MONTEVIDEO - URUGUAY - 20/04/02 (COMCOSUR AL
DÍA)
Misteriosos asesinatos en las cárceles
Desde que a fines del pasado mes de
marzo el inspector José Sande Lima asumió la dirección de la Cárcel de Libertad (mejor
dicho: de lo que quedó de ella luego de varios motines), cuatro reclusos se han
"suicidado" mediante ahorcamiento. Los primeros dos casos se produjeron en la
madrugada del domingo 7 de abril y según las pericias forenses, los hombres murieron
prácticamente a la misma hora. El 13 de abril fue hallado el tercer reo sin vida, y el 18
se encontró el cuarto. En este último caso, los forenses notaron que "Las lesiones
de ahorcamiento que presenta la víctima en el cuello no coinciden con la forma en que
estaba suspendido, por lo cual se presume que haya sido ultimado por sus pares." El
mismo origen atribuyen las autoridades a las tres muertes anteriores, pero al parecer en
esos casos no hubo ahorcamiento previo. Los otros dos presos muertos en lo que va del año
fueron linchados por sus compañeros con anterioridad a la asunción de Sande Lima. De
todas maneras, es de hacer notar que hasta el momento no hay ningún elemento que permita
concluir que estos cuatro últimos ahorcamientos fueron producto de vendettas internas,
por lo que no se puede descartar la hipótesis de que hayan sido ejecuciones extra
judiciales.
El inspector José Sande Lima tuvo
una amplia participación en los organismos de represión de la dictadura. Se encuentra
acusado por el poeta argentino Juan Gelmán ante el juez español Baltasar Garzón por
tener conocimiento de la desaparición de su nuera, María Claudia, y de su nieta ubicada
en Uruguay en el año 2000, y callarlo. Integrante de los cuadros de Inteligencia policial
en los años de dictadura, trabajaba junto con otros policías que también han sido
denunciados por violaciones a los derechos humanos: el ya fallecido Hugo Campos Hermida,
los comisarios Boris Torres, Ricardo Zabala y Washington dos Santos, y el capitán Ricardo
Medina. De acuerdo a diversas investigaciones y denuncias, estos funcionarios del
Ministerio del Interior, junto con el entonces agente Sande, eran parte de los aparatos de
represión uruguayos que secuestraban, torturaban y asesinaban en el marco de la
Operación Cóndor.
En once días y en un lugar del
Penal al que no acceden los policías, se sucedieron cuatro muertes sin que Sande Lima
pudiera hacer algo para evitarlas. Ello denota el clima de anarquía que reina en el lugar
sin que a las autoridades se les mueva un pelo. La guardia carcelaria sigue sin controlar
la situación, y continúa latente el riesgo sanitario denunciado la semana pasada ante la
Comisión de Derechos Humanos del Parlamento por el Ministerio del Interior. Los presos ya
sufren de Sida, Sarna y Tuberculosis, y se teme que pueda desatarse un brote de hepatitis.
En lo que va del año el número de muertos en las cárceles uruguayas alcanza a once
personas, seis de ellas murieron en la Cárcel de Libertad, tres en la de Comcar, una en
la Cárcel de Rivera y otra en la de Paysandú.
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