Notas cogidas al vuelo en la asamblea final de las Jornadas "De la autonomía obrera al anatagonismo difuso", Barcelona, 10 y 11 de junio de 2000. * las intervenciones no han sido grabadas, así que siempre son aproximadas (que no se enfade ni se ofenda nadie al reconocer sus palabras!) * los números indican quién habla, en lugar del nombre. Se puede seguir, así, el juego de respuestas, el número real de gente que participó, quién intervino sin parar, etc...
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(1)- Centremos el inicio del debate en lo que ha sido el núcleo de estas jornadas: ¿valen, nos sirven, los principales conceptos de la Autonomía Obrera? (2)- Creo que valdría la pena cambiar el nombre a aquello a lo que nos referimos: no se trata ya de hablar de Autonomía Obrera sino de luchas autónomas. (3)- A ver: lo que hay que comprender es que el antagonismo difuso debe ponerse como problema y no como solución: con los cambios de estos últimos años hemos asistido al fin de un ciclo de 200 años que empezó con la revolución americana y francesa, es decir, al fin de un ciclo en el que las luchas se han venido comprendiendo como gestión de la totalidad. (4)- Lo que se ha terminado, más bien, es una determinada comprensión de estos 200 años. Por otro lado, lo que quería plantear es: ¿es que alguna vez la contestación radical del mundo ha surgido de algo que fuera más allá del pequeño grupo (aunque fuera de obreros)? (5)- Dos preguntas: 1- ¿han cambiado tanto las cosas, como para no tener en primer término que estamos bajo el dominio del capitalismo mundial? 2- ¿y cómo luchar contra eso? Hay dos opciones: a partir de microcosmos encerrados o a pecho descubierto... ##!*?!!#%Á@#!! (=jaleo) (6)- A ver, ¿hay alguien aquí que se considere obrero? ##!*?!!#%Á@#!! (7)- Todos los que nos consideramos autónomos es a partir de la experiencia, no de la teoría, y esta experiencia es la que nos sirve porque es la única que permite recrear luchas en cada lugar, después de cada derrota... nos da la flexibilidad que el mercado y el capitalismo nos piden, pero en otro sentido. (8)- Contestando a la chica, no ser obrero no quiere decir no tener una raíz autónoma. (3)- El problema no es a quién debemos dirigirnos. Lo que hay que hacer es celebrar la desaparición de x puestos de trabajo como soldador, que sean las máquinas las que pinten los coches. Otra cosa es: ¿sabremos qué hacer de las posibilidades que surgen de ahí? Entramos en el terreno de un posible-imposible...si no, sólo nos queda el videojuego, que es el ámbito de lo imposible-posible: te tocan tres muertes... (3)- Todo esto es una trivialización, cuando hay tres cuartas partes del mundo que se muere de hambre, que no tiene más que trabajos horribles... ##!*?!!#%Á@#!! (9)- Mira, si nos tenemos que hacer cargo de todo esto, entramos en el discurso de la impotencia. No podemos ser solidarios, porque esto es lo que hace el poder y el encuentro de hoy da todo eso por supuesto. (5)- Esta actitud es conformarse, refugiarse en que no hay solución. ##!*?!!#%Á@#!! (10)- La clase obrera, la Autonomía Obrera, la zona verde que yo reivindicaba en mi barrio, la reivindicación misma... pertenecen al pasado. Sin embargo, siguen existiendo un montón de miserias. No hay un paraíso perdido. Tenemos un problema: hacer vivible lo que ya no nos es vivible, y para eso tenemos que saber que, o bien no queremos nada o, que si queremos algo, tenemos que quererlo todo. (2)- Yo veo que está todo por ganar, porque ahora, además hay una novedad muy importante: la precariedad que nos implica a todos, ya no es una cuestión interna a una clase. Sólo hay dos tipos de personas que puedan hacer la revolución: los que no tienen nada que perder y los que tienen conciencia. (11)- Hay luchas, en estos momentos, en muchos frentes (...). Por eso creo que el debate debería hacerse más concreto. (3)- Hay muchos frentes pero enfrente no hay nadie. (1)- La práctica revolucionaria siempre ha tenido a la vez un componente lúdico y un componente emancipatorio. Este segundo ha caído: nadie se cree hoy que puede cambiar el mundo, mientras sí que nos creemos que podemos abrir un centro social. En todo eso hay el hombre anónimo: gente que pasa, que no va a votar... ¿Cómo tender un puente? Lo común. hoy, no es pertenecer a una clase social, sino querer vivir, un querer vivir