CARTA
POPULAR
28 de Junio de 2002
22 de junio de 2002
Carta desde el interior del Penal de Libertad
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Quien suscribe -recluso Ramón Rafael Hernández- y los firmantes
de la presente, todos alojados en el Penal de Libertad, y no partícipes del motín del
1o. de marzo del 2002, nos dirigimos a Uds. con el respecto debido, para solicitarles la
amabilidad de publicar la presente carta-denuncia, a fin de que la población tome debido
conocimiento de las cosas que suceden acá adentro, y pueda analizar por sí misma si ello
es legal o no, sin dejarse encandilar por las versiones acomodadas oficiales que suelen
dar los mediáticos representantes del Ministerio del Interior y de la Dirección Nacional
de Cárceles. En primer lugar, quisiéramos hacer referencia a lo acontecido el día 5 de
mayo de 2002, como es de público conocimiento, y fue denunciado oportunamente en la
órbita penal y mediante la prensa.
Ese día se originó un apaleamiento salvaje por parte de la policía de este penal,
encabezado por el oficial Rudy Gómez.
Cuando esto trascendió, los límites de esta sucursal del Infierno, salió el señor
Ministro del Interior, en algunos medios, y prometió investigar a fondo lo que había
sucedido. Luego de estas declaraciones se hizo presente en este lugar un señor que se
identificó como el inspector Caracio -fiscal del Ministerio del Interior y persona de
confianza del señor Ministro, según él.
Esta persona, en compañía de una señora oficial escribiente, pretendió hacer un
interrogatorio de los hechos en una sala de este mismo penal, sin ningún tipo de
garantías para nuestra integridad física.
Cuando preguntó por la carta que se había publicado (en la prensa), se le manifestó que
la misma era ratificada en todos sus términos -y que se podía ampliar la denuncia- pero
en otra sede y con otras garantías, ya que él se iba y uno quedaba en manos del oficial
que estaba involucrado en la denuncia.
Se le hizo una breve declaración y cuando se retiraba, el señor Caracio quedó en
gestionar ante el señor Ministro para que fuéramos a declarar a la propia Fiscalía del
Ministerio.
Desde ese día, nunca más se supo de la vida del señor Fiscal. Sucedió lo que sucede
con todas las cosas aberrantes que ocurren en este penal: se tapó todo.
No se sabe de dónde saca este oficial tanto respaldo para cometer cualquier atropello,
sin consecuencia de ninguna índole.
Se llegó a inventar que estaba en Rivera, cuando en realidad estaba cumpliendo funciones
en este Penal como si no hubiera cometido ningún abuso, regodeándose en la impunidad que
lo ampara.
Se pidió a la Fiscalía un amparo contra la policía que nos apaleó -en particular
contra ese oficial- pero hicieron oídos sordos.
Hoy, como premio a los que no participamos del motín, se nos alojó en las ruinas que
quedaron del celdario que nosotros no rompimos. Estamos prácticamente a la intemperie, en
el piso, con temperaturas de cero grado, sin puertas ni ventanas. Nos caminan las ratas
por encima cuando estamos durmiendo, la comida es mala y muy escasa, la atención médica
casi nula, no hay ni el 10% de los medicamentos que se necesitan, se solicita hablar con
alguna autoridad y nadie aparece para plantearle las necesidades, no tenemos electricidad
ni siquiera para calentarnos. Testigos de ello, son las filmaciones que se pueden
consultar.
En cualquier momento van a aparecer muertos por hipotermia, pero aparentemente eso a las
autoridades no les interesa.
Están conformes con tener esta copia de los campos de concentración nazis de 1944. Esto
refleja el interés reeducativo que tiene este gobierno, en lo referente a las cárceles.
No están a la altura moral para la cual fueron designados. Yo me pregunto: ¿con qué
derecho vota este gobierno contra Cuba en lo referente a los derechos humanos cuando tiene
en su propio seno peores violaciones a las que le atribuye a esa nación?
Vemos la paja en el ojo ajeno, pero no vemos la viga en el propio. Quiero aclarar que no
estoy haciendo ninguna apología política, porque gobierne quien lo haga nosotros
seguimos siendo presos.
El viernes 21 de este mes, alrededor de las 15 horas, se nos hizo una requisa. Mientras
estábamos en el patio, la policía entró en el celdario y nos arrancó una instalación
precaria que habíamos hecho para calentarnos, por lo insoportable del frío por las
noches. Nos rompieron los naipes por maldad, mojaron acolchados, dejaron un destrozo de
pertenencias y basura que no se puede creer.
Este tipo de actitudes son las que provocan los motines, pero eso nadie lo va a censurar.
Se arregla con balas de goma y gas lacrimógeno.
No estamos denunciando al director de este Penal, porque ignoramos realmente de dónde
vienen las órdenes de tanta tortura psicológica.
Probablemente esta carta traiga represalias, por ello les pedimos que no nos pierdan de
vista. Si esto pasa con los que no hicimos ningún motín, no quieran imaginar cómo
están pasando los que sí lo hicieron.
Muy agradecidos, los saluda atentamente,
Ramón Rafael Hernández, Johnatan Roberto Romero, Javier Callejas, Roberto Martínez,
siguen firmas... |
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