LA
JUVENTUD
2 de Agosto del 2000
El padre de dos jóvenes denuncia atropello contra sus
hijos
Giménez acusa: «La policía está para detener a los
pobres»
Cinco jóvenes permanecen detenidos en el COMCAR desde
setiembre acusados de rapiñas, con las únicas pruebas de su confesión bajo torturas en
la seccional 17.
Desde que están recluidos en el COMCAR fueron apaleados más de una vez.
Las denuncias fueron hechas por el padre de dos de los jóvenes.
«La
policía está para detener a los pobres», señala Luis Giménez, padre de dos de los
cinco jóvenes detenidos por la Policía al ser acusados de robar dos comercios en su
barrio. Giménez manifiesta que las acusaciones se basan en confesiones arrancadas por
torturas y se ha emprendido una campaña internacional para liberarlos. La detención se
produjo a fines de setiembre del pasado año, y según Luis Giménez la confesión de los
muchachos fue arrancada por la tortura. Sus hijos Gerardo León y Miguel Emiliano nacieron
en Suecia, cuando él y su señora se encontraban exiliados por razones políticas,
durante la pasada dictadura cívico militar (1973-1985) |
«Los muchachos estaban tomando una cerveza en la esquina para ir
a ver el partido de fútbol aniversario de Peñarol cuando son detenidos», comenta su
padre. «Como se ve esa ya es ilógico, pues si hubieran cometido el robo es una locura
que se quedaran a dos cuadras y media de donde sucedió el hecho en la calle, cuando ese
es su barrio y tenían miles de lugares para esconderse», señala Giménez. Además, «la
policía sostiene que robaron porque tenían hambre, cuando mis hijos y esos muchachos
trabajan y viven con sus familias. Lo que sucede es que ellos también desarrollaban en la
zona un amplio trabajo social», agrega. «Incluso no hubo reconocimiento por parte del
comerciante que fue asaltado, y a mis hijos los conoce como vecinos del barrio», revela
Giménez.
Los hechos
Pasadas las 21:30 horas del lunes 27 de setiembre de 1999, fueron detenidas cinco personas
en las calles Belloni y Al Paso del Andaluz: Gerardo León Giménez García (gráfico, 20
años), Miguel Emiliano Giménez García (gráfico, 19 años), Alexander Montero (changas
en panadería, 18 años), Alexis Tourné (changas, 18 años), y un joven menor de edad.
Gerardo león y Miguel Emiliano Giménez García nacieron en Estocolmo, en Huddinge
Kommun, ambos son ciudadanos suecos y ninguno registra antecedente penal de ningún tipo.
Gerardo y Miguel han participado en diversos proyectos sociales y cooperativos que cuentan
con el apoyo financiero de Suecia. Ambos integran desde hace años la directiva en el
área juvenil del Vänskapsföreningen Sverige-Uruguay (VSU, Asociación de Amistad
Suecia-Uruguay). El VSU es una asociación sin fines de lucro legalmente establecida en
Suecia, por donde transita el apoyo financiero de ese país a proyectos de organismos no
gubernamentales en el tercer mundo. Gerardo junto a otros jóvenes había elaborado un
proyecto cultural en el área de la informática que implica una casa cultural de cara a
los jóvenes. Este proyecto («Jóvenes ante el 2000») está a estudio en Estocolmo.
Actualmente estaban trabajando junto con Alexander Montero y muchísimos jóvenes en un
proyecto recreativo de cara al barrio, que integraba la refacción de una piscina y una
cancha de básquetbol y fútbol cinco.
Gerardo se había planteado un taller gráfico y una red de talleres educativos a nivel
informático, con la idea de que al tiempo que se convirtieran en escuela de jóvenes,
producieran dando trabajo a diversos jóvenes del barrio y de otros lugares.
Los jóvenes estaban en la esquina conversando, tomando una cerveza. Alexander iba a ir a
la casa de su madre a buscar dinero, porque se iban a ir al Centenario, a la Fiesta de
Peñarol. Es entonces que llega la policía. Uno dijo por radio: «son ellos». Otro le
pegó una patada a la botella. Se llenó de vehículos policiales. Son detenidos,
esposados y conducidos a la Seccional 17 de Policía. Allí los interrogan por asalto a un
comercio, ubicado a dos cuadras y media del lugar donde son detenidos. El comercio había
sido asaltado por cuatro personas algunas de ellas encapuchadas.
A Gerardo le preguntan el nombre y cuando contesta que se llama Gerardo León, le
preguntan si eso es un nombre y comienzan a golpearlo entre seis policías.
