ENTREVISTA CON LOS PARADOS FRANCESES

El encuentro con Fabrice y Jacques de la "asamblea de Jussieu (París)", organizado por la "Oficina 2004", tuvo lugar a principios del mes de abril de 1998, en los locales de "el Rec", calle Rec Comtal nº18, con la participación de unas 50 personas. Agradecer a Philippe los contactos y la traducción consecutiva que se curró.

Fabrice - En el mes de Diciembre y esencialmente en Marsella hubo un movimiento de parados que ocupó algunas ASSEDIC y algunas ANPE para reclamar una extra de fin de año. Después, el movimiento se extendió a otros lugares de Francia con ocupaciones de otras ANPE y otras ASSEDIC, éstas llevadas a cabo concretamente por AC!, en las que se pedían fundamentalmente un par de cosas: un aumento del RMI de 1.500f y la posibilidad de percibirlo antes de haber cumplido los 25 años. En el mes de enero, y a partir de estas mismas reivindicaciones, hubo manifestaciones un poco por todo el territorio francés. "Jussieu" nació a mediados de enero del encuentro de algunas gentes que participaban en una de estas manifestaciones entorno a una pancarta que pedía... bueno, ¡de hecho no pedía absolutamente nada!..., que decía: "queremos un trabajo de mierda pagado con unas migajas". Coincidiendo en el tiempo con estas movilizaciones y justo antes de la creación de la asamblea de Jussieu (de hecho, la explica y la anticipa), se ocupó la ENS de la calle Ulm de París. La ocupación de la ENS se hizo con el objetivo de crear un lugar de encuentro y de discusión, aunque desde el día siguiente a su ocupación fue rodeada por la policía y ya le no fue posible al que salía volver a entrar allí, con lo que dejó, pues, de cumplir el papel que como espacio se le había asignado. Es cuando la gente de la ENS abandona ese espacio dado que la discusión ya no era posible allí, cuando se decide y se convoca la primera reunión en Jussieu.

