HUELGA DE HAMBRE

Semana de huelga de hambre en solidaridad con l@s pres@s polític@s vasc@s y en contra de la política de dispersión, que hoy en día aún padecen.

15 Solidari@s participaron en la huelga de hambre y, como de otra manera no podía ser, durante toda la semana sufrieron el acoso y amenazas constantes de desalojo por parte de dotaciones de antiterroristas de la Guardia Civil.

La acción acabó con una manifestación que recorrió las calles de Aoiz. Solidari@s con Itoiz hizo un llamamiento al conjunto de la sociedad a hacer presión para que se consiga el fin de la dispersión de los presos y exigió que los derechos humanos sean también aplicados en las cárceles. En el acto se hizo mención especial a Dani y Josepa Ernaga presa política de Mezkiriz que en la actualidad lleva 12 años cumpliendo condena en Cádiz.

El ansia que sentimos las personas de este colectivo por crear una sociedad más justa nos llevó en ese momento a tomar el relevo a otros colectivos de Euskal Herria al casi año y medio de huelgas de hambre continuadas en la Iglesia del Buen Pastor de Donostia a favor del reagrupamiento de los presos y presas vascas y en contra de su dispersión por los estados español y francés.

Thoreau dijo hace más de un siglo: "Bajo un gobierno que encarcela a cualquiera injustamente, el lugar adecuado de los injustos está también en la cárcel".

Así los estados imponen además la dispersión para castigar no sólo a l@s pres@s sino a la globalidad de Euskal Herria por la rotundidad con que vive la determinación de ser libre.

También se retrasa en el cumplimiento de sus propias normas como en los casos de enfermedades incurables (art. 92) o con aquellos que ya han cumplido las ¾ partes de la condena, en ambos casos estas personas tendrían que estar fuera, reconstruyendo su vida.

Quisimos recordar a Dani, preso injustamente encarcelado por oponerse a la obra del pantano de Itoiz, en un montaje inmenso apoyado sobre un proyecto declarado nulo e ilegal. Por luchar para que estos valles presos por el hormigón, la especulación y la mentira sean libres.

Por todo ello estuvimos en la Iglesia de Orbaitz, pueblo amenazado por el pantano, haciendo una huelga de hambre para que los presos y presas vengan a su tierra y para que esta también sea libre.


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