AUTONOMIA OBRERA  O  BARBARIE
 

 (entrevista de AJOBLANCO  nº31 de 3-78  a un colectivo autónomo)

 Los partidos de izquierda son la izquierda del Capital, y los de extrema Izquierda la extrema izquierda del Capital. Los sindicatos, todos los sindicatos, no son sino una forma del Capital». Estas frases, que son una de las banalidades de base del actual movimiento revolucionario, pronunciadas en una reciente reunión (Salón Diana, Barcelona ¡8/12/1977) y subrayadas, debidamente en el Ajo anterior, han puesto en guardia a nuestros queridos progres, que ahora descubren la existencia aquí de corrientes que se reclaman de la autonomía obrera.
Nuestros inefables progres -anarquistas incluidos- atribuyen la existencia de estas corrientes a la moda, como si la autonomía de clase fuera el último gadget ideológico-progre importado de Francia e Italia un inmaduro producto de la crisis. Aparte de su carácter superficial, este análisis evidencia la más absoluta ignorancia, por parte de dichos progres, de la realidad del movimiento obrero español, del pasado y presente de la lucha de clases, y de sus perspectivas.
La Autonomía Obrera es algo más que una moda importada, que unos grupos que se reclaman de ella. Que revistas como « Teoría y Práctica», «Emancipación», «Negaciones»...
En España, la autonomía obrera arranca de muy lejos, y detrás de estas revistas actuales, de esos modernos hijos de la crisis se esconden fragmentos de historia de la lucha de clases, con sus derrotas y sus victorias.

LOS CAMINOS ACTUALES DE LA AUTONOMíA

Hemos entrado en contacto con uno de los colectivos que sitúan en la línea de la autonomía de clase. Con ellos hemos hablado y discutido sobre los más diversos temas. la coyuntura actual, la importancia de las luchas de los grupos marginados, la crisis del Capital, el reflujo actual de las luchas obreras, la represión, la vida cotidiana, la complicada relación de los par-tidarios de la autonomía con algunos cenetistas,.. finalmente, tras dar muchas vueltas a papeles y cintas magnetofónicas, hemos optado por reproducir el fragmento que sigue, pese a lo obrerista y un poco paliza que ha salido (¡ese argot del militante de izquierdas!), Si acaso, ya volveremos en otra ocasión sobre alguno de los temas que aquí no se tratan.
Hay que dejar constancia del abierto y fraternal trato que el citado colectivo mantuvo con el pelma redactor del AJO que les mareaba con preguntas y consultas. Un trato, una relación hu-mana, que está a años-luz de la arrogancia y suficiencia habituales de los grupos de izquierda y que para nosotros vale tanto como las posiciones que seguidamente nos explican.

Pregunta: ¿Qué es la autonomía Obrera?.

Colectivo: Es una práctica histórica de la clase obrera, y una corriente dentro del movimiento obrero. En momentos revolucionarios ambas se extienden y generalizan hasta ser hegemónicas. Ejemplos claros han sido los consejos obreros (Rusia 1905, 1917), la comuna de parís, los comités de fábrica (España, 1936), los consejos en Alemania, 1918, Polonia 1956, 1970... En general, esta práctica adopta el nombre de organización de la clase. Se basa en la no-delegación de funciones, la no-división dirigentes-ejecutantes, la no división entre lucha económica y lucha política, en resumen la democracia directa. Los trabajadores se organizan al margen e incluso en contra de los partidos autodenominados vanguardia o dirección política y sus sindicatos correa de transmisión.

La autogestión generalizada y centralizada en la Organización de la Clase es el pilar del derrocamiento de la sociedad capitalista, y al mismo tiempo la organización, económica, política y social, de la nueva sociedad.

En momentos no revolucionarios, la Autonomía Obrera como corriente dentro del movimiento obrero y como práctica de clase, es minoritaria y adopta formas alienadas:
Minoritaria en cuanto que se expresa en luchas muy concretas de claro contenido autónomo. Ejemplos recientes serían Vitoria, Roca, calzado de Alicante, entre otros. En esta misma línea estarían luchas no tan directas en las relaciones de producción y que se extienden a todas las relaciones sociales capitalistas: barrios, enseñanza, presos, marginados en general. Los burócratas portadores de la línea correcta, ya sean troskistas, maoístas, eurocomunistas o de cualquier otro pelaje, quedan desbordados, y es la Asamblea y sus delegados la autodirección y autoconciencia de la lucha.

