Es duro ver que persisten las
viejas recetas (como ingrediente colateral de las nuevas?) represión, impunidad, fascismo
y toda esa retahila de palabras feas que a veces generan impotencia y otras veces todo lo
contrario, como ahora, con toda esta gente que se esta moviendo por ustedes y con ustedes.
Aca, en la virtualidad, se siente bastante agobio ante la cascada de malas noticias que
van manchando el correo, pero antes de convertirme en un burocrata de la solidaridad he
decidido responder solo a algunas convocatorias -arbitrariedad emocional supongo-y esta ha
sido una de ellas. Tal vez influya el recuerdo de Praga, mi compañera con la cabeza
abierta, mis amigos detenidos, las magulladuras, la dispersión y el caos... fueron días
de fiesta tensa, si me aceptan el oximorón. Todo eso me fluye cada vez que releo su caso,
y no me lo quito de la cabeza. Estoy seguro de que llevan lo suyo con esa resistencia que
nos nace cuando se mueren otras cosas. Y en cualquier caso, ahi va mi apoyo, el nuestro,
porque les escribo desde el Centro Social Okupado de Tooreblanca, Sant Cugat (al ladito de
Barcelona) y por aca estamos urdiendo una conspiración de abrazos para que los usen en
algún plan de evasión, o con queso y al horno.
Nuestra casita ya ha superado un desalojo, dos incendios y demasiadas agresiones, pero
aunque no lo parezca es un lugar de paz, en paz y abierto. Si algún día viajan a
Barcelona,o cualquiera de los que les apoyan, no duden en usar este contacto y venir a
dormir, comer o lo que sea con nosotras. Esta es su casa si es que hay casa de alguien.
Por último les mando un texto que escribio una amiga volviendo de las prisiones checas.
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"Tratando aun de romper la resistente
puerta de acero que me separa de la vida, comienzo a recomponer en la oscura celda del
miedo y la impotencia, de la rabia y la pena, de la risa descompuesta, los duros momentos
que forjaron el metal y sellaron toda posible exteriorizacion de unas emociones que
gritaban debilidad, y yo debia ser fuerte.
Vivi tres intensos dias en el lugar donde el ser humano deja de serlo. Encerrados tras
paredes y barrotes duros y frios como el hielo, hombres de iguales corazones rebajaban
nuestra libertad al inframundo de Hades, en la oscuridad de los cabellos de Persefone. Un
salto hacia el vacio de no ser personas, de no ser nada.
Alli, sentada bajo la luz tenue del crepusculo vislumbre el asesinato de la identidad, la
injusticia en manos del desamor; alli donde ya no era yo comprendi que la globalizacion
socioeconomicacultural tras el espejo era una prision."
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