Al cumplirse un mes del motín que
se produjo en el Penal de Libertad, los familiares de reclusos detenidos en ese centro
carcelario y de La Tablada iniciaron ayer, en las escalinatas de la Catedral, una huelga
de hambre por tiempo indeterminado en protesta por las "condiciones
infrahumanas" en que se encuentran sus familiares.
Las familias de los reclusos también insistieron en
la necesidad de visitar a sus seres queridos, a los que no ven desde hace un mes.
El ministro del Interior, Guillermo Stirlin, sobre
este tema afirmó ayer que sólo se podrá ver a los detenidos cuando se cumpla la
sanción de 90 días sin visita impuesta tras los destrozos en el Penal de Libertad.
Luis Giménez, vocero de los familiares dijo a LA
REPUBLICA: "La medida es por tiempo indeterminado y exigimos que se cumpla con lo
pactado por la comisión tripartita (Ministerio del Interior, Suprema Corte de Justicia y
la Comisión de DDHH del senado), cosa que aún no sucedió". Giménez continuó,
"el acuerdo implicaba la elaboración de una política carcelaria que garantizara los
Derechos Humanos de toda la sociedad y también se comprometía a no tomar represalias de
ningún tipo contra los reclusos".
El vocero de los familiares de detenidos dijo que la
huelga tuvo comienzo dentro de la Catedral pero tras obtener el compromiso de que "la
Curia va a mediar en el conflicto" decidieron continuar con la medida en las
escalinatas de La Matriz. * |