Jacques - Quizás debería precisarse, de entrada, que la gente que ocupó la ENS de la calle Ulm, era gente que en su mayoría no se hacía ninguna ilusión con respecto a las reivindicaciones que habían dado pie a las primeras movilizaciones, esto es, por ejemplo, con respecto a la que pedía un aumento de 1.500f del RMI, y que, por otro lado, era gente que entendía que "AC!", por poner un ejemplo, formaba parte, de hecho, de una tentativa del gobierno (bueno... de una parte del gobierno), y de individuos provenientes de la nebulosa trotskista para crear un sindicato de parados con el objetivo de apoyar el plan del gobierno que es la ley de las 35 horas. Se trataba, para el gobierno socialista francés, de sacar los parados a la calle para defender su propia ley de las 35 horas, sabiendo que los parados en la calle desfilando por las 35 horas serían el mejor argumento cara a la opinión pública y a la patronal para, justamente, hacer pasar la ley. La gente que ocupó la Escuela de la calle Ulm... (esto, debe hacerse una precisión con respecto a esta escuela en la que se forman los altos cuadros ejecutivos de la sociedad francesa: es una institución que paga a sus estudiantes 7.500f al mes y que los aloja, los alimenta, etc... simplemente por el mero hecho de tenerlos estudiando allí). La ocupación de la calle Ulm era un modo de decir que no se estaba dispuesto a dejarse utilizar por el gobierno en su maniobra y para señalar, por otro lado, la diferencia de trato dado a estos futuros altos ejecutivos y el dado a los parados. Y en la misma línea, esta pancarta en la manifestación: "queremos un trabajo de mierda pagado con unas migajas" era un modo claro de desmarcarse precisamente de esta maniobra gubernamental, y un modo de expresar lo que nosotros pensábamos con respecto a las ilusiones que unas reivindicaciones tales podían generar. Esa ocupación y esa manifestación hicieron posible que muchos individuos que participaban en este movimiento se reconociesen en algo que iba más allá de esas reivindicaciones, en una insatisfacción mucho más profunda, y que pudiesen empezar a hablarlo conjuntamente. El encuentro tuvo lugar y, cuando la ocupación de la ENS no pudo sostenerse más por la presión de la policía, se puso sobre la mesa el problema de cómo continuar juntos. Había, pues, un problema de espacio, y de hecho en París era y es muy difícil encontrar un espacio donde encontrarse, y la única solución que se halló fue ir a ocupar un anfiteatro de la Universidad de Jussieu (institución que "tolera" cosas así).
La primera asamblea en Jussieu tuvo lugar, creo, el 19 de Enero por la tarde, y posteriormente todos los días salvo los fines de semana. Y ahora podemos empezar a hablar de aquello que ha ocurrido y ocurre en ella. Pienso que la primera cosa importante que hemos empezado a discutir en ella ha sido justamente cómo podíamos hablarnos. Las primeras veces vimos todas las viejas formas de asamblea intentar imponerse; por ejemplo, bajo la forma de organizador-moderador de sesión. Y nos dimos cuenta, aquellos que todavía no habían pasado por esta experiencia, que los presidentes de sesión suelen tener una idea en la cabeza que intentar imponer a los demás desde su situación privilegiada y, dado que la enorme mayoría de la asamblea tenía ganas de hablarse libre y directamente, una de las primeras decisiones que tomamos fue que no habría presidentes de sesión. Hay que decir que esa decisión fue tomada, como todas las que se toman en Jussieu, después de debatir ampliamente sobre ello. Y eso pienso que es la principal virtud de esa asamblea pues, no importa el sujeto del que se trate, incluso de aquellos que podrían parecer evidentes a muchos aún antes de empezar a discutirlos, la asamblea opta siempre por abrirlos al debate sin posiciones tomadas de antemano. La segunda cuestión que se decidió es que no habría turno de palabras con el objetivo de que el debate pudiese seguir el hilo de su propio curso. Simplemente porque cuando hay turno de palabras el debate se corta, es decir; una persona habla por espacio de una hora después de otra pero de algo completamente distinto. Hemos adoptado un modo de intervención en la asamblea en el que cada uno responde al otro y donde todo el mundo se escucha, donde el debate se construye a medida que los individuos hablan. No se da el corte que implica poner el nombre en una lista para hablar cuando toque, no. Se responde directamente al otro de modo que el debate se va hilvanando sin parar, sin parar, así, de un individuo a otro y siguiendo su propio curso. Otra de las condiciones para poder hablarse libremente ha sido, por ejemplo, el rehusar la presencia de periodistas, sencillamente porque queríamos ser dueños de nuestra palabra. Con respecto a este tema hubo un largo debate que duró dos o tres días en los que finalmente se decidió que los periodistas podrían estar allí en tanto que individuos pero en ningún caso como periodistas y que sólo la asamblea como tal podía decidir sobre aquello que tenía por decir. Del mismo modo dijimos que en esta asamblea todo el mundo era aceptado en tanto que individuo, incluida gente de partidos políticos, gente de sindicatos o quien sea, nunca en tanto que representantes de un partido, de un sindicato o de una cualquier institución o asociación.
Lo más importante que ha creado esta asamblea, y pienso que es un caso único desde hace mucho tiempo (bueno... no soy tan viejo... pero en fin, en esta asamblea las edades de la gente van de los 14 hasta los 70 años y nadie se acordaba de ninguna asamblea así), han sido las condiciones que ha sabido crear y respetar, y que han hecho posible un espacio en el que la palabra es, a la vez, libre y directa. Esta forma, que se ha respetado y se respeta (y esto es muy importante), hace posible una calidad de escucha increíble en comparación con otros modos de debatir, aún más teniendo en cuenta que la participación en la asamblea puede variar de 50 a 500 personas. Evidentemente, de vez en cuando hay jaleo, pero siempre somos capaces de retomar el pulso del diálogo; diálogo que existe, fundamentalmente, porque la gente, repito, se escucha entre sí.
Otra cosa importante por lo que atañe a la composición de la asamblea es que, sobre todo en su inicio, allí se encontraba, podríamos decirlo así, toda la sociedad, es decir; había parados evidentemente, pero también se daban cita asalariados, estudiantes universitarios, alumnos de instituto, subsidiados, jubilados, etc. Y también, evidentemente, había individuos o grupos o bandas que tenían una experiencia, entre comillas "militante" o, digámoslo así, un interés por la cuestión social. Y una cosa muy remarcable que merece contarse es que estos individuos o estos grupos, que en los últimos diez o veinte años no habían sabido hacer otra cosa que lanzarse invectivas, gritarse o pelearse, allí llegaban a hablarse y a escucharse.

F - De hecho, pues, la cuestión que quedaba clara en el transcurrir de los debates era que, en relación con las reivindicaciones de AC! o el aumento por valor de 1.500f de los mínima sociales, el paro no se resolvería nunca pues no se reduciría nunca. Lo que Jussieu ponía sobre la mesa, por la composición de gente a la que antes Jacques aludía, era como expresar la crítica del trabajo de la que era portadora sin reivindicar los 1.500f, cómo expresarla de un modo más directo.

