EL BUTE
“Para mí, que era un niño, todo lo que decías en mi presencia era ley divina. No lo olvidaba
jamás. Lo consideraba el elemento más importante para juzgar el mundo, para juzgarte sobre
todo a ti mismo, y en esto era total tu fracaso. Como por mi edad estaba contigo sobre todo
a las horas de comer, tus lecciones eran en gran parte normas sobre la forma de comportarse
en la mesa. Se debía comer todo lo que ponían, no se permitía hacer comentarios sobre la
calidad de la comida, aunque tú, en ocasiones, decías que no había quien la tragase,
calificándola de “bazofia”... No se nos permitía partir los huesos con los dientes. Tú lo
hacías. Ni sorber el vinagre. Tú sí. Era importante cortar el pan en rebanadas regulares;
mas no se daba importancia si tú lo hacías con el cuchillo que chorreaba salsa. Debía cuidarse
de que no cayesen al suelo restos de comida, pero en el tuyo era donde más había. La mesa
sólo para comer y comportarse correctamente. Tú te limpiabas las uñas, sacabas punta a los
lápices y te hurgabas las orejas con mondadientes. Compréndeme, padre, te lo ruego. En el
fondo eran detalles insignificantes, pero a mí me resultaban demoledores, por la sola razón
de que tú mismo, el hombre tan tremendamente decisivo para mí, no observase las normas
que me imponías...” (F. Kafka)
“Sagrada” familia, que bien aceptáis las sucias mentiras que nos inculcáis. Antes de
que nazcas todo programado para que del fracaso no puedas huir, y nos duele mucho repetís
que es por nuestro bien hacernos sufrir.
Jode su jerarquía, jode su institución, otro pequeño estado de lazos de sangre.
Jode su hipocresía, jode su incomprensión, maldigo la familia, toda su represión.
Y encima tenemos que aguantar sin protestar las excusas de esta abyecta institución social.
Dale un par de besos a tu tío nosecual, que es madero, cura y tu viejo militar.
Jode su jerarquía, otra nueva prisión, con sus amos y esclavos con lazos de sangre.
Sólo comerás huevos cuando seas mayor. Sin cenar a la cama, no cuenta tu opinión.
Lo más triste es que dicen que es por nuestro bien, y no nos dejaron actuar en libertad.
Nos condicionaron a la hora de aprender, y nos arrancaron de raíz lo más vital.
¡¡¡MALDITA FAMILIA!!!