¡Que venga Lenin a la Fiat!

Entrevista con G.M. Montesano (de Autonomía Operaia)
JOAQUIM JORDA

 

Entre el 23 y el 25 de septiembre se ha celebrado en Bolonia, la ciudad "roja" de la Reggio Emilia, el escaparate del eurocomunismo berlingheriano, un Convenio Internacional contra la Represión en Italia y en Europa, convocado por un grupo de intelectuales franceses, Sartre, Guattari, Guillerm, etc., y en el que han participado 50, 60, 100.000 jóvenes obreros, proletarios, estudiantes, procedentes de los más diferentes sectores de la nueva izquierda italiana, desde los neo-estalinistas del Movimento dei Lavoratori per il Socialismo (MLS) hasta las diferentes franjas que componen el área de la Autonomía Obrera.
La elección de Bolonia como punto de encuentro no es producto del azar ni de las aparentes facilidades que un municipio con arraigada administración comunista podía ofrecer. Al contrario. Es una respuesta del Movimiento a la represión que Sindicatos, PCI, Policía y Ejército desencadenaron en las jornadas de marzo del presente año contra los "izquierdistas" de la ciudad, y en las que Francesco Lo Russo, militante de Lotta Continua, resultó muerto por un disparo de la policía, lo que produjo unos dias de insurrección urbana que concluyeron con la intervención de los tanques del ejército, el exilio y la prisión de decenas de militantes.
Montesano, miembro "histórico" de Potere Operaio explica qué es este Movimiento, qué es la Autonomia y qué significa el Convenio de Bolonia.

ORIGENES

Montesano.- Como tú sabes, el área del Movimiento está muy diversificada, por lo que yo sólo puedo expresar las posiciones de uno de sus sectores, aunque, eventualmente, podemos referirnos brevemente al Movimiento en su conjunto. Bien, grosso modo, nosotros hacemos remontar el Movimiento a Piazza Statuto 1962, cuando con la primera huelga Fiat, después de años de silencio, los obreros turineses, por primera vez y de manera espontánea -porque los grupos actuales no existían- marcharon contra la sede sindical (1). No fue una contestación violentísima, tan sólo algunas pedradas y abucheos. Pero fue sintomática porque con ella se iniciaba la lucha contra la gestión institucional del Sindicato. A partir de ahí, cierto número de compañeros, como Toni Negri (2) y otros, supieron detectar el profundo significado teórico de lo que estaba sucediendo, llevando a cabo una discusión general de la noción de clase obrera, del trabajo, de la ideología socialista, de las instituciones obreras, etc., y todo ello al margen de la liturgia moral que se limita a hablar de la traición del reformismo. La traición nunca ha explicado nada; no hay traidores, sino proyectos político precisos, búsquedas políticas precisas. Se produjo así un encuentro entre una serie de revistas (Quaderni Rossi, Potere Operaio, Contrapiano, la primera Lotta Continua y, sobre todo, Classe Operaia) y la clase obrera. Estas revistas representaban un momento de práctica de la teoría y no de teoría pura. La teoría ya existía antes: la historia del movimiento obrero está llena de toneladas de libros de teoría. Esta vez era una práctica muy concreta: se trataba de leer los acontecimientos y de entenderlos, no de explicarlos y hacer la teoría. El papel de estas revistas ya no era un papel ideológico; ya no servían para que, en torno a ellas, cristalizasen embriones de vanguardias. Gracias al continuo trasvase de la realidad cotidiana que llevaban a cabo estas revistas, se produjo el fenómeno poco común de que, en el plazo de seis, siete meses, un año, grupos de jóvenes obreros emigrados (napolitanos, calabreses, sicilianos), desprovistos de toda cultura "oficial" (cultura con la que cuenta, en cambio, el obrero turinés) fueron capaces de elaborar en las asambleas discursos políticos absolutamente coherentes. Ya no necesitaban líderes que tradujesen su pobre lenguaje en formas elegantes. Este hecho -la existencia en Italia de cuadros obreros capaces de producir discursos políticos, teoría obrera, explica la considerable fuerza que ha tomado el Movimiento.
En este contexto, Potere Operaio, que era un grupo leninista que proponía soluciones organizativas muy duras, muy minoritarias, empezó a producir una gran cantidad de contribuciones teóricas renovadoras. Pienso, por ejemplo, en Mario Tronti, actualmente en el PCI pero que entonces escribió uno de los libros más renovadores del marxismo europeo (Operaio e capitale, que nosotros ciclostilamos y distribuimos entre los compañeros obreros, estudiantes, etc., que por 150 liras podían comprarlo y discutirlo, y que hoy, bajo forma de libro Einaudi, se ha convertido en el vademecum de la nouvelle gauche comunistizante); y pienso, también, en Sergio Bologna. Tonino Negri, Oreste Scalzone, el "transversal" Bifo (3), etc.

