Alfredo de Paz, Bolonia, 1 de mayo de 1977 Existen, en primer lugar, los acontecimientos de estos últimos meses de marzo, abril y mayo de 1977, no sólo con los entusiasmos y los planteamientos políticos de estudio e investigación teórica que han derivado de ellos, sino también con la revelación, si había necesidad aún, de un intenso potencial represivo presente en la Sociedad históricamente instituida; por consiguiente, han sido estos acontecimientos los que han hecho surgir la necesidad y la urgencia (no sólo entre los estudiantes y en el seno del proletariado juvenil) de poner a punto y/o reconsiderar toda una serie de prácticas y de planteamientos alternativos. Me refiero, a aquellas prácticas que se sitúan con toda su fuerza de ruptura frente al "recinto" de las Instituciones literarias y artísticas y circulan directamente en la compleja historia de la transformación de la existencia y de la Lucha de clases en contra del trabajo asalariado. La Escritura, la Creatividad, La Comunicación, nuevas prácticas artísticas transgresoras pueden salir de la separación en la que el Arte vive -tal y como la Tradición más o menos avanzada y progresista la concibe- y hacerse subversión, instrumentos de ruptura de los códigos históricamente existentes, y puesta a punto de algo Totalmente Diferente en tanto que simulacro de lo Diverso, a través de la institución de nuevas formas de expresión, comunicación y significado. Incluso esta Exposición-Documentación-Acción teatral se insiere en una similar perspectiva de discurso. Giuseppe Pedrini y el Colectivo del Dragón, mediante todo el conjunto de instrunientos-fotografías-diapositivas-artículos de periódicos-citas dadaístas y futuristas y diferentes instancias teóricas creadas por el "teatro viviente", se apropian de una manera simbólica de un barrio, toman las calles, los lugares, introduciendo flujos de revuelta, de fiesta y de nuevos signos, y recobran la Vida cotidiana y viviente -Reconquistémonos la Vida, ha sido uno de los eslogans del Movimiento de 1977-, haciéndola emerger de nuevo de la dura costra de las costumbres en las que el poder la ha enclaustrado. Se trata de momentos de unión, reciprocidad y comunicación colectiva que se plantean como alternativos/transgresivos de todo un sistema de valores y de signos, valores y signos que el Orden y las Policías de siempre los quieren mantener sólidos e indiscutibles. El Dragón es el Movimiento. Y los movimientos del Dragón son los modelos, "formas simbólicas" que surgen de toda una serie de categorías, de problemas de las maneras de ser que caracterizan las actitudes de los jóvenes en revuelta contra el Gran Sistema Uniforme del Poder. Y contra el Gran Sistema, productor de marginación y explotación, la posibilidad de la realización de la creatividad y del deseo, de un proyecto de vida de una manera nueva y alternativa con el espacio de la vida cotidiana, de una cultura expansiva y extendida como práctica común en los "espacios subversivos" y, para decirlo con Giuliano Scabia, en el "espacio de los enfrentamientos". Pero asimismo la transversalidad como enunciado deseante, la escritura transversal que circula, produce, transforma y libera las energías de la crítica, un nuevo y surreal impacto con la vida cotidiana, una distinta intensidad de la vida. Contra la represión en tanto que continuación de la política en el momento en que ésta se ha convertido en inservible para mantener la ordenada reglamentación de la vida cotidiana se trata -como han dicho algunos compañeros- y la necesidad es radical y política, de infringir el orden social, el orden de la cotidianedad, el orden precedente de las ansias y las conquistas, el orden sucesivo de un proceso de liberación que en la actualidad es quizá ya imprevisiblemente "guerra de secesión entre los distintos sectores sociales de la sociedad entera". La necesidad de la transgresión como desestructuración global nace, pues, de la conciencia que el Poder es disciplina y el Orden es una red productiva de opresión. Escribía un estudiante: "La docilidad difundida produce de retorno, también en las figuras que surgen en el actual movimiento, tácticas de contraposición frontal y/o separada cuando la red de poder se basa, por el contrario, sobre el exorcismo de los posibles puntos de subversión". Y aún más: "El pacto de conservación -tu ORDEN PRIVADO- en el que cada día te sometes -para salvaguardar momentos de tregua- dentro de la guerra que se ha desencadenado desde hace algún tiempo para impedir que tus actos -y los de tus compañeros- sean definitivos -irreversibles. Este frágil equilibrio ha fracasado violentamente". Tal extremismo teórico como practica de la transgresión permanente se refleja asimismo en esta experiencia del Dragón en cuanto -si se nos permite afirmarlo- "obra de arte total". Actitudes, pinturas, músicas, acciones, todo ello en tanto que comportamientos sígniocos alternativos. Atravesar la realidad y ser atravesados por la realidad, la cotidianidad y el sentido común, apropiándose de nuevo de los espacios, los acontecimientos y el fluir de la vida, implicando a los incrédulos al margen de los miedos y las angustias en las que el Poder erige su propio dominio y celebra sus fiestas. Paranoia capitalista y esquizofrenia revolucionaria. No se trata de esquizofrenia en tanto que estrategia, sino como táctica para "rehacerse" la vida. Escisiones. Esquizoacción. Colores sobre los rostros y la vida como un viaje, como revelación permanente de momentos, visiones, re-descubrimientos, creatividad y prácticas dionisíacas. Super-realidad. Super-acción los cuerpos-máquinas deseantes, lúcidos, de los compañeros por nuevas formas de comprensión, erotismo, revuelta de transgresión, y rêverie, precisamente para, como decía Nietzsche (y con él Lenin y Breton aunque con otras palabras), "continuar soñando sabiendo soñar". El Dragón es el movimiento y los movimientos del Dragón son los movimientos simulacrizados de una reconquista de la vida todavía por realizar. La existencia está más allá. Y mientras tanto la Fiesta, la Acción de "guerrilla" en tanto que modelo para la Revolución Total de la Sociedad y de la Vida. Cambiar la Vida: Presencia Armada como Transformación y las imágenes poético-artísticas y las acciones de comportamiento, por un lado, como aceleradores del Tiempo objetivo y, por el otro, como instrumentos desintegradores de los valores muertos de la Tradición y del Poder. En el vientre del Dragón se esconde el "secreto" de nuestra Resurrección materialista. |