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principal UPA - infos - molotov - archivo - agenda - emilio El gobierno español vende armamento y material de tortura a
dictaduras de todo el mundo Madrid. Opinión Libertaria.20/6/01. Ignorando las violaciones
de derechos humanos y las recomendaciones de las organizaciones humanitarias
y de instituciones como la Unión Europea, el gobierno español
vende armamento y material de tortura a dictaduras de todo el mundo, según
un informe de Amnistía Internacional denominado "Informe de
Política Exterior y Derechos Humanos del Gobierno español
2001". A medida que el peso económico de España en el mundo se
expande, la acción del gobierno en el extranjero se centra cada
vez más en defender los intereses económicos y comerciales
del país, mientras los derechos humanos pasan a ocupar un lugar
cada vez más reducido en esta política", afirma la
organización. A lo largo de 2000, el presidente Aznar y el Ministro de Asuntos Exteriores,
Josep Piqué, cimentaron unas relaciones privilegiadas con países
como China, Colombia, Guinea Ecuatorial, Rusia o Argelia, basadas casi
exclusivamente en los intereses económicos de España y donde
la defensa de los derechos humanos, gravemente comprometidos en esos estados,
ha pasado a un plano insignificante cuando no ha sido directamente obviada.
A lo largo de 2000, el Gobierno español ha concedido créditos
a estos países por valor superior a 195.000 millones de pesetas.
Ya anteriormente la Cátedra UNESCO sobre Paz y Derechos Humanos
de la Universidad Autónoma de Barcelona había denunciado
la venta de munición española a países que no respetan
los derechos humanos ni cumplen con los requisitos del Código de
Conducta sobre transferencias de armamento aprobado por el Consejo de
la Unión Europea, como Guinea Ecuatorial y Turquía. España
vendió a Guinea a lo largo del año 2000, 11.500 proyectiles
por un importe superior a los 180 millones de pesetas. El hecho de que
el importe de los productos exportados supere las quince mil pesetas por
unidad, evidencia que no se trata de munición común o cartuchería
de caza, sino de proyectiles pesados destinados a las fuerzas militares,
que son recurrentemente condenadas por su contribución al deterioro
de los derechos humanos y de la situación civil en la ex colonia
española. En cuanto a Turquía, el propio Ejecutivo ha reconocido
ventas de material bélico por valor de 1.781 millones de pesetas
durante el primer semestre del 2000, mientras diversos países de
la Unión Europea han decidido congelar algunos contratos para la
exportación de material de defensa a Turquía. Amnistía Internacional ha detectado también el tránsito por España de material bélico con destino a Sierra Leona, país bajo embargo de armas por la ONU, y ha identificado la posibilidad que compañías españolas puedan exportan productos susceptibles de ser utilizados para la tortura a países donde se violan los derechos humanos. Empresas vascas como Larrañaga y Elorza podría haber exportado material de tortura a Ruanda, concretamente grilletes a través de un intermediario británico. «Larrañaga y Elorza tiene representantes en Pakistán, donde se han descubierto escuelas en las que se aplicaban grilletes a niños, en Tailandia o en Yemen. La falta de transparencia es tal que las exportaciones de estos grilletes figuran en los registros arancelarios con los candados». El informe sobre la política exterior española llama también a la responsabilidad de las empresas de nuestro país, cuyo impacto en el exterior es cada vez mayor, para que respeten y fomenten los derechos humanos en los países donde se instalan. Nutridas delegaciones empresariales han acompañado a lo largo de 2000 al presidente y al Ministro de Asuntos Exteriores en sus viajes en el exterior, y sus intereses son asunto preferente en los contactos de las autoridades españolas con sus homólogos de China, Rusia, Argelia, Marruecos o México. Por ello, Amnistía Internacional recomienda al Gobierno español que fomente códigos de conducta para las empresas españolas que operan en el exterior.
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