EL MOMENTO DE LA CRISIS

M.- A partir de este momento, el Movimiento comenzó a vivir el drama de las cosas que se deben hacer y que no se consiguen hacer. En 1972, si es que en este momento no estoy borracho de cansancio, Potere Operaio, después de un largo proceso interno, celebra un Congreso en el que algunas de sus tendencias, sobre todo la de Toni Negri, deciden la disolución del grupo. Pero no para integrarse en otro, sino con un proyecto mucho más ambicioso. Potere Opera jo llegó a la siguiente verificación: el grupo, que se oponía al Partido en el plano de los proyectos, de la extremización de los objetivos, pero sin salirse de los viejos esquemas organizativos de la III Internacional leninista, no era más que una mala copia de un instrumento muerto. Y el grupo, como tal, tenía que desaparecer. Había que aprovechar la capacidad de realizar un trabajo político de cuadros obreros, universitarios, de barrio; la capacidad de hacer funcionar una ciclostil, de escribir una octavilla, de distribuirla, de llevar una asamblea, etc., e invertirla en la Autonomía, en los Comitati Autonomi, en los Collettivi Autonomi di Fabbrica, que iban naciendo y que contestaban a los grupos. Es decir, colectivos autónomos de obreros que rechazaban el ser utilizados por los grupos.

LAS ASAMBLEAS AUTONOMAS

- ¿ Te estás refiriendo a las Asambleas Autónomas nacidas por entonces?
M.- Exacto. A la Asamblea Autonoma de Alfa Romeo, por ejemplo, en la que los obreros más jóvenes, después de haber trabajado con Potere Operaio y con Lotta Continua empezaron a mostrar su desacuerdo con las formas organizativas clásicas. Los demás grupos analizaban esta postura según los viejos esquemas del leninismo ("Les falta madurez, les falta conciencia, es absolutamente necesario darles conciencia".) En cambio, Potere Operaio, y especialmente Negri, dijeron: "No. Son ellos quienes tienen razón. Hay que revisar todo el proceso de la organización obrera. Que todos los compañeros trabajen en los colectivos autónomos: los vecinos en el barrio, los intelectuales que hagan política entre los intelectuales, los universitarios en la universidad, los obreros en la fábrica. Dejemos de hacer política al atardecer, en la reunión del partido. La política se hace en lo real, y además hay instancias (periódicos, etc.) que pueden coordinar todo esto." Así nace lo que hoy se llama Autonomía.
-¿crees, entonces, que el empirismo que ha demostrado Lotta Continua en estos años ha sido un falso camino para el Movimiento?
M.- Nosotros, cuando éramos Potere Operaio, decíamos que Lotta Continua hacía bien, seis meses después, lo que nosotros habíamos dicho no menos bien pero hecho mal seis meses antes. lotta Continua siempre ha tenido esta capacidad de oportunismo inteligente, político, y en la práctica llegó a convertirse en un hecho de masas. Aunque después las cosas se le pusieron al revés y hoy no es más que un diario, una corriente de opinión. lotta Continua ha jugado un papel extremadamente positivo, a pesar de los aspectos peligrosos y negativos que implica su actitud excesivamente abierta, modificable día a día.
 

