Esta prohibición supuso que 15 días antes de la acampada comenzara un acoso policial a l@s habitantes de la zona: controles de la Guardia Civil, ocupación del lugar de la acampada por parte de guardas jurados, etc., creando así un clima de clara intimidación.

Cuatro días antes del comienzo de la acampada el Presidente del Gobierno de Navarra Juan Cruz Alli decreta la ilegalidad de la misma por carecer de los permisos correspondientes y porque los terrenos están ya expropiados. Era curioso que se amparara en la legalidad para la prohibición cuando el proyecto del pantano había sido ilegal por la Audiencia Nacional.

En los tres días anteriores el grupo ecologista Eguzki realiza una travesía a pie por el valle. El acoso policial es atosigante: Guardia Civil, Policía Foral, guardas jurados les obligan contínuamente a identeficarse, además de ser seguidos de forma intimidatoria con dos helicópteros y motos todo-terreno.

Dos días antes, la Coordinadora de Itoiz realiza una rueda de prensa para anunciar que los habitantes del pueblo de Itoiz han decidido albergar en sus casas a l@s alrededor de 700 campistas en agradecimiento por su solidaridad y para esquivar la injusta prohibición gubernamental. Al mismo tiempo se reitera la decisión de desarrollar todas las actividades programadas en la acampada.

Solidari@s con Itoiz por su parte decide acampar en lo alto de la Estatua de los Fueros, de 23 mts de altura y situada frente a la Diputación y que simboliza la defensa de los fueros navarros frente al centralismo español.

Dos integrantes del colectivo desde arriba e instalando una tienda de campaña, anuncian una acampada indefinida.

Al poco tiempo la Policía Nacional rodea la estatua e intenta desalojarles por medio de un camión-grúa de los bomberos. El cerco policial duró toda la acción día y noche. Así impedían que el grupo de apoyo y los cientos de personas que se acercaban pudiera dar comida y agua a l@s encaramad@s.

Las actividades fueron continuas: pase de video, exposición, música, pancartas, concentraciones,… cargando la policía allí en varias ocasiones.

A los tres días, un tercer solidario consiguió tomar el relevo de los otr@s dos, cuando un gran chaparrón tenía a la Policía despistada. Las dos personas que comenzaron la acción bajaron, siendo detenidas y a las horas puestas en libertad.

El tercer solidario acampó allí otros tres días más, pese a las fuertes lluvias.

Hubo un segundo intento de relevo, pero esta vez la Policía lo impide agrediendo salvajemente a las personas que intentan ayudar a la persona que iba a escalar el monumento. A consecuencia de ésta carga policial una persona recibe un fuerte porrazo en el ojo, siendo hospitalizada durante cuatro días.

Unas horas más tarde del intento fallido el solidario "solitario" desciende siendo detenido y posteriormente liberado.

Así se da por concluida esta forma de protesta, pero a pesar de ello la Policía no abandona el monumento hasta la noche del día siguiente, temerosa de una posible nueva escalada.