PARA SUPRIMIR EL PARO, SUPRIMAMOS EL TRABAJO

Después de la manifestación que recorrió desde République a Nation, el 17 de enero de 1998, y la ocupación del restaurante La Coupole por unos cincuenta manifestantes, se tomó la decisión de organizar una A.G. diaria en un anfiteatro de Jussieu.
Sin más dilación, al lunes siguiente, se decidieron numerosas acciones (Fouquets, sede del P.S., DDTE, etc.). Las últimas de estas acciones han encontrado un silencio total por parte del conjunto de los medias, cuyo interés hacia nosotros ha ido desapareciendo poco a poco.
No obstante, nuestra lucha sigue, y eso a pesar de que los sindicatos intentaron enterrar al movimiento convocando una última manifestación, el 27 de enero de 1998.
Detrás de nuestra pancarta "SACRIFIQUEMOS NUESTRAS VIDAS A LA ECONOMÍA", éramos 300 personas cantando alegremente, haciendo malabares, bailando; nos incorporamos al cortejo, en particular cuando pasamos frente a la sede de la CGT gritando "¡Nunca nos han traicionado, los sindicatos son nuestros amigos!"
Algunas personas han sido detenidas, pero la Asamblea General tuvo lugar a las 18 horas, con unas 400 personas, y pudimos hacer el balance del día.
Nos manifestábamos porque nos habíamos percatado de la clara originalidad de nuestro movimiento. Efectivamente, la mayoría de los sindicatos y asociaciones nos denigran porque no nos limitamos a apoyar sus reivindicaciones.
Los empleos precarios y para jóvenes propuestos por el gobierno, nos parecen inútiles (agente de ambiente, porteros en el RER) e incluso perjudiciales (poli, vigilantes, embargadores), al igual que la inmensa mayoría de los oficios que existen hoy en día (banqueros, aseguradoras, publicistas, estadísticos, agentes de bolsa, probador de mercados).
Queremos hacer desaparecer estas actividades para que se instaure un verdadero reparto del trabajo y de la riqueza. La humanidad debe darse cuenta que su emancipación pasa por otra lugar que por la actividad asalariada. ¡Cesemos de cebar a los patronos, enriquezcamos nuestras vidas!
No queremos más sociedad de miseria, de trabajo, de competencia y beneficio. Tampoco queremos, a pesar de lo que intentan hacernos creer políticos, tanto de derechas o como de izquierdas, una sociedad asistida.

Queremos una sociedad basada en la ayuda mutua.¡Queremos ser libres!¡Queremos vivir!