J - Puede decirse que en el mismo movimiento de parados hay dos tendencias; una que exige trabajo y otra que exige dinero.
En general lo que la asamblea de Jussieu ha dicho a este respecto es que por lo que hace a trabajo no hay, ni habrá ya, para todo el mundo y que por lo que hace a dinero nunca habrá en cantidad suficiente para todos, y además, que, si de lo que se trata es de producir mierda en las condiciones en las que esta se produce actualmente, ese trabajo no lo queremos. Con lo que creo que, con eso, se dio un salto fuera de los marcos o de las categorías sociales con las que se acostumbra a clasificar a la gente y, también, a la gente que estaba en la asamblea: subsidiado, estudiante, trabajador, etc... Esto saltó en pedazos en la medida en que lo que se planteaba iba más allá de la situación individual de cada uno y de los modos de contarla. Empezamos a considerarnos como seres humanos y a decirnos que, en primer lugar, todo el mundo estaba invitado a la asamblea, absolutamente todo el mundo, y que allí podíamos hablar de cualquier cosa. Y es lo que ha empezado a ocurrir puesto que hemos podido hablar, como es obvio, tanto del trabajo como del paro, pero también de cosas como el maíz transgénico -que acaba de ser aprobado en Francia y que plantea el problema de los organismos genéticamente manipulados-, del problema de la salud y de muchísimos otros problemas de la vida cotidiana.
Pero nuestra actividad no se ha reducido simplemente a llevar a cabo la asamblea. Ha conllevado también el preguntarnos cómo comunicar al resto de la sociedad lo que teníamos por decir, lo que ha acarreado el tener que decidir, pues, un cierto número de acciones y de modos de llevarlas a cabo. En esto, hemos intentado inventar cosas nuevas, por ejemplo: hemos creado una cosa llamada "comité de paseo", que consiste en citarnos en Jussieu por la mañana previa consigna de traer propuestas a desarrollar a lo largo del día. Estas propuestas son discutidas entre los citados y las que nos gustan, las realizamos. Por ejemplo, algo que hacemos a menudo es invitarnos a comer en las cantinas de empresa frecuentadas por los asalariados para ir a hablar con ellos, lo que nos permite alimentarnos física a la vez que intelectualmente. Según se trate de una u otra, se come más o menos bien; la peor sigue siendo la del restaurante universitario y la mejor la del periódico "Le Monde". Se han hecho también un montón de ocupaciones de lugares públicos por espacio de un día o más pasajeras: ANPE's, CAF's, etc..., siendo el propósito, siempre, el de poder debatir con la gente. Ha habido también ocupaciones de agencias EDF, de aquellas de la Compañía del Agua, aunque, en este último caso, fue partiendo de reivindicaciones concretas: habiéndosenos cortado el agua de un squat que habíamos abierto como lugar público de tránsito para nuestro movimiento decidimos ocupar uno de los locales de la Compañía hasta que nos la volvió a suministrar con normalidad. Hemos ocupado restaurantes... para comer, restaurantes de lujo. Ha habido grupos que incluso han llegado a ocupar hoteles de lujo.

F - La Agencia Nacional de Meteorología para pedir sol y otras cosas...

J - Hemos hecho requisiciones varias: por ejemplo, cuando hemos necesitado fotocopiar algún texto lo hemos hecho sin pagar; normalmente suelen ser dos o tres personas las que entran para hacer el número de fotocopias necesarias y, en el momento en que toca pagar, treinta o cuarenta personas entran, explican, y se van. Lo mismo hacemos en los supermercados para abastecernos de alimentos; dos o tres chicas entran, llenan sus cestas y, en el momento de salir, entran treinta o cuarenta personas, explican quienes son, y se van sin pagar (lo explicamos muy rápido porque no es bueno demorarse mucho en esta fase de la acción). Hacemos, gracias a los supermercados o a otros medios, bastantes comidas, banquetes y fiestas. Hemos hecho también un partido de fútbol donde el campo de juego era todo París y en el que participamos, que se yo..., unas 150 personas. Es decir; intentamos multiplicar verdaderamente los tipos de acción, y eso con el triple objetivo de poder hablar con la gente, divertirnos y hacernos nuestra propia publicidad, pues no nos dirigimos nunca a los medias ya que intentamos continuar siendo los únicos dueños de nuestra voz. Para decirlo brevemente; intentamos que nuestro movimiento coincida lo más posible con nuestra vida, es decir: que no haya separación entre nuestra vida y el movimiento. Porque no somos militantes.
Por lo que hace al resto del movimiento, ha habido ocupaciones que se han hecho con gente de otras asambleas de París; con gente de AC!, por ejemplo, y donde hemos podido poner en claro nuestra relación con ellos y con lo que dicen. Les hemos podido decir que no estamos contra las reivindicaciones -todo aquello que eventualmente puedan darnos, lo tomaremos-, sino que constatando la existencia de grupos para los que reivindicar cosas tales como un aumento del RMI es lo primero, nosotros queremos ir más lejos ya que lo que particularmente nos interesa, es poner en cuestión el trabajo asalariado.
En relación con la historia del maíz transgénico, hemos establecido lazos que se han mantenido con la Confederación Campesina, que es un sindicato campesino que en enero saboteó un silo de maíz transgénico y por lo cual hubo detenidos. Cabe decir que las detenciones se produjeron cuando esta gente se detuvo para expresar su solidaridad con un grupo de parados que ocupaban una ANPE en aquellos momentos. Estos campesinos han sido juzgados en Agen a inicios de febrero y en el mismo juicio hicieron una declaración en la que explicaban las razones de su sabotaje en la que, más allá de razones inmediatas de oposición al maíz transgénico, se cuestionaba la sociedad y la economía que hacían posibles este maíz transgénico. De hecho, con ellos como con otros, coincidíamos precisamente en el hecho de que partiendo de razones particulares acabábamos haciendo una crítica global de esta sociedad. Partiendo de un detalle distinto, nos encontrábamos haciendo una crítica global de la economía. La relación con esta gente, por ejemplo, se ha concretado en la participación de mucha gente de Jussieu en el proceso judicial que en Agen se ha seguido contra estos campesinos, con una participación de más de 3.000 personas, muchas de ellas vinculadas a comités de parados franceses. Hemos continuado esta relación cuando la ocupación de la sede social de Novartis (la empresa que produce este maíz transgénico) en la periferia de París, o haciendo una acción en París aprovechando una presentación al público de una especie de granja modelo para denunciar que esa bonita fachada escondía muy mal porquerías como el maíz transgénico o otras por el estilo como, por ejemplo, las vacas locas. Ha habido también contactos con el movimiento de los sin papeles así como con los huelguistas de la COMATEX (la gente que limpia el metro). Hay contactos que se han prolongado con estudiantes de secundaria que hacen una crítica radical de la escuela...