CRíTICA AL LENINISMO
 

-La crítica que tú has hecho del leninismo me parece parcial. No se puede separar la práctica organizativa del resto y decir: lo primero no me va, pero lo segundo sí.
M. - Es cierto, hay que hacer una crítica más sustancial. Mi crítica del leninismo era muy leninista. Si los grupos, para enfrentarse al graniscianismo del Partido, es decir, a la socialdemocracia, a la política de las alianzas absurdas, propugnan el leninismo como esquema fósil, es evidente que yo no me siento leninista. Pero si se llega a comprender la infinita capacidad de "estar en las cosas" del compañero Lenin, si se le desplaza de la fábrica Putilov, que ya no existe, y se le trae aquí, es decir, si llevamos a Marx a Detroit, si llevamos a Lenin a la Fiat-Mirafiori, si le sacamos de la III Internacional, de la historia bolchevique, de todas estas cosas que ya no nos importan un carajo, entonces yo soy perfectamente leninista. No conozco un ejemplo mejor de ductilidad, de eficacia, de rigor, de oportunismo, de realismo, que el del compañero Lenin. Pero la utilización fácil que se hace del leninismo debe ser combatida hasta el fondo.
-¿Conoces el libro de Duschke sobre Lenin? Es muy interesante.
M. - Hace tiempo que no leo a Dutschke.
-Para entender la posición de la Autonomía sobre Lenin, ¿sirve el libro de Negri 33 lecciones sobre Lenin?
M. - Es uno de los referentes de la hipótesis que nosotros establecemos, pero existen otras muchas hipótesis posibles..

