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EL PAIS
3 de Julio de 2002


CARCELES | El futuro director del sistema penitenciario se propone instalar "disciplina, ley y orden" en los recintos

Con Navas llegará la mano dura al sistema carcelario

La lucha frontal contra la corrupción en el eje de sus planes y medidas de seguridad para los reclusos

RENZO ROSSELLO

Al inspector principal Enrique Navas Bordón lo aguarda el mayor desafío de su carrera. Se dispone a asumir el mando en la Dirección Nacional de Cárceles cuando la unidad está atravesada por una investigación judicial e interna por actos de corrupción. Un motín que destruyó el Penal de Libertad y dejó a los reclusos de máxima seguridad virtualmente en poder de su sitio de reclusión.

Una guardia penitenciaria cuya moral se ha visto fuertemente afectada tanto por los desbordes de los presos, como por las sospechas que penden sobre ellos. El máximo jerarca de Cárceles acaba de ser remitido y otros dos jerarcas lo fueron también en el marco de la indagatoria de fondo. A estos problemas se agregan los de un sistema penitenciario aquejado por la superpoblación y la colapsada capacidad locativa de los principales establecimientos.

"Voy a aplicar los mismos principios que apliqué cuando estuve al frente del Penal de Libertad entre 1986 y 1990: disciplina, ley y orden", responde Navas cuando se le pregunta por sus planes como nuevo director nacional de Cárceles.

"No se deben permitir motines bajo ningún concepto y se debe actuar en forma inmediata para proteger la vida tanto de los propios presos, como de los policías", es su firme convicción.

El alto oficial, formado en el Regimiento de Guardia Republicana --del que fue comandante hasta setiembre de 2000-- asumirá como director de Cárceles el 22 de julio. Para entonces espera haber conformado su equipo de colaboradores inmediatos, entre hombres de su confianza. Básicamente, el inspector principal Navas es un hombre de acción y esta sería la segunda oportunidad en que está al frente de establecimientos carcelarios luego de una crisis aguda.

CORRUPCION. Lo que el propio Navas define como "lucha frontal contra la corrupción" fue el eje principal de su gestión en la Dirección Nacional de Policía Caminera. En los casi dos años que estuvo al frente de esta unidad hubo 15 policías remitidos por la Justicia y varios más destituidos.

"Tal vez el caso del destacamento de Treinta y Tres fue el más claro, y en él tuvo un papel muy importante la colaboración de la prensa local, gracias a la que desmantelamos ese destacamento y pudimos llegar al fondo del problema", dice Navas. "Si se ve ahora cómo funciona el destacamento de Treinta y Tres, se podrán apreciar las diferencias. Pasó a ser una unidad modelo".

"El problema de la corrupción es algo así como la cultura de paisaje: lo vemos todos los días en el mismo lugar y poco a poco deja de tener importancia", reflexiona. "Pero en la medida que comenzamos a poner las cosas en claro el propio cuerpo se acomodó y encontré un apoyo total en el personal. Porque hay algo que es muy claro, ningún director por mejor que sea puede hacer ningún cambio si no es con la ayuda del cuerpo de oficiales, que en su gran mayoría apoyó. Gracias a esto se pudo reorientar todo el aspecto ético y disciplinario, mejorar el rendimiento y tener más y mejor presencia".

Brevemente, el inspector Navas reseñó los cambios que introdujo en Policía Caminera y que constituyeron su "plan de trabajo".

"Se ha dado reinstrucción al personal en disciplina y en el trato con el turista. En la relación con el conductor, que a veces es muy conflictiva. En eso fuimos muy claros, aplicar las normas a todo el mundo: se terminaron las 'gauchadas' y la 'amigocracia', tan común en estos caso".

Se creó, asimismo, un consejo de asesores que obra como tribunal para las multas integrado por dos integrantes de Policía Caminera, un asesor letrado del cuerpo, un asesor letrado del Ministerio de Transporte y Obras Públicas y un representante del Centro de Protección de Choferes.

Las condiciones de reclutamiento también cambiaron. A los aspirantes se les exige el ciclo de secundaria básico completo, la aprobación de pruebas de formación cultural y pruebas físicas. "El que saca la calificación más alta gana una de las vacantes", resume Navas, "eso ha permitido elevar el nivel cultural, que es lo que necesita esta Policía".

