LA
REPUBLICA
1o. de Setiembre del 2000
Respuesta abierta a Juan Pedro Ribas
Escribe:
Jorge Zabalza
Dirigente de la Corriente de Izquierda.
Estimado Juan Pedro: en esta primera quisiera dejarte bien clarito algo que ya
sabes desde hace tiempo: ¡odio la violencia!
Una escena que conoces muy bien: el temporal cuela agua y frío por las chapas y atraviesa
los bloques sin hidrófugo, se encharca el piso de tierra o portland lustrado, el pozo
negro reverbera e inunda el baño, el bebé llora a grito pelado en la cuna, sus cinco
hermanos no saben que hacer con el aburrimiento, el padre duerme el cuete de vino lija y
golpea fuerte al que lo molesta, la pieza de cuatro por cuatro es el purgatorio de quienes
no cometieron otro delito que ser pobres... el gurí de trece años descubre lágrimas en
las mejillas de una madre sin más esperanzas y sale al barrial. Sale a ganar o perder.
Eso termina en muerte, o calabozo y palos.
La escena es en Piedras Blancas: cuatro muchachos en la esquina de Belloni y Repetto, los
milicos se los llevan por una rapiña que no cometieron, en la comisaría muchos palos
pa'que aprendas, porque sos joven, nacistes en el exilio y vos y tus padres son de
izquierda, sin pruebas y sin consultar con la almohada, el señor Juez los manda al Penal,
más palos, más verdugueos, más persecuciones, todos se hacen los osos, hasta la propia
izquierda, sólo Hijos y el Embajador de Suecia reclaman derechos y trato humano, hasta
ahora siguen enredados en los vericuetos del sistema policíaco-judicial de
criminalización de la juventud.
Escena cotidiana: la mujer se levanta y va al yugo como todas las madrugadas, doce horas
de limpiezas a siete pesos la hora, encuentra cerrada la empresa, se juntan las mujeres en
asamblea y van a hablar con el patrón hasta la casa, el hombre sale del living room con
calefacción central, la cuatro por cuatro (no es una pieza) reluce en el jardín, salen
los hijitos limpitos para la escuela privada donde aprenden en alemán, la señora parece
vivir la eterna primavera. Y el hombre les explica que no puede hacer nada, que no es
negocio, que tendrá que sacrificarse y meter el capital en bonos del Estado, sacarlo para
el exterior o meterse a importador (legal o de bagayo). Y allá van desesperanzadas a la
cola del seguro de paro y cuando embargan la empresa para cobrarse los despidos y
aguinaldo atrasado: el alguacil sólo encuentra diez litro de perfumol, cuatro escobas y
un trapo de piso.
¡Odio esas escenas violentas! Como el 15% de desocupación, que en la periferia de
Montevideo es un 50% o más... ¿No es violencia masiva, sistemática, terrorismo del rico
contra los pobres? El Maciel, el Pasteur y el resto de la salud pública... ¿No son un
violento purgatorio para quienes no cometieron otro pecado que la pobreza? ¿No es un
escenario de violencia el salón de clase con championcitos sin medias y shores casi
transparentes en niños azules de frío?
Odio la violencia de todas las noches en las esquinas donde se refugian los jóvenes
adolescentes sin trabajo, sin estudio, sin familia, sin cariño y casi podría decirse,
sin sociedad que los contenga.
Odio la violencia que hizo emigrar tras un laburo a mi hija y tantos otros muchachos y
muchachas. Uno de cada seis uruguayos quiere irse a la mierda antes que vivir en esta
cloaca.
Y es violencia que me hablen de Comisión de Paz mientras nombran al torturador Angel
Alberto Neyra para la Suprema Corte de Justicia. Violenta las expectativas creadas en el
corazón de las madres y familiares de desaparecidos, es un acto de tanta hipocresía que
violenta el sentido común y, a la vez, es un ejercicio de omnipotencia que nos tomen por
giles capaces de creer que el nombramiento de Neyra contribuye a ese "estado del
alma" que piden a los torturados, asesinados y desaparecidos.
Es violencia de arriba, es una verdadera guerra contra los pobres. Como tú mismo dices
los barrios periféricos son pradera reseca que cualquier chispita puede encender. Juan
Pedro, acá entre nosotros: no son responsables quienes estallan sino quienes alimentaron
el estallido social con su angurria de siglos. Quisiera que nunca más esa violencia de
arriba. Quisiera que todos pudieran comer sus cuatro comidas diarias. Quisiera que los
militares confesaran la verdad sobre los desaparecidos y los coraceros hicieran los mismo
con el asesinato de Fernando Morroni. Y quisiera que todo eso se resolviera en paz,
tomando mate en la cocina con el gurí jugando en la cuna... ¿Cómo hacemos para que así
sea , Juan Pedro?
Hemos ido juntos a poner parches en muchas llagas y heridas desparramadas por la ciudad. Y
contigo voy al fin del mundo. Pero ambos sabemos que son aspirinas que no curan la
enfermedad. Que no alcanza. ¿Qué hacemos?
Podemos ir a Carrasco, donde están los católicos Peirano Facio, Ignacio de Posadas,
Enrique Braga, Luis Alberto Lacalle, los Ortegui y tantas otras familias que comulgan
todos los domingo y pedirles que repartan los panes y los peces ¿Vos creés que van a
repartir algo?
Podemos ir a los acreedores de la Deuda Externa, para decirles que los sufrimientos de los
uruguayos ameritan un acto de caridad cristiana en el año del jubileo del Papa y que
condonen esa injusta, mal contraída e impagable deuda ¿Vos creés que los agarremos en
el día de la bondad con el Tercer Mundo?
Unos pocos tienen todo y no quieren repartir ni una mínima parte con las multitudes que
no tienen nada. Ese es el mundo real ¿Cómo hacemos, Juan Pedro, para que termine toda
esa violencia, toda esa guerra impiadosa que los ricos hacen a los pobres?
Hermano, hay otros puntos de su carta abierta que, por razones de espacio deberé
contestar en otras respuestas abiertas. No hay temas tabúes, no puede haber autocensura y
me parece excelente iniciativa la tuya para que sigamos este intercambio epistolar sobre
temas que se soslayan. Colombia, la revolución espiritual, etc.
Quedate tranquilo: Jorge Zabalza, el Tambero, odia la violencia aunque los titulares de
página quieran mostrarlo como el monstruo del lago Loch Ness. Te mando una posdata:
decile a Otormín que la Asociación de la Prensa debería tener un tribunal de ética
profesional para garantía de los ciudadanos contra los titulares satánicos. Un abrazo y
nos vemos en cualquier asentamiento.
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