LA
REPUBLICA
29 de abril del 2000
Pedido al juez William Corujo de un padre cuyos hijos están
en el COMCAR y que denuncia que confesaron un robo tras ser golpeados por la Policía
Señor Director de
LA REPUBLICA
Dr. Federico Fasano Merstens
Sr. Juez Letrado de Primera Instancia en lo Penal de 21o Turno
Dr. William Corujo Guardia
Me dirijo a usted con el fin de interceder en favor de mis hijos: Miguel Emiliano Giménez
García y Gerardo León Giménez García; ya que en sus manos está resolver esta injusta
situación.
Como usted sabe mis hijos se encuentran encarcelados en el Complejo Carcelario Santiago
Vazquez, en el marco de un proceso decretado por el Juzgado en que usted actúa.
Mis hijos fueron salvajemente TORTURADOS el 27 de setiembre de 1999 en la Seccional 17.
Y afirmo torturados porque no existe otra manera de expresar lo que fue la tremenda paliza
que recibieron en dicha Seccional.
A mi hijo mayor (Gerardo León), de entrada, apenas ingresar a la Seccional fue golpeado
por unos seis policías por llamarse Gerardo León. Ese nombre que mi hijo lleva con
orgullo, con mi compañera se lo elegimos en honor a dos luchadores que fueron
secuestrados por la acción represiva de la dictadura.
Mi hijo menor (Miguel Emiliano) hasta el día de hoy oye con dificultad de un oído por
que en dicha Seccional un policía llegó a pisarle la cabeza por que quería que se
arrodillara estando esposado y desnudo.
Ambos fueron golpeados por que eran "gringos". Para los policías de la 17 es un
delito haber nacido en el exilio sueco.
Todo ha sido denunciado ante la opinión pública y el gobierno sueco ya que mis hijos
nacieron en Suecia cuando mi compañera y yo nos encontrábamos asilados en ese país que
solidariamente nos abrió sus puertas.
El procedimiento fue el de una policía que arma cualquier cosa y que no repara en usar
cualquier truco para confundir a familiares y amigos con tal de poder encarcelar a un
grupo de muchachos.
Mis hijos no realizaron ninguna rapiña. No hay nadie que los reconozca y si hubiera
habido careo con todos los comerciantes asaltados se hubiera aclarado desde el comienzo
mismo. Pero la policía afirmó que un comerciante estaba tan nervioso que no podía
reconocer a los "asaltantes". Si hubiera existido ese careo podría haberlos
reconocido como clientes y vecinos y no como asaltantes.
Si mis hijos firmaron una declaración que los inculpaba cuando fueron en primera
instancia a su Juzgado es por que iban presionados y amenazados de muerte por la policía.
Sobre ellos pesaba la amenaza (cierta) de volver a la comisaría y no sabían que les
podía volver a pasar. El sistema les mostró una "máquina" que tenía que
estar extirpada desde hace mucho tiempo en este país y el mundo entero.
Mis hijos fueron detenidos a dos cuadras y media del comercio que según la policía dicen
que asaltaron. Según la policía detuvo a una "banda" con "campana" y
todo. Tomando cerveza sobre una avenida, en un barrio que conocen como la palma de la
mano. Sólo cinco enfermos mentales hacen un asalto y se van a "esperar" a la
policía a dos cuadras y media (casualmente a mitad de camino de los comercios que según
la policía "asaltaron"). Un enfermo mental puede ser pero cinco... es raro
¿no?.
Hay gente que ha estado con ellos el mismo día de su detención. Miguel, Gerardo y
Alexander estuvieron en un asado con amigos y compañeros el día en que acusan a Miguel y
Alexander de haber participado en una "rapiña". Hay varias personas (yo soy una
de ellas) que puede atestiguar la veracidad de esto.
Hasta los policías que realizan la detención han declarado que no les encuentran nada
que los asocie con los asaltos. Es en la Seccional 17 donde a fuerza de una dura
"biaba" se arma toda esta farsa.
La policía los ha presentado como muchachos de la calle, abandonados, sin perspectivas
que salen a buscar tres pesos por que están muertos de hambre como muchísimos muchachos
de nuestro país. Pero mis hijos cuentan con una educación, tienen trabajo, una familia
atrás. Y sobretodo tienen ideas claras, al punto que realizan obras a nivel social,
justamente para generar espacios para esa muchachada de barrio que hoy la sociedad
margina.