PRINCIPIOS. Durante el primer mandato de Julio María Sanguinetti dos motines carcelarios terminaron por desafectar dos de las cárceles más importantes del país: Miguelete y Punta Carretas. En 1986 los reclusos de esos establecimientos fueron realojados en el Penal de Libertad, abandonado como prisión al concluir la dictadura.

"Se había implantado una política excesivamente liberal y en esas circunstancias tuvimos que trasladar a un millar de reclusos a Libertad", recordó Navas, "me llamaron para encargarme del establecimiento en forma provisoria, por unos meses. Eso duró cuatro años".

Navas proyecta aplicar en su futura gestión lo que entiende son los tres pilares de una política carcelaria: "disciplina, ley y orden".

"En esos cuatro años hubo paz y orden, tanto para la población reclusa como para el policía penitenciario", asegura.

"Se combatió duramente al 'traficante', que es el policía corrupto que a cambio de dinero introduce distintas cosas en el establecimiento y de esa manera se logró limpiar de malos policías al instituto", dice Navas. "En un par de años se renovó el personal y como resultado tuvimos un personal muy noble, muy trabajador y muy sacrificado", agrega.

Navas cree que el Penal de Libertad debe volver a ser la cárcel de máxima seguridad del país y entiende que habría sido más pertinente reconstruirlo que colocar módulos de acero. "De lo que el país tiene que convencerse es que necesita una política de Estado en materia carcelaria, no importa de qué material sean las cárceles si no existen medidas de seguridad", argumenta.

"Concebimos al Penal de Libertad como un establecimiento de máxima seguridad, y eso supone un sistema de seguridad interna y un sistema de seguridad externa. Claramente diferenciado de los otros establecimientes, de regímenes de seguridad mínima o media".

El jerarca no oculta su visión crítica en relación al estado del sistema penitenciario en general y de Libertad en particular. "Cárceles está más destruido de lo que parece, con presos que realizaron un motín y la moral muy baja del personal", asevera.

"El problema es que hoy por hoy está todo entreverado: presos que están en Comcar y que tendrían que estar en Libertad, los presos más fuertes son los que tienen acceso a los medios, que cuentan con abogados, tienen acceso a ONGs. Y los presos más fuertes influyen sobre los más débiles, justamente los que no son escuchados, la mayoría silenciosa, los que ni siquiera tienen abogados que los vayan a ver, los que quieren cumplir con 'la cana' --como dicen ellos-- tranquilos. Pero siempre llegan los que 'roncan' más y por eso insisto en los principios de disciplina, ley y orden. No pueden existir reclusos de clases A, B y C, eso tiene que terminar".

GUARDIAS. "En las cárceles no se aplica un principio esencial que es el de la rotación del personal", apuntó Navas al referirse al Cuerpo de Guardia Penitenciaria.

"La rotación permite que la disciplina no se aflojen y se evite el contacto por años con los reclusos", explica.

"El problema es que el del policía penitenciario es un subescalafón ejecutivo y no se puede cambiar", se lamenta, "idealmente deberíamos rotar, pero no se puede".

"El personal de cárceles es el más sufrido y el más comprometido de los policías y es el que más críticas recibe. Lleva la vida de un preso, soportando toda la carga del recluso que la vuelca sobre ese policía".

"Por esta razón también es necesario establecer reglas de juego claras, políticas de Estado, porque no se pueden cambiar los criterios con cada ministro, con cada director de Cárceles. El policía carcelario es el que más sufre estos cambios", insiste el inspector Navas.

MOTINES. "No se puede permitir un motín bajo ningún concepto". Navas evitó hacer cualquier comentario sobre la gestión de su antecesor, pero se mostró firme en posiciones que entiende de principios.

"La doctrina moderna dice que se debe actuar en forma inmediata y drástica", se explica, "no podemos permitir que los reclusos prosigan destruyendo las instalaciones que el Estado en forma tan onerosa construye y mantiene. Si los presos lo destruyen tendrán que dormir sobre los propios escombros".

Navas no cree que sea necesaria la construcción de módulos de acero. "Sería partidario de reconstruir Libertad, pero con una política clara y un proceso de seguridad capaz de contener el orden".

Se mostró totalmente partidario del decreto aprobado recientemente que habilita a la Policía que custodie establecimientos carcelarios a abrir fuego en caso de intento de evasión. "Es necesario que la guardia externa esté facultada a abrir fuego, haciendo un uso progresivo de la fuerza. Desde el punto de vista policial, es necesaria una norma así", opinó.

