de romper el monopolio sobre el uso de la fuerza. Este es un elemento que hay que insertar dentro del razonamiento político y social referido a la autoorganización, nunca separado, nunca un elemento extremizado... sino que funda todo trayecto. En la discusión sobre cuál es hoy la dinámica sustancial de lo que hemos llamado la red autónoma de la autoorganización social... no hemos usado ni usaremo snunca este término como regla abstracta y formal. La red autónoma está constituida por organismos diferentes con la propia autonomía que se reconocen dentro de un recorrido parcial o general... en el concepto de la red autónoma es importante definir lo que hemos conseguido y cuáles son los problemas a los que se enfrentan los diferentes organismos complejos para construirlos... es una discusión que hay que afrontar. El otro aspecto fundamental es el discurso de los otros. Pienso que la forma de relaciones posibles respecto a otras situaciones es una dinámica de tipo federativo. Creo que esta problemática de la "federación" respecto a la relación entre local y global, a la reconquista del territorio como dinámica de proyecto, a la superación del concepto de "fuerza política", significa que no hay ninguna síntesis posible a priori, sino que se da un proceso de despliegue de contrapoderes de las redes, que deben hallar dinámicas estructuradas y recompositivas de forma nueva. Pienso, y ya es inadecuado, que la única forma sobre la que se puede intentar razonar es la federativa, que no es la simple coordinadora, pero que tampoco es la síntesis general. Es la capacidad de exaltar la propia diferencia en la verificación del arraigo de los propios recorridos. Es además capacidad de construir la forma del autogobierno de la red. Es decir, la capacidad de comprender qué forma constitutiva puede también prefigurar la forma social compleja distinta del Estado-nación, pueda determinarse dentro de las formas de recomposición, a partir, mientras tanto, de "nuestros" organismos. En sustancia, ¿qué formas podemos darnos en las que cada uno valorice al otro: pero cuáles son también las formas estables que es posible determinar entre subjetividades diversas que se federan? Este tipo de dinámica federativa es un problema por descubrir totalmente, pero es el único punto de partida que puede permitir la recuperación de las relaciones, en la medida en que se basa ya en algunos hechos: se habla con los amigos; se comunica con los amigos aunque no son iguales a nosotros, con los diferentes pero amigos. No se habla con los enemigos, o con quien expresa no-respeto, odio u hostilidad. La dinámica federativa sólo puede darse en estos términos, por lo que hay que reestablecer ante todo una relación de amistad, lo que no significa que la pensemos del mismo modo, sino que nos respetamos recíprocamente en los propios caminos diferentes y que no esperamos que al otro le vaya mal. Tras años de localismo y de cierre, creo que hay reafirmar con fuerza la posibilidad de hablar con los amigos, planteándoles esta problemática: ¿de qué forma hay que plantear la recomposición de la subjetividad autónoma? En el razonar juntos sobre el concepto de federación. ¿Qué implica? Ser amigos. Hablamos con gente que cuenta, no con gente que habla y nada más o con grupos que en realidad son sólo pocas personas que se autorepresentan. Es decir, la perspectiva federativa se constituye en torno a la relación entre entidades diversas que sin embargo tienen una dinámica de arraigo, no-igual pero homogénea respecto a algunos recorridos. En el sentido de que no se hace una federación con una revista... La revista es en todo caso un instrumento de la dinámica de la federación; se habla con sujetos arraigados en el propio territorio y que expresan elementos parciales/particulares de complejidad de proyecto, en el que cada cual se enfrenta a la autoorganización, al concepto de la red de los contrapoderes y de la constitución diversa... de forma problemática, cada uno con sus propios límites. No hacemos la federación con quien escribe en un periódico, sino que el que escribe en un periódico debería hacer artículos sobre la propia dinámica de autoorganización, que- en tanto organismo- se relaciona con los demás. Por lo que la dinámica federativa aclara no sólo el concepto