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COMCOSUR
18 de Mayo de 2002


MONTEVIDEO - URUGUAY - 18/05/02 (COMCOSUR AL DÍA)

SIGUEN LOS ASESINATOS EN LAS CÁRCELES Y TODOS MIRAN PARA OTRO LADO


Dos nuevas muertes ocurridas en la madrugada del pasado viernes, han llevado a 12 en lo que va del año la cantidad de presos asesinados o "suicidados" en las dos principales cárceles uruguayas (Libertad y Santiago Vázquez). A ellos deben sumárseles otras dos muertes ocurridas en las cárceles de Rivera y Paysandú, llevando así el total a 14 fallecimientos en poco más de cuatro meses. El número trece de esta siniestra lista fue encontrado ahorcado en el Penal de Libertad y el catorceavo apuñalado en el de Santiago Vázquez (Comcar). A pesar de lo escandaloso de la situación, el ministro del Interior, el escribano Guillermo Stirling, insólitamente descartó que las muertes se hayan producido por una falla en el control de la guardia policial.

Consultado por la prensa, el ministro confundió una cárcel con otra al decir que "Se han tomado todas las previsiones, las condiciones precarias en que quedó el Comcar y el celdario fundamentalmente donde están la mayoría de los presos," desde el momento en que el penal que quedó casi destruído luego de un motín de una semana de duración fue el de Libertad y no el Comcar de Santiago Váquez. Desligándose livianamente de sus responsabilidades, echó las culpas a los presos mismos al decir sin siquiera sonrojarse: "Creo que tenemos que recordar las premonitorias palabras del presidente de la Suprema Corte de Justicia cuando decía a los reclusos que no siguieran destruyendo (el penal) porque las condiciones de vida (en) que iban a quedar iban a ser muy comprometidas..."

El caso es que desde que finalizó el motín de hace dos meses, la guardia no entra al celdario del Penal de Libertad más que cuando los presos son llevados al "recreo." Esta cárcel fue prácticamente destruída por los reclusos, en un intento por forzar su traslado a otros establecimientos donde pudieran cumplir sus condenas en condiciones humanamente aceptables.
El problema es que todas las demás cárceles ya están superpobladas, por lo que no es viable su traslado a ninguna de ellas. Solamente los de mejor conducta pudieron ser trasladados al ex establecimiento para menores infractores de La Tablada. El resto sobrevive como puede entre las ruinas:
las celdas ya no tienen puertas, no hay un vidrio sano, los servicios sanitarios están semi derruídos, en amplios sectores no hay ni agua ni luz, etcétera. El ministro Stirling ya ha explicado que no se planea reconstruir Libertad. En cambio, se piensa instalar a los presos en módulos metálicos, cuya entrega se ha visto demorada por trámites burocráticos. En el interín, muchos han sido alojados en carpas, y ayer se anunció que la próxima semana se piensa alojar a algunos de ellos en diez contenedores que serán instalados dentro del predio.

Lo verdaderamente increíble, es que a pesar de que toda la sociedad uruguaya está enterada de que estamos tratando a nuestros presos como a animales, sean tan pocas las voces que se alzan contra esa atrocidad. Ni siquiera la oposición política (Encuentro Progresista y Nuevo Espacio), tradicionalmente celosa defensora de los derechos humanos, parece conmoverse ante esta situación. A desmedro de la preocupación de algunos parlamentarios aislados (el diputado Guillermo Chifflet, por ejemplo), nadie se ha planteado -por ejemplo- interpelar al escribano Stirling para que responda por la flagrante violación de los derechos humanos que el ministerio a su cargo está cometiendo con los reclusos. Al parecer, los uruguayos que han cometido delitos comunes no tienen ni siquiera derecho a la vida y a nadie le importa.

Pero, al mismo tiempo en que se produce esta continuada violación de los más elementales derechos humanos de los presos uruguayos, el gobierno del Presidente Batlle presenta en Ginebra una moción para que la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas investigue la situación de esos mismos derechos en Cuba. ¿Quién presentará la moción para que esa misma comisión visite las cárceles uruguayas? ¿Cómo es eso de un gobierno que se preocupa tanto por la situación de los derechos humanos en un país extranjero y tan poco por la de sus propios ciudadanos? La oposición uruguaya puso el grito en el cielo ante la genuflexa actitud del Presidente Batlle al presentar esa moción redactada por el Departamento de Estado estadounidense. Sin embargo, poco dice de las violaciones de ese mismo gobierno a los derechos de sus propios presos. Y tampoco hace nada, lo que es peor.


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