CARACTERÍSTICAS DE
LA AUTONOMíA OBRERA

-A mediados de los 60 se intensifica cada vez más el rechazo del trabajo, hecho que vosotros teorizasteis antes de que apareciese...
M. - Nosotros detectamos este hecho en algunos comportamientos aislados que prefiguraban la crítica de la ideología; era una crítica al uso capitalista de la técnica que, evidentemente, contenía los datos concretos, no teóricos, no ideológicos, de una crítica a la ideología "socialista". Bueno, quememos la ideología socialista y, como se decía entonces, tomemos el comunismo como programa directo, porque está en la fuerza de las cosas. Simultáneamente, crecían las formas de organización espontáneas de violencia obrera, de poder obrero en las fábricas (manifestación de encapuchados en Mirafiori y todas estas cosas). Nacían también formas de lucha armada que entonces estaban vinculadas a la fábrica, pero que después se distanciaron de ella para convertirse en ideología m-l ("Somos la vanguardia del nuevo partido, somos el partido armado".)
-Como dice el Grapo en España.
M. - En la fábrica, estas luchas tenían otra configuración. Eran una defensa de los espacios de poder, contra los despidos de los compañeros más combativos, contra los espías, los esquiroles, los guardias. Eran hechos de masas, hechos reales. Muchos obreros que, en virtud de los antiguos códigos culturales, de las interiorizaciones, votaban PCI y tenían el carnet del Sindicato, llevaron a cabo una lucha contra el trabajo.
- Yo diría que este modelo de obrero-masa, de obrero meridional que estás describiendo, ha desparecido en parte.
M.- Me estaba refiriendo a la fase 69-72. Este sector de la clase obrera es distinto al sector proletario juvenil, parado, con trabajo negro (4) ,y al sector estudiantil, producto de la escolarización masiva, de la scuola dell bbligo. Los grupos tardo-leninistas, el PCI y algunos intelectuales como Pasolini no alcanzaron a comprender lo que pasaba. Algunos siguen refiriéndose a la figura mítica del étudiant privilegiado, que ha muerto y está tan sepultada como la del obrero del Norte.
-Recuerdo aquel poema de Pasolini sobre los enfrentamientos de Valle Giulia entre universitarios romanos y la policía, en el que tomaba partido por ésta debido a su origen de clase proletario.
M.- Hasta entonces, lo que dominaba era el obrero- masa de las grandes fábricas, el obrero intercambiable de las cadenas de montaje. Pero poco a poco, con el desarrollo de la crisis del capitalismo, se va generalizando el proceso de proletarización. Cuando los socialdemócratas y los comunistas dicen:
"En el fondo, la tesis marxiana de la proletarización creciente no es exacta, porque hoy se vive mejor", no hacen más que demostrar su ignorancia y su estupidez. La proletarización se extiende, y no era tan difícil preverlo. Bastaba con prestar atención al desarrollo de la tecnología del maquinismo. Así, pues, en los años 73-75 emerge una figura que no tiene absolutamente nada que ver con la del mayo del 68.
-No es un hecho ideológico.
M.- No, no es un hecho ideológico, pequeño-burgués, todo lo maravilloso y estupendo que se quiera, sino un hecho social, un hecho proletario, político, comunista, preciso.
-Yo no sé si estarás de acuerdo, pero pienso que el 68 responde más bien a la inseguridad del pequeño-burgués que cree que ya no encontrará en la sociedad el puesto privilegiado que le corresponde por nacimiento.
M.- Es tan cierto lo que dices que ésta es la única versión que hoy mantienen los ideólogos del PCI que, como siempre, se han quedado atrás porque viven en la única autonomía que entienden, la del político (5). Viven en la esfera del político y no conocen otra realidad, incluso quieren negarla, y por ello ven complots y conspiraciones donde no hay más que acciones de masa y mecanismos reales. ¡ Imagínate qué análisis hacen, qué instrumentos utilizan con las masas juveniles estudiantiles, que van y les sueltan la cojonada de decirles: "Ah, tenéis miedo, pequeños burgueses, porque ya no tenéis un puesto de trabajo asegurado, porque sentís amenazados vuestros privilegios" No han entendido materialmente, marxísticamente, nada de las cosas, y por ello están destinados a ser derrotados por las cosas, no por el Movimiento o por la voluntad política del Movimiento. Es el comunismo de las cosas lo que les mata. Actualmente está naciendo, en carne y hueso, un nuevo estrato social que las organizaciones políticas tendrán que tener en cuenta. Ahora ya se puede hablar de diferencias de edad. Ya no es un dato marcusiano, ideológico, es un dato concreto, político. Los jóvenes son los non-garantiti, son aquellos que no sólo no tienen trabajo, sino que ya no tienen nada en esta sociedad. Y aunque el discurso sobre las generaciones sea un discurso estúpido, hoy es verdad que los 50 años y los 20 años representan dos sectores de clase. Hay que tener en cuenta todo esto. En este momento, es evidente que nacen en el Movimiento unos impulsos que no son exactamente los de la autonomía obrera clásica, los que procedían del obrero- masa, del productor directo de Porto Marghera, de Fiat Mirafiori o de Alfa Romeo. La Autonomía Operaia ha tardado en comprender que la fábrica se difundía, que también el parado está dentro del ciclo de la producción capitalista.

EL NUEVO MOVIMIENTO, LOS NUEVOS DESEOS

M.- Esta realidad emergente ha ido posibilitando la elaboración de una nueva definición, tanto del espacio político como de la propia vida. Hoy, en Bolonia, las áreas desideranti, las áreas del rechazo, constituyen una amplia parte del Movimiento. Hoy nos encontramos ante el problema de recomponer el Movimiento sobre unas tesis que no sean obreristas, porque también estas tesis han envejecido en nuestras manos. El problema es incorporar a la parte del Movimiento que se resiste a entenderse realmente a sí misma como protagonista de la lucha, y que tiende simplemente a identificarse como reflejo una situación de crisis, de "desiderio" de espacios liberados. El Movimiento debe recomponerse cuanto antes sobre algún objetivos precisos, comunes, que nos unifi quen a todos.