que se expresa de muchas maneras: okupando, pero también pasando. ¿Cómo organizar esta fuerza anónima? ¿Cómo puede el quere vivir hacerse desafío? Por un lado se trata de establecer una red, de organizar espacios, de utilizar el espacio, etc (estrategia de objetivos). Pero para ello, por otro lado, hay que mirar el agujero negro. De ahí la utilidad de una encuesta. Las prácticas pueden así adquirir una proyección en el tiempo, más allá de las prácticas que nos dejan con buen sabor de boca pero insatisfechos. (12)- Lo de la encuesta lo hemos conocido en otras ocasiones, pero ahora, tal como la planteáis, no se acaba de entender. (1)- La encuesta obrera tuvo mucha importancia en Italia porque a partir de su trabajo en las fábricas, previó el otoño caliente. Hoy, lo que tenemos delante es un agujero negro que es silencio, sufrimiento, anonimato, etc. ¿Es posible penetrar este agujero negro? ¿Es posible, por ejemplo, ver cómo el paro puede ser vivido de otra manera? No es hacer una encuesta universitaria, sino de hacer lo que, de algún modo, un centro social está ya haciendo. (12)- ¿Se trata, de algún modo, de una experimentación? (1)- Sí, pero yendo más allá, haciendo el frente más amplio. Se trata de desvelar cómo se vive la precariedad, pero de verdad. Y ver, entonces, si se puede aglutinar... (6)- Si es verdad que hay tantos mundos, cada uno con sus historias, ¿por qué parece que no se pueden juntar, conocer, etc? Cuando se plantea lo de la encuesta nos preguntamos: ¿para qué? Para hacer una serie de preguntas acerca de la soledad, el miedo, a partir de categorías que son las que nos atraviesan. Es, en definitiva, un instrumento. (13)- Las prácticas del antagonismo difuso están muy por detrás de la evolución del régimen de producción. Se da un retraso, una pobreza discursiva y comunicativa. En Italia, la autonomía supo poner en conjunción un saber potente con las prácticas que se estaban dando. Poner en marcha una investigación-participante, tendría como objetivo hacer un discurso a la altura de las circunstancias, es decir, ahí donde el conocimiento se encuentra con la práctica vital. Así es como se produce subjetividad, porque se crea un tejido de relaciones antagonistas que además emprenden un proceso de desidentificación, cosa que no pasa en un centro social. Lo que se produce es la suma de investigación + diagnóstico + propuesta, por parte de la comunidad efímera que se ha formado. (14)- Para mí, lo de la encuesta tendría más sentido como la apertura de espacios de lucha. La encuesta resultaría quizás muy estática: hay que conocer las necesidades de los otros luchando juntos. (15)- ¿Y cómo los conocemos? Precisamente con la encuesta. En los centros sociales ya hacemos algo: ofrecemos conciertos, charlas, creamos así unas relaciones. Pero hay que ir más allá y no precisamente con discursos ideológicos, que sólo producen pasmo y tristeza. (16)- Hay que elaborar una nueva explicación de la realidad. (10)- Lo de la encuesta sitúa el tema. Casi siempre partimos de la idea de que siempre lo sabemos todo. ¿Y si vamos a dudar? El mundo es grande, complejo, nos hemos aislado. Vamos a pensar que no sabemos... Es algo que traspasar al otro pero también a mí. Lo que nos puede enseñar (como me lo ha enseñado a mí la experiencia de estos últimos dos años en el centro social de mi barrio) es que la vara de medir que teníamos ya no sirve. (17)- La encuesta parece algo estático porque la palabra tiene, en castellano, connotaciones que lo hacen parecer. La investigación-participante tiene que ser a la vez: transmisión de conocimiento, producción de subjetividad e intervención política. (6)- La encuesta, como okupar, es sólo un instrumento, una vía. (18)- Ya existen otros medios e instrumentos, como la contrainformación. (13)- La contrainformación no sirve, para esto. Es inconcebible que el magrebí de tu barrio se ponga a leer el periódico que sacas o a hacer vida en tu centro social. Hay que ponerse a producir un lenguaje... (19)- En Bélgica estamos haciendo la experiencia del carnet de transporte gratuito, que utilizamos cotidianamente. Lo enseñamos al revisor, frente a lo cual éste debe o bien jugar su papel o bien entrar en una discusión política o ética con nosotros. Es una forma de salir del ellos/nosotros. Ahora estamos realizando una investigación-acción para encontrarnos