Las Naves van creciendo, la cosa peta. A los que buscan aventura se añaden los que abandonaron las rutas al uso. Les une la pasión por descubrir su alma anfibia y un rumbo incierto que les dará experiencia y vida, un lugar donde demostrar su talento.
Malabaristas, equilibristas, actores, músicos y bueno, faranduleros que buscan fondear sus naves.
Las Naves que un día rescataron fieles a la ley del mar apropiándose de los precios, restos del naufragio industrial. Ellos reciclan y se divierten a veces... A veces tocan jornadas de supervivencia.
Las conciencias congeladas no entienden mucho de farándula ni de superviviencia. La justicia es un tampón que marca el nombre, agarrado por una manos oligofrénicas y sudorosas de un individuo tuerto.
Los patronos de los buques congeladores y dueños de los caladeros están molesto. Los okupas no saben, no contestan, no siguen las corrientes al uso y pasan de las modas y la caridad subvencionada.
Aparte de aburrirnos quieren dar el reconocimiento ciudadano. Que se guarden tan alto honor que a mi tanta categoría me abruma. Ahora sólo nos queda esperar las cargas de los cuerpos especiales.
Estas imágenes son un trozo de realidad que muestran la creatividad e ilusión de unos intrépitos marineros, también son un grato recuerdo para mí. Merecen sin duda que sus Naves lleguen a buen puerto.
¡Suerte!