NADA QUE PERDER, TODO
POR GANAR
Laurent Guillotteau
Actuar juntos contra el paro
Después de más de seis semanas de
acciones de los parados y precarios, el gobierno empieza finalmente a prestar
atención a las reivindicaciones del movimiento. Desde la llegada
de la izquierda al poder el pasado mes de junio, en materia social ha prevalecido
un total inmobilismo. Este gobierno tiene como preocupaciones principales
la ortodoxia presupuestaria, los índices bursátiles y los
sondeos de popularidad. Las medidas contra el paro del gobierno anterior,
adepto discreto del Workfare (proyecto de una renta mínima de actividad),
han sido aplicadas con concienzudo cinismo puesto que permitían
realizar ahorros fáciles. La creación de
"empleos-jóvenes"
y el anuncio de una ley de incitación a la reducción del
tiempo de trabajo habrían sido las únicas disposiciones adoptadas
por este gobierno en materia de paro y empleo, si el movimiento de parados
y precarios no hubiera tomado la iniciativa de la lucha.
Al realizar los proyectos económicos decididos
por la derecha, al postergar siempre la aplicación de una ley contra
la exclusión prometida hace tres años, la "izquierda
plural"
ha contribuido a crear las condiciones de emergencia de los parados y los
precarios como fuerza colectiva. Desde entonces, la forma en que Martine
Aubry, Ministra de Trabajo y Solidaridad, ha gestionado el conflicto con
los parados, en buena medida la ha descalificado. La "izquierda
plural",
de ahora en adelante en plena pluralización real, atraviesa una
crisis gubernamental larvada.
Para AC! (Action Contre le Chômage), una
renta decente quiere decir la instauración de una renta garantizada
para todos de una cantidad como mínimo igual al SMIC. Eso quiere
decir, de forma inmediata, un aumento de 1500 francos de todos los subsidios
mínimos y la apertura de un derecho a la renta para los jóvenes
entre 16 y 25 años, han constituido el eje central de las reivindicaciones.
La cuestión de una renta para todos, ha
unificado desde los años 80 al movimiento de los parados y vuelve
a plantearse de manera central para todos aquellos que han sido excluidos
del seguro del paro (jóvenes, mujeres, inmigrantes).
Tres avances, dos aperturas políticas.
Después de semanas de movilización
intensiva, el movimiento de parados y precarios ha obtenido tres avances
parciales en sus objetivos y dos éxitos políticos, que son
otros tantos retrocesos del gobierno. Primer avance: desde septiembre,
una movilización de alumnos de cursillos de formación profesional
se puso en marcha contra la destrucción de los subsidios destinados
a los alumnos. La Ayuda de Formación y Reclasificación (AFR),
financiada por el Estado, ha visto recortado su presupuesto en 1997 un
40%. De los 2.5 billones de francos robados a los precarios por el gobierno
anterior, la lucha de los alumnos de formación profesional permitió
recuperar unos 500 millones. El AFR, que aseguraba una renta mínima
de 4400 francos a los parados en formación, se había visto
rebajado hasta los 1500 francos entre los alumnos de cursillos que hubiesen
trabajado a tiempo parcial antes de estar en paro. Este ataque contra los
precarios ha suscitado una respuesta (huelgas, manifestaciones, ocupaciones,
acciones espectaculares) en algunas ciudades, movilizaciones que la red
de colectivos de AC! ha sabido transmitir (interpelación de la Ministra
de Trabajo en París) y coordinar (organización de reuniones
nacionales de alumnos de formación profesional en lucha). Gracias
a la lucha de los primeros afectados, la cantidad de la ayuda mínima
se ha remontado hasta los 3168,00 francos. El método Jospin, ganar
tiempo y no soltar sino a cuentagotas, ha desvelado de este modo sus características
incluso antes de que interviniera un movimiento de amplitud nacional.
Para vivir cotidianamente en la urgencia social,
hemos aprendido a resistir y a tomar en adelante la iniciativa.
El segundo avance adquirido por la lucha es que
el gobierno ha creado un fondo de urgencia social para responder a la desesperación
de los parados. Un billón de francos distribuidos por oficinas de
urgencia departamentales va a servir de palanca para desbloquear otros
financiamentos en los organismos sociales (Assedic, DAS, CAF, Centre Communnaux
d'action sociale, etc.).
La tradición de lucha instaurada por la
CGT Parados en el departamento Bouches du Rhône, ha sido reprendida,
con mayor o menor éxito, en 80 departamentos. Cada año se
reivindica una "extra de fin de año". El consejo de administración
de la Unedic ha suspendido los fondos sociales que permitían a los
parados más desfavorecidos contar con ayudas materiales de urgencia
(pasta). Esta reforma del Assedic ha constreñido al movimiento de
los parados y precarios a dirigirse directamente al conjunto de los organismos
sociales y a politizar la cuestión, a exigir al Estado que empieze
a ser lo que pretende: el garante de los derechos sociales de los asalariados.