Pregunta - ¿Esta experiencia de la que habláis se limita a la asamblea de Jussieu o tenéis constancia de que en otros lugares de Francia también se está dando?

F - A partir del contacto que hemos podido tener con otros comités de parados, por ejemplo el de Le Havre (donde hay un comité AC!), en las discusiones que hemos mantenido con ellos, nos hemos dado cuenta que los problemas que se planteaban eran más o menos los mismos que nos planteábamos nosotros.
Quizás estaría bien hablar un poco más de AC!... Bien; "AC!" es una asociación de parados creada hace 3 años por iniciativa de un sindicato que se llama SUD creado, a su vez, por excluidos de la CFDT. De ideología, pues, trotskista, tiene dos portavoces responsables de hablar con los medias y no tiene afiliados, lo que hace que los grupos, tanto en París como en provincias, lleven a cabo sus acciones como a cada uno de ellos le parece que deben hacerse. Por lo que hace al discurso oficial de AC!, no nos identificamos de ningún modo en él, aunque reconocemos gustosamente que en las acciones y en los debates que pueden darse y, de hecho se dan, con los grupos que componen AC! localmente, entre la gente que actúa, los contactos son muchas veces enriquecedores. La voz oficial de AC! es muy garantista, pero, por ejemplo el grupo de Le Havre, cuando necesitó dinero no se cortó en ir a "atracar" el peaje del puente de (Tancaville), abriendo las barreras y dando a elegir a los conductores pagarles a ellos lo que estaban dispuestos a pagar a la concesionaria que gestiona el peaje o bien pasar sin pagar. <Sin ningún tipo de arma y sin forzar a nadie, entendámonos. -Apunte del intérprete-

J - Hay un par de ejemplos más, realmente interesantes, que muestran como, de hecho, el hacer de los grupos AC! goza realmente de autonomía. Por ejemplo en la ocupación, por gentes de la asamblea de Jussieu,  de AC! y de otros grupos, de la sede del PS en París, se puso una pancarta que decía: "Lo queremos todo y tomaremos el resto". Esta acción fue inmediatamente denunciada por "AC! París" cuando había miembros de "AC! París" que participaban en ella, y al día siguiente en Burdeos, en Bayona y en otras ciudades, hubo otros grupos AC! que ocuparon sedes locales del PS para decir a "AC! París" que se reconocían plenamente en la acción llevada a cabo, y no así en su denuncia. El segundo ejemplo remite a la acción que se hizo contra una cadena de tiendas de compraventa de carácter internacional llamada Cash Converter. En esta acción tomaron parte unas 150 personas, gentes de Jussieu, de AC! y de otros grupos. Cuatro personas fueron detenidas y encarceladas por espacio de 15 días. "AC! París", por vía de sus portavoces, se desvinculó rápidamente de la acción y la denunció hasta que, al día siguiente, tuvo que rectificar y pedir la liberación de los cuatro encarcelados sumándose a las peticiones que, hechas por muchos grupos, entre ellos de todos los grupos AC! de Francia, llegaron, en este sentido, de todas partes. En los días que han seguido a esta acción han sucedido cosas realmente interesantes. Nosotros hemos empezado una campaña contra Cash Converter para que retire la denuncia contra las cuatro personas detenidas y acusadas de robo y de incitación al saqueo y acto seguido ha habido grupos en Nantes, en Marsella y en otras ciudades que han llevado a cabo acciones contra tiendas Cash Converter hasta el punto que el mismo director de la cadena internacional se ha puesto en contacto con los parados para decirles que no había problema, que no había ninguna denuncia en curso, que no se personarían como parte civil y que no testificarían en contra nuestra, que debíamos parar las acciones. El juicio se celebra hoy.

