Una publicación de 10 páginas, realizada a mimeógrafo, y que está siendo
repartida por familiares de presos reivindica la legitimidad del motín que hubo en el
penal de Libertad y reclama por la libertad de algunos detenidos "políticos".
La publicación, llamada Aguantamos todavía, dijo que el motín fue "la rebelión de
una juventud encarcelada que no aguanta más vivir sometida a un régimen fascista de
campo de concentración. Es una juventud, de presos políticos y sociales, que se
organizó a través de asambleas y delegados que se plantearon dialogar con las
autoridades y tender puentes de encuentro con el pueblo del que son parte".
"Son
los presos del hambre, de la desocupación y una juventud que el régimen está
destrozando diariamente", añade.
Dice que
las cárceles son para los pobres ya que "los ricos que funden el país nunca pisan
el Comcar" así como "tampoco los terroristas de Estado de la dictadura que
están impunes".
El
motín representó el accionar de "una juventud encarcelada que ha logrado encontrar
caminos de organización y lucha". Una "juventud que ha tenido que salir a
buscar el puchero que el patrón y el Estado le han negado", agrega.
Comparan
la demolición del penal a manos de los presos con el derrumbe del muro de Berlín y lo
califican como "un acto de justicia humana y libertaria".
Algunas
notas estás firmadas por "la comisión de familiares de apoyo a los presos en
lucha", y otras por el "comité por la libertad de los muchachos presos".
Varios
de los artículos concluyen con las consigas "penal de Libertad nunca más. Arriba
los que luchan", parafraseando así una frase que suele ser utilizada por grupos de
la izquierda radical.
Fuentes
del Ministerio del Interior dijeron que ese tipo de lenguaje y de consignas obedecen a que
en la organización de los presos y los familiares participaron militantes anarquistas,
entre ellos los hermanos Gerardo y Miguel Giménez, presos en La Tablada por el delito de
rapiña.
Los
informantes dijeron que estos hermanos son hijos de un militante anarquista que durante la
dictadura militar (1973-1985) se exilió en Suecia. Los hoy presos tienen nacionalidad
sueca, y algunas organizaciones realizaron una campaña internacional por considerarlos
presos políticos.
Sin
embargo las fuentes oficiales recordaron que los hermanos Giménez reconocieron haber
cometido las rapiñas, y cuando hubo una denuncia de apremios físicos por parte de la
Policía un informe técnico del doctor Guido Berro los descartó.
La
publicación Aguantamos todavía da cuenta de la campaña que organizó la central de
trabajadores de Suecia por la libertad de los hermanos Giménez a los que considera
"presos políticos". |