LA
REPUBLICA
7 de Febrero de 2003
Habilitan celdas recicladas para paliar ola de violencia y
hacinamiento de 130 presos
Las ruinas de Libertad por dentro
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Aquí pasan la mayor parte del día 130 de
los hombres más peligrosos del Uruguay, enfrentados por bandas y sin medidas de seguridad
e higiene.
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El
director nacional de Cárceles, inspector principal Enrique Navas, presentó ayer las
celdas recicladas por los propios policías del Penal de Libertad para dar alojamiento a
varios de los 130 reclusos que conviven en el celdario que fuera destruido durante el
motín de marzo de 2002, y que desde entonces ha sido escenario de cinco muertes y
violaciones, entre las bandas que se disputan el control del centro de reclusión de
máxima seguridad.
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El inspector Navas mostró a su vez el estado en el que conviven
los 130 presos que se encuentran alojados en el derruído celdario, sin ningún tipo de
seguridad interna y rodeados de un olor nauseabundo producto del hacinamiento y la falta
de higiene.
Duermen en el piso y cocinan al lado de donde defecan. Durante una hora, entre las 16 y
las 17, Navas y el director del Penal, inspector José Sande, le mostraron a los medios de
prensa todas las instalaciones, mientras que los reclusos habían sido bajados al patio
por una cuestión de seguridad.
Entre los lugares recorridos se cuentan los contenedores en los que se encuentran alojados
varios presos peligrosos desde finales del año pasado. A su vez, se mostraron los avances
de las obras para la instalación de los módulos de acero importados desde Estados
Unidos.
En esa nueva estructura denominada antivandálica serán derivados los 600 presos más
peligrosos de Uruguay, lo cual descongestionará el Comcar, que tiene una población que
ronda los tres mil presos. Esta iniciativa será complementada con un próximo llamado a
licitación para la recuperación del establecimiento destruido por los reclusos en marzo
de 2002.
Navas explicó ayer a los medios presentes que como una medida alternativa y paliativa,
los policías carcelarios refaccionaron algunas celdas, dotándolas de los más
elementales medios de seguridad, como ser las puertas, para evitar nuevos actos de
violencia.
El penal maragato fue destruido por los presos reclamando mejores condiciones de vida y un
traslado a otras cárceles.
Luego del motín vino la seguidilla de muertes y más tarde el procesamiento del anterior
director de Cárceles, inspector Carlos De Avila, quien espera el fallo del Tribunal de
Apelaciones recluido en el Cuartel Centenario de Bomberos. |
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