Son muchachos "de la calle" según la policía, sin embargo, podían ir y venir
a Suecia cuando quisieran; recibir becas de estudio de ese país; integran desde hace
tiempo la dirección juvenil del VSU, un organismo con sede en Estocolmo, Suecia, por
donde transita el apoyo financiero de ese país a proyectos de organismos no
gubernamentales en el tercer mundo. Ellos se sienten y son uruguayos, quieren vivir y
luchar aquí como cualquier joven uruguayo.
Hoy mis hijos se encuentran en el COMCAR y realmente no sé, viendo lo que es la
maquinaria carcelaria con que se trata a los presos sociales, si mis hijos saldrán sanos
física y sicológicamente.
Hemos visto muchas barbaridades en el trato a presos y familiares, como para quedarnos con
los brazos cruzados esperando simple noticias judiciales.
Las tareas que habían emprendido con otros muchachos del barrio hoy están trancadas y es
que no tiene sentido armar canchas, restaurar piscinas o pensar en computadoras para la
muchachada pobre del barrio si los principales promotores han sido torturados y se
encuentran injustamente encarcelados. Estos muchachos que estaban tratando de crearse un
espacio juvenil, propio... en que van a terminar si nada tiene sentido.
La policía puede equivocarse. Pero cuando golpean a Gerardo por llamarse Gerardo León,
eso no se está haciendo en ningún lugar, y no es sólo a Gerardo al que golpean. Cuando
los golpean por "gringos", tampoco.
Cuando salen con fotos como en la dictadura, tampoco. Cuando los desnudan y hasta al menor
le propinan tremenda paliza... Es un mensaje, el que hay atrás. Es un mensaje brutalmente
represivo para los que apoyan a los estudiantes, a los jovenes, a los trabajadores que
luchan en serio, para los que buscan alternativas reales para los de abajo. Y golpean en
donde más duele, en nuestros hijos.
Mis hijos y sus amigos no están solos. Hay un barrio que los reclama. Cientos de firmas
reclaman su libertad. Y en Suecia muchísima gente también pide su libertad.
Hoy le escribo esta carta por que sé que en sus manos está resolver la situación de mis
hijos.
Usted no es responsable de lo que pasó en la seccional. No se quién es el responsable de
qué el primer abogado que nombráramos para que los defendiera, lo dejaran sin poder
hacer nada y le rompieran el papel que yo mismo había firmado en el mostrador del Juzgado
el 29 de setiembre de 1999 nombrándolo como abogado de mis hijos.
Eso obstaculizó e impidió que se pudiera realizar una apelación al proceso.
No sé tampoco quién les tomó declaraciones en esos días, lo que sí le puedo afirmar
es que vimos, desde la calle, como llegaron al Juzgado, y no se precisaba ser un
"médico forense" para ver que estos muchachos venían destrozados por la
tremenda paliza que les había propinado la policía y sin embargo los enviaron nuevamente
incomunicados a la misma Seccional.... Lo que sí se, es que hoy, en sus manos está
resolver si les da crédito a los torturadores, o no.
Y asimismo le digo que vamos a recorrer todos los caminos y denunciar esta situación en
el mundo entero, porque cada día que empieza no sabemos a qué atenernos y cuando vamos a
visitarlos después de soportar todo el manoseo que se hace a los familiares no sabemos
realmente como están o si algún oficial inventó algún nuevo "motín" y los
mataron a palo. Encerrados, tratando de inventar cualquier cosa para hacer una manualidad,
hacinados, calmándose el dolor de muelas con simples aspirinas por que si tienen la
"suerte" que los vea un "dentista" lo más factible es que terminen
con Sida... Miguel que hay veces oye y otras veces no, reclamando atención médica desde
hace tiempo (prácticamente desde que ingresó al COMCAR) y no ha recibido ningún tipo de
asistencia.
Esperando "requisas" donde piquetes de uniformados les van a robar todo, a
romper las pocas cosas que dejan entrar como "valores", a dejarlos sin agua, sin
luz y apalearlos por que a ellos se les ocurre, como ha pasado en las dos que tuvieron
desde que están presos; o como cuando salieron de la audiencia del 7 de diciembre dónde
en el traslado fueron apaleados... Así no se puede tener encerrada a la gente. Así nos
tenían a miles de orientales cuando el fascismo imperaba y trataba de aniquilar a los que
resistían. Esto no tiene sentido y hoy nuestros hijos no cuentan con mínimas garantías
en ese depósito de gente que es la cárcel.
Por todo lo que antecede le hago un llamado a su conciencia y le pido que deje en libertad
a mis hijos y sus amigos pues cada día que pasa es un día más de injusticia e
impunidad.
Sin más, atte.
Luis Giménez
CI 1.391.039-7
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