El Consejo de Ministros de la Unión Europea (UE) diferenció ayer entre los manifestantes antisistema "pacíficos" y los "violentos". En el primer caso, los Quince anunciaron su predisposición a escuchar sus reivindicaciones y a establecer un diálogo político continuo. Al tiempo para frenar los enfrentamientos que en la cumbre de Göteborg se produjeron en el centro de la ciudad y que alteraron la agenda del encuentro, la UE ha convocado a las policías de los Estados y a los ministros de Justicia e Interior para evitar que se repitan estos sucesos en las próximas cumbres.

"El objetivo es conocer cómo se organizan y prevenir estos actos violentos", avanzó el ministro de Asuntos Exteriores español, Josep Piqué. "El intercambio de información es el primer paso", añadió. El estado español, que presidirá la UE a partir de enero del 2002, formará parte del grupo informal de trabajo que también integrarán Francia, Suecia, Bélgica y Dinamarca, para poner en marcha sistemas de colaboración entre los países de la UE. Además, el Consejo de Ministros decidió el lunes convocar para el próximo 13 de julio a los ministros de Justicia e Interior de los Estados miembros en Bruselas. Será una reunión extraordinaria para reforzar los mecanismos de prevención ante los protestas. No se descarta la posibilidad de que los estados miembros recurran a la suspensión temporal del convenio de Schengen para cerrar las fronteras y controlar la llegada de activistas, como hizo Francia durante su presidencia.

Previamente al Consejo de Ministros de Exteriores, los directores generales de las policías de los Quince elaborarán propuestas y métodos. "Es un fenómeno nuevo, repetitivo, poco conocido", subrayó Josep Piqué, consciente de que Barcelona y Sevilla van a estar sometidas a la presión de los grupos antiglobalización el próximo año. La ministra de Exteriores sueca, Anna Lindh, subrayó: "Queremos que todos los que defienden la antiglobalización abandonen la violencia". Y añadió: "Solamente dialogaremos con los que son serios". "Europa debe escuchar a los no violentos", afirmó el ministro de Exteriores francés, Hubert Védrine. Los En la misma línea se expresó su homólogo español: "Deberemos buscar la manera de que los pacíficos participen en el debate; no se trata sólo de hablar de represión". Para Piqué, lo importante ahora es conocer qué buscan, qué quieren. "Son grupos heterogéneos, a los que sólo les une su protesta antisistema; debemos hacerles entender que no hay alternativa razonable a la globalización."

Para entender lo que significan las reuniones de responsables policiales europeos frente a las protestas anticapitalistas, recomendamos leerse la noticia difundida por el diario El Mundo que reproducimos integramente al final de esta información.

Recordamos que el estado español se hará cargo a partir de enero de 2001 de la presidencia de la UE, lo que supone cumbres de jefes de estado en Barcelona (marzo) y en Sevilla (junio), así como las cumbres UE-Latinoamérica (Madrid) y UE-Mediterráneo (Barcelona) en el mes de mayo del 2002. Para diversos grupos anticapitalistas del estado, "las campañas en torno al funcionamiento y las responsabilidades de la UE en la globalización neoliberal y en la destrucción ecológica, deberían constituir la base común de las campañas del próximo año. No como hecho puntual sino como camino a más largo plazo".

Noticia de El Mundo, 22/06/01: "Italia detecta grupos 'abertzales' que protestarán en el G-8.
Tres mil 'guerrilleros urbanos' han aterrizado con el fin de malograr la Cumbre de Génova.UBEN AMON. Corresponsal ROMA.-

Los servicios secretos italianos (Sisde) han descubierto que los grupos radicales españoles cooperan mano a mano con los transalpinos para malograr la Cumbre de los países ricos (G-8), prevista en Génova entre el 20 y 22 de julio próximos. El informe, en manos del Ministerio del Interior italiano, menciona con detalle la amenaza de un eje mediterráneo -España, Italia y Grecia-, cuyas redes involucran a los colectivos extremistas y anarquistas de mayor reputación violenta, especialmente vascos abertzales.

La Cumbre del G-8 se llevará a cabo en el casco histórico de Génova dentro de un mes, pero los servicios secretos italianos ya han detectado movimientos migratorios sospechosos. Unos 3.000 guerrilleros urbanos griegos y españoles habrían entrado esta misma semana en territorio italiano para comenzar a preparar el asedio ultra de la ciudad.

El nombre de los colectivos en marcha resulta difícil de identificar, pero los vínculos italo-españoles tienen como punto de referencia la figura patriarcal y anarquista de Claudio Lavazza, inscrito en los Ficheros Internos de Especial Seguimiento (FIES) por haber cometido un atraco a un banco cordobés y por haber asesinado a dos policías durante la misma operación.

Los hechos ocurrieron el 18 de diciembre de 1996, así es que el colectivo anarquista de Lavazza, Solidaridad Internacional, decidió celebrar el quinto aniversario del robo y del homicidio colocando un artefacto explosivo en la mismísima catedral de Milán. No hubo víctimas mortales, pero el impacto mediático del atentado sirvió de pasarela publicitaria a Solidaridad Internacional, cuyos jerarcas trabajan a conciencia para hacerse notar en Génova.

La relación de los ultras italianos y españoles también se ha reforzado en los sectores abertzales de Euskadi. Tanto, que muchos colectivos transalpinos enseñan o aprenden técnicas callejeras en los acuartelamientos urbanos de Bilbao y de San Sebastián. Es el caso del grupo Tute Bianche (Monos Blancos), imprescindible en las líneas de ataque de la antiglobalización, o del movimiento Askatasuna de Turín, cuyos militantes defienden la causa independentista vasca con la receta del cóctel molotov y las barricadas.

Fuentes de los servicios de Inteligencia españoles confirmaron ayer a EL MUNDO que el principal grupo vasco involucrado en Génova es el colectivo Hemen eta Mundaun, pero no se descarta la presencia de Segi (conocido antes como Haika).

Las autoridades italianas esperan 150.000 manifestantes y han previsto acordonarlos con unos 18.000 policías, pero el Gobierno de Berlusconi, estrenado oficialmente ayer, intenta abrir caminos de diálogo y de prudencia con los portavoces de la guerrilla urbana. «Le decimos a los italianos y a los europeos que están preparándose para manifestarse, a lo que tienen todo el derecho, que estamos completamente abiertos al diálogo», dijo Berlusconi, el lunes, con ocasión del discurso de investidura en el Senado. Sin embargo, el diálogo no es fácil porque el movimiento ultra de corte irreductible y violento se niega a plantear cualquier tipo de negociaciones con las autoridades oficialmente reconocidas. Especialmente cuando se trata de contestar a los países ricos."