El joven menor de edad es golpeado y desnudado, luego traen a Miguel también desnudo y lo
empiezan a golpear delante del menor, provocando presión sicológica sobre éste. La
golpiza es especialmente ensañada al no poder hacerlo declarar los cargos que ellos les
imputaban. Entre tanto los jóvenes son incomunicados en sus celdas donde son brutalmente
golpeados, siendo arrastrados de los cabellos hasta destrozarles las ropas que vestían.
Cabe destacar el especial ensañamiento con Gerardo y Miguel mencionando continuamente los
policías que eran «Gringos» por constar en sus documentos que ambos son nacidos en
Suecia en tiempos de dictadura. A Miguel uno de los torturadores llega a pisarle la cabeza
lo que le ha generado un problema auditivo que hasta el día de hoy se mantiene y que no
ha sido tratado por ningún especialista. La tortura física y sicológica tienen el
motivo de doblegarlos, haciéndolos firmar declaraciones en que se los inculpaban de
delitos diversos con los cuales los cinco detenidos no tenían ninguna relación.
Presiones a un menor
Producto de las torturas recibidas, y sobre todo de ver como torturaban delante de él a
Miguel, incluyendo continuas amenazas de muerte, el joven menor de edad pierde el control
y aceptó firmar todo a condición de que suspendan los maltratos. Luego, a medida que
iban pasando las horas, los otros jóvenes iban firmando. Son estas declaraciones
arrancadas a base de tortura, las que después son utilizadas en el juzgado como elemento
probatorio, y decisivo, ante el Juez. Alexander fue a leer lo que querían que firmara y
un policía le dijo que él no tenía que leer nada. Lo levantó de los pelos, le golpeó
la cabeza contra la mesa y le apretó la cabeza contra la misma, así Alexander garabateó
una firma en un papel que habían escrito los milicos. Ninguno de ellos pudo leer lo que
firmaban. En la seccional policial se les sacan fotos y en la mañana del 28 de setiembre
de 1999 recorren el barrio mostrando dichas fotos, y pidiendo a los vecinos que los
reconozcan como autores de algún hecho delictivo, ya que, decían, estaban siendo
buscados. Este procedimiento policial no arroja absolutamente ningún resultado. Es de
destacar que este procedimiento prácticamente no se utiliza desde la dictadura militar.
Esposados, incomunicados, amenazados de muerte si no mantenían las declaraciones de
seccional, en medio de un desproporcionado despliegue de seguridad y con marcas evidentes
de haber sido salvajemente golpeados son conducidos al juzgado. El procedimiento judicial
es rápido y lleno de irregularidades. Alexander es visto descuidadamente por un forense
que dictamina a simple vista que las marcas son de heridas viejas. El resto no es visto
por ningún forense.
La comparencia ante el juez
Luego de comparecer ante el juez el 28 de setiembre, son enviados nuevamente a la misma
seccional policial, donde siguieron incomunicados y permanecieron en esta situación
durante 24 horas más, sumando así 48 horas. El 29 son llevados nuevamente al Juez W.
Corujo, del Juzgado Penal de 21o. Turno que los procesa y los envía a prisión
(Expediente No. 0242, iniciado el 28/9/1999). Por dos rapiñas a Miguel y Alexis. Por
rapiña a Gerardo. Por rapiña, complicidad de rapiña y porte de arma a Alexander. El
menor va a juez de menores acusado de rapiña.
Ese mismo día son enviados a Cárcel Central y de ahí al Complejo Carcelario Santiago
Vázquez (COMCAR), donde llegaron tremendamente golpeados, con la ropa destrozada y donde
algunos de ellos fueron rapados. En el COMCAR fueron ingresados al Módulo 3. En total
permanecieron 72 horas incomunicados.
No se les permite un abogado
El mismo 29 de setiembre el padre de Gerardo y Miguel firma en el mostrador del juzgado un
formulario para que actúe un abogado en su defensa. Luego cuando el abogado tenía que
participar en los interrogatorios en ese mismo mostrador le rompen en cuatro pedazos el
formulario pues habían declarado ante abogado de oficio, cuando en realidad tenían que
preguntarle a los detenidos si ellos aceptaban ese abogado. Este trámite hace que no se
le de el cese al abogado de oficio y cuando se logra que entre otro abogado a defenderlos
el plazo para apelar había expirado. Se le pidió al Juez que ampliara este plazo. Esto
fue negado.
Cuando logramos que tomara el caso la Dra. Lilián Curbelo Podestá, inmediatamente pidió
médico forense para Gerardo y Miguel. Lo que se concreta el 5 de octubre.