De forma alienada porque esta práctica no cristaliza en una expresión organizada permanente. Son ejemplo las coordinadoras de fábricas en lucha (período 75-76) que fueron un momento cumbre de la autonomía obrera. Pero por el carácter desigual e inestable de la lucha, en estos momentos donde la correlación de fuerzas es favorable al capital, estas formas desaparecen porque es materialmente imposible ver que no sólo se trata de luchar contra el capital, sino que hay que luchar también por la abolición del salario, y por tanto de la propia figura del asalariado. La organización autónoma de forma permanente queda reducida a colectivos de militantes dispersos, organizados localmente algunos, organizados en toda España otros. paralela mente adopta hoy una estructura de afiliación (CNT).

P. - Un inciso: ¿Por qué en CNT, si la CNT tiende a definirse como sindicato o anarcosindicato?

C. - Porque del análisis del momento histórico, se prende que la clase obrera, a pesar del extraordinario ciclo de luchas que desarrolló bajo el franquismo, hoy no ha superado la etapa sindical. Por eso, creemos que gran parte de la militancia que defiende la Autonomía Obrera se puede aglutinar en CNT.

A pesar de que la autonomía se teoriza desde un marxismo crítico, su práctica histórica, en España, proviene movimiento libertario concretado en CNT, y tuvo su expresión más genuina en el comunismo libertario (1936-38), Precisamente CNT, por apartarse del Sindicalismo clásico (planificador del capital), por su organización interna, que á pesar de su apoliticismo no separa lucha económica de lucha política, porque apoya otros frentes como presos, homosexuales, etc., recoge gran parte de las posiciones la Autonomía Obrera como movimiento libertario, es que lucha por la libertad sin restricciones, sintonizandc todo movimiento subversivo que intente acabar con sociedad de mierda.

P. - Volvamos a lo que ibais explicando.

C. - Sigamos: La Autonomía Obrera, además, es línea política, y vamos a explicar porque: El capital, en transcurso de la lucha de clases, actúa frente a la clase trabajadora con una línea política global determinada, tiene su base en su política económica, pero que abarca 1 totalidad de los aspectos sociales (política social, política económica, política educativa, sexual, etc.) Además la burguesía intenta elegir el terreno de lucha en todo momento Hoy se concreta en la transición a la democracia (pues lucha obrera hizo inservible la dictadura) con todos aparatos: parlamento, sindicatos, partidos, pacto social, etc.
 Por tanto los trabajadores debemos desarrollar nuestra línea política que abarque todos los frentes de lucha:
barrios, enseñanza, empresas, sanidad, marginados, etc. Una línea política que es integral, global, pues es una respuesta-ataque a todos los niveles y modos de explotación y opresión burgueses.
 P. - Esta línea política, ¿es un programa más para la tran-sición hacia el socialismo?
 C. - No. Una línea política autónoma no puede ser un programa que divida los objetivos en mínimos y máximos. Hacer esto llevó a los marxistas-leninistas a esclerotizar el marxismo. Para ellos, el programa mínimo propone los objetivos correspondientes a la etapa inmediata. Son objetivos generalmente de tipo economicista para movilizar a los trabajadores. El programa máximo propone los objetivos finales para llegar al socialismo. Es exhibido en los grandes días de fiesta como elemento propagandístico y diferenciador del partido.
 Una variante es el llamado programa de transición de los troskistas que, intentando salvar el problema del doble programa, y basándose en dos tesis: la falta de dirección revolucionaria y la crisis catastrófica del capitalismo, proponen un único programa mágico-movilizador, que en el fondo tiende a reproducir los mismos esquemas que anterior, precisamente por la tesis de que es necesaria la creación del partido revolucionario ante la «crisis de dirección».

Lógicamente esta dislocación entre lucha económica y lucha política, totalmente ficticia, la extienden a todas las formas organizativas de la clase obrera: por un lado sindicatos para la lucha económica, por otro partidos para la lucha política, olvidando que lucha económica y lucha política son un mismo momento de la lucha, y por tanto les corresponde una única organización.

La lucha de clases está en las relaciones de producción y en las relaciones sociales en general. La lucha en el parlamento es mera politiquería.

Desde el punto de vista de la autonomía el programa sólo se puede entender en momentos revolucionarios: el programa para el comunismo.

La autonomía obrera como línea política de clase, o sea como conjunto de líneas de intervención en los diferentes frentes de lucha, no puede ser la invención de un grupo de militantes. Tiene que ser necesariamente una síntesis colectiva que recoja las más avanzadas experiencias de lucha de la clase. En este sentido está por hacer, si bien existen ya elementos válidos como punto de partida. Un punto de arranque esencial es hoy la interpretación de la crisis capitalista.