con algunos que trabajan en la SNCF (=RENFE) y establecer lazos, ver cómo viven su subjetividad y lanzar posibilidades de cooperación y de intervención política. Nosotros somos grupos de parados, ellos tienen problemas con la empresa. No nos vamos a intercambiar los papeles, pero podemos encontrar maneras compartidas de intervenir. En este sentido, la investigación-acción es importante para encontrarse con gente diferente y ver cómo vive en un territorio. (6)- La encuesta no es para ver las miserias de la gente, sino para ver qué quiere cada uno cambiar. (20)- Si ayer conté las polémicas que dividen al movimiento italiano, hoy contaré sus verdaderos problemas, los problemas que conciernen a todos. En sociología se acostumbra a decir que un sistema cerrado tiende a empobrecerse. Pues bien: muchas veces, la política no consiste más que en hablar entre 100 o 200 personas, y luego hacer una mani que recorre las calles exponiendo un problema. Hay poca interacción, poca comunicación. No estamos haciendo nuestra función, que es facilitar el protagonismo social. Somos autorreferenciales. Es entonces cuando nos empobrecemos y nuestras divisiones se exasperan. ¿Cómo superar esta situación? La encuesta puede ser una manera. Otro modo de hacer la encuesta es haciendo las luchas. La lucha es un momento de encuesta porque ves qué hace la gente en un determinado lapso de tiempo. Y ahora hay un espacio muy amplio para las luchas reivindicativas. Por ejemplo, donde yo vivo, que es la zona más rica de Italia, no hay casi parados pero sí muchos precarios, que no sólo estan aislados en sus casas, sino que muchos de ellos están trabajando juntos, en espacios muy grandes y mal acondicionados. En estos sitios nadie se organiza para luchar por sus condiciones. Hay que encontrar, pues, la manera de intervenir en estas nuevas realidades. Hay otro elemento importante: el lenguaje. No tenemos un lenguaje para entendernos con la gente. Hay que crear formas de lenguaje y de relación nuevas, incluso poniendo en cuestión la forma asamblea. (3)- El sentido de la encuesta es ir más allá del encuentrismo y del campañismo. La encuesta podría llamarse maniobra: tarea que parte de la hipótesis de que hay otras muchas sediciones como la nuestra, de que hay un continente que no está higienizado totalmente. (9)- La encuesta parte de una actitud: la que tomamos cuando la realidad se nos escapa en fragmentos: hay muchos mundos, silencios, etc, que no pueden ser recogidos en categorías fuertes. De lo que se trata es de redoblar nuestra presencia como problema. La encuesta empieza entonces como voluntad militante de preguntar: ¿hay complicidad entre estos fragmentos, para que su presencia pueda redoblarse? Así es como puede salirse de la autorreferencialidad. (2)- Quiero contar una experiencia de 3 días en Almería, de la que aprendimos mucho. Hay organizaciones de inmigrantes con gran conciencia política, que están desarrollando formas de intervención autónoma, más allá los sindicatos. Uno de los problemas que tienen es el lenguaje (hay gente que ha empezado a hacer traducciones) y la escritura: no tienen ordenadores con teclado árabe... (21)- Lo que hay detrás de la encuesta es una intención: abrirse, salirse de ese gueto que a veces nos autosatisface. Parece, entonces, que no estamos del todo satisfechos con nuestras acciones lúdico-subversivas... Acerca de la otra pregunta, ¿sirve o no la palabra antagonismo? Si lo que queremos es buscar el cara a cara permanente, no. (22)- Quiero señalar lo que para mí serían las dificultades de la encuesta. Se trata de hacer más o menos lo que ya hacemos, pero en forma de encuesta. Entonces, 1- la perspectiva parece estar, aún, en la primera de las tres líneas que se exponían esta mañana: la de recomposición. Habría que ir más allá. 2- Tiene que haber una hipótesis a verificar y unas complicidades fuertes que se expongan. 3- El objetivo no tiene que ser abrirse, sino afirmarse más y mejor. 