Situación actual
7/4/2000. La abogada, Dra. Lilián Curbelo Podestá, presenta un escrito al Juez
planteando la absolución o en su defecto que se llame a los testigos de la defensa. El
pedido de absolución se fundamenta en que las «declaraciones firmadas» en comisaría
fueron bajo tortura y que ni siquiera pudieron leerlas, y que lo que sostuvieron en
juzgado fue bajo amenazas de muerte y nuevas palizas si no mantenían lo que se había
armado en la comisaría.
Asimismo plantea que no hay pruebas en contra de ellos y que no han sido reconocidos por
los damnificados y que las descripciones físicas que dan de los asaltantes no concuerdan
con las de Gerardo y Miguel.
También adjunta una carta del VSU y las firmas que reclaman la libertad de los muchachos.
El Juez W. Corujo continúa la causa y cita a una audiencia para el 15 de mayo de 2000. Se
niega a recibir las firmas de cientos de uruguayos que reclaman se respeten los derechos
humanos y la libertad de los muchachos aduciendo que es «improcedente e impertinente».
La Embajada sueca resolvió nombrar un abogado (Dr. Alberto Flores) para realizar una
visita de cárcel junto con la Cónsul. El cometido es elaborar un informe para las
autoridades suecas de la situación en que se encuentran Gerardo y Miguel.
14/4/2000. Continúan los atropellos en el COMCAR, Miguel reclama atención médica pues
sentía un fuerte dolor en el pecho. A raíz de ese reclamo Miguel, Gerardo y sus
compañeros de celda son gaseados y amenazados con ser trasladados al Penal de Libertad.
1/5/2000. Un numeroso grupo de jóvenes, amigos y compañeros de los muchachos presos
volantean la concentración del 1o. de Mayo. Denuncian el atropello policial, reclaman la
libertad de los muchachos presos.
2/5/2000. La Cónsul Honoraria de Suecia acompañada por el Dr. Alberto Flores realizan
una visita de cárcel. Se entrevistan con Gerardo y Miguel. No lo hacen en el Módulo 5,
los llevan a una oficina del Módulo 13. Reciben los planteos de los gurises donde afirman
que ellos están presos por algo que no hicieron y denuncian en qué condiciones se hallan
en prisión. La delegación plantea que a nivel judicial están esperando que se concreten
determinados plazos para actuar pero que el apoyo del gobierno y el pueblo sueco es total.
Luego de la visita Gerardo y Miguel son revisados (por primera vez desde que ingresaron al
COMCAR) por médicos.
10/5/2000. Gerardo, Miguel y otro preso son apaleados y amenazados de muerte por un
carcelero.
15/5/2000. Audiencia Judicial.
Declaran varios testigos de los muchachos que confirman lo que ellos dijeron en la
Audiencia del 7 de diciembre. También declara el comerciante que no había concurrido el
7 de diciembre por encontrarse enfermo. Aclara que no está en condiciones de reconocer a
nadie; que lo recuperado por la policía no llega a una ínfima parte de lo que le habían
sustraído; que no recibió ningún tipo de presión por parte de los familiares de los
muchachos pero que si estuvo «demorado» el día de la rapiña en la seccional 17 de
policía. Es de destacar que en esta Audiencia no se podían ampliar declaraciones. De
todas maneras, los padres de Gerardo y Miguel plantearon que acá el problema es la
tortura y no las «rapiñas».
24/5/2000. A raíz de lo sucedido el 10 de mayo, teniendo en cuenta que a Alexander una
vez que cumplió los 85 días de sanción le agregaron unos días más y que están siendo
amenazados con ser trasladados al penal de Libertad, los padres de Gerardo y Miguel
envían una carta a la Dra. Lilián Curbelo para que plantee toda esta situación al
Ministerio del Interior.
Solidaridad internacional
Ha tomado cartas en el asunto la Embajada de Suecia, al ser los hermanos Giménez
ciudadanos de ese país. A la vez que los vecinos del barrio y diversas organizaciones
humanitarias como Amnistía Internacional y Servicio Paz y Justicia (SERPAJ) están
trabajando en este caso. También el diputado Guillermo Chifflet, presidente de la
Comisión de Derechos Humanos del parlamento ha recibido un informe al respecto. La
primera consecuencia de estas movilizaciones, ha sido que los jóvenes no sigan siendo
torturados seléctivamente en el establecimiento carcelario, indica Giménez. Ahora
reciben el tratamiento similar al de todos los presos, y estamos esperando la sentencia,
concluye.
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