«Neofascismo» para la Sociedad de Control
Cuando la democracia española aparece perfectamente asentada, y cuando
el peligro de un golpe de Estado ha desapareado del horizonte, se ha puesto
de nuevo en circulación uno de los conceptos politicos más
ambiguos: el fascismo. Ambiguo, por cuanto todos sabemos, dicho concepto
se ha aplicado y se aplica a las situaciones más diversas. Algunos
recordarán todavía que la discusión acerca de la naturaleza
del Franquismo -si dictadura capitalista, si dictadura fascista-
constituía una linea de división entre un planteamiento radical
y de clase, y otro interclasista.
La aparición del término «fascismo» en el
debate político actual no tiene, sin embargo, nada que ver con la
anterior discusión ni tampoco con su propio caráter original. Su
eclosión se ha producido de la mano de un nuevo racismo completamente
distinto del primitivo racismo biológico, y también a causa de
la aparición de activos grupúsculos de ideología nazi.
Entre estos grupos cabe destacar a Cedade. Esta organización
neonazi se ha ido convirtiendo en un eje logístico central para
la ultraderecha europea, debido a las facilidades que les proporciona el
Estado español (el único estado de la C.E. que no ha prohibido
la indumentaria y la propaganda nazi). Gracias a Cedade pueden seguir publicando
su aberrante y vomitiva propaganda en la que, entre otras lindezas, niegan
la existencia de los campos de concentración, arremeten contra
los judíos, moros, negros y otras «razas inferiores».
No tiene mucho sentido, sin embargo, hablar hoy día de amenaza
neofascista en tanto que alternativa política. Las modernas sociedades
de control se asemejan muy poco al proyecto fascista clásico. Pero, es
indudable, que los microfascismos invaden nuestra vida cotidiana: autoritarismo
en la escuela, en la familia... para no hablar de las diversas policías
omnipresentes... Y es cierto también, que estos microfascismos
que nos atraviesan conectan muy bien con la progresiva derechización
política, social y cultural de los países europeos. Es en este
contexto -y sólo dentro de este contexto- que hay que combatir a las
bandas neonazis.Todo lo demás, no es más que errar el
análisis, y lo que todavía es peor, equivocarse de enemigo.
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