P. - ¿Cómo interpretáis, pues, la tan cacareada crisis del Capital?

C - Estamos asistiendo a un ataque masivo del capital contra la clase obrera. La crisis en forma de reestructuración (huelga de inversiones, expedientes de crisis, paro, congelación salarial) es un intento de destruir la fuerza estructural de la clase obrera que el mismo capital creó con el modelo de acumulación de los años 30 a 60 (sociedad de consumo)...

P. - ¿Fuerza estructural de la clase obrera?

C - Sí, nos explicaremos con un ejemplo: en una cadena de producción bastaba que un obrero parase para que pa-rase toda la cadena. Esta fuerza estructural a nivel mundial, hace que en todo este período la clase obrera pueda enfrentarse al capital de forma unificada y que la lucha sea principalmente contra la organización capitalista del trabajo (huelgas, insubordinación, absentismo, lucha contra los cronometrajes, por la reducción de jornada laboral, etc.) produciendo así la caída tendencial de la tasa de ganancias, esto es reduciendo sensiblemente los beneficios del capital. Por este motivo hoy el capital se plantea la reestructuración del modelo productivo anterior para pasar a otro que le garantice mejor los beneficios y por tanto el nivel de productividad. Para ello le es indispensable destruir a la actual composición de la clase obrera como contrapoder unificado. Por aquí irá el nuevo tipo de inversión en empresas y ramas de producción (centrales nucleares, cibernética, electrónica) que no precisan necesariamente del obrero-masa como un motor fundamental. En la nueva etapa las industrias motrices pasarían a manos de una minoría de técnicos especialistas (los bata blanca) y el obrero-masa estaría desplazado a ramas de la producción más marginales. Esto, produce hoy por una parte una fuerte masa de parados, eventuales, temporeros, en definitiva el trabajo. negro. Por otra, una militarización creciente de las relaciones de producción y las relaciones sociales en general. Todo un estado-policía bajo la careta de la democracia. Ejemplo:Alemania.

P. - Entonces las no menos cacareadas «salidas de la crisis»...

C - Desde la perspectiva que señalábamos en la respuesta anterior, se prestan dos alternativas que definen claramente dos líneas políticas. Primero, una salida capitalista de la crisis: superarla. El reformismo obrero en España, Italia, Francia, etc., se ofrece a la burguesía para planificar la superación de esta crisis: Compromiso Histórico en Italia, Programa Común en Francia, Pacto de la Moncloa en España, son variantes de un mismo intento: el pacto político-económico interclasista, verdadero plan represivo contra los trabajadores para encadenar su autonomía y someterlos a las necesidades de superación de la crisis.

Segundo, una salida proletaria: la línea política autónoma se basa en la profundización de la crisis, en negarse a administrarla. Esto quiere decir hoy bloquear el desarrollo capitalista; mantener abierta la crisis del Capital, aunque sin forzar hoy un enfrentamiento total en el que la clase obrera saldría perdiendo.

P. - ¿Cómo se concreta, aquí y ahora, esta segunda línea?

C - Para ello es necesario un eje de lucha basado en mantener unificada la clase obrera, mantener su fuerza estructural, rechazar la sumisión de las leyes de la economía que la burguesía presenta como algo natural. Esto significa luchar contra la reestructuración, los expedientes de crisis:puesto de trabajo y salario garantizados. No perdernos en rollos de autogestionar hoy empresas en crisis.

Rechazo al mito del trabajo: utilización de la Seguridad Social, absentismo, insubordinación colectiva, y cuando no hay fuerza, sabotaje.

Mantener niveles crecientes de autoorganización y contrapoder obrero: asambleas decisorias y comités revocables elegidos por ellas.
 Construir, a medida que se lucha, relaciones sociales comunistas que se opongan a toda substitución y manipulación de la clase trabajadora, a toda división del trabajo y delegación de funciones.
 Rechazo al concepto de vanguardia como dirección política histórica, no olvidando la necesidad de la organización para no caer en el puro espontaneismo.

Desarrollar estos ejes de lucha en otros frentes como barrios, enseñanza, marginados, etc.

P. - O sea que...

C- O sea que en definitiva las dos alternativas que hoy se nos presentan son: eurocomunismo y eurosocialismo (diferenciados en la forma, pero no en el fondo) como gestión del capital, con todas sus alternativas satélites (PT, MC, ORT, LCR, etc.) o autonomía obrera como una línea política altamente subversiva enfrentada al actual capitalismo y su crisis estructural, línea política en cuyo eje de elaboración teórico-práctica están, como únicos protagonistas, los trabajadores como clase, y, en general, los oprimidos.
 