Hay otra cuestión y es la de la coordinación que ha habido, hay y, presumiblemente habrá, entre los colectivos de parados. Por el momento nosotros disponemos de 120 direcciones de colectivos de parados en Francia aunque no sabemos los que continúan funcionando al día de hoy. Ha habido, por ejemplo, dos jornadas de acción y reflexión sobre dos temas decididos en esta coordinación. La primera se realizó, precisamente el día del primer proceso de los detenidos y encarcelados por lo de Cash Converter, bajo el tema: "¿Quienes son los verdaderos ladrones?". Ese día llevamos a término acciones contra restaurantes de lujo escenificando una pequeña representación: una pareja de amigos ataviados como burgueses eran perseguidos por treinta "parados" al grito de ¡al ladrón!. La pareja se refugiaba en un restaurante que habíamos elegido previamente y acto seguido entrábamos nosotros con sprays ambientadores para w.c. perfumando el restaurante, gritando ¡el dinero apesta! y lanzando octavillas llenas de textos breves que aludían al hecho de que los verdaderos ladrones eran ellos y que nosotros apenas si éramos nada. Hemos repetido esta acción en unos grandes almacenes de París, en "La Samaritaine". Por lo que hace a la segunda jornada, para la que habíamos escrito bastantes textos, el tema ha sido el trabajo. Esta es también una parte importante de la actividad de esta asamblea; el encontrarnos para reflexionar sobre temas diversos, por ejemplo, el trabajo. Estos textos han sido enviados a todos los colectivos de parados que estaban coordinados. Y, para enviarlos, lo que hemos hecho ha sido ir al centro de selección del correo a hablar con los trabajadores, con el objetivo de poder mandarlos, evidentemente, sin pagar. Para la ocasión nos habíamos fabricado unos sellos en los que al lado de la inscripción: "sello emancipado, comunicación libre" se podía ver a parados felices tumbados cómodamente en unas "chaisse-longues". Con el mismo espíritu, la gente de AC! han fabricado una abono para tren y metro con el fin de conseguir la gratuidad del transporte para parados y precarios. Abono que, por ejemplo, la gente que ha ido a apoyar a la Confederación Campesina en el proceso de Agen, la gente que ha ido a la coordinación en provincias, así como gente que toma cotidianamente el metro en París, lo ha utilizado y lo utiliza. Lógicamente cuanto más se usa menos riesgo de ser multado se corre - las posibles multas se mandan directamente a AC! ya que en el abono se responsabiliza de ellas-. La idea con este abono, con los sellos, con las acciones en los supermercados y con tantas otras cosas que se han hecho es la de eliminar el dinero de nuestra vida.
Hay otra idea puesta en práctica no hace mucho y que consiste en no contentarse con decir: "abajo el trabajo", porque consideramos que es una fórmula demasiado simple y porque, de todos modos, el trabajo desaparece de nuestra sociedad, y plantear abiertamente la cuestión de la actividad, de la producción, de lo producido. Por ejemplo, hemos empezado a hacer un huerto con la idea de decir, bueno... como algo simbólico, evidentemente, con la idea de decir que empezamos a reapropiarnos realmente de nuestras vidas, que empezamos realmente a producir.

P - ¿De cuántas hectáreas se trata?

J - No..., no. Es simbólico. No debe tratarse de más de 80m2. De lo que se trata es de poner de manifiesto que queremos desde ya empezar a experimentar esbozos de respuesta a la situación a la que nos vemos arrojados.

P - ¿Cuál es la posición del Partido Comunista con respecto al movimiento de parados y precarios?

J - Por ejemplo; la CGT (sindicato vinculado al Partido Comunista), ha sido quien ha empezado a dar forma a los primeros comités de parados en Marsella y la que está detrás de numerosos comités de parados en toda Francia, organizados de modos distintos en la medida en que dependen de las CGT locales, que pueden variar enormemente según los sitios. Nosotros, por ejemplo, tenemos contacto con el colectivo de parados de Arràs (formado por CGT y por AC!), con el que acordamos "atracar un peaje" para financiar los gastos de los abogados que llevan a los encarcelados. A parte de eso y por regla general, con la CGT no tenemos buenas relaciones, aún si cabe reconocer que, como organización, ha cambiado, efectivamente, en estos últimos años (se enrolla mucho mejor, y prueba de ello es que, por ejemplo, en las últimas manifestaciones, donde estábamos con ella puesto que a menudo era ella quien las convocaba, no nos ha caído encima con barras de hierro como solían hacer hasta ahora). Está el ejemplo de la manifestación que tuvo lugar a finales del mes de enero a la que acudieron 5.000 personas. La manifestación fue convocada para apoyar la ley de las 35 horas (siempre dentro de la maniobra del gobierno de sacar a los parados a la calle para apoyar su plan). Nosotros, ese día, llegamos con una pancarta en la que al lado de la rosa (símbolo del Partido Socialista), se podía leer: "Sacrifiquemos nuestras vidas a la economía". Llevábamos también una octavilla donde también se podía ver la rosa y esta misma frase encabezando un pequeño texto, y una furgoneta con megafonía que iba amenizando el paseo (música variante francesa, para el caso: una canción de Claude François contra el trabajo titulada "El lunes al sol"). De las 5.000 personas hubo 1.000 que directamente se pusieron detrás de nuestra pancarta, a pesar incluso de que avanzábamos y retrocedíamos sin cesar del inicio al final de la manifestación, puesto que ésta sólo ocupaba la mitad de la calzada y, pues, podíamos hacerlo sin problemas. Llevábamos con nosotros vino caliente que repartimos y cabe decir que, también en esto, tuvimos éxito. En la asamblea general de la tarde nos encontramos ese día 500 personas y entre ellas no poca gente de CGT que vino para decirnos que nunca habían visto nada igual y que estaban muy contentos porque por una vez no se habían aburrido en una manifestación.

F - Para acabar de responder a tu pregunta, y en relación con la última manifestación sobre el paro que ha tenido lugar el 7 de marzo, la CGT acabó por encabezarla reivindicando, además, puesto que mantenían un conflicto con AC!, el papel de representantes del movimiento de parados, cuando en realidad debían ser las asociaciones de parados las que se decidió que fuesen delante. El conflicto evidentemente no terminó ahí. Al día siguiente se dio a conocer un comunicado firmado CGT en el que se apropiaba por completo de la representación del movimiento.