EL CONTEXTO POLíTICO

M. - La situación política es clara desde punto de vista institucional. Pero tomémosla un poco a distancia, como observadores políticos en un sentido genérico. Todo mundo sabe que hoy, en Italia, ya no existe una oposición de clase institucionalizada, y no existe la mistificante oposición de clase que existía antes, mistificante/mistificada Ha caído la máscara. Todo pasa a se institucional, precisamente en el momento e que Italia vive el periodo, no de crisis, porque es falso hablar de crisis aceptando el esquema catastrofista del capital...
-Vive en la crisis y de la crisis.
M. - Exactamente. Se dice: "Hay la crisis, desarrollo/crisis, crisis/desarrollo, desarrollo/crisis." ¡ Vida natural, trágico destino humano que los comunistas parecen apropiarse! Pero yo digo que Italia vive el drama de la reestructuración capitalista, éste es nudo de la crisis, el presupuesto para enjaularlo todo, para restablecer la producti vidad y las tasas de beneficio. El capital emprende este proyecto dramático y descarga sus costos sobre la clase obrera, sobre los proletarios, sobre los jóvenes, Y justo en este momento de gran tensión desaparece la forma institucional, todo lo mistificante que quiera de la oposición de clase. Es inútil que el PCI nos venga con el cuento de que ?antes era oposición, pero ahora la clase se hace Estado?. Son lucubraciones que puede formularse en la Via delle Boteghe Oscure (6) pero si en vez de dedicarse a dar lecciones de realpolitik a todo el mundo, frecuentasen un poquito más a la clase obrera de las fábricas de los barrios -no a sus atontados militantes, sino a la gente, que quizá vota PCI pero que es gente-, sabrían que estas cosas hacen reír hasta a las gallinas, que nadie se las cree. Los proletarios, la clase obrera, han de buscar una salida con signos proletarios, con signos  no capitalistas. Este es el problema de los objetivos del Movimiento. Por ejemplo, los prevviatti al lavoro, es decir, los estudiantes proletarios, que hoy son utilizados por la ley sobre el paro en clave totalmente capitalista, incluso por parte del PCI,, para favorecer la división de clase (los viejos contra los jóvenes, quien tiene trabajo contra quien no lo tiene, todo lo cual, por otra parte, desencadena un corporativismo de Estado) podrían, en cambio, convertirse inmediatamente en el signo vencedor de una revolución que se hace todos los días, que no es la toma del Palacio de Invierno. Hoy, en Italia, hay una posibilidad objetiva de comunismo y esto lo digo sin hacer ideología. Si produjera la admisión inmediata de todos los parados, los obreros antiguos, los que tienen trabajo podrían reducir drásticamente sus horarios de trabajo y descargarse así de la tasa de explotación que pesa sobre sus personas fisicas; y los estudiantes- proletarios, los jóvenes proletarios, podrían funcionar como instrumento de recomposición de la clase en una dinámica ya práctica de revolución. Hay quienes dicen: ?Compañeros, primero la unidad de la clase y después la revolución o la disminución de la tasa de beneficio.? No, mientras se cercena el beneficio, mientras se hace la revolución, se reconstruye la unidad de clase. Este no es todavía el objetivo del Movimiento, pero debe pasar a serlo.