En veinte días el inspector principal Enrique Navas tomará posesión de su despacho en la calle Cerro Largo 823. "Soy un hombre de tomar decisiones, si hay problemas respondo yo mismo ante el juez", anuncia. Dentro y fuera de los recintos carcelarios la designación es aguardada con fuerte expectativa.


INDAGATORIA

Juez Eguren investigará las coimas en las prisiones

* El juez Pablo Eguren se concentrará en el tema de las coimas durante la próxima etapa de su investigación. El expediente que tiene ya 720 folios se inició en febrero pasado, cuando la esposa de un recluso presentó una sólida denuncia de corrupción en la sede judicial y el Ministerio del Interior. El viernes pasado el juez Eguren concluyó con una primera etapa de su compleja labor y remitió al director nacional de Cárceles, Carlos De Avila, al inspector mayor Hugo Güira y al comisario inspector Pablo Machado por delitos de abuso de funciones, falsificación ideológica y en el caso de De Avila también por desacato.

"Continuaremos indagando, ahora se formará un presumario sobre las denuncias de pago de dinero, pero también sobre una cantidad de hechos por los que todavía no hay imputaciones", dijo el juez Eguren al ser consultado por El País.

"Quiero destacar que el Ministerio del Interior estuvo al tanto desde el primer momento y prestó la mayor colaboración, tanto de parte del propio ministro (Guillermo Stirling) como de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia", puntualizó Eguren, "hemos recibido mucho apoyo en esta investigación y esperamos llegar hasta el final".

El magistrado se propone abordar nuevamente la investigación al término de la Feria Judicial Menor, cuando citará a varios funcionarios en carácter de indagados. Entre ellos se contará al inspector mayor Hugo Güira, a quien se le atribuyeron recientes declaraciones que desmintió haber formulado.

RECTIFICACION. "Al hacerse pública las declaraciones de este oficial (el inspector Güira) hemos solicitado al juez la autorización para levantar un acta en el Cuartel de Granaderos, donde está internado", dijo ayer el ministro Guillermo Stirling.

"Lo que se desprende de este interrogatorio es que los dichos que se le atribuyen no se ajustan a lo declarado", agregó Stirling.

El inspector mayor Hugo Güira aseguró que nunca había levantado acusaciones contra el director De Avila, ni lo había vinculado con las muertes de reclusos ocurridas en Libertad. "Dije que no soy un corrupto y que hay un expediente de 720 folios donde hay funcionarios que fueron digitados por una inspectora para declarar", aseguró el jerarca remitido. "Lo único que mencioné es que lo que faltaba era que me imputaran de los homicidios en Libertad, nada más", aseveró Güira.


LA RECETA

RIGOR "Aplicar las normas a todo el mundo: se terminaron las 'gauchadas' y la 'amigocracia'".

PRINCIPIOS "Voy a aplicar los mismos principios que apliqué cuando estuve al frente del Penal de Libertad entre 1986 y 1990: disciplina, ley y orden".

MOTINES "No se deben permitir motines bajo ningún concepto y se debe actuar en forma inmediata para proteger la vida tanto de los propios presos, como de los policías".

SEGURIDAD "Concebimos al Penal de Libertad como un establecimiento de máxima seguridad".

ROTACION "En las cárceles no se aplica un principio esencial que es el de la rotación del personal".

PRIVILEGIOS "No pueden existir reclusos de clases A, B y C, eso tiene que terminar".


PERFIL

Un hombre de accion

* El inspector principal Enrique Navas Bordón (51) estuvo al frente del Regimiento de Guardia Republicana entre 1995 y octubre de 2000. De sus 33 años de carrera, la mayoría los cumplió en esta unidad.

El 19 de noviembre de 1986 tomó a su cargo el Penal de Libertad. El sistema carcelario se había visto sacudido por dos motines que devastaron las cárceles de Miguelete y Punta Carretas. El entonces mayor Navas Bordón debió realojar en la prisión maragata a un millar de reclusos. Estuvo al frente del penal hasta 1990 y de esa época no guarda gratos recuerdos personales.

"Recibía amenazas de muerte en forma constante, llamaban a mi casa y le decían a mi esposa: 'a tu marido te lo vamos a mandar en un cajón'. También amenzaron con secuestrarme a mis hijas", recordó.

Mientras se desempeñaba como jefe de la Guardia Republicana ejerció también la presidencia del Círculo Policial del Uruguay.

En setiembre próximo completaría los dos años al frente de Policía Caminera.

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