J - Solamente añadir, no para terminar pero me parece importante decirlo, que mientras que en París y según las acciones y el momento hay entre 500 y 1000 personas que se mueven y en provincias algunos miles, en el conjunto del territorio hay bastantes millones de parados o simplemente de gente que tendría razones para estar con nosotros y no lo está. Y el porqué de ello y el modo de superar esta situación es, evidentemente, una cuestión que nos planteamos.

P - ¿En estos comités de paseo de los que habéis hablado, han participado jóvenes de las periferias; esa gente a la que se ha dado en llamar "diagonal casseur"?

J - En la asamblea general hay algún que otro joven de la periferia de París pero ciertamente no muchos, y es cierto que hay millones de jóvenes de la periferia que tendrían todas las razones para estar con nosotros ya que, en Francia, la cuestión de las periferias de las grandes ciudades es un gran problema desde hace, como mínimo, diez años. La cuestión de la deriva americanizante e islamizante, violenta, con historias de droga, de mucha miseria en definitiva, puede ser lo que hace que el contacto con ellos sea muy, muy difícil.

P - En algunos de los textos que nos han llegado de Jussieu utilizáis mucho la expresión "inteligencia colectiva". Me parece evidente que ésta habla en vosotros continuamente en este momento. Me gustaría que explicarais que sentido tiene para vosotros esta expresión y la experiencia que hay detrás.

J - Todo lo que hemos contado no ha sido nada fácil llevarlo a cabo, ponerlo en práctica, y eso a podido producirse justamente porque esa asamblea ha conseguido hablarse y escucharse, y encontrar esa especie de inteligencia colectiva sin la cual nada de eso habría podido hacerse. Hay algo más que precisar que tiene que ver directamente con esto y que, quizás, se ha dicho demasiado de pasada: nosotros, la gente de la asamblea quiero decir, no teníamos gran cosa salvo algo que cada vez más gente en esta sociedad tiene, y es tiempo; una riqueza enorme. De hecho de lo que se trataba teniendo, pues, todo nuestro tiempo era de tomárnoslo en construir cosas y en intentar romper con la inmediatez que, como regla, ha presidido nuestras vidas en estos últimos años. De hecho se trata de un navegar, de un ir y venir constante, digamos, entre el hecho de no perder un cierto tempo que la asamblea ya ha conseguido y, a la vez, no perder de vista lo que le ocurre a la gente que está participando en ella. No adelantarse a la música, compaginando lo que la asamblea misma estaba construyendo y lo que eso estaba haciendo de nosotros.

F - Para completar querría decir que, una buena parte de la gente que se encuentra en Jussieu, han estado siempre en los movimientos sociales, y que si bien han defendido ideas, a veces, muy distintas, allí se encuentran para confrontar esas diferencias, intentando comprenderse mediante la puesta en común de experiencias e historias individuales.

J - Y, por primera vez, de lo que se trata es de un movimiento donde realmente somos nosotros mismos; de un movimiento que, a diferencia de otros muchos en los que algunos de nosotros hemos participado, nos pertenece, es decir; a diferencia de aquellos en los que siempre hemos estado sujetos a pretextos o a las organizaciones que lo conducían, ahora, por una vez, no dependemos más que de nosotros mismos y de lo que decidamos hacer. Lo que, evidentemente, también implica que nos pararemos cuándo y cómo decidamos hacerlo. Pienso que es la primera vez en París que ha habido manifestaciones contra el trabajo, clara y públicamente contra el trabajo.

P - ¿Hasta que punto la dinámica que seguís en la asamblea de Jussieu; este diálogo; esta reflexión conjunta, se sigue en otras asambleas en Francia en estos momentos? ¿Tenéis información al respecto?

J - Conocemos algunos ejemplos de ello: sabemos, por ejemplo, que en Clermont-Ferrand y en (Ales), existen desde hace dos meses o dos meses y medio, grupos integrados por varias decenas de personas que hacen cosas, que se ven todos los días o casi, que llevan a cabo acciones regularmente y que continúan en ello. Aunque, ciertamente, uno de los problemas con los que nos encontramos con lo que está ocurriendo es que, aún existiendo lazos entre grupos y una cierta coordinación, éstos continúan siendo demasiado débiles y puntuales.

P - ¿Qué grado de comprensión encontráis entre los trabajadores cuando realizáis acciones como las que nos habéis contado?

