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Abril del 2002


Desde el penal de "Libertad"

De celda en celda, en los patios y planchadas..., en todos los rincones del penal de «Libertad» los presos discutían sobre su situación y empezaron a auto-organizarse. Exigían que se reconozca su organización basada en asambleas por sector y delegados. Estos serían dos por sector o sea cuatro delegados por piso. Que los mismos participen en todas las «charlas» que se organicen sobre la sanidad del penal. Es decir planteaban la necesidad de dialogar con la autoridades. Se movilizaban fundamentalmente en pos de que se respetara el reglamento interno del establecimiento, ya que si este era de castigo no podía ser que la inmensa mayoría de presos quedara enterrado para siempre ahí. Y mucho menos la realidad que se estaba dando donde predominaba gente que había llegado al penal sin ningún tipo de castigo, y por supuesto hablamos de jóvenes procesados primarios absolutos (es decir sin antecedentes penales). Además planteban que los diferentes organismos, como INACRI por ejemplo, tenían la obligación de realizar sus funciones y no dejar enterrados a los presos en el penal.
Pero sobretodo los presos querían hablar con el pueblo uruguayo del que se sienten y son parte. En el marco de la movilización planteada enviaron cartas colectivas a periodistas, como Jorge Traverso, a senadores, como Mujica Cordano, y por supuesto a las autoridades responsables del funcionamiento carcelario. También se conectaron con organismos de DD.HH. Esta es la carta abierta que 284 personas detenidas en el penal de «Libertad» enviaron al Pueblo Uruguayo.
personas detenidas en el penal de "Libertad" envían al Pueblo Uruguayo.

Penal de Libertad, Enero 2002
(Esta carta ha sido firmada por cerca de 300 presos del Penal de «Libertad»)

Carta abierta al Pueblo Uruguayo

Los internos de este Penal nos dirigimos a nuestro pueblo para ponerlo al tanto de la situación real que hoy nos toca vivir.
En primer lugar al exponer nuestra situación actual, tenemos que hablar de muchas y variadas situaciones, pero esta vez solo haremos una o dos puntualizaciones.
Cuando la población reclusa llega a situaciones límites (huelgas de hambre, etc.) son decisiones que tomamos muy a pesar nuestro. Porque en definitiva siempre los más perjudicados, en primer lugar es nuestra familia que es la que sufre toda esa angustia. Nosotros también la sufrimos y con creces, a pesar que son las autoridades las que hacen las declaraciones a la prensa. Quedando al final, los presos como los malos de la película.
Las autoridades manifiestan lo siguiente: los reclusos, siempre optan por hacer huelgas de hambre y jamás nos plantean las inquietudes que los llevan a tal situación. Esto, es totalmente falso. Siempre que tomamos una decisión de esta índole, las autoridades tienen conocimiento, ya que están informados de la medida que se va a tomar.
La otra puntualización que queremos hacer, es referida a la estadía en este establecimiento. En teoría, o sea en los papeles, venimos al Penal por un período de estudio de seis meses. En este tiempo los técnicos del ministerio del Interior (que son policías) deberían expedirse en evaluaciones sobre la conducta general de los reclusos, para distribuirlos a diferentes centros de reclusión. Decimos que es en teoría pues en la práctica es todo lo contrario.
Cuando los reclusos vienen a cumplir una sanción disciplinaria (de otro penal) al término de la misma deberían ser devueltos al establecimiento anterior. Así dice en el Reglamento interno del establecimiento, pero en la práctica se da todo lo contrario. Nos dejan en este establecimiento en forma definitiva, a gusto y capricho de la autoridad competente.
No tenemos a quién preguntar, nadie nos informa nada y menos a nuestras familias que, como decíamos líneas arriba, es la que sufre esta situación angustiosa ya que la mayoría de las veces cuando se nos traslada es de forma sorpresiva, no se nos informa nada. ¡¡Y pobres aquellos presos, que quieran saber su futuro destino!! La única respuesta que reciben es golpes de toda índole, puntapiés, bastonazos, choques eléctricos y gases. Así son los traslados de presos de un establecimiento a otro. Con despedidas (golpes, etc.) y bienvenidas de igual manera. Cuando nuestros familiares van a vernos se encuentran con la ingrata noticia que fuimos trasladados y a partir de ahí continúa un peregrinaje, de una cárcel a otra, hasta que al final encuentran a sus hijos, a sus esposos, o a sus hermanos. Los que antes, por ejemplo: si somos de Canelones veíamos a nuestras familias dos veces por la semana vamos a verla una vez o dos al mes. Ya que hay familias que tienen que viajar 80, 100 y 150 km o más para poder vernos. Y al llegar a la ruta del Penal caminar algo así como 2 km. cargados con bolsos, a veces con lluvia o con calores insoportables. Y estamos hablando de personas mayores y niños.
Pero más allá de esto, nuestras familias y nosotros pertenecemos al género humano y no como nos pinta una pequeña parte de esta sociedad. Esa pequeña parte, que de forma velada pide a través de la prensa, y aplicándole terrorismo verbal a la población, de que todo lo que le pasa a nuestro país es culpa de la delincuencia. Pero no dicen de la otra delincuencia, la de guante blanco y cuello duro. Esa delincuencia que es la que ahoga a nuestro pueblo, es la que poco menos pide a gritos que se aplique la ley de «gatillo fácil».
Lo que solicitamos los abajo firmantes y por supuesto los que no lo han hecho, es lo siguiente. Que se aplique el reglamento, cumplido el castigo que seamos trasladados a nuestros lugares de orígenes. Y también aquellos reclusos que por razones de acercamiento familiar y de salud lo soliciten
Para terminar queremos hacer algunas aclaraciones sobre el punto disciplinario. Las sanciones en los establecimiento carcelarios. La mayoría de ellas son arbitrarias ya que el GP (policía) es el mismo que directa o indirectamente ha participado en nuestra captura, limitándose este «buen señor», la mayoría de las veces a burlarse del recluso, por decirlo de alguna manera. Las palabras son otras ya que con esta dictadura disfrazada de democracia tienen carta blanca para hacer lo que quieran. Y si muchas veces no se ha pasado a mayores es porque nosotros valoramos nuestras familias, ya que es indignante que un Estado que se autoproclama democrático -y discúlpesenos la expresión- hace gárgaras con los Derechos Humanos y tiene en forma infrahumana a ciudadanos que ese Estado a marginado. Porque no queremos más depósitos de carne humana es que nos movilizamos y queremos que nuestro pueblo sepa lo que pasa detrás de los muros de esta democracia encubierta, que utiliza métodos de la dictadura pasada, en la cuál, él que lo detenía, lo «interrogaba», lo procesaba , lo «reeducaba», y lo vigilaba. Con estos métodos «reeducativos», ellos dicen que van a reeducar a la delincuencia que ellos mismos inventan.
Los cerca de 300 detenidos que firmamos esta Carta y los que no lo hicieron insistimos en que el pueblo sea informado realmente de como sufre una parte de vuestros hijos. Porque nosotros también, somos parte del pueblo, a pesar de que nos empujan para que seamos marginados.
Ya lo dijo el Padre de la Patria:

«Los jóvenes, deben recibir un influjo favorable en su educación. Para que sean virtuosos y útiles a su país»
José Artigas


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