Requerimientos regulares, controles a domicilio, amenazas de quitarnos las insignificantes migajas acordadas. Este es el hostigamiento cotidiano al que se ven sometidos los parados o precarios.
La Dirección Departamental del Trabajo y el Empleo (DDTE) que hoy estamos ocupando, forma parte integrante de este control estatal.
Es aquí donde, con  el ingenio administrativo, se pone a prueba y se ejerce el control policial de cada parado, con el objetivo de comprobar que esté buscando activamente trabajo.
También es aquí donde se gestionan los empleos precarios estúpidos y humillantes, como los C.E.S.  , empleos para jóvenes, etc., y aún incluso las formaciones profesionales y ocupacionales (con sueldos muy, pero que muy reducidos, por supuesto).
El trabajo (en lo que tiene de alienante) es un terrible instrumento de control y todas estas dificultades administrativas le sirven de substituto. Parece intolerable dejar que la gente "no haga nada", mejor encontrarles empleos inútiles e incluso perjudiciales, como los son el de vigilante, de revisor. Sabemos de sobra que ya no volveremos al pleno empleo anterior: ¡mejor así!, tenemos cosas mejores que hacer de nuestra vida que trabajar.
Hoy ocupamos la DDTE pero está claro que un día o otro, habrá que liquidar este tipo de instituciones.

¡SUSPENSIÓN INMEDIATA DEL CONTROL POLICIAL DE LOS PARADOS!