LA LUCHA ANTINUCLEAR

M.- Por ejemplo, en lo que concierne a mi posición personal, y probablemente también la de algunos compañeros del área de la autonomía Operaia, la lucha contra las centrales nucleares debe salir de la trampa de la ecología. Si sigue siendo ecología, no significa nada. No se habla en la mesa de ecología cuando se tienen ganas de comer. A nadie le importa un carajo. Además, sobre eso hay en Italia una larga tradición, la planta verde. Es preciso que entre compañeros nos lo digamos claramente. Yo amo y adoro el campo, los animales, las flores, pero no podemos convertirnos en una especie de conservadores al revés de "los valores humanos y eternos". Las cosas son las cosas y yo no puedo tener una visión catastrófica del uso de la ciencia.
- ¿ En qué debe convertirse entonces la lucha contra las centrales nucleares?
M.- Está claro que no en la lucha contra el peligro nuclear por el hecho de que destruiría la vida, las flores, las plantas. Esta lucha debe convertirse en la obligación política, obrera, popular, proletaria, de impedir que el chantaje atómico pase de las contradicciones internacionales al interior de la relación de clase. Las centrales nucleares exigen un despliegue de medios de control militar y policiaco; el desarrollo de la energía nuclear pondera en menos grupos oligárquicos, de tecnócratas, servidores del proyecto capitalista, el uso y el control de todas las fuentes de energía. Está claro que esto debe ser combatido porque es una cuestión de vida o muerte para la existencia de un proyecto de masas proletario. Pero no en contra de la energía nuclear, no a favor de las plantas y de las flores. Y éste, sin embargo, - es otro de los temas que al Movimiento le cuesta tragar. Todos están dispuestos a hacer una marcha antinuclear, desde los "desideranti" a los indios, pero lo que hacen no pasa de ser un día de camping, a veces heroico, con choques durísimos con la policía, pero sin otro objetivo que el expresado en la frase:
"plantemos árboles en lugar de centrales nucleares". Esto no es una respuesta política.

PROPUESTAS ORGANIZATIVAS

- ¿ Cuál es, entonces, la propuesta organizativa del Movimiento? Has hablado de sectores muy dispersos que ponen en crisis práctica la teoría clásica de la organización. ¿Cuáles son las posibilidades organizativas? ¿ Basta con un proyecto compartido?
NL.- Mi opinión personal, y supongo que bastante compartida por los demás compañeros de Autonomía Operaia, es que hoy nos encontramos en el momento de la máxima diversificación, de los coágulos, de los "pequeños grupos", y lo digo entre comillas para que no se piense en el grupo político muerto en el 70. Me refiero a pequeños grupos de personas reales y concretas, que funcionan a partir de las necesidades reales y de las luchas reales, las de los colectivos de fábrica, las de las asambleas autónomas, las de los proletarios, las de los parados, las de los homosexuales, las de las mujeres, las de los chavales, las de los psiquiatrizados... Esta es la realidad política de hoy.
No hay, pues, ningún intento de imponer en las asambleas o en los documentos que circulan por el Movimiento un momento de unidad, aunque obviamente todos la deseemos. Es éste un problema que no se puede plantear, es el Innombrable. No hay que tener demasiada prisa. No hay que plantear este problema para resolverlo mañana, porque será derrotado, quemado. Pero tampoco hay que hacer el razonamiento contrario de los "desideranti": "Bueno, si no hay prisa quiere decir que mañana algo nacerá..." No, sin prisas, con el máximo de paciencia, pero sin pereza. Es decir, trabajar incansablemente, potenciar a través del militante una nueva configuración, y después, en los momentos tácticos de la lucha, aglomerar áreas de pequeños grupos, cada vez más determinados y precisos, pero siempre a través de un proceso natural, no proponible bajo forma de demanda teórica.

EL NUEVO MILITANTE: UN
MULTIPLICADOR DE CONFLICTOS

- Has hablado del militante. A mí me parece daro que esta nueva situación requiere un nuevo concepto de militante.. No puede ser lo que era antes: el compañero comprometido en una especie de contrato con el grupo, con la clase o con la revolución. Pienso que esta nueva situación exige una nueva actitud. ¿ Cuál crees que puede ser?
M.- Está claro, como dices tú, que ha muerto la configuración del contrato histórico con la clase, con el grupo, con el partido, con la parroquia, etc., pero no es menos cierto que el nuevo militante tampoco puede convertirse en el redactor o lector de un diario (7) De acuerdo, está bien, entonces es el deseo, la organización del deseo. Ya no se puede hablar de militante. Yo hablaré del individuo social que en virtud de muchos estímulos, complejísimos, que proceden de la infinita complicación de esta sociedad, y que puede ser un obrero, un intelectual, un homosexual, una mujer, comprende la necesidad de cambiar el signo de las cosas. Es una larga perífrasis para decir que ya no se puede hablar de militante, y que todavía no hemos inventado un término nuevo para definir quién es éste. Y, sin embargo, "éste" existe y se multiplica, hoy hay muchos más compañeros militantes que antes.
¿ En qué se convierte este individuo que impulsado por toda esta serie de cosas siente y vive en su propia piel la necesidad de cambiar las cosas? Se convierte en un multiplicador, allí donde está, de situaciones de lucha. Un multiplicador que multiplica y es multiplicado.

