A la huelga de hambre de los presos
se sumó en la tarde del lunes un grupo de familiares «en protesta por las
condiciones infames, inhumanas y degradantes» en que se encuentran sus hijos,
esposos, hermanos, Goy Fonseca, Oscar Oviedo y Luis Giménez, que ofician como portavoces
del grupo, dijeron a BRECHA que se continuará con la medida hasta lograr que se reúna la
tripartita con la que los presos negociaron la finalización del motín (Ministerio del
Interior, Suprema Corte de Justicia y Comisión de Derechos Humanos del Parlamento) y se
pueda volver al régimen normal de visitas, tanto en La Tablada como en Libertad.
Consideran también otro tipo de soluciones, como una atención médica adecuada y la
posibilidad de que se les proporcione trabajo porque «en condiciones normales
permanecen 22 horas por día dentro de la celda, y cuando llueve las 24 horas».
Los familiares iniciaron contactos con distintos gremios de trabajadores y organizaciones
sociales.
El ayuno debía llevarse a cabo dentro de la catedral pero la oposición de los
responsables de la misma obligó, tras largas conversaciones con integrantes de la curia,
a hacerlo en la escalinata. «Podíamos habernos negado a salir, pero pretendemos el
apoyo de la Iglesia Católica y no una confrontación con ella», dijo Giménez.
Según este familiar la Iglesia se comprometió a buscar contactos con el Ministerio del
Interior y con legisladores para buscar una salida al tema.
La decisión de iniciar el ayuno se adoptó el domingo pasado en una reunión, en el
sindicato de los obreros del taxi, en la que participaron casi 30 familiares.
--Los van a matar, pero si no hacen nada los van a matar de a poco igual -dijo una madre.
--Es que ya están destruidos.
--A mi hijo lo autorizaron a llamarme (de La Tablada), y me dijo que no me
preocupara que él estaba bien pero yo sé que... (la señora comenzó a sollozar).
--Yo estoy dispuesta a la huelga, por mi hijo hago cualquier cosa.
--Tenemos que hacer presión porque piden trabajo, salir del ocio. El problema es que
cuando recuperen la libertad no consiguen empleo y está el peligro de que vuelvan a
delinquir.
--Trabajé toda mi vida, y un par de años atrás no se me hubiera ocurrido que estaría
en algo de esto por mi hijo. Ahora me di cuenta de que como están las cosas puede pasarle
a cualquiera y me da bronca que crean que quienes pierden su libertad tienen que perder
también sus derechos como ser humano.
Hasta estos momentos la huelga de hambre continúa. |