PEQUEÑA HISTORIA DE LA AUTONOMíA OBRERA EN ESPAÑA

La primera expresión relativamente permanente de autonomía obrera, se remonta hacia principios de la década de los 60, cuando en Asturias se dan los primeros gérmenes de autoorganización, con el nombre de Comisiones Obreras. No vamos a hacer aquí la historia de CC.OO. (1). Ya sabemos el final: de organización autónoma de todos los obreros ha pasado a ser un sindicato más. Sólo nos interesa señalar que será de dichas CCOO de donde surgirá la autonomía de clase, entendida tanto como práctica que como teoría. Concretmente en Barcelona, punta avanzada del movimiento obrero español, cuando hacia 1968-69 un PCE-PSUC débil está obsesio-nado por el control de las CC.OO., y un FOC (Front Obrer de Catalunya), segunda fuerza política de izquierdas, se descompo-ne lentamente, se da un proceso de reagrupamiento de militantes independientes junto con algunos salidos del FOC. En Marzo de 1969 publican el primer número de una revista llamada ¿qué hacer?, en la que formulan una crítica apasionada contra el politiqueo y maniobrerismo de los partidos políticos en el interior de las CC.OO. La corriente autónoma irá precisando sus objetivos; hacia septiembre de ¡969, con el número 6 del ¿Qué hacer?, la tendencia se autodisuelve, consciente de haber alcanzado su finalidad esencial: Lo que hace 8 meses no parecía factible. ahora lo es:el nacimiento de un movimiento obrero de clase, autónomo, está a punto de ser un hecho.
La segunda fase del desarrollo de esta corriente, que sería calificada despectivamente por el PSUC y el FOC como sindicalista o anarcosindicalista, consistió en organizar unos círculos de formación obrera.
Su intención era muy clara: Con los círculos, los trabajadores nos vamos a dotar de los elementos técnicos (teóricos y prácticos) necesarios para estar en condiciones de poder dirigir nuestra propia lucha, sin tener que acudir a grupitos de especialistas, que nos harían pagar un precio muy alto por «sus servicios»:dirigirnos.
La autonomía obrera progresivamente avanza en su concreción. De ser una práctica instintiva de clase, ha pasado a un primer grado de formulación teórica: necesdad de una organización autónoma, de clase, de una lucha global sin parcelaciones, antipolitiquería, no-dirigismo...
La experiencia de las plataformas de Comisiones Obreras marcaría de manera radical la imposibilidad de avanzar en esta línea trabajando con organizaciones que siguen pretendiendo construir el partido. Será por esta razón que la continuidad de la corriente autónoma se diversifica en interpretaciones más o menos innovadoras según el grado de ruptura respecto a la ideología-padre, el leninismo.
La OICE, por ejemplo, intentará conjugar lo imposible: una organización de clase autónoma, pero dirigida por el partido embrión. El caso de UCL -Unión Comunista de Liberación- es parecido, aunque a menor escala. Serán, creemos, los grupos obreros autónomos (OQA) los que llevarán más lejos la elaboración teórica y práctica de la autonomía obrera. Interviniendo en una de las huelgas más largas del franquismo (huelga de la Harry Walker), no perderán en ningún momento el contacto con la realidad, y, sin embargo, sabrán introducir por fin una crítica al sindicato como instrumento de planificación capitalista, al partido como dirección sobre la clase obrera...
Las publicaciones -clandestinas- d trabajos de Barrot, Lefort, Pannekoek, constituirán, en aquellos momentos de máxima influencia del marxismo-leninismo, un verdadero revulsivo para muchos.
Será, no obstante, con LUCHA Y TEORíA, revista clandestina -hoy desaparecida, tras el n.0 7- que conecta por fin con el movimiento obrero italiano, cuando se introducirá por primera vez la concepción de la autonomía obrera como línea política, como conjunto de líneas de intervención. Y en definitiva, será la organización de militantes Liberación, hoy autodisuelta, la que con muchos tropiezos y algunos éxitos intentará plasmar a nivel de toda España como línea política lo que en un primer momento era simplemente una práctica de clase.

(1) Quien esté interesado en ampliar in-formación sobre el tema, o paliar las lagu-nas de este texto, debe consultar:
-J. A. DIAZ - Luchas internas en CCOO. 1964-70, Ed. Bruguera
-J. SANZ OLLER - Entre el fraude y la esperanza: las Comisiones Obreras de Barce-lona - Ruedo Ibérico.
- Sala 1 A. Durán - Crítica de la izquier-da autoritaria en Cataluña,  1967-74 - Ruedo Ibérico.
-T. TAJUELO - EL MIL, Puig Antích y los GARI -Ruedo Ibérico.
-Luchas autónomas en la transición democrática, - ZYX
-Por la organización autónoma de los trabajadores - ZYX
-F. AGUADO - Una lectura crítica del marxismo - ZYX.