EL CONVENIO DE BOLONIA

-¿Y para qué puede servir en esta dinámica, todavía muy abierta, el Convenio de Bolonia?
M. - Lo primero que hay que explicar es por qué se hace en Bolonia, y no en Roma, Milán o, qué sé yo, en el Japón. Está claro que ha existido toda una polémica periodística desencadenada por los hechos de marzo, el llamamiento al ejército, etc. Pero no es éste el fondo de la cuestión. Bolonia está bien, es el escaparate del eurocomunismo. Así damos por el culo a Zangherí y al compro messo storico. Pero es evidente que nos interesan mucho más nuestras cosas que la batalla contra Zangheri emprendida por los intelectuales franceses.
Muchos compañeros, especialmente los de la base de Lotta Continua, no sus periodistas, que se han alimentado, en el sentido político, claro, con la "espectacularización" de los intelectuales, están cabreadisimos. Dicen:
"Este plazo ha sido impuesto desde fuera del movimiento, y además por intelectuales; por lo tanto, es una mierda." Está claro que en el absoluto de las teorías leninistas esto es justo; sí vienen unos intelectuales que proponen, a través de los media, la necesidad de una cosa, esta cosa es una mierda. En mi opinión, no han entendido nada.
La realidad es ésta: el Movimiento ha tenido cantidad de convocatorias antes de ésta, pero precisamente porque procedían de dentro y nacían según el esquema clásico, eran convocatorias de mierda porque reproducían en el momento del convenio la mierda de base, las contradicciones y la impotencia del Movimiento. Eran convenios que, dramáticamente, se mordían la cola. Este, en cambio, precisamente por venir impuesto desde fuera, ha obligado al Movimiento a verificarse consigo mismo. Dígase lo que se quiera, este Convenio cambia toda la dinámica de las cosas; aquí están las masas del movimiento:del Norte, del Centro y del Sur, y no los grupos, aunque también estén presentes, con sus diferencias. Para mí, éste es el primer, el auténtico Convenio del Movimiento.

LA ASAMBLEA

-¿Qué significa este Convenio para el movimiento asambleario?
M.- Hay que tener cuidado y no caer en el viejo juego leninista que, incluso ha sido adoptado por los periodistas burgueses, que dicen: ?De acuerdo, esto podría ser una cosa seria, siempre que esa asamblea, joder, tuviese una cara, pero en realidad, no es más que un follón.? Los periodistas burgueses se han puesto a hacer leninismo barato. Y el problema reside precisamente en hacer otro tipo de leninismo, el que hemos dicho antes:traer Lenín a Mirafiorí, traer Lenín a Bolonia.
De acuerdo con el nuevo modo de concebir la lucha política, los problemas de la organización, el problema del multiplicador, la nueva dimensión del militante, de los microgrupos que se coagulan, yo la considero una asamblea, y no es una paradoja, ordenadísima. ¿ Qué es esta asamblea para quien hace política en el Movimiento y no para quien la contempla desde fuera? El que está fuera no entiende nada, ve sólo el follón, y a lo sumo puede convertirla en un poco de literatura... De haber estado Umberto Eco, habría hecho anotaciones sobre la semiología de las diver-gencias. Pero para quien está dentro, esta asamblea es el pulso del movimiento. Nadie ha pensado nunca que de estos momentos asamblearios pueda nacer una plataforma, nadie es tan imbécil como para pensar que por primera vez en la historia del Movimiento se reúnen 20.000 personas proceden-tes de las experiencias más diversas y que después se llegue a un debate político en los esquemas leninistas tradicionales... Habría que ser cretino para pensar esto, y aquí no hay cretinos.
Quien hace política todos los días en el Movimiento sabe que antes han habido acontecimientos, peleas, contradicciones, luchas de fábrica, luchas de barrio, en la universidad, donde se han asumido posiciones diferentes, y esto ha generado debates en los microgrupos, en las microautonomias. La Asamblea no nace de la nada: trae consigo toda una serie de presupuestos. Y el hecho de que uno pueda hablar tres minutos antes de ser silbado y abucheado, ó 10 ó 15 ó 20..., o sólo treinta segundos... significa algo muy preciso, significa que yo sé cómo ha sido acogida en el conjunto del Movimiento aquella acción que he llevado a cabo hace un año, en la fábrica.
Por otra parte, el Convenio de Bolonia no vive únicamente en el Palazzo dello Sport. En este momento, en el momento en que se reúne la Asamblea en el Palazzo dello Sport, e inmediatamente después, hay nueve, diez, quince, cien comisiones, que tienen en cuenta aquel pulso, que van a los mícrogrupos, que regresan mañana al Palazzo dello Sport a verificar lo que han dicho, que vuelven después a la microdifusión del problema.