del amigo y del enemigo, sino que es el antídoto más fuerte frente a cualquier bluff. Hay que reconquistar la posibilidad de hablar con todo el mundo, pero en especial con las subjetividades que están experimentando, arriesgando la propia piel, recorridos reales, no virtuales... que usan también el ordenador pero que se relacionan con personas y no con robots... hablamos de carne, de sudor, de pasión... la comunicación no nos interesa como simple intercambio de informaciones, sino la comunicación como recorrido de recomposición sobre las iniciativas y las dinámicas sociales de lucha; en el sentido en que la comunicación es el tejido conectivo de la lucha. Por esta razón la dinámica federativa plantea el problema del enlace de todo esto; donde se afirma que no hay un centro... Turín no se vuelve central porqwue está la Fiat, Padua no es central, Milán no es central porque está el Leoncavallo... ¡hay que luchar contra este tipo de lógica! El concepto de red plantea el problema de los centros nómadas, en el sentido en que la dinámica federativa hace equivalentes a las dinámicas amigas concretas y arraigadas, que no obstante se plantean de forma diferente... las mismas dinámicas utópicas de autoorganización... de forma diferentes con recorridos diferenciados... rechaza un concepto de centro piramidal, pero no se queda tampoco en el concepto de coordinadora... intenta además, dentro de la dinámica horizontal, forzar una dinámica constructiva de formas de autogobierno. No sé que son estas últimas, pero sé que con seguridad es posible hallar formas en las que determinar elementos estables, porque la dinámica federativa está formada también por formas estables de autogobierno. Esta es una dinámica que va más allá de los límites nacionales. ¿Por qué tenemos que hablar de "asamblea nacional" cuando hacemos una batalla contra la degeneración cultural "nacionalista", cuando estamos en contra de las dinámicas étnicas? Tenemos al capital, que es posfordista o globalizado, ¡y nosotros hablando aún de asamblea nacional! ¡En estas cosas el lenguaje desempeña un papel fundamental! Porque denota un enfoque de pensamiento que sigue siendo el mismo, y aunque se habla de posfordismo, en realidad por el uso de estos términos se denota una concepción que no va más allá de la superación de los viejos paradigmas culturales. ¿Qué quiere decir "nacional"? ¡Somos transnacionales, transterritoriales! ¡Estamos dentro de la economía-mundo, con lo que el concepto federativo se amplía dentro de una dinámica horizontal que supera las fronteras! ¡El horizonte no puede ser nunca nacional! Pienso que hoy es ridículo decir: "federación nacional de las redes": ¡la federación es transnacional y rompe las fronteras! ¡Está por ver lo que será, pero el horizonte de referencia sobre el que trabajar es ése! Por lo que pienso que para algunos de nosotr@s esta dinámica está definitivamente cerrada, porque estamos cansados de hacer reuniones inútiles, porque desde hace tiempo hemos comprendido que este modo de actuar está acabado, es ya absolutamente ineficaz , porque no pueden unirse tantas debilidades... ¿para luego formar qué? Hemos esperado a que pasaran estos discursos y folios ideológicos. En parte han pasado. Pienso que es importante también para nosotros relanzar con fuerza, partiendo del concepto federativo, de las redes, de nuestros organismos... Volver a comprender y a proponerse una forma de relaciones no sólo locales o del territorio del noreste, sino con otros compañeros de otros territorios- a partir de una serie de relaciones bilaterales que pasen a través de los organismos y las redes sociales reales. La relación puede construirse sobre tres o cuatro puntos: amistad, concreción y no ideología, arraigo social y territorial y crítica de la reproposición de cualquier tipo de síntesis nacional. Una última cosa: sobre este tipo de cuestiones hay otras propuestas concretas: por ejemplo, dentro de la fiesta de la Radio, la propuesta de una caracterización política, una especie de seminario permanente sobre algunos puntos, para ofrecer un trayecto de reflexión a los compañeros que están dando vueltas por el mundo respecto a los nudos que hoy hemos discutido.

Italia, 25 de marzo del 96

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