17 TESIS PARA "ASPIRAR AL MUNDO COMO MUNDO POR DEMOLER AÚN"

1- Sólo interesan los posibles que no se escogen, no prometen ni anuncian sino que, como los sueños que verdaderamente lo son, dejan la huella imborrable de la noche: hacen que uno, al despertar, ya no sea el mismo.

2- El problema de si hay o no hay posibles y cuáles son es un falso problema. Claro que hay posibles. El problema es que todos confirman y conforman un mismo mundo. El horizonte de lo posible: reservas de esperanza caducada.

3- La subversión no es una opción entre otras. No es una alternativa ni puede ser defendida como tal. Primero, porque no se escoge ni se argumenta: o se soporta o no se soporta. Segundo, porque no apunta a otro mundo sino a un mundo que ya no es el mismo.

4- La subversión tiene que ver con la efectividad de una acontecimiento que no realiza una posibilidad entre otras sino que redistribuye lo que puede ocurrir. No habla de lo que puede ser ni de lo que podría ser de otra manera. No añade una opción más ni ofrece otro horizonte. Inscribe en lo real un juego de marcas que invalida, entera, su red de alternativas.

5- ¿Otro mundo? Sólo un mundo solo...

6- La democracia-mercado no es un sistema más. Proclamando su no-caducidad, instala al mundo en una nueva y recién estrenada eternidad. Parece que siempre hubiésemos estado aquí. Y se hace imposible pensar cómo poner fin a lo que hay. El problema del mundo no es entonces su oscuridad, sino la obviedad con la que cada acontecimiento proclama, una y otra vez, esto es lo que hay.

7- La recién estrenada eternidad del mundo no tiene más ley que la de lo posible: racionalidad de la alternativa, justificación por la elección, lógica del mal menor... sensatez, una sobredosis de sensatez...

8- Condenados a escoger en un espacio de la elección al que no hay alternativa. Todo es posible, pero no podemos nada.

9- Libertad = tener posibilidades entre las que escoger. Futuro = tener posibilidades que realizar. Podemos escoger. Podemos proyectar. Preferimos, no obstante, escapar del misérrimo futuro que nos atiende y nos asquea la misérrima libertad de que gozamos. Hay que poder más. No se trata ya de asaltar el cielo. Queremos morder la realidad.

10- ¿De dónde viene la estupidez del silencio que compartimos y la banalidad de las palabras que repetimos cuando estamos más cerca que nunca de poder decirlo todo?

11- Las prisiones de lo posible son la cartografía de una realidad en la que todo es y se ha hecho posible: no deja nada fuera ni se tiene a sí misma como límite. Su orden abierto y sin afuera nada esconde. Nada descarta. No se define por una contradicción ni por una tendencia. Sus caminos dibujan la falsa transparencia de lo que hay. La transparencia impertinente de un mundo que no se deja preguntar: ¿por qué éste y no otro? Puro sentido común, que se impone con un estúpido silencio.

12- Mala estrategia, vana y vacía, la de recurrir a lo posible para contestar y mejorar la realidad. Mejor será asaltar el terreno infinito de lo posible, pensar lo posible contra lo posible, para morder, en fin, la realidad.

13- Pensar lo posible contra lo posible = insensatez, mucha insensatez
Morder = inscribir un juego de marcas que redistribuye lo que puede ocurrir.

14- Un amigo, un insensato.

15- Labrarse una preciosa insensibilidad: la de los hombres que no sienten la impotencia del hombre.

16- El mundo está poblado de palabras y de cuerpos desencajados que hacen inservible el mapa de lo posible. No constituyen un órgano, ni una subjetividad, ni una identidad. Su cartografía está hecha de desvíos y de encuentros. Sus rasgos y sus señas son una llamada y un punto de embarque: la llamada de una navegación que sólo y siempre se propone zarpar.

17- La subversión se ha quedado sin fechas ni calendario. Momento privilegiado para el pensamiento y para la subversión: los tiempos nos exigen pensar, con la extrema radicalidad de lo que no tiene contexto, por qué siempre, y de nuevo y hoy mismo se desencajan y encuentran unas vidas para las que nada acabará, en este mundo, de una vez por todas.