PERSPECTIVAS

M.- Está claro que el Convenio de Bolonia no es la revolución ni siquiera, probablemente, aunque sea muy justa pedirla, la liberación de los compañeros presos. Pero es la primera ocasión en que el Movimiento, en mi opinión, comienza realmente a hacer su política. Y es una política que se expresa con un leninismo de cara joven, de cara coloreada, el leninismo de la cara homosexual, de la cara femenina, de la cara infantil.., y si hay quien no lo entiende, como los compañeros del MLS (y digo ?compañeros? porque soy extremadamente generoso y hablo hacia fuera, de hablar dentro de la Autonomia Operaia no lo diría nunca), del Manifesto, del PDIUP, como los periodistas burgueses, como el PCI, lo siento por ellos, perderán el tren de la realidad.
En este momento, aquí en Bolonia, el Movimiento quizás está experimentando el primer momento de confrontación política
real, aunque ahora no van a resolverse todos sus próblemas. El Movimiento comienza a hacer política: lo que pasará después no lo sé, pero, joder, en vista de que creo en la revolución, creo que dará signos positivos.

 

NOTAS

(1) Los obreros de la Fiat-Mirafiori se enfrentaron a la policía. Al día siguiente, los sindicatos criticaron violentamente el hecho y explicaron que la actitud adoptada por la clase obrera se debía a que en su interior se habían infiltrado procavocadores fascistas. Acto seguido, los obreros asediaron la sede del Sindicato UIL (socialdemócrata) que, seguido a cierta distancia por la CGIL y la CISL, era. el que más se había distinguido en la campaña represiva.
(2) Antonio Negri, miembro fundador de Potere Operaio, autor de Crisi dello Stato Piano. comunismo e organizzazione rivoluzionaria, Marx suí ciclo e la cris, La fabbrica della strategia: lezioni su Lenin, etc., es uno de los teóricos más importantes de la Autonomía.
(3) Franco Berardi, llamado Bifo. Principal animador de Radio Alice, de la revista A traverso, autor de la novela "Chi ha ucciso Majakovski?", exiliado actualmente en París, acusado de instigador de los hechos de Bolonia de marzo pasado.
(4) Trabajo interino y vinculado a "prestamistas" y "subcontratistas".
(5) Referencia a un reciente libro de Mario Trontí, L´autonomia del politico. -
(6) Calle de Roma donde está la sede central del PCI.
(7) Referencia a la política reciente, ahora en proceso de cambio, de Lotta Continua después de su autodisolución en Riminí, víctima de la contestación feminista, de concentrar todos sus esfuerzos en la ampliación de su diario, lotta continua, que pasó a convertirse en órgano oficioso del Movimiento.