J - Depende, aunque normalmente (es algo muy común en Francia), los asalariados tienen tendencia a identificarse con su trabajo y, sobretodo, temen perderlo, lo que conlleva, para el caso, que, a menudo, desgraciadamente, un o una asalariado/a que recibe como salario una miseria, intente defender "su" tienda o "su" cantina (bueno; aquello que él o ella cree ser su tienda o su cantina). Por contra, hay ejemplos, en las cantinas particularmente, donde no poca gente se muestra encantada de servirnos, mucho más, en cualquier caso, que lo que lo está sirviendo a los habituales del lugar. Y algo que percibimos casi siempre cuando visitamos cantinas donde comen asalariados es la simpatía de la mayoría para con nosotros; nos dicen que está muy bien lo que hacemos y cosas por el estilo, aunque esto se reconozca de un modo casi privado, como algo susurrado a la oreja del que tienes al lado. La gente está atravesada por el miedo; tanto en el sector público como en el privado eso es algo enormemente cierto desde hace diez o veinte años. Y el paro sirve, justamente, para eso; la gente tiene miedo a perder su trabajo. Eso hace que en privado nos apoyen  (en la mesa, cuando charlamos, están con nosotros), pero que no quieran decirlo en voz alta y públicamente. Ese es, probablemente, el nudo de esta historia, ese es el obstáculo principal con el que nos encontramos; si precisamente en esto no están todos esos millones de personas que dicen tener todas las razones para estar con nosotros es por esto. Y esa situación, bueno... es algo sobre lo que intentamos reflexionar pero..., es muy difícil de superar, porque aquí pisamos un terreno muy complejo, atravesado, a la vez, por compromisos económicos adquiridos, necesidades y aspectos psicológicos fundamentales de la gente; cosas muy, muy complejas y difíciles de remontar.

P - Cuándo se hacen estas acciones de reapropiación en restaurantes y supermercados, ¿se hacen en tanto que parados, o se ha roto también con esta figura identificatoria y no se explican más que desde un querer hacerlo legitimado, en todo caso, por la situación, pero ya lejos de las etiquetas impuestas por el mismo mercado de trabajo?

J - En el caso de una acción en un supermercado, precisamente en ese caso, y puesto que lo has mencionado, nos presentamos como parados por una razón meramente táctica. Cuando hablamos con la gente, en la cantina, no en el supermercado, decimos, según a quien, quienes somos.

F - En todo caso cuando nos presentamos como parados, lo hacemos como parados que no buscan necesariamente trabajo.

J - Es eso; decimos "parados" porque en la cabeza de nuestros interlocutores eso quiere decir gente sin dinero, pero precisando siempre que la acción que llevamos a cabo no responde a una necesidad o una voluntad de encontrar trabajo.

F - Para precisar lo del miedo a perder el puesto de trabajo que atenaza a la gente (el peso de quince o veinte años de chantaje en la miseria), y que planteábamos como un obstáculo muy serio a la hora de establecer lazos enriquecedores con las personas que vamos conociendo en el curso de las acciones, cabe decir que ahí, como mínimo, se ha abierto una brecha, una fractura visible que habla del sufrimiento de gente que se niega a salir a la calle como víctima. Rompemos la imagen del parado que la ideología dominante intenta imponer, alguien que ficha y calla y que por la noche se queda frente al televisor.

P - ¿Qué hacen los trabajadores cuando los parados dicen que no quieren trabajar? ¿están ellos por las 35 horas?

J - En primer lugar no hay tantos trabajadores en estos momentos que estén pidiendo las 35 horas y, en segundo lugar, muchas veces lo que manifiestan públicamente no se corresponde con lo que reconocen en privado. Por otro lado están hasta arriba de créditos, hipotecas, gastos de manutención de los hijos, etc... No hay tanta gente que sea tan ingenua actualmente como para creer que las 35 horas van a solucionar la cuestión trabajo-paro, sabiendo, además, que ese nuevo tope para la jornada laboral va a ir acompañado de todavía más precariedad; menos horas pero también menos dinero, mayores índices de productividad para recuperar la pérdida de tiempo trabajado, la famosa flexibilidad (que lo es evidentemente sólo para el patrón), etc...

P - Habéis dicho que en la asamblea participan estudiantes de instituto, y me pregunto al hilo de lo que también comentabais con respecto al miedo que notabais en los asalariados -miedo a perder el puesto de trabajo-, que es miedo a no poder pagar la hipoteca entre otras cosas, si ¿percibís menos miedo en esos estudiantes, puesto que no tienen contraídas aún esas obligaciones económicas, puesto que no tienen por ahí nada que perder?

F - Por desgracia tienen ya una increíble cantidad de historias en la cabeza y también ese miedo que, por otra parte, no deja de ser indicativo de una cierta lucidez sobre como están las cosas. Eso no quita que a la vez, en una de las manifestaciones que hicimos, algunos de ellos se presentaran, por ejemplo, con una octavilla muy lúcida titulada "Parémoslo todo". En otra manifestación, ésta convocada por los mismos estudiantes de instituto, pudimos percibir por contra que, aún siendo muy dinámica, enérgica y alegre, era muy pobre en contenidos a tenor de las consignas que se gritaron y que fueron básicamente dos: "la única solución, la revolución" y "el pueblo unido, jamás será vencido". Casi un cliché, una reproducción de lemas que probablemente les pertenecían mucho menos que muchos otros que no gritaron. Por otro lado, sabemos que gente que viene a Jussieu, así como otra con la que mantenemos contacto, es portadora de una riqueza que va mucho más allá de estas limitaciones expresivas. Nos parece que las cosas, ciertamente, pueden cambiar, en este sentido, de un momento a otro.

P - ¿Participa también en la asamblea gente que trabaja?