El hecho que la Unedic se esté deshaciendo progresivamente de toda
finalidad social, no debe conducir a un nuevo abandono de estos derechos
puesto que la "desocialización" del parado es inversamente proporcional
a la cantidad de riquezas que le son otorgadas.
El tercer avance tiene que ver con el subsidio
específico de solidaridad que se otorga a los parados cuando termina
el derecho a cobrar algo, a condición de que hayan cotizado cinco
años. El ASS es un mínimo social (y no un subsidio, pues
se calcula en base a la renta), pero en enero de 1997 miles de personas
han sido borradas de él y, en consecuencia, excluidas de cobrarlo.
Posteriormente, la derecha se apoderó todavía más
del dinero excluyendo de la ASS a centenares de miles de parados. El dinero
sacado de esta forma debía servir para financiar una ley contra
la exclusión que todavía no ha salido a la luz. 500.000 personas
dependen todavía de la ASS, pero este subsidio no ha sido revalorizado
desde 1994. El 22 de enero, ha subido de un 7 a un 10% (después
de haber aumentado en 2 francos en Navidades!). Pero lo más esencial
que ha ganado este movimiento, al margen de estas "medidas" de bajo coste,
ha sido un reconocimiento político de hecho y la apertura de un
debate sobre estos mínimos y los subsidios para parados. Un análisis
detallado de los diferentes dispositivos está en adelante en el
orden del día oficial del gobierno.
Después de que Aubry haya aumentado en
2 francos diarios la ASS, en 0.80 céntimos diarios al millón
de perceptores del RMI, devuelto a los alumnos de cursillos que cobran
el AFR los 500 millones gastados ya en 1997 y que no dejan el contador
a cero (un tercio de los alumnos de cursillos ven disminuir su remuneración
a 3.168 francos en lugar de 4.400), el gobierno ha decidido desalojar la
mayoría de las ocupaciones (Assedic, DDASS, CAS).
Este gobierno, que se autoproclama "gobierno de
izquierda plural" ha echado una vez más a la policia contra los
desfavorecidos, que luchan por la dignidad de millones de asalariados precarizados
o en el paro. Pero Jospin va a tener que corregir su hoja de exámen
y revisar su "método". Creer que se puede conseguir la paz social
con una entrevista, algunos francos por parado oficial y algunos golpes
de porra, es correr el riesgo de propulsar de nuevo y colocar en primer
plano el resentimiento y la xenofobia; es hacer la demostración
de una fractura irreversible entre los que deciden y los de abajo, confrontados
a diario a la miseria en uno de los países más ricos; es
jugar a aprendiz de brujo...
Desde 1992 y la puesta en marcha por la Unedic
de la disminución progresiva de los subsidios, desde el movimiento
anti-CIP y el de noviembre-diciembre de 1995, desde el diciembre de 1996
y la renegociación de la convención Unedic para los
"compañeros
sociales", la unidad de acción entre AC!, el APEIS, los comités
de parados CGT, el MNCP y un sinfín de asociaciones y colectivos
locales se refuerza cada día en el terreno. Al filo de las batallas
conducidas juntos (disminución progresiva de los subsidios, fondo
social, derecho a la formación, a los transportes, al empleo, etc.),
las reivindicaciones o las tradiciones de lucha, las experiencias de acción
colectiva se intercambian de uno a otro de los componentes de este movimiento
polimorfo.
Cuando, después de haber recibido en persona
la opinión de los sindicatos y los movimientos de parados y precarios,
el señor Jospin otorga un insignificante millón,¿a
quién espera impresionar? Trucos de publicidad, actos fallidos y
actualmente una represión policial masiva: la izquierda plural corre
hacia el fracaso. Al vivir a diario en la urgencia social, aprendimos a
resistir y a tomar la iniciativa. Contrariamente a este gobierno que "juega
el reloj", a la desinformación y la división, dejando pudrirse
la situación, a nosotros nos mueve una tenacidad paciente. En todas
partes recogemos sonrisas, aprobación y apoyo. Creer que las medidas
represivas van a invertir esta nueva cualidad de la existencia colectiva,
es otra vez tomar sus pobres deseos por la realidad. Desde luego, la imaginación
no está en el poder, mientras el gobierno repita la vieja escena
de la fuerza pública contra la debilidad de los desfavorecidos.
La época nos pertenece, aunque sea sólo por el hecho de que
la representamos mejor de lo que son capaces las marionetas institucionales.
Si no quiere verse obligado a una brutal reducción del tiempo de
trabajo, el gobierno deberá, tarde o temprano, satisfacer las demandas
de parados y precarios.
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