4- El principal problema no está en el agujero negro sino en los que estamos bajo el fluorescente. (11)- Me puede explicar alguien de qué va esto de lo lúdico-subversivo??? (10)- Las prácticas lúdico-subversivas son cada vez menos lúdicas y menos subversivas. Se están buscando paraísos perdidos, cuando empieza el declive. Huyendo de la sociedad individualizada de mierda acabamos donde partíamos: huyendo, individualmente, hacia paraísos perdidos. Si queremos dar un paso más allá, no basta con okupar una casa, hay que llenarla de contenido. (23)- El debate parece contradecirse: al mismo tiempo que queremos ir más allá de las acciones lúdico-reivindicativas, necesitamos nutrirnos de ellas. (14)- Para mí lo nuevo sería encontrar espacios de lucha comunes. Es así como se saldría de la autorreferencialidad, de la identidad que cada uno tiene. Hay que buscar momentos de organización más estable, aunque no sea una oreganización política. (11)- Yo creo que sí que sabemos bastante lo que hay por ahí. Lo que pasa es que no sabemos cómo conectar. (24)- Sabemos muchas cosas de las que ocurren y no nos juntamos con ellas. Quizás habría que bajar el listón a la hora de decidir con quién nos juntamos y con quién no, porque parece que sólo podemos unirnos cuando hay marrones. (25)- Pongamos como ejemplo el "Rompamos el silencio": un conjunto de movidas interesantes no han sabido movilizar a la gente. Este es el problema de la autonomía: encontrar formas de lucha que trasciendan a cada uno. (6)- Buscar la comunicación con otros no tiene porqué partir de las acciones: hay muchas historias (reivindicaciones de los bomberos, policías, etc) que yo no voy a apoyar. (16)- Un ejemplo de los límites que puede tener algo como la encuesta es lo que ocurrió en Madrid con la intervención que hicimos con la gente que trabaja en el Circo del Sol. Después de un tiempo de hablar con ellos, se convocó una manifestación a la que sólo acudieron 30 personas. Es, por lo tanto, un caso de autorreferencialidad en un conflicto que es de otros. (2)- Lo que está claro es que hay que dar un paso más allá, afianzar el movimiento. Hay que pensar que esto es una guerra larga contra el capital: hay que ser constante y responsable. Ya estoy harto de esas actitudes horribles que parten del "no me apetece..." (11)- Al aunar esfuerzos (lo hemos experimentado en el pueblo en el que estamos) chocamos con dos problemas: la diferencia generacional y la criminalización. (24)- Lo que se hace importante es reforzar el contacto humano entre grupos, que la gente se conozca... (6)- Intentar contactar con la gente a partir de manis y jornadas no aporta mucho. Habría que aprender a irrumpir en espacios que no son nuestros para forzar la comunicación con gente que está por otras historias. (1)- Viendo hasta dónde hemos llegado en estas jornadas y, en concreto, en este debate, habría que empezar a plantearse cómo pensar la continuidad de todo esto. Posibilidades: 1- utilizar el espacio SinDominio, 2- pensar en otros encuentros, 3- pensar en la encuesta como otra manera de hacer política. (26)- Hay dos maneras de entender lo que es la encuesta que, a mi modo de ver, son erróneas: la primera, pensar que todo lo que hacemos es encuesta; la segunda, pensar que la encuesta está separada de las luchas. Una y otra son mentira. Para poder hacer la encuesta tiene que haber una alianza previa, cosa que en Madrid nadie parece querer hacer. Podemos hacerla nosotros en Lavapiés, pero no podremos abarcar un análisis más amplio. Lo que hace difícil la alianza es la división entre los que se sienten autosatisfechos con lo que hacen y los que no. (27)- Parece que hay una especie de complejo en este planteamiento de la encuesta: ¿es que el sujeto revolucionario siempre son los otros? Si lo que queremos es ponernos positivistas, experimentemos: metámonos en los ámbitos de trabajo, en la CGT, etc. (28)- Yo no veo que una cierta autocomplacencia esté en contra de las ganas de hacer la encuesta... (29)- Hay que llevar adelante la encuesta como uno más de los puentes que se deben ir tejiendo entre las distintas historias. (26)- No sólo hay autocomplacencia: hay conformismo y pasividad. (29)- Pero ¿hay que articular un movimiento desde arriba o hay que dejar que surja? La encuesta sería una manera de reforzar lazos sin forzar la articulación de un movimiento. (28)- No creo que nadie aquí esté planteando la articulación de un movimiento. (6)- Lo que sí es verdad es que hasta ahora hemos ido a salto de mata y que quizás valdría la pena hacer un esfuerzo para intentar ir más allá. (2)- Tenemos que intentar saber qué tenemos delante... (10)- ...e ir pensando maneras de salir del abatimiento.
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