J - Hay trabajadores asalariados tanto del sector público como del privado. La asamblea más concurrida es siempre la del viernes por la noche... En relación con lo que comentábamos del miedo y de las "necesidades" que atenazan a la gente, creo que a eso habría que añadir la carencia de imaginación para plantearse otro modo de producción, de relaciones, fuera del estricto ámbito del trabajo.

P - ¿Quería preguntar si habéis tenido otras ideas parecidas a la de cultivar un huerto?

J - No... Bueno, por ejemplo se nos ocurrió hacer algo parecido, una variante del huerto, emplazándolo en un parque de París, con la misma idea de destruir la función inicial de ese espacio sustituyéndola por otra -plantar cosas allí donde normalmente sólo pasean perros con sus acompañantes-, pero desde un planteamiento distinto, puesto que, esta vez, decidimos intentar hacerlo con la gente que vivía cerca del lugar.

P - ¿Habéis hecho acciones por la noche, aprovechando que es cuando la gente que trabaja puede más fácilmente participar en ellas?

F - Sí, sí... Durante el día hemos hecho lo de los comités de paseo y por la noche hemos hecho cosas como ir al teatro y lugares así... ¡Salir, vaya!
J - Ideas como la de hacer un huerto con la gente en un parque de París obedecen a un deseo de plantearse otro modo de producción pero, sobretodo, obedecen al deseo de abrir un espacio a la diversidad y a la reflexión. Otra de las ideas, todavía por acabar de definir pero que ya se ha planteado algunas veces (para intentar romper con estos 20 o 30 años de fatalismo como mensaje dominante del mundo, el consabido "esto está así y no hay nada que hacer"), es la de aprovechar el trigésimo aniversario del mayo del 68 que se está celebrando en estos momentos para hacer algo con la idea de oponer la memoria a la conmemoración, que es evidentemente por lo único que están las instituciones. Partiendo también de lo que se está haciendo ahora mismo. Intentando jugar sobre la subjetividad del momento, sobre aquello que está atravesando al movimiento en estos momentos. Lo curioso es que el Partido Socialista ha anulado ya buena parte de los actos que tenía programados para este aniversario por el miedo a encontrarse con los parados.

P - ¿Qué hay de la suma "desbloqueada" por el gobierno para hacer frente al movimiento?

J - No es nada. Migajas.

P - ¿Puede afectar eso a los parados que continúan moviéndose?

J - Incluso los economistas de la CGT, y aún a pesar de que lo digan movidos por el objetivo de poder controlar la continuación del movimiento, reconocen que se trata de una suma ridícula. Pero lo importante es que no la controlan, la gente de las asociaciones de AC!, por ejemplo, continúan estando, por lo que sabemos, mucho más cerca de la asamblea de Jussieu que de sus "portavoces mediáticos". El mayor peligro se encuentra en nosotros mismos; a la vez por la necesidad y la falta de una utopía. Es eso lo que puede acabar con esto.

P - ¿Pero el huerto funciona, no?

J - Estamos en primavera, es pronto para saberlo... Lo que se suele plantar en esta época, está plantado.

P - Nos habéis contado un montón de acciones imaginativas no ausentes de riesgo y sólo habéis hablado de cuatro detenidos; me parece increíble que en estos momentos un movimiento que no se deje representar y haga lo que quiera no sea molido a palos...

J - Bueno, de hecho ha habido cuatro personas encarceladas, detenidos ha habido unos cuantos más. Por ejemplo, hace poco, el 7 de Marzo, volvimos a ocupar la ENS de la calle Ulm para hacer un banquete y la policía no nos dejó en paz ni un momento. Al final acabó por entrar y detuvo a 318 personas. Aprovecho para decir que más de un autocar de CRS con los que trasladaban a la gente acabó sin cristales ni rejillas, y la calle llena de octavillas y que, desde las ventanillas, se gritaron cosas como: "mejor parado que CRS". Lo suyo, de todos modos, en acciones como las que, por ejemplo, llevan a cabo los comités de paseo (grupos más reducidos de gente), es tomar precauciones desde la salida misma de Jussieu despistando a la policía o quedando en otro lugar sin cita pública. Es en ese tipo de acciones donde no pueden detenerte...

P - En esas acciones que planteáis ¿quien de vosotros encuentra un déficit de horizonte utópico? Ese déficit de horizonte utópico ¿quién se lo plantea? ¿la asamblea de Jussieu? Quiero decir: ¿no son suficiente estas acciones?

J - No, en ese sentido es más la sociedad que nosotros quien se plantea ese déficit.

P - ¿Qué actitud toma el gobierno frente al movimiento de parados? ¿represiva? ¿de menosprecio? ¿proteccionista?

F - En un primer momento ha habido un intento muy fuerte de manipulación. Las tres primeras semanas lo que estaba sucediendo ha tenido un eco mediático tremendo, con varias páginas dedicadas a ello en algunos periódicos, lo que puede entenderse desde un interés en apoyar la ley de las 35 horas que el gobierno quiere hacer pasar, la ley sobre la exclusión también en vías de aprobación, por aquel entonces, y con la cita de las elecciones regionales muy cercana. En cambio cuando se creó la asamblea de Jussieu hubo un silencio total de